Un Amiibo que tenía que tener

Me gustan los Amiibo, mucho, de hecho no son ni de lejos la primera colección de figuras de Nintendo de la que me hago con alguna peeeeeeeeero lo que me gusta de ellos es que hacen algo más que ocupar espacio en el estante. Que sí, que bloquean contenido que en el peor de los casos podría ser DLC - Vease Codename STEAM o Splatoon - pero ciertamente estos casos son los menos, y que teniendo un Amiibo de Link desbloquee un mono tematizado para mi Mii y por otro lado pueda entrenar una IA en Smash Bros capaz de desatar el infierno es algo que me mola.



No obstante tampoco me matan, por un lado despiertan mi lado coleccionista pero por otro no los sigo. Son muchos, a algunos no les veo demasiado sentido (Wii Fit Trainer era un personaje sin identidad hasta Smash, seamos sinceros) y otros no me parecen lo bastante relevantes como para tener representación pero ¡Ey! Están en Smash, y siempre podrán ser el personaje favorito de más de uno.

El otro día paré por Game a alquilar algo y mis ojos se toparon con un Amiibo que tuve el impulso de comprar. Ni pensárselo dos veces ni hostias, antes de darme cuenta estaba frente al mostrador con él y el juego al que viciaría non stop durante los dos días subsiguientes. Se trata del Mario Pixelado.



Es una lástima que el de los colores retro sea exclusivo del pack Wii U+Mario Maker, pero aún así han sido demasiadas horas controlando a este sprite en mi infancia - Y aún en la adultez. No me atrevo a contar la cantidad de veces que me he pasado el SMB en 3DS - y quería esto en mi estantería, aunque fuera a cambio de 13 € menos en el bolsillo.

Ojalá Nintendo lanzara más Amiibo de este tipo, literalmente no hay detalles que pintar así que es perfecto, y es grande, macizo y destaca ¿Uno de Link para el próximo aniversario de Zelda por favor?