Prelude of Twilight

Publicado: 18:26 18/11/2007 · Etiquetas: · Categorías: CastleVania: Twilight Rhapsodia
Don’t wait until Night, Hearts of Fire

- Cl... Claire... ¿Qué estás haciendo aquí?

La muchacha sonrió levemente y bajó de un salto.

- Bueno, ya sabes, viajo continuamente.

Erik torció el gesto, no lo recordaba, aunque a decir verdad, en aquel momento no le importaba demasiado.

Su corazón aún le dolía.

- ¿Y qué quieres de mí? – preguntó fingiendo interés en la respuesta.

- Antes de responder a eso – contestó Claire, mirándole con ojos curiosos – quisiera saber si te encuentras bien.

El pelirrojo, sorprendido por la repentina pregunta, titubeó.

- A… ¿a qué viene eso?

La sonrisa de la muchacha dio paso a una disimulada mueca de preocupación.

- Bueno, te vi correr… estabas llorando…

- Ah, eso… - apartó la vista, girando levemente la cabeza – no… no es nada… no es… asunto tuyo….

Claire suspiró.

- ¡Venga! Si estabas llorando no puede ser “nada” ¿Ves? – apuntó con un dedo a su cara – las lágrimas aún no se te han secado.

Con un manotazo, el Belmont apartó la mano de la muchacha.

- ¡No me pasa nada! – insistió ofendido – Además ¿A santo de qué te interesas por mi estado de ánimo? Se supone que deberías huir de mí, tengo la misión de capturarte ¿recuerdas?

- ¡Claro que lo recuerdo! – replicó risueña – y también recuerdo que tú y yo teníamos una cuenta pendiente ¿o no?

Erik quedó confuso por un momento.

- ¿Cuenta… pendiente…?

- Tú y yo – continuó ella - ¡tenemos un combate por terminar!

Claire culminó la frase lanzando a Erik un puñetazo que éste detuvo con una sola mano.

- Ahora – le espetó con cara de hastío – no tengo ganas de luchar… lo terminaremos otro día si no te importa.

Le soltó la mano y echó a andar en la dirección por la que había venido, pero antes de avanzar siquiera un metro, la joven rubia le cortó el paso.

- ¿Y bien? – preguntó ella, desafiante – no pienso dejarte pasar hasta que concluya nuestro encuentro.

Sin mediar palabra, Erik le puso la mano en el hombro y la apartó suavemente, pero ésta, en un rápido movimiento, le apresó el brazo y se colocó detrás de él.

- Ya sabes cual es la única opción que tienes si quieres librarte de miiii – canturreó Claire alegremente.

- Te repito que… ¡NO TENGO LA MÁS MÍNIMA GANA DE PELEAR!

En un poderoso movimiento, Erik se dio la vuelta, liberándose de la presa de la muchacha y atacándole con su brazo libre, ejecutando un puñetazo giratorio, ella se retiró de un salto, sonriente.

- ¡Vaya! – exclamó divertida - ¡Nadie lo diría!

- ¡Piérdete! – le espetó el pelirrojo mientras se daba la vuelta y retomaba su camino.

Sintió los pasos acelerados de ella a su espalda pero no se inmutó lo más mínimo, hasta que el sonido de un movimiento rápido y un pie asomando por su entrepierna le hicieron reaccionar, deteniéndolo con ambas manos.

- Pe… ¿¡Pero a ti qué coño te pasa!? – profirió alarmado.

Claire bajó la pierna y le sacó la lengua burlonamente.

- ¿Por qué te alteras tanto? Es sólo una patada en tus partes.

- ¡Serás…!

Esta vez sí, el muchacho se dio la vuelta y se abalanzó sobre ella con un puñetazo que ésta esquivó, sonriente.

- ¿Ves como sí tenías ganas de luchar? – cuestionó.

- Bueno… - Erik adoptó una posición de guardia alta, con las piernas ligeramente flexionadas – digamos que cuando me tocan los cojones de una forma tan… literal, no suelo quedarme quietecito.

La sonrisa de la joven se acrecentó.

- Entonces ¿A qué esperamos? Terminemos lo empezado.

Casi como de mutuo acuerdo, los dos retrocedieron de un salto, quedando un espacio considerable entre ambos, Erik relajó sus muñecas, mientras Claire ajustaba sus deportivas dando pequeños puntapiés en el suelo, apenas acabaron, casi al mismo tiempo, embistieron el uno contra el otro.

Empezó Claire, más rápida, atacando con un gancho que Erik esquivó doblándose hacia atrás y, en el mismo movimiento, retrocediendo con una voltereta y golpeando con ambos pies a la muchacha, que ni siquiera se tambaleó, empujándole apenas éste se encontraba en completa verticalidad sobre sus manos, el pelirrojo, que cayó al suelo, se levantó y la agarró de la camiseta, intentando lanzarla, pero ésta dio una vuelta sobre sí misma, aprovechando la flexibilidad de la lycra para que la prenda no se rompiera, y se colocó entre los brazos del joven, al que propinó un rodillazo en el estómago.

Erik la soltó y retrocedió unos pasos, con la mano en el bajo vientre.

- ¡No lo estás haciendo bien! – Protestó ella - ¿Qué ha pasado con el excelente luchador al que me enfrenté en Barcelona?

El pelirrojo alzó la vista y negó con la cabeza.

- Me he descuidado – se disculpó antes de adoptar de nuevo la posición de guardia - ¿Seguimos?

Volvieron a enzarzarse de nuevo, siendo él el primero en atacar esta vez con un codazo que Claire detuvo hábilmente para contraatacar con dos rodillazos seguidos que Erik no contuvo, si no que resistió tensando su abdomen antes de golpear a la joven con una patada frontal que no pudo esquivar, y un golpe a la cara con el dorso de la mano fuertemente cerrada, ella respondió a esto colocando su mano en forma de espada y atacándole al cuello.

Erik detuvo el golpe cruzando su brazo derecho mientras que tensaba su mano izquierda en forma de garra y atrapaba con ella el hombro de la muchacha, que se vio obligada a volver a retroceder para, con la misma mano lanzar una “estocada” que el pelirrojo detuvo en seco atrapándola con fuerza con ambas manos y retirándola bruscamente para acercarse a ella y propinarle una palmetada seca en el esternón, ella volvió a la carga y atacó a determinados puntos, los hombros, los pectorales, abdomen, cuello… pero, uno tras otro, Erik paraba todos sus ataques.

- Me conozco la tegatana de memoria – le espetó - ¿No tienes otro estilo?

Claire sonrió y dio una rápida vuelta sobre sí misma, golpeándolo en el proceso, el muchacho se llevó la mano a donde había recibido el impacto en la cara y, al retirarla, vio pequeñas gotas de sangre en ella, cuando volvió a dirigir la vista a la muchacha, ésta había cambiado la posición de sus manos, ahora con los dedos tensos, con el pulgar y el meñique ligeramente recogidos, y el corazón y el índice más extendidos que los demás, su postura era enconrvada y las piernas, tensas, juntas y ligeramente flexionadas, se apoyaban, especialmente la derecha, adelantada, sobre las puntas de los pies.

- Neko – se limitó a articular con una sonrisa.

Erik comprendió.

Neko, gato en japonés, rápido, ágil, imprevisible y en ocasiones juguetón.

Separó un poco más los brazos del cuerpo y relajó las manos, tenía la impresión de que sus puños no iban a servir de nada ahora, y tuvo la oportunidad de comprobarlo cuando la joven atacó, lanzando zarpazos rápidos y aleatorios que, al mismo tiempo, estaban increíblemente bien calculados, tuvo problemas para esquivarla hasta que usó sus propios brazos para rechazarla y, con la mano muerta, intentó golpearla en la sin éxito, ya que ésta, casi en un mismo movimiento, se echó hacia atrás y volvió a abalanzarse sobre él, provocándole otras dos heridas, esta vez en los antebrazos, con los que Erik acertó a cubrirse a tiempo.

Abrumado por la velocidad de los ataques de Claire, el pelirrojo se vio obligado a moverse, aquel combate se le ponía cuesta arriba, empezaba a resultar estimulante.

Súbitamente, sonrió.

Se estaba divirtiendo.

Ella sonrió a su vez, una sonrisa casi aliviada, y relajó sus hombros.

- Me alegra que al fin te hayas animado – confesó.

Una vez más se enzarzaron, dispuestos a finalizar el combate; Erik, viendo que sus puños no eran lo suficientemente potentes para superar las defensas de Claire, pasó a usar las piernas, sin embargo, haciendo uso del estilo del gato la muchacha parecía haber adquirido la flexibilidad de éstos animales, y lo esquivaba doblándose en ángulos imposibles para contraatacar con patadas rápidas y secas, desplazándose apenas tocaba el suelo para volver a golpear, en una lluvia de impactos que, al final, acabó por derribar al pelirrojo.

En el suelo Erik se llevó la mano a la cabeza y reflexionó, a su cuerpo le pasaba algo, de la noche a la mañana había perdido fuerza y velocidad, se había cansado con facilidad, además, el corazón continuaba doliéndole.

Abrió los ojos y miró al anaranjado atardecer, ya adquiriendo los tintes púrpuras del crepúsculo.

- Oye… ¿Estás bien?

Echó la cabeza hacia atrás, Claire lo observaba desde su espalda, mirándolo con cierta curiosidad y, al mismo tiempo, preocupación.

- Si… sí, estoy bien – contestó – algo mareadillo, eso es todo.

Era mentira, una simple excusa para seguir tumbado, no se había mareado en absoluto, sólo quería conectar con aquellos ojos acuosos otra vez, como en su primer combate.

Quería descifrar, de alguna manera, los pensamientos de aquella muchacha.

- Bueno, si estás mareado, esperaré – resolvió la joven mientras desabrochaba los cinturones que sujetaban sus espadas a ambos lados de la cadera.

- ¿Pero qué…?

- Estás desarmado – explicó ella – yo puedo usar mis espadas en defensa como simple acto reflejo, tú no…

Mientras se movía, torciéndose para desabrochar las hebillas, Erik dejó de prestar atención a sus ojos y se centró en el conjunto, tal vez fuera por el ángulo, pero bañada por aquella luz anaranjada, Claire parecía anormalmente bella, casi sensual…

- No sería justo ¿no te parece? – concluyó tirando sus armas al suelo, sacándolo de su ensimismamiento.

- ¿Eh? – el pelirrojo meneó la cabeza – sí, sí… pero… - se dio la vuelta, colocándose boca abajo para levantarse - ¿te vas a quedar desarmada frente a mí, que tengo la misión de capturarte?

Claire se encogió de hombros.

- Bueno, aún no has tomado una decisión ¿verdad?

Erik negó con la cabeza.

- Entonces… limitémonos a disfrutar del combate.

Tendió la mano al Belmont, que ya estaba de rodillas, y lo ayudó a levantarse, entonces pudo mirarla fijamente a los ojos durante unos instantes y, una vez más, tuvo la sensación de estar ante una persona realmente bondadosa.

- ¿Seguimos? – insistió.

- Venga, va – aceptó el muchacho.

De nuevo retrocedieron y adoptaron posición de combate, para sorpresa de Erik, Claire no volvió a la postura del gato, si no que se colocó en una postura estándar.

Sin darle mayor importancia a ello, pasó al ataque, esta vez decidió desequilibrarla y para ello se acercó más de lo normal, insistiendo con golpes rápidos y poco potentes hasta que logró hacerla abrir la guardia propinándole un rodillazo en el vientre, un codazo en las costillas y un gancho con el que la mandó por los aires, pero Claire no tenía la intención de caer, dio una voltereta en mitad de su vuelo y aterrizó limpiamente en el suelo.

Erik aprovechó ese momento para intentar conectar un derechazo directo, pero su golpe no llegó a impactar en su adversaria, si no que golpeó algo frío, sólido e increíblemente duro.

Un muro de Hielo se alzaba entre ambos, deteniendo el golpe que había lanzado.

- No tengo mis espadas, Erik Belmont – dijo ella desde el otro lado - pero sí que tengo… mi magia.

Claire cerró el puño y el muro de hielo se hizo añicos.

- Así que Magia – observó Erik mientras se sacudía la mano, sonriendo - ¿aún se va a poner más interesante?

- Oh, sí – respondió ésta – te lo aseguro… ¡NEEDLE SP…!

La muchacha se detuvo de repente y miró a su espalda, alarmada, por su cara, Erik se dio cuenta de que algo iba mal.

- No puede ser… - murmuró ella - ¡ellos otra vez! ¿Cómo me han encontrado?

- ¿Pasa algo? – preguntó Erik, curioso.

Sin mediar palabra, Claire se agachó y recogió sus espadas, abrochándose ambos cinturones con rapidez.

- Aún están lejos – se decía a sí misma – tengo algo de tiempo… - miró directamente al chico, su semblante ahora era totalmente serio – lo siento pero… nuestro duelo tendrá que esperar.

Echó a andar a paso ligero, pero Erik la detuvo.

- ¡Eh, oye, espera! – la llamó - ¿Se puede saber qué pasa?

Claire se dio la vuelta, estaba muy nerviosa, casi asustada.

- Será mejor que te vayas de aquí – lo avisó – ¡si te ven te arrepentirás de haberte cruzado en su camino!

El Belmont quedó confuso con esto ¿Acaso, aparte de él, había alguien más con la misión de capturarla en aquellos momentos? Se suponía que todos los demás habían fracasado.

Y así y todo, otra duda le carcomía.

Miró a Claire, que se alejaba corriendo, y no resistió la tentación de detenerla una vez más.

- ¡Espera! – la llamó otra vez - ¿Has combatido contra mí sólo por… animarme?

La muchacha se dio la vuelta y, sin hablar, asintió.

- ¿¡Por qué!? – preguntó una vez más.

En la lejanía, el miedo dio paso a una sonrisa disimulada, dijo algo que Erik no pudo oír, y se volvió a alejar corriendo.

Entonces un aura extraña invadió el ambiente, o más bien la mezcla de dos auras, tan potentes que incluso él podía sentirlas y sentir también a sus emisores, tan cargadas de agresividad y malignidad que infundía cierto terror en su corazón.

Pensó en hacer caso a Claire y salir huyendo, pero inmediatamente otra idea sustituyó a ésta, y se le antojó tan suicida y estúpida que en otro momento la hubiera desechado al instante, pero en aquel momento, sin saber por qué, le parecía lo mejor que podía hacer.

Los detendría, aunque sólo fuera por unos momentos.

Rápidamente escaló la pared de la casa sobre la que había aparecido Claire hasta el tejado, desde allí tuvo una visión clara de las calles de la barriada y pudo saber exactamente donde estaban los dos perseguidores.

Ahora sólo le quedaba llevar a cabo su cometido.

Se corriendo a por el de la derecha, a toda velocidad, y saltó frente a él en la oscuridad apenas se lo cruzó, lo golpeó con todas sus fuerzas, estampándolo contra unos cubos de basura que había allí, y volvió a subir a los terrados, donde alcanzó al otro.

Este era mucho más rápido, por lo que le costó darle caza, cuando lo logró, estando demasiado cansado para golpearlo, unió sus manos, formando la boca de un dragón, y le lanzó una llamarada de su Dragon Breath, pudiendo ver gracias al destello provocado por ésta que era una mujer madura, cuyo cabello corto era rubio con ciertos reflejos verdosos.

No le dio tiempo a ver nada más, inmediatamente salió a la calle donde él y Claire se habían enfrentado y, a todo correr, emprendió el regreso a la mansión de las Lecarde, no deteniéndose hasta que dejó de sentir el aura de aquellas figuras.

Entonces, caminando ya bajo las luces artificiales y el oscuro manto de la noche, se dio cuenta de que por primera vez en bastante tiempo, estaba contento, se sentía aliviado por saber que Claire Simons seguía viva y, al mismo tiempo, orgulloso de sí mismo por haberle dado un poco más de tiempo para escapar y sobrevivir otro día.

En ese momento sus fuerzas terminaron de derrumbarse, relajado y sin necesidad de mantenerse en guardia, toda la tensión acumulada lo dejó hecho papel de fumar, caminó hasta encontrar uno de los muchos bancos de un parque en el que se sentó, echando la cabeza hacia atrás, sintiendo la brisa nocturna, más fría esa noche que la anterior, y se dio cuenta de que ya no sentía ningún rencor por las hermanas Lecarde, ni siquiera por Stella, que lo había hecho vivir aquella pesadilla hace un rato, incluso tenía la sensación de que le había hecho un favor, pero no sabía cual exactamente.

Sonrió, pensando en volver y descansar, y cerró los ojos, en ese momento la imagen de Claire, mirándolo en la lejanía, le vino, atesoró y memorizó aquel instante, y recordó la frase que no pudo oír, disponiéndose a descifrarla, recordando el movimiento de sus labios.

Le llevó un buen rato, media hora o incluso más, y cuando lo consiguió su sonrisa se acrecentó aún más.

Aquella frase, a la que su mente dio la voz aterciopelada de la muchacha, se grabó a fuego en su cabeza.

“Porque no quiero ver sufrir a las personas que me caen bien”
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Comentarios: (del primero al último)
22:54 18/11/2007
Me parecio una mezcla entre una pelea, y un baile entre dos enamorados =P
Buen Capitulo, algo alegre despues de tantas penas
09:03 19/11/2007
"Me parecio una mezcla entre una pelea, y un baile entre dos enamorados"

Ni yo lo hubiera definido tan bien
18:36 19/11/2007
Primero que nada decirte que los mensajes que tienes a mi nombre del día 9 no son míos,mi hija tomó prestada mi cuenta sin permiso.Si no te importa los borras.
Segundo que voy por el capítulo 23,y me está gustando mucho la historia,espero acabarla entre hoy y mañana.
Saludos
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