Prelude of Twilight

Publicado: 23:44 25/05/2010 · Etiquetas: · Categorías: Delirios y Cabreos Pikmin
Me lo he tomado con bastante calma, la verdad, pero hoy por fin lo he logrado: Capturé a Mewtwo, el último legendario (dejando de lado eventos y demases) de HeartGold y SoulSilver.

Desde que capturé a Lugia y a Suicune vengo manteniendo que en esta edición los legendarios son fáciles, demasiado fáciles de capturar, poco a poco he tenido que recular y admitir que no son tan fáciles, pero así y todo me han resultado bastante decepcionantes. Estas son mis observaciones:

Lugia

Con diferencia el más sencillo de todos. Ni siquiera necesité paralizarlo: Vida a 1/4 o menos y Peso Ball. Cayó por su propio peso jajajaja... vale, ya me callo ¬¬U

Suicune

Otro como Lugia, aunque un pelín más difícil ya que necesité echar mano de Hipnosis. Cayó en una solitaria Malla Ball.

Entei y Raikou

Legendarios errantes, y por lo tanto difíciles de capturar ya que es imposible sostener un combate contra ellos. La mayor dificultad viene de su patrón de movimientos, tienen dos: Recorriendo el norte y el sur de Johto, y cambian entre uno y otro cada vez que usas Vuelo o capturas a uno de los dos. Entei me dio menos problemas que Raikou: El primero cayó en una Veloz Ball estando paralizado y con 1/3 de PS, para Raikou necesité dejarle 1 PS, dormirlo y acribillarlo a Rapid Balls.

Latios

Otro legendario errante. Su dificultad viene porque es más fácil debilitarlo debido a su bajo nivel (35 frente al Nv 40 de los perros) y porque su patrón de desplazamiento no va más allá de moverse aleatoriamente a rutas contiguas a la que se encuentra (lo que, dado la peculiar orografía de Kanto, es todo un problema). Desgraciadamente una vez lo atrapas con un Wobuffet o con un Digglet capturarlo es coser y cantar. Cayó con una Ultraball

Articuno, Zapdos y Moltres

Gracias a dios estos tres no son errantes, y de hecho son los más fáciles de localizar pero más difíciles de capturar. no hace falta que hable de su situación porque, como ya digo, con explorar un poquito se les encuentra sin problemas pero su captura me valió vaciar mis cargas de Balls. El único que requirió una Ball especial fue Zapdos, con una Rapid Ball.

Ho-oh

Poco que decir, decepcionante para ese Nv. 70 Cayó tras varias Ultraballs en plena parálisis, aunque ofreció bastante batalla gracias a su Fuegosagrado.

Mewtwo

Acabo de capturarlo y ha sido el peor con diferencia. Dejando de lado el laberinto de la Cueva Celeste el resto ha sido tan fácil como llegarme con un Carvanha de Nv. 29 y liarme a Colmillazos helados hasta que se ha quedado a 1 PS. He necesitado varios intentos (a veces lo debilitaba) pero la mecánica era siempre la misma, ya que no tenía ni un sólo ataque para dañar a siniestros. 8 Ultraballs y una Rapid Ball sin paralizar.

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Así ha quedado la cosa, al menos en mi caso particular. La poca dificultad para capturar legendarios es el único fallo que le puedo achacar al juego hasta ahora. Claro que esto bien puede ser una virtud, pero es que yo soy uno de esos perros viejos que pasó 40 minutos de batalla contra Mewtwo en la Edición Roja xDD

Publicado: 10:24 22/05/2010 · Etiquetas: · Categorías: Reflexiones de un friki
Increíble. Tengo los exámenes de la Academia y la Junta a la vuelta de la esquina (2 de Junio), tengo cierto proyecto que suelo aprovechar los fines de semana para adelantar y sin embargo estoy abriendo el Word y preparándome para continuar con el fanfic.

Definitivamente esto se ha convertido en una droga para mí, o por lo menos en una afición tan fuerte como lo son los videojuegos y la lectura para mí. A ver como equilibro la balanza ahora xdd

Publicado: 22:49 21/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:


y de camino caja de Pegaso V1



Y sí, este blog parece dedicado a las figuras ultimamente, pero es que salen más noticias de ellas ultimamente que cosas interesantes a escribir por mi parte =/

Publicado: 18:11 18/05/2010 · Etiquetas: · Categorías: :
Stand DX


Pegasus Seiya V1 + Stand DX


Andromeda Shun V1 + Stands DX


Cygnus Hyoga Kamei


Pisces Aphrodite Specter


Agradable sorpresa el segundo prototipo de Shun V1 (veanse las puntas de las cadenas, las piezas de metal y el rostro) y los Stands, que ofrecen una capacidad de combinación muy alta. Piscis Espectro y Cisne Divino demostrando lo que valen.

En este Tamashii Nation no hay más, el Stand de Saint Seiya es similar al de hace dos años de modo que solo cabe esperar más fotos de las mismas figuras desde otros ángulos.

Y los que montan las figuras tienen las manos de trapo.

Publicado: 16:26 17/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:


EPIC

Publicado: 09:32 15/05/2010 · Etiquetas: · Categorías: PC Gaming
Pues eso, sigo liado con el PC Gaming, y ahora le toca a Portal (que bajé ayer de Steam aprovechando la promo y es un puto juegazo) y a mi siempre amado M.U.G.E.N. Sobre el primero ya pondré una entrada en la que hablaré largo y tendido, pero con M.U.G.E.N. tengo un... em... problemilla.

Me estoy haciendo una recopilación de personajes curiosos (como la Peach ripeada del Super Kart Fighter y su versión Evil, los Mario y Luigi de ¿ShinRyoga era?, una Yuri reconvertida en Shotokan, pokemones [bien hechos, of course] y demás) y de todos los que estoy localizando poco a poco hay un char con el que no doy ni a tiros. Hablo por supuesto del mencionado en el título de la entrada: Evil Fistro



Lo más jodido de todo es que dí con el CD de la GameType en el que lo tenía, pero el jodido estaba sin estuche (en aquellos tiempos jamás pensé que llegaría a desengancharme nunca de mugen) y tan horriblemente rallado que no lo he podido recuperar ni puliéndolo.

¿Que por qué lo quiero? Vale, es sólo un edit sonoro de Evil Ken, pero salvo Ronald McDonald y Rare Akuma (aunque este último más que nada por lo obscenamente basto que es) ningún personaje me había hecho partirme la caja hasta semejantes niveles.

A ver si algún manito lo tiene y me lo puede pasar, porfa

Publicado: 01:38 15/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Borro la entrada anterior. Básicamente no me apetece leer a alguien que parece haberse registrado con el único interés de tratar (sin éxito, todo sea dicho) de tocarme los bowlings, que además se ha registrado el mismo día en que ha escrito sus comentarios y al que no he visto más intervenciones ¿Será niñomanga? ¿Hipatético? ¿Ganso? Me da un poco igual, sencillamente no tengo ganas de tratar con trolls, especialmente en estos últimos días en los que ando de tan buen humor.

Por lo demás... pues lo mismo, dejo el fic apartado hasta que termine el curso de Inglés del INEM y cierto proyecto personal que tiene finales de Junio como fecha límite. haría otra coña sobre cliffhangers o similares, pero es una lástima que haya gente que busque cualquier resquicio para intentar joder =/

Hala, hasta la próxima entrada y tal... (y hasta mañana, que tengo sueño =_= )

Secreto: (Pincha para leerlo)

Publicado: 16:27 06/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Estaba leyendo el foro de Saint Seiya Gallery (donde ya no posteo, por cierto, se ha vuelto insoportable; que te guste una figura está casi penado allí) cuando he llegado al tema de la edición de Saint Seiya: The Lost Canvas en España, que por cierto ya está muy próxima.

La cuestión es que en dicho tema hablaban de las voces que podrían tener los personajes, y uno de los más acérrimos defensores del doblaje clásico de Saint Seiya (Sí, aquel equipo de 5 o 6 voces para sopotocientos caballeros) defiende que Juanjo Lespe debería ser quien doblara a Tenma.

¿Pero quién es Juanjo Lespe? Lespe es ni más ni menos que la antigua voz de Seiya, para mí una de las más carismáticas del doblaje de Anime español (aunque seamos serios, por aquel entonces se lo curraban de verdad buscando voces y nacieron doblajes tan memorables como los Bart Simpson, Ranma, Goku, Vegeta...) pero seamos serios ¿Encaja a Tenma? ni de coña

Ni por personalidad, ni por físico, ni por papel en la serie ni por nada. Ya desde el momento en que en japón ni Toru Furuya (legendario Seiyuu de Seiya pre-Meikai hen) ni Masakazu Morita (voz de Seiya post-Meikai hen) ponen sus cuerdas vocales en la boca de Tenma en Lost Canvas la cosa pierde todo su sentido.



¿Le pegaría la misma voz a Tenma que a Seiya? ¿Qué pensais vosotros?

Publicado: 16:54 05/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Después de las Metal Plate, Metal Cards y Metal Mats BANDAI nos trae otros objetos para aquellos que no hayan comprado aún ciertas figuras.



Se trata de unas bases un poco como dioramas que como único soporte para las figuras incluye unas hendiduras para los pies de la misma. Serán temáticas según personaje, como ya puede observarse en estas fotos, mostrando que la única de la que existen fotos, la de Garuda, tiene la forma de uno de los ojos de su Gallactica Illusion.

Más foticos.





¿Mi opinión? Pues la primera es que las Metal Mats me resultan mucho más elegantes y la segunda es que esto llega tarde. Unas bases así debieron haber sido incluídas desde el principio, como buenas figuras de colección que son las Myth, y aunque hubieran sacado más adelante los stand blancos que todos conocemos por lo menos ésto le hubiera dado algo más de presencia a las figuras (aunque algunas ni lo necesitan eh? De hecho Garuda es bastante imponente per se)

Bueno, eso y que quiero que me metan de montador de figuras en eventos BANDAI, que lo haría mil veces mejor y por lo menos cobraría algo.

Publicado: 16:02 04/05/2010 · Etiquetas: · Categorías: CastleVania: Twilight Rhapsodia
On the Edge

Irlanda, en una noche de sofocante calor en un momento indeterminado del año 2007, un hombre de avanzada edad, casi rondando los 60, se acomodaba en uno de los sillones del salón de su casa de campo, con tan sólo una solitaria lámpara de pie encendida para poder leer el periódico.

Había bajado a la estancia desvelado, incapaz de dormir incluso habiendo quedado en ropa interior a causa de la humedad ambiental combinada con la temperatura extrema, y había cogido algo al azar para poder cansarse la vista y así dormir de una vez por todas.

Era noche de luna nueva y, a excepción de aquella lámpara, nada más iluminaba la gran estancia, dando lugar a encontrarse rodeado de sombras. No era importante en realidad, disfrutaba  del silencio de la oscuridad incluso bajo aquellas condiciones, la soledad le relajaba.  Nunca se habría imaginado que, en realidad, había alguien más con él.

Sobre su cabeza, moviéndose silenciosamente por las vigas del techo había una figura femenina, que se deslizaba por ellas con la velocidad y seguridad de una araña. No podía distinguirse nada de su figura, salvo unos alargados ojos de color aguamarina que lo observaban expectante, como los de un águila que acecha a su presa.

Durante aquellos minutos en los que esperaba a que su objetivo se relajara del todo, la joven se preguntaba qué tenía aquel hombre, casi anciano, de especial. Era bajito, algo regordete y de pelo, hablando tanto de cabello como de vello corporal, completamente cano, su rostro estaba marcado por numerosas arrugas e incluso parecía costarle leer aquel periódico. Había recibido el encargo de acabar con su vida, el pago era cuantioso y no quería fallar, pero… ¿Qué tenía aquel ser tan insignificante como para que su cabeza valiera semejante millonada?

Entre tanto, en el exterior había dos muchachos vigilando, dando vueltas a la casa y turnándose para custodiar las puertas delantera y trasera. Uno de ellos tenía cerca de veinte años, melena corta de color paja y recogida en una coleta y de complexión alta y robusta que además se veía potenciada por su fuerte musculatura. Vestía pantalón y botas militares reforzadas, con una camiseta negra de tirantas sobre la cual descansaba el cinturón de la espada que llevaba a la espalda: Una katana larga.

El segundo era más bajo que él, apenas rondaría los 15 años y se movía con nerviosismo, pero con seguridad. De complexión delgada, su cuerpo fibroso se dejaba adivinar por la camiseta ceñida de manga corta y color oscuro remetida bajo unos pantalones anchos similares a los utilizados en el Kung Fu y unas zapatillas deportivas que, en determinados puntos como la puntera y el talón parecían ser “demasiado” rígidos; lucía melena larga, hasta mitad de la espalda, de un color castaño rojizo y sobre su cintura descansaba un doble cinturón, del cual colgaba una espada de doble filo convenientemente envainada.

Estaban allí de misión, enviados por la Hermandad de la Luz para proteger al dueño de aquella casa, persona de quien no les dieron más información. Era la primera misión de este tipo para el segundo de ellos, no así para el primero, que no había dejado de dar instrucciones a su compañero a lo largo del día.

Dentro, el anciano caía al fin dormido periódico en mano sin llegar siquiera a apagar el interruptor, en ese momento la muchacha vio la oportunidad y se descolgó, cayendo suave y silenciosamente sobre manos y pies, flexionando al máximo sus rodillas para amortiguar al máximo la caída, acto seguido se alzó, dirigiéndole una fría mirada antes de situarse a su espalda y coger suavemente su cabeza con ambas manos.

Lo que sobrevino fue un movimiento seco, un crujido y un cuerpo que se venció hacia delante en su asiento, con la testa colgando, descoyuntada.

Suspiró. Había sido rápida y precisa, pero su contratante quería una prueba del cumplimiento de la misión, de modo que rebuscó en una pequeña mochila que colgaba a su espalda y extrajo de ella una bolsa de plástico y un hilo de pescar ¿Por qué cargar con una espada cuando podía servirse de instrumentos cotidianos?

Mediante un par de giros de muñeca rodeó el cuello de su víctima con el hilo, empuñó los extremos con ambas manos y dio un tirón seco. Ni siquiera escuchó el rasgar de la carne, sólo cómo un objeto del peso y consistencia de un melón caía sobre la moqueta. Cogió el hombro del cuerpo y tiró de él para recostarlo sobre el respaldo y así evitar que la sangre se vertiera, después se agachó, asió la cabeza y la introdujo en la bolsa de plástico.

Esta última acción la relajó. Misión cumplida, su cheque yacía ahora en aquella bolsa de la compra, ya podía marcharse pues todo había terminado… o no.

Mientras se encaminaba hacia la puerta sintió unos pasos tranquilones descender por la escalera del fondo, aquello la paralizó y la obligó a tomar una decisión rápida ¿Salía por la puerta principal o se escondía?

Afinó el oído, fuera quien fuera quien bajaba ya había descendido la mitad de los escalones. La luz proveniente del piso de arriba proyectaba su sombra en la pared.

Finalmente se decidió. A riesgo de que la viera fugazmente saldría por la puerta. Agarró el manillar y se dispuso a abrirlo con rapidez. En ese momento…

- ¿Entramos a ver cómo va todo?

Se quedó completamente petrificada ¿Acaso había gente fuera?

- ¿No se supone que debemos hacer guardia en el exterior? – respondió una voz más joven – Tú mismo me dijiste que debemos permanecer fuera para no alarmarlos.

¿Montar guardia? ¿Sabía alguien de su presencia? ¿Sabía alguien que ella iba a estar allí?

Los pasos se aproximaban cada vez más, pudo ver asomar el pie de una mujer encamisonada. No podía salir, tampoco podía quedarse, y no debía ser descubierta por nadie.

- Cariño ¿Has bajado al salón?

Miró hacia la escalera. Era la voz de una mujer mayor, puede que de la misma edad que su objetivo y víctima.

- ¿Cariño?

Por un momento entró en pánico, saltó hacia atrás tratando de pasar inadvertida entre las sombras, no podía engancharse al techo ya que la cabeza abultaba demasiado y no cabía en su pequeña mochila, por lo que el sonido del plástico de la bolsa la delataría sin lugar a dudas. Desde su posición, en la que podía ver perfectamente el descansillo de las escaleras, se dio cuenta de algo que la aterró: ¡Había un interruptor justo donde éstas terminaban!

Demasiado tarde para hacer nada, ya había llegado abajo y se disponía a accionar el interruptor, pensó en ocultarse en el lado opuesto del sillón, pero eso sólo serviría durante unos segundos así que… ¿Qué hacer? ¿¡Qué!?

*click*

Demasiado tarde para todo, la luz se hizo y desveló su figura. La mujer, una anciana bajita de cabello cano y camisón celeste, se quedó mirándola por unos instantes sin decir nada, durante menos de un segundo su gesto era afable, después pasó al de sorpresa y al darse cuenta de que la sospechosa bolsa que la chica portaba en la mano goteaba se transformó en la representación del más puro terror.

La asesina trató, mediante gestos, de decirle que se callara, que no gritara, acción entre cómica y patética ya que era bien sabido que cualquiera que contemplara aquella escena daría, naturalmente, rienda suelta a su pánico con un agudo grito como el de aquella señora, similar al de un cerdo en plena matanza. Aquello pareció alertar a los dos guardianes del exterior, que reventaron la puerta sin contemplaciones y entraron en tropel.

- ¿¡Qué ocurre!? – Exclamó el mayor mientras tomaba posiciones.

- ¿¡Están bien!? – preguntó el pelirrojo, colocándose al otro lado de la puerta.

Por supuesto que no, no estaban bien, de hecho desde aquel ángulo los dos muchachos podían ver lo que la atemorizada anciana sólo podía imaginar: el cuerpo decapitado que descansaba sobre el sillón acolchado, sujetando macabramente el periódico como si se hubiera dormido leyéndolo.

- No puede ser – dijo el mayor con un hilo de voz - ¿Hemos… llegado tarde?

- ¿Pero cuando coño…?

Ya está, se acabó, la habían descubierto, lo que iba a ser un trabajo limpio y eficaz ahora se convertiría en un baño de sangre. No tenía más remedio si aún quería tener éxito, de modo que llevó su mano libre a la mochila y sacó un objeto metálico indefinido que lanzó a la señora, callándola y derribándola al instante, los dos jóvenes tardaron todavía unos segundos en darse cuenta de que en la frente de la desdichada mujer estaba clavado un shuriken del tamaño de un puño que había acabado instantáneamente con su vida, dejándola con aquella indefinible mueca de horror en el rostro y un solitario hilo de sangre fluyendo desde la herida.

Aquello los puso en guardia, la asesina repitió la misma acción con ellos pero rodaron en direcciones opuestas, situándose cada uno en un extremo de la estancia mientras sendas estrellas se hundían donde un instante antes se encontraban sus cabezas.

- ¿¡Quien eres!? – preguntó el pelirrojo con cierto nerviosismo - ¿¡Qué haces aquí!?

- Una cazarrecompensas ¿me equivoco? – dedujo el joven de la katana – Es de ti de quien debíamos proteger a ese hombre…

La muchacha no respondió, sólo miró a un lado y a otro mientras sus adversarios echaban las manos a las empuñaduras de sus espadas.

- Eso es un sí, supongo – inquirió el mayor ante la falta de respuesta de la asesina.

- ¿Qué te hace pensar que lo soy? – contestó ella entonces, con frialdad - ¿Por qué no puedo ser una asesina a sueldo?

- Porque los asesinos a sueldo – desenvainó su arma, con el afilado silbido del metal cortando el aire – no necesitan entregar una prueba de que han cumplido su trabajo.

La joven cerró los ojos por unos instantes, miró al pelirrojo y después al que la desafiaba espada en mano.

- Sois jóvenes – les espetó de repente - ¿Por qué os han enviado? Los cazarrecompensas no nos andamos con chiquitas.

El muchacho de larga melena sonrió ante aquello.

- Ya – respondió – la gracia es que nosotros tampoco, por eso nos han enviado.

Dicho esto y sin decir media palabra más la embistió a toda velocidad, a pesar de su constitución y altura desprendía una energía tremenda. Por un momento la cazarrecompensas tuvo la impresión de ser embestida por un toro furioso, no obstante la intimidación duró poco, y en el momento en que el pelirrojo lanzaba contra ella un puñetazo cargado de poderosa energía escarlata se giró levemente, lo evitó con limpieza y le respondió con un codazo en la nariz, haciéndolo retroceder unos pasos y rompiéndole el tabique de la misma.

Se había librado, pero a pesar de ello no se relajó, inmediatamente dio media vuelta para recibir el ataque de su otro adversario que, sin hacer el más mínimo ruido, la había alcanzado y ahora blandía su sable contra ella, rauda se ladeó a un lado para esquivar un tajo, a otro para evitar una estocada y adelantó un paso para agarrar con su mano la empuñadura antes de permitirle lanzar un tajo horizontal, contraatacando con un golpe ascendente con el talón de la mano hacia la barbilla. El chico retrocedió para esquivarlo sin éxito, pero de propina lanzó un tajo ascendente vertical con el que estuvo a punto de partirla en dos.

Y es que había fallado, pero a pesar de ello la mujer sintió cómo la punta de la hoja hendía en la tela de su máscara y la abría poco a poco, dejando como colofón una pequeña herida en frente, inmediatamente dicha herida comenzó a sangrar y, junto con las primeras gotas carmesíes, la inservible máscara de tela elástica y un mechón de pelo caían al suelo, al tiempo que el caluroso aire nocturno acariciaba su rostro y su cabello, corto pero voluminoso, se liberaba y recuperaba poco a poco su forma natural.

- Una cazarrecompensas que emplea armas orientales  y técnicas de sigilo para acabar con sus víctimas – recitó el atacante como si leyera un libro – Lo sabía, sólo podías ser tú, Elisabeth Kischine.

La muchacha quedó con la boca abierta sin saber qué decir, más por el hecho de haber sido descubierta que de que aquel – a sus ojos – niñato hubiera llegado siquiera a rozarla.

Él, por su parte, escudriñó aquellos rasgos que ya había tenido la oportunidad de observar en fotografías: Duros y marcados, con un extraño rictus de severidad que casi parecía habérsele grabado a fuego en sus músculos faciales, los ojos finos y alargados, la boca de tamaño medio y labios delgados, la nariz pequeña aunque de puente largo y con el entrecejo arrugado, pese a que en aquel momento sus cejas estaban relajadas.

Finalmente sonrió, era una media sonrisa socarrona acompañada de una mirada desdeñosa que dirigió primero a aquel que la enfrentaba y después al más joven, que en un alarde de profesionalidad en combate había dejado que su nariz sangrara libremente, con ambas manos libres y listas para atacar.

- Es una lástima que hayáis descubierto mi cara – dijo a ambos mientras llevaba su mano libre a la frente – incluso os… habéis atrevido a cortarme el flequillo. Hasta las cazarrecomepensas cuidamos nuestro aspecto ¿sabéis?

Los dos muchachos se pusieron en guardia, ahora Elisabeth no encaraba a ninguno, así que ignoraban cual sería su próximo movimiento.

- Yo tenía que venir, llevarme la cabeza de ese pobre diablo y largarme – continuó – nadie más tenía que morir y yo no tendría que luchar con nadie. Simple y eficaz, ese es mi lema.

Ahora, el pelirrojo también desenvainaba su arma, mientras una tímida gota de sangre nacida en su nariz colgaba tímidamente en su barbilla, sin caer todavía.

- No me gustan las víctimas colaterales, ni tampoco los entrometidos. Que vuestra misión fuera proteger al viejo no es en absoluto mi problema.

Una vez terminadas sus palabras su mano libre brilló por un segundo, pareció lanzar algo contra la pared frente a ella y escucharon el sonido de un cristal que parecía rebotar con mucha fuerza.

No, un cristal no, dos.

Primero contra la pared, luego contra el techo, pared contraria, suelo, un mueble, otro mueble…

El grito de dolor de su compañero antes de caer al suelo fue lo que avisó al mayor de que debía moverse. Apenas una milésima de segundo le salvó de sufrir una herida importante y caer derribado, además pudo ver pasar a su lado una casi invisible estela blanquecina que le ayudó a identificar el arma atacante.

- ¡La rebound Stone! – exclamó sorprendido mientras miraba a Elise - ¡Erik! – desvió los ojos hacia su compañero - ¿¡Estás bien!? ¡Erik!

No podía hablar más, según rebotaba la piedra ganaba velocidad y se hacía cada vez más imprevisible, lo más grave del asunto es que la trayectoria parecía tan impecablemente bien calculada que ésta siempre acababa regresando para atacarle.

Debía hacer algo, pues su solidez le conferiría, pasado no mucho más tiempo, más poder de penetración que una bala.

- ¡¡Erik!! – insistió.

- S-sí… - respondió finalmente el aludido, sujetando con una de sus manos una sangrante herida en su costado – la herida no ha sido grave… por poco…

- ¿Erik? – se preguntó ella en voz alta – Entonces – miró al otro – tú debes ser…

Aquel al que estaba hablando alzó en aquel momento su musculoso antebrazo frente a su rostro, inmediatamente después algo se clavó en éste con un efecto similar al de un balazo, haciéndolo retroceder incluso por el impacto. Tensar sus músculos al máximo lo había salvado.

- Exacto – respondió él con el rostro constreñido por el dolor – yo soy Luis Fernández, y él es mi compañero Erik Belmont.

Mientras los miraba, el susodicho se levantaba no con mucha dificultad, pero sí jadeando por el intenso dolor de la herida.

- Así que sois vosotros – dijo ella – ya me parecía raro que hubieran enviado a dos críos para proteger a alguien en peligro de muerte… tenéis cierta fama entre los nuestros ¿lo sabíais?

- Y tú en la hermandad – replicó el pelirrojo, empuñando su hoja de nuevo – Pero no sabíamos que tendríamos que proteger a alguien de ti.

Elisabeth sonrió.

- Habéis tenido mala suerte entonces

- Tal vez seas tú quien padezca ese problema – contestó Luis, hablando sin pausa pero sin prisa – no hace falta que nos digas que somos famosos por haber enviado a los calabozos de la hermandad a varios de los de tu gremio. Además, personalmente – se puso en guardia, alzando la espada sobre su cabeza - ¡¡¡ABORREZCO A LOS DE TU CALAÑA!!!

Dio al aire un espadazo vertical que generó una onda de energía, pequeña pero rápida aunque sin la suficiente potencia como para que su rival no la dispersara con una sola mano, pero aquello fue sólo una cortina de humo y apenas había terminado su movimiento cuando la Kischine se lo encontró cara a cara, a una distancia demasiado peligrosa que la obligó a esquivar in extremis algunos golpes de espada, retrocediendo algunos pasos para ganar la oportunidad de contraatacar.

- ¡No escaparás! – exclamó el Fernández mientras se lanzaba contra ella, tajando con su espada

Elisabeth subió la guardia, lista para recibir el golpe mientras a su espalda unos pasos se aproximaban a ella a gran velocidad, volteó y halló a Erik preparado para atacarla con su arma, una espada mediana de doble filo, viéndose sin escapatoria lanzó una patada hacia atrás para rechazar al español, más peligroso que su adolescente compañero de armas, y se preparó para afrontar al Belmont, rechazando la espada de éste con una patada bien lanzada contra sus manos y, aprovechando que había alzado sus brazos y descubierto su abdomen, golpeándolo con un puñetazo lo suficientemente potente como para desequilibrarlo.

Sin embargo Erik no se quedó quieto tras esto. Lacerado por el dolor de la herida de su costado y con la respiración entrecortada debido al último golpe, bajó su arma a toda velocidad tratando de golpearla con la empuñadura, en respuesta ella se le pegó y, tras un sonoro cabezazo, levantó el puño para atizarle en la barbilla y en el mismo movimiento alcanzó sus manos y las forzó a liberar el mango de la hoja, que agarró y lanzó lejos de él.

- Desarmado ¿Y ahora qué? – preguntó burlona.

No debió haber hecho ese comentario, se dobló hacia atrás justo a tiempo para evitar la respuesta del pelirrojo en forma de golpe descendente con ambas manos, éste reaccionó rápido y, tras ver que no había encontrado su objetivo, saltó sobre ella buscando aplastarla con un puñetazo al caer, pero era un movimiento predecible y Elise se retiró justo a tiempo sólo para ver cómo el suelo se agrietaba y hundía bajo su puño. Aquello la dejó con la boca abierta ¿Cuánta fuera podía tener aquel chaval?

La distracción provocó el recibir una patada en la espalda por parte de Luis, más como aviso que como ataque real ya que ni siquiera llegó a desequilibrarla, dispuesta a contraatacar se dio la vuelta y tuvo que responder a más y más tajos del cazador, hábil pero no lo suficientemente rápido como para alcanzarla, no obstante una hoja libre era una hoja peligrosa, debía alejarla de sus manos como había hecho con la de Erik.

Evitó un golpe vertical, otro diagonal, giró para rechazar al Belmont atacante a su espalda con una patada y al encararse de nuevo con Luis llevó su mano a la mochila, otro tajo más y el siguiente ya no hendió en el aire, si no que chocó contra un objeto sólido y metálico, de la misma consistencia que la hoja de la katana.

- ¿Qué…? – se preguntó Luis en voz alta, confuso – ha lanzado su mano contra la espada, pero…

Fuera lo que fuera sin duda era un arma ¿un puño americano? ¿un sable de nudillos? Continuó atacando y siendo rechazado por la cazarrecompensas, cuya mano se movía a tal velocidad que no dejaba ver lo que sujetaba entre sus dedos, hasta que en el choque tras un tajo vertical – algo que no había realizado en unos minutos y que ella esperaba con ganas – ya no pudo retirar la hoja, y pudo ver al fin lo que la muchacha empuñaba, que era también lo que atenazaba su sable: ¡Dos shurikens!

Dos estrellas ninja, sujetas en los espacios interdigitales del dedo corazón, mantenían una férrea sujeción sobre la espada del cazador, que no podía realizar movimiento alguno ni mucho menos retirar la hoja.

- Co… ¿Cómo? – le preguntó mientras tiraba del arma con fuerza - ¿¡Cómo lo haces!?

No se lo explicaba, la mano de la joven parecía completamente relajaba, sujetando los shurikens como quien sostiene una moneda entre sus dedos.

Elisabeth clavó sus ojos en los de él.

- Es simple maña – respondió sin ni siquiera pestañear – podéis ser todo lo fuertes y hábiles que queráis – enfatizó la mención de ambas cualidades por ser las que había observado en ambos jóvenes – pero si no sabéis manejar vuestro cuerpo correctamente, no sois nadie.

Con estas últimas palabras movió el brazo violentamente, obligando al español a soltar su katana y lanzándola lejos de sí.

- Con esto el combate ha terminado – resolvió con frialdad – ahora aceptad vuestra derrota – movió uno de los Shuriken hasta poder cojerlo con el pulgar y el índice – y morid con dignidad.

- Lo siento, pero aquí no va a morir nadie – respondió el español en tono amenazante.

- ¡Ja! ¿Qué dices? – respondió ella con altivez – Estáis desarmados, ya no hay nada que pod-¡Aaaah!

Una súbita descarga eléctrica le hizo soltar las estrellas al instante y retroceder unos pasos, sacudiendo la mano. Tardó en darse cuenta de que Luis, con los brazos relajados y caídos, le apuntaba con un solitario dedo.

- Nuestras únicas armas no son las espadas – espetó – y desde luego tampoco son las mejores. Poseemos otros… recursos.

A su espalda Erik se alzaba, su cuerpo empezaba a brillar con una tenue aunque intensa luz rojiza.

- Contrólate – le ordenó el Fernández desde su posición – no has dado muestra de uso de aura salvo al emplear las Rebound Stone – dijo ahora a ella – por lo que nosotros tampoco lo haremos. Sólo quería desarmarte y que éste siguiera siendo un combate limpio.

- ¿Siguiera? ¿Tienes intención de continuar por un casual?

En respuesta a esto, en un movimiento inesperado por su parte Luis respiró profundamente, expulsando el aire con fuerza por la boca, tensó todos sus músculos y, tras saludar con una leve reverencia, adoptó una posición estándar de combate, con las piernas abiertas y flexionadas y los puños alzados frente a su pecho.

- ¿Responde esto a tu pregunta?

- ¡Por supuesto!

Sin ningún paso previo, la cazarrecompensas atacó con una poderosa patada, que Luis detuvo firmemente con su antebrazo herido para contraatacar con otra, pero lateral y contundente, si bien no lo suficientemente rápida para evitar que Elisabeth se adelantara flexionando el brazo sobre su costado para bloquearla y obligarlo a volver a la posición de guardia inicial.

Fue sólo un pequeño escarceo, pero suficiente como para poder medir aproximadamente sus fuerzas.

Tras esto el combate dio comienzo de verdad, Luis y Elise intercambiaban golpes de gran velocidad y contundencia, saltaban y se atacaban sin piedad alguna, si bien la muchacha no podía negar su sorpresa al observar que el Fernández siempre la atacaba frontalmente o hacia su mano libre, evitando aquella con la que sujetaba la bolsa con la cabeza del anciano ¿No sería más fácil reventar la cabeza y dar así su encargo como fracasado? ¿No tendría una ventaja extra al atacarle a un lado hacia el que no se pudiera cubrir?

Cruzaron sus puños en un par de ocasiones, el aire parecía soltar chispas a su alrededor mientras el duelo ganaba en intensidad, hasta que por fin Luis encontró un hueco, y atacó.

Fue un golpe blando, el joven sencillamente tomó aire y la empujó mientras lo exhalaba, ella contraatacó con una patada lateral directa hacia la sien del cazador, él la bloqueó colocando su brazo en vertical, lo bajó violentamente en horizontal para anular por completo el golpe y trató de golpearla en la cara con un directo, pero falló, y no porque la muchacha se moviera a un lado para esquivarlo, si no porque había desaparecido frente a sus ojos.

Confuso, mantuvo esa misma postura durante más de un segundo, cosa que inmediatamente comprendería como un error crucial cuando sintió la delicada pero férrea mano de la muchacha aferrarse a su muñeca desde un punto fuera de su campo de visión.

En ese momento se dio cuenta. No había desaparecido, sencillamente se había escapado por un punto ciego, y había llegado ahí sin que la pudiera sentir siquiera ¿Tan hábil era? Las palabras que entonces llegaron a su oído lo hicieron estremecer.

- Jaque Mate

Acto seguido sintió cómo lo zancadilleaba y le pateaba la espalda para tirarlo al suelo mientras, ya derribado, le sujetaba el brazo en una postura casi imposible y altamente dolorosa, al borde de la dislocación de todas las articulaciones de la extremidad.

- ¡Luis!

- ¡¡¡JO-DER!!! – Exclamó el español entre dientes antes de gritar de dolor ante un mal movimiento tratando de forcejear.

- Ahora te tengo a mi merced – le espetó la Kischine – puedo torturarte, arrancarte el brazo de cuajo e incluso – llevó su pie desde el centro de la espalda hasta la cabeza, pisándosela – matarte. Ha sido una lucha justa así que deberías mantener tu dignidad y aceptar la derrota.

- ¡Que te jodan! – respondió él entre dientes.

- ¡Suéltalo! – exclamó Erik por su parte.

- No a los dos – respondió ella –  si quieres – se dirigió al Belmont – puedes atacarme, durarás mucho menos que él pero iba a mataros de todas formas, así que…

- ¡¡¡HE DICHO QUE LO SUELTES!!!

- ¿Qué parte de “no” no has entendido, niño?

Nuevamente surgió la luminosidad rojiza, pero ésta vez con un brillo mucho más intenso y acompañada de un sofocante calor que tardó poco en inundar la sala.

- Erik… ¡no lo hagas! – exclamó el español desde su lugar, temeroso de lo que estaba a punto de suceder - ¡Todavía no puedes hacerlo!

Pero el Belmont no escuchaba, el brillo escarlata creció hasta convertirse en un aura flamígera. Miraba a Elisabeth con el odio marcado en el rostro, los puños cerrados y dientes apretados. Su presión sanguínea debía haber aumentado, ya que la herida provocada por la Rebound Stone volvía a sangrar.

Súbitamente, un pequeño tornado llameante lo rodeó.

- No, joder ¡No! ¡Mi padre te prohibió liberarlo! ¡Todavía no lo puedes controlar! – insistía Luis, con el rostro desencajado - ¡Reducirás este lugar a cenizas!

La mujer no decía nada, sólo lo miraba atónita, con los ojos como platos, incluso parecía haber olvidado a su contrincante.

¿Qué llevaba ese muchacho en su interior? ¿Un Ifrit?

Entre tanto la casa, tal y como Luis había profetizado, comenzaba prenderse poco a poco, de hecho los muebles más cercanos a la posición de Erik ya eran verdaderas teas y alguno más pequeño se había visto ya reducido a cenizas, al poco rato toda la estancia era ya algo que se aproximaba peligrosamente a una visión a escala reducida del infierno.

- POR ÚLTIMA VEZ – insistió el descontrolado pelirrojo - ¡¡¡SUÉLTALO!!!

La Kischine se dispuso a obedecer, pero no por sentirse intimidada si no porque fuera lo que fuera aquel poder, debía detenerlo cuanto antes. La única explicación plausible que se le ocurría en aquel momento es que se encontrara ante un luchador elemental en pleno despertar, había leído en algún sitio que los elementales forzados – no naturales – eran los más peligrosos en el proceso de toma de conciencia.

Luis Fernández podía esperar, Erik era más peligroso.

Entonces algo inesperado ocurrió, un grito de horror frente a la puerta derribada los sacó del tenso trance en el que se hallaban y calmó la furia de Erik. Éste y Elisabeth – Luis, debido al dolor de su brazo, tenía dificultades al levantarse – salieron de la casa para encontrar, a unos pocos metros, a una muchacha junto a un desvencijado coche. La muchacha era bastante joven, de no más de 18 o 19 años, cabello lacio y rubio ceniza, con rasgos aún no muy bien definidos, enjuta y vestida con ropa fresca y ancha.

- Quien… demonios… - articuló a duras penas la cazarrecompensas.

- Quien… ¿¡Quienes sois vosotros!? – preguntó la recién llegada de repente, casi en un grito - ¿¡Por qué está la casa en llamas!? ¡Abuelo! ¡Abuela! – echó a correr hacia ellos, tal vez tratando de abrirse paso - ¡Apartad, tengo que sacarlos!

Elisabeth no reaccionó, pero Erik la sujetó con fuerza y la empujó hacia fuera.

- ¡No! ¡Es peligroso! ¡Ahí dentro es un infierno!

- ¡No, no! ¡Tengo que sacarlos! ¡Déjame!

Mientras forcejeaban llegó un coche más, un todo terreno para ser exactos, con las luces largas puestas y campo través. Tanto el Belmont como la cazarrecompensas repararon en él, pero sólo ella lo reconoció.

El 4x4 se detuvo a pocos metros de la escena sin parar el motor, de él descendió con parsimonia un hombre alto y recio, de músculos claramente desarrollados, no se distinguían ni su vestimenta ni mucho menos su rostro, tan sólo lo que parecía la vaina de una espada de longitud media-corta colgando de su cintura.

Elise abrió levemente la boca. En efecto, era él.

Por un segundo la escena continuó tal cual pero entonces, desde aquella distancia prudencial que evitaba que lo reconocieran, la extraña figura realizó un movimiento, un simple movimiento con aquella espada que le colgaba de la cintura, y la muchacha dejó de moverse, con un repentino de rictus de sorpresa y dolor en el rostro.

- Eliminando pruebas ¿Eh, Elise? – se dirigió a ella desde la lejanía – Buen trabajo, aunque nunca habías llegado a quemar toda una casa.

La aludida no respondió, sólo miró a la joven que, ya muerta, resbalaba lentamente por los brazos del pelirrojo.

- ¿Q-qué? - Preguntó incrédula, mirándolo de nuevo, incapaz de asimilar lo que acababa de hacer.

Aquella chica… no sabía nada, no había visto nada, seguramente ni siquiera se habría fijado en su rostro, afanada como estaba en tratar de entrar para rescatar a sus abuelos, o lo que quedara de ellos.

- ¿Tienes la cabeza?

Reaccionó instantáneamente a aquellas palabras y sin pensar lo más mínimo, sin mirarlo siquiera, le lanzó la bolsa que contenía la testa de la desafortunada víctima. Ni siquiera sabía lo que había hecho, estaba como… ida.

Un par de segundos cayó un abultado sobre a sus pies, se agachó y lo recogió, contenía dinero, mucho dinero, el suficiente como para dar 5 vueltas al mundo y todavía sobraría para visitar un par de países y darse unos buenos lujos.

Se escuchó el ruido de un motor acelerando, el 4x4 se marchaba, Erik estaba atónito y ella continuaba ida, a su lado salía de la casa en llamas el español, que la miró con desprecio.

- Ya tienes tu recompensa – le espetó con desdén – Satisfecha ¿no? ¿Sigues queriendo matarnos?

No respondió, no le interesaba, no le importaba, sobre en mano simplemente comenzó a caminar ladera abajo.

- ¡¡¡EH!!! – la llamó la voz de Luis cuando ya hubo recorrido unos metros.

No hizo caso alguno, no veía lo que tenía delante, sólo la cabeza decapitada antes de ser introducida en la bolsa, el rostro inerte y desencajado de terror de la esposa de su víctima y aquella joven, que no sabía nada de nada.

Había muerto una familia entera, dos de sus miembros sin razón alguna, porque en realidad no era razón alguna haberle visto la cara.

Ella no trabajaba así, ella era sigilosa, eficaz, nunca moría nadie más allá aquel por quien cuya cabeza le iban a pagar, nunca destruía nada más allá de lo necesario.

Súbitamente sus ojos se emborronaron y empezaron a escocer, y dos pesadas lágrimas cayeron por sus mejillas. De repente la culpa le pesaba, lloraba por lo que acababa de hacer, su cuerpo perdía poco a poco las fuerzas.

Buscó tambaleante un apoyo, y lo encontró en una gran roca aplanada sobre un lado, como dispuesta para quienes desearan sentarse en ella.

Allí se acurrucó y lloró, abrazada a sus rodillas. Lloró por el anciano, por su esposa, por la joven que no sabía nada, por todas sus víctimas, acumuladas a lo largo de tantos años.

“Esto tiene que acabar” repetía en su mente mientras sollozaba en mitad de un llanto desconsolado “¡Ya no deseo matar más!”

Por un segundo, un grito angustiado inundó aquel prado.

- ¡¡¡PERDONADME!!!

------------------------

Sí, volví de mi expulsión, que para desgracia de aquellos que se regocijaron y me insultaron a mis espaldas ha durado solamente dos días

Del baneo en sí, poco que decir, casi puede decirse que lo busqué porque básicamente quería comprobar cuánto podía estirarse el elástico de los usuarios del subforo de PS3 así como cuanto tardaría en ser baneado, la respuesta que he obtenido a ambas cuestiones es: Muy poco

Y hablando de respuestas, vamos a las que importan que son las referentes al fanfic, y es que Thomas Light ya ha tenido la oportunidad de leerlo y aunque en principio iba a contestar por privado, veo perfectamente factible hacerlo aquí como he hecho en otras ocasiones.

Este ha sido el comentario del manito Thomas

A decir verdad, el misterio de Elise habia quedado atrás, y ahora ya la habia asociado con su papel familiar y de madre. Pero ahora que nos das este flash-back, veo que era necesaria su historia como cazarecompensas.
Muy buen capitulo con los jovenes cazadores; necesitaba otro capitulo con pelea. Eso si, para ser sincero... no me convencio mucho el arrepentimiento de Elise por solo matar una familia Aunque si, no es una asesina a sueldo, pero fue bastante fuerte como mató al anciano ese X_x


El misterio de Elise era algo que en principio iba a quedar un poco en el aire, pero últimamente no me sentía muy a gusto con esa idea, lo que supongo que dio lugar a acabar desembocando aquí.

Lo que dices del arrepentimiento... es algo que se comprende cuando echas la vista atrás y miras los Episodios donde de una forma u otra la historia se centra en ella. Elisabeth es una mujer que creció sólo con su padre y se quedó sola en la adolescencia, no ha conocido una familia real y es algo que deseaba, de ahí que acabara desposada con François y embarazada de un hijo suyo en menos de un año, igualmente su miedo exacerbado por perder a René y su preocupación cuando François le oculta su recién descubierto pasado son pruebas de ello. Es por ello por lo que se arrepiente, porque puede ver en directo (gracias a la vieja y finalmente la nieta) el dolor que provoca la ruptura de una familia.

Cierto, cuesta separar a Elise de su papel de madre y esposa, pero a fin de cuentas todo el mundo tiene un pasado

Todavía quedan un par de cosas que contar sobre ella, pero ya he planificado cuando las contaré y no será mediante flashbacks episódicos.

Ahora debo empezar con el siguiente ^_^

Publicado: 15:21 01/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Llevo mucho tiempo manejando un post oficial de figuras de Saint Seiya en el subforo de Manga/Anime, no obstante ya sea porque se ha perdido interés en el coleccionismo (dada la situación económica no es de extrañar) o porque los antiguos asíduos tienen ya sus propias fuentes, dicho hilo ha quedado desierto y me parece que, sin audiencia, no tiene razón de ser.

No os equivoqueis, no es un lloriqueo ¡al contrario! Me alegra porque es más fácil colocar noticias en un blog que mantener vivo un post que pasa desapercibido salvo para los cuatro frikis que coleccionamos. Además, originalmente iba a dedicar parte de mi blog a eso, a comentar figuras de Saint Seiya y a colocar aquí las noticias sobre ellas.

De modo que inauguro oficialmente las noticias con lo anunciado en el título de la entrada:

Imágenes oficiales de Pegaso Primera Armadura







Qué decir. Las fotos oficiales siempre suelen ser más bonitas de lo que en realidad es la figura, pero de Pegaso V1 poco queda que comentar ya. Se agradece el detalle de poder ponerle las alas a la espalda como sucede con la Vintage, y además según los scans de Hobby Japan y figure Ou de éste mes además se le puede colocar el escudito que conforma la cola del Object.

La figura saldrá a finales de Junio, y ya está el preorder listo en todas las tiendas online habituales.

Primera imágen de Andrómeda Primera Armadura



Poco se observa en la foto, pero lo que se ve es muy bonito, con una armadura de un hermoso color rosa cromado y coloración perfecta. Las musleras tal vez un poco anchas y recemos para que cambien las cadenas y le pongan la pica y la esfera originales, ya que esos modelos son los de la 2ª armadura.

El rostro, eso sí, es horrendo =/

Primera imágen de Piscis Espectro



¿Cómo se mejora lo inmejorable? No tocándolo amigos, Aphrodite ya era perfecto en su versión dorada, con un muy leve toque de benevolencia en su expresión así que... ¿Por qué modificar ese rostro? El caballero de Piscis se mantiene tal cual y regresa vestido con su Surplice, llena de ángulos agudos y con la licencia artística de ampliar el casco con unas aletas mayores. Poco más que comentar aquí ¿La rosa de su boca tendrá capullos intercambiables esta vez?

FUENTE: Saint Seiya Gallery

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