Prelude of Twilight

Publicado: 19:49 07/06/2008 · Etiquetas: · Categorías: CastleVania: Twilight Rhapsodia
Carnival Eves

No tardaron ni diez minutos en terminar de prepararse, el alarmado grupo formado por los dos Belmont, el matrimonio Lecarde y Luis Fernández salió a toda prisa del edificio habiéndose despedido ya de Stella y Loretta, que convinieron quedarse en casa a cuidar de René.

La división de las patrullas se formó antes de llegar al primer piso, François y Elisabeth decidieron cubrir la zona Este, Luis y Erik la zona oeste y Simon, que en principio acompañaría a su hermano y su cuñado, se desmarcó solicitando patrullar en solitario la zona Norte.

- Stella y Loretta no encontraron nada siendo dos – arguyó ante las protestas de su hermano – si somos tres grupos tenemos un tercio más de posibilidades de encontrar algo.

“Argumento incontestable” pensó Luis mientras arribaban al portal.

Elisabeth abrió la pesada puerta metálica y un ambiente cargado y putrefacto penetró casi a presión en el edificio, los cinco cazadores salieron y, antes de poder escudriñar nada, un grito del Lecarde los alertó.

- ¡AGACHAD LA CABEZA, YA!

Un potente sonido cortante perforó sus oídos y una increíble cantidad de explosiones simultaneas – Simon contó ocho – con una posterior lluvia de cenizas los confundió, al volver a alzar la vista encontraron a François jadeando, con su lanza empuñada y el dolor de las heridas convalecientes reflejado en el rostro.

- ¿Un grupo de vampiros ha atacado… en plena calle? – preguntó Elise, estupefacta.

Así era, un rápido vistazo les permitió contemplar a la gente, que los miraba y murmuraba entre asustados e impresionados, François había sentido la presencia de las criaturas y antes de salir a la calle ya había comenzado a mover circularmente su arma, deshaciéndose de todos sus atacantes en un solo golpe.

- Esto no es buena señal – comentó el Fernández.

Simon se estremeció ¿Era correcto su presentimiento?

- Mucho me temo que vayamos a trabajar duro esta noche – articuló Erik – Simon ¿Seguro que quieres ir por libre?

El hermano menor asintió sin dudar un segundo.

- Me las arreglaré, no te preocupes.

El pelirrojo torció el gesto, las miradas de los fortuitos espectadores se clavaban en ellos.

- Creo que ellos nos van a dar más problemas que los vampiros – articuló Elisabeth – veremos si nos dejan salir de aquí…

Erik y Luis se miraron y sonrieron divertidos, de repente, el mayor de los Belmont se irguió y alzó la mano.

- ESCHÁ BIEN, SENIOURES – gritó al aire con un estirado acento británico – NO HAY NADA QUE VER ¡CONCHINUEN ANDANDO POUR FAVOUR! ¡NOS VAN A FASCHIDIAR LOUS PLANOUS PARA NUESCHRA PELÍCULA!

Los asistentes comenzaron a murmurar y, tras unos segundos, continuaron andando, la pareja y Simon los miraban boquiabiertos.

- ¿Habéis improvisado ese truco? – preguntó François, que no acababa de creérselo.

- ¡Que va! – respondió Luis – es muy viejo… y siempre-siempre funciona.

- Ahora podremos ir con un poco de tranquilidad… al menos no harán preguntas incómodas – comentó Erik relajando los hombros – bien – miró a su hermano – entonces tu elección es esa ¿no?

Simon asintió de nuevo.

- Pues no perdamos más tiempo – apremió Elisabeth – no debemos volver sin saber qué ha pasado.

“Mucho me temo que no tardaremos en averiguarlo” pensó el menor de los Belmont.

Todos asintieron a la vez y, tras mirarse los unos a los otros, salieron corriendo en direcciones separadas.

Simon cogió el Norte, como ya habían decidido, y sólo miró atrás una vez para ver a su hermano, a Luis y a los Lecarde alejarse corriendo al Este y Oeste respectivamente.

No tardó mucho en hundirse en los más oscuros callejones y sombrías esquinas, puso sus sentidos al 100% mientras dejaba que su aura fluyera, salió un momento a la amplia superficie que rodeaba el Sena y miró al horizonte.

El crepúsculo tocaba a su fin, la noche ocuparía rápidamente su lugar, las farolas de luz artificial se encendían para proteger a los ciudadanos de la oscuridad.

“Es en vano” solía decir siempre Juanjo “Es como cubrir una ventana rota con un papel de periódico, la brisa no puede traspasarlo, pero un vendaval lo desgarrará”

Sí, era cierto, las farolas del paseo marítimo no pudieron impedir que la oscuridad los envolviera y que, al desaparecer, se llevara a Alicia consigo.

La Oscuridad siempre vencía si la luz era tenue.

Echó a correr cruzando uno de los puentes que sorteaban el río y se adentró en la otra mitad de la ciudad, iniciando así el que pretendía que fuera un amplio recorrido en zig-zag con el que esperaba cubrir toda la zona que había escogido.

Una vez se adentró de nuevo en la oscuridad de las calles parisinas se aferró a la empuñadura de su látigo, enrollado a su cintura, y se concentró en sentir las auras a su alrededor.

Con la oscuridad éstas surgían de sus madrigueras como repugnantes carroñeros, si bien sólo sentía las más próximas a él, ya las notaba abundantes, sucias y agresivas.

¿Cuál de ellas provocaría el estremecimiento?

Tal vez ninguna, pero todas parecían animadas por él.

Se detuvo de repente, tres sombras que se arrastraban en la oscuridad de una callejuela sucia y sin más luz que la proyectada por la blanca luna le hicieron abandonar su carrera.

- Carne fresca… - susurró una de ellas con voz viscosa - ¿Qué hace un pipiolo como tú aquí, a estas horas?

Simon no contestó, sólo se preparó para desenrollar su arma.

- ¿No contestas? – preguntó otra con voz gutural - ¿O es que te ha comido la lengua el gato?

Tensó todos sus músculos, esperando la más mínima señal.

“El primer golpe ha de darse desenvainando” Le dijo Erik en la batalla de la Blood Disco.

Debía esperar el momento para hacerlo, cualquier movimiento en falso sería un error.

- ¡No puede moverse de miedo! – se burlo la tercera, arrastrando socarronamente las palabras – Hoy nos alimentaremos gratis.

“Adelante” pensó el joven Belmont “venid a comer…”

Las tres criaturas se lanzaron contra él, de modo que tiró rápidamente del látigo y, en un movimiento de arco, los golpeó casi a la vez a los tres, que cayeron al suelo por la fuerza del impacto, Simon observó contrariado que no habían desaparecido a la primera, de modo que se dispuso a seguir combatiendo.

Se levantaron casi al mismo tiempo, por lo que se vio obligado a retroceder un salto a la vez que contraatacaba, fustigando primero al que más cerca suyo estaba y después a los otros dos, después embistió al que primero se puso en pie y lo golpeó con tal fuerza que sintió los huesos de su cráneo romperse y ceder bajo sus nudillos, a los otros dos los tumbó de nuevo con sendas patadas.

“Resistentes pero estúpidos… deben ser sanguijuelas”

Concentró su aura en el arma, debía acabar aquel combate.

No tenía tiempo que perder.

Esperó a que atacaran de nuevo, podía sacárselos de encima muy fácilmente con un Holy Punch, pero la noche apenas acababa de nacer y tenía por delante muchas horas hasta el amanecer.

Vista su inactividad, los tres vampiros contraatacaron, al ver esto Simon se concentró en su látigo, que empezó a brillar con la blanca energía del joven, e inició la última maniobra.

Saltó y tumbó al primero con una patada hacha, golpeándolo con el talón y rematándolo en el suelo de un certero latigazo, al segundo le propinó un impacto ascendente con la empuñadura y lo finiquitó con el mismo movimiento, que concluyó con un potente ataque descendente con el que reventó la cabeza del tercero.

Máxima efectividad, mínimo esfuerzo.

Abandonó el lugar inmediatamente y continuó corriendo, tuvo un par de encuentros en los que apenas necesitó detenerse y salió de nuevo a la orilla del Sena, donde se alarmó al notar que la atmósfera era aún más oscura, densa y pesada que antes.

¿Qué estaba pasando? ¿Qué iba a pasar?

Detuvo su carrera en mitad del puente y miró a su alrededor ¿Cómo no podía darse cuenta la gente de lo que sucedía?

El río humano lo rodeaba y empujaba en algunas ocasiones, no parecían verse afectados por esa aplastante aura que amenazaba con engullirlos a todos.

Miró al frente y entonces, entre la multitud más allá del puente, vio una forma que le resultó familiar, como un hombre calvo, con gafas y gabardina.

Sabía quien era pero ¿Realmente era él?

Aún intentaba asegurarse cuando un bus nocturno pasó por la orilla y, al abandonar el lugar, parecía haberse llevado consigo a la extraña figura.

Echó a correr para continuar su recorrido, inquieto.

¿Sería él de verdad? ¿Qué demonios hacía en París?

Apretó los dientes mientras aceleraba el paso.

“Si eres tú… te voy a destrozar”

Apenas se adentró de nuevo en la oscuridad de las calles cuando fue asaltado de nuevo por un grupo de vampiros sanguijuela, ésta vez acompañados de esqueletos, a los que les costó un poco más despachar, y fue teniendo encuentros cada vez más frecuentes hasta encontrarse frente a la salida a la orilla del río otra vez.

Pero no la tomó.

A su izquierda se adentraba un enorme callejón cubierto de una densa niebla, se sintió intrigado por ella, ya que era el único lugar con ese aspecto que había encontrado en todo el camino.

Decididamente, sin temor o duda, se adentró en ella.

Era realmente espesa, si miraba hacia abajo apenas podía ver sus pies, y difícilmente era capaz de observar donde pisaba. Caminó unos diez pasos hasta que una poderosa presencia lo rodeó, era tan fuerte que lo asfixiaba, y estaba seguro de haberla sentido ya antes…

Si… ¿Cómo no iba a reconocerla? Era pacífica y agresiva a la vez… amenazante… segura y confiada… se burlaba de él en la oscuridad…

Era… aquel a quien había visto antes… aquella figura…

Cerró su mano sobre la empuñadura del látigo, tembló de furia, su aura se incendió y brilló con intensidad, obligando a aquella densa niebla a retroceder, permitiéndole ver un poco más allá.

Pese a ello, la presencia no se retiraba, si no que le hacía frente, pero… ¿Dónde estaba exactamente? Era demasiado fuerte y el callejón era enorme.

Decidido a encontrarlo, se concentró, y finalmente logró localizarlo, frente a él, en un punto donde la energía era levemente más intensa.

Estallando de ira y deseo de venganza, desenrolló su arma para después atacar mientras profería el nombre de su enemigo en un furioso bramido.

- ¡¡¡ORLOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOX!!!

El látigo, envuelto en la fulgurante luz blanca de su aura, restalló contra la espesa capa de niebla provocando un intenso fogonazo que despejó por completo el callejón, quedando únicamente en oscuridad.

Cuando los ojos del muchacho se acostumbraron a ésta, pudo ver una forma humana que se alzaba desde una posición arrodillada, por su silueta se veía que vestía una amplia gabardina y era alta, de casi dos metros, la poca luz lunar que entraba en la calleja hacía brillar los cristales de unas gafas.

Una leve risa le confirmó lo que ya sabía.

- No pensaba que fueras capaz de alcanzarme… - articuló la sombra al terminar de reír – ha pasado mucho tiempo ¿verdad, Simon Belmont?

Ciego de ira, Simon cerró el puño con todas sus fuerzas sobre la empuñadura y se lanzó al ataque.

Toda la rabia contenida, toda la furia latente, acababan de estallar.

A cada paso en su carrera veía mejor las facciones del vampiro y su enfado crecía más y más.

Odiaba ese rostro, fue lo único que pudo ver mientras se llevaban a Alicia.

Lo haría cenizas.

- ¡¡¡DESAPARECE!!!

El cuero pasó a convertirse en pura luz blanca y el joven lanzó un latigazo con todas sus fuerzas a Orlox, éste se dobló y dejó que el ataque siguiera su trayectoria hasta impactar con la pared, que destrozó, levantando una nube de polvo, Simon no se detuvo ante esto y saltó con todas sus fuerzas, preparando su mano izquierda para el próximo movimiento.

- HOLY PUUUUUUNCH

La lluvia de golpes cayó desde el aire como una intensa cascada de meteoritos, hundiéndose en la oscuridad donde el vampiro se refugiaba, de nuevo su embite no encontró objetivo, y se perdió en el vacío, el Belmont cayó de rodillas y buscó desde esta posición a su adversario, apenas se hubo levantado cuando fue rechazado por una intensa luz escarlata, que lo hizo dar con sus huesos en el duro suelo.

- Esta situación me resulta vagamente familiar… - comentó Orlox mientras aparecía entre el fulgor carmesí.

Con los dientes apretados y sin detenerse, Simon se levantó y lo embistió de nuevo, generando en su mano una Lighting Ball que brillaba entre sus dedos y que lanzó cuando se encontraba apenas a unos metros del vampiro, que contestó con un fino haz de luz roja que traspasó el orbe luminoso y que por poco – tuvo el acierto de hacerse a un lado a tiempo – lo atraviesa también a él.

- Veo que no te calmarás fácilmente – observó el chupasangres, disolviéndose en la oscuridad.

- ¿¡Huyes!? – le espetó el muchacho recuperando la posición de ataque, poco antes de recibir un tremendo impacto en la espalda que lo tiró al suelo.

- Eso podría haberlo hecho en el momento en que me atacaste la primera vez… – contestó Orlox aproximándose a Simon, que se levantaba de nuevo – No me voy a ir, chico, ya que te estaba buscando…

- Buscando… ¿eh? – el Belmont empuñó de nuevo su látigo - ¿¡Acaso te has arrepentido de dejarme con vida!?

Se levantó de un salto y atacó con otro latigazo, pero Orlox extendió la mano y, con una especie de onda expansiva, rechazó el ataque.

- ¿Arrepentido? – sonrió – bueno… reconozco que no esperaba que aún estuvieras dando tumbos por estos mundos pero… viendo tus progresos, me doy cuenta de que tomé la decisión correcta.

- ¡NO ME ADULES!

Se dispuso a atacar de nuevo, pero en ese momento el vampiro hizo un rápido movimiento con su brazo derecho, y diversos cortes rasgaron su ropa y abrieron leves heridas en su piel.

- No es adulación, créeme, no tengo ninguna razón para ello, de hecho – alzó una mano para encajarse las gafas – no dejas de ser mi enemigo, pero no por ello he de dejar de reconocer tus méritos.

Ahora confuso, Simon llevó su mano libre a una de sus heridas, sintió la sangre fluir entre sus dedos y manchar su camisa blanca, la ira no remitía, pero el dolor lo relajó.

Orlox sonrió levemente ante esto.

- ¿Mejor ya? – preguntó.

El muchacho apretó los dientes, impotente por ser incapaz de acercarse a él sin encajar de nuevo uno de aquellos ataques cortantes.

- Muy bien – aceptó finalmente - ¿Qué es lo que quieres?

Con el puño cerrado y temblando para contener el impulso de atacarlo de nuevo, decidió escuchar lo que tuviera que decir.

La sonrisa del vampiro se acrecentó ante la forzada disposición del Belmont, relajó sus brazos y lo miró directamente a través de sus gafas oscuras.

- Supongo que habrás notado la sacudida de hace un rato ¿verdad?

- Naturalmente – contestó con reservas – si no tú y yo no nos habríamos encontrado.

- Cierto…

La mirada de Orlox atravesaba los cristales oscuros y lo escudriñaba de arriba a abajo, el espadachín desprendía la seguridad propia de aquellos que creen tener la sartén por el mango; en cierto modo, Simon se sentía intimidado por él.

- Me sorprende que la hayas sentido – señaló – y sin embargo justo era eso lo que buscaba, aunque no imaginaba que nos encontraríamos hoy…

- Espera un segundo – lo interrumpió - ¿¡Significa eso que fuiste tú quien lo provocó!?

El conde asintió.

Simon se quedó lívido, aquel extraño impulso hizo estremecerse a toda una ciudad…

¿Tantísimo poder tenía aquel vampiro?

- Y… ¿Para qué? – continuó, intentando disimular su sorpresa - ¿Qué pretendías con ello?

Orlox se ajustó las gafas con su mano libre.

- Poneros en marcha – contestó – advertiros.

- ¿Advertirnos? ¿Advertirnos de qué?

El chupasangres permaneció callado, parecía dudar bajo las sombras, como si no pudiera hablar.

- Algo muy importante sucederá dentro de poco – avisó finalmente – una tragedia que provocará tal estremecimiento en esta ciudad que hasta sus cimientos se podrían ver sacudidos.

- ¿Una tragedia? ¿Cuál?

Silencio de nuevo.

- Está en vuestra mano impedirlo – concluyó.

- En… nuestra mano.

- Así es.

El Belmont lo miraba atónito, de repente la situación parecía dar un extraño giro ¿Orlox los estaba avisando? Les confiaba a ellos la seguridad de una ciudad ¿Por qué?

- ¿Dónde está el truco de todo esto? – se atrevió a preguntar el joven.

- ¿Truco? – aunque manteniendo la calma, en el repentino alzamiento de cabeza del vampiro se notó cierta sorpresa.

- Esta ciudad está poblada por humanos, a vosotros los vampiros os da exactamente igual lo que les pase ¿Por qué ahora avisarnos de que va a suceder algo? – inquirió – no me cuadra, debéis tener algún interés que no piensas revelarme.

Orlox bajó de nuevo la cabeza y soltó una ligera risa.

- Pluralizas… y sin embargo no tienes en cuenta que te hablo desde las sombras y sin mencionar nada en concreto ¿No se te ocurre pensar que “nuestros” intereses son precisamente la consecución de esa catástrofe, pero no así los míos propios?

Simon arqueó una ceja, ante esto, el vampiro continuó hablando.

- Lo que va a suceder aquí… no tiene nada que ver con nuestros planes originales, ergo no tiene razón de producirse.

- Dicho de otra manera – concluyó el muchacho – vas a utilizarnos.

- Suena mal dicho así pero – suspiró – sí, así es, con el aliciente de que – Simon volvió a sentir su mirada clavarse en él – tendríais que intervenir de todas formas, esto sólo tenía el objeto de alertaros.

- Pues lo has conseguido – reconoció el cazador - ¿Y cuando se producirá? ¿Esta noche?

Orlox negó con la cabeza.

- No, esta noche no, y sin embargo – levantó la cerviz y miró al cielo, la luna se reflejó en los cristales de sus gafas – ya has podido comprobar que todos están muy agitados hoy… tal vez sí que vaya a suceder algo más hoy – ahora hablaba pensativo, ignorando por completo la presencia del Belmont - ¿Acaso no miré bien los hilos del destino en la alcoba de las parcas?

Devolvió su mirada al muchacho, éste seguía cubriendo la herida de su hombro con la mano, ya ensangrentada.

- Mi tarea aquí ya está hecha – concluyó – quisiera quedarme pero – se encogió de hombros – voy a esperar un poco más antes de cortarte en rodajas como te prometí, quiero que el combate sea medianamente interesante…

Se dio la vuelta como si nada y comenzó a adentrarse en la negrura, una llamada de Simon lo detuvo.

- ¡Eh, espera! ¿No te parece que olvidas algo?

Orlox giró levemente la cabeza, mirándolo de reojo.

- No – contestó tajante – ya he dicho todo lo que quería decir, mi presencia aquí ya no tiene motivo.

- ¡Claro que lo tiene! ¿¡Acaso no vas a decirme cómo está Alicia!?

- Alicia… - sonrió – No te has olvidado de ella ¿eh?

El puño de Simon se cerró con fuerza sobre la empuñadura de su látigo.

- La tengo presente cada segundo que pasa… - respondió conteniendo su furia - dime ¿Cómo está? ¡Como le hayáis hecho algo…!

- ¿Con quien crees que estás hablando, Simon? – lo cortó – he venido a hacerte una advertencia pero, como ya digo, porque me convenía que lo supieras, y que se lo transmitas a tu hermano y a tus amigos… sigo siendo tu enemigo, así como el captor de Alicia Fernández, de modo que no tengo por qué darte explicaciones.

Volvió a mirar al frente y continuó caminando, alejándose cada vez más del joven.

- ¿¡CREES QUE VOY A DEJAR QUE TE VAYAS ASÍ COMO ASÍ!?

Recuperando su ímpetu inicial, Simon se lanzó a la carrera hacia su adversario, lo detuvo una suerte de presentimiento, y en ese mismo momento una serie de violentos tajos hendieron el aire frente a él, y vio producirse en los muros que lo rodeaban pequeños pero poderosos cortes, abriendo llagas en ellos como si estuvieran hechos de mantequilla.

Todo había sido tan rápido e intenso que tenía la sensación de que, de haber entrado, habría quedado despedazado.

- Cuando seas capaz de pasar a través de mi técnica – indicó el vampiro – te doy mi palabra de que recibirás por mi parte toda la información sobre ella que pueda aportarte, hasta entonces… tendrás que permanecer en la incertidumbre.

Enfadado, el muchacho apretó los dientes y embistió de nuevo, esta vez Orlox se dio la vuelta y alzó claramente el brazo, ejecutando de nuevo aquella barrera mortal.

- ¡ESTO NO ES ALGO QUE PUEDA PARARME, ORLOX! – exclamó Simon mientras se adentraba en lo que podía ser su muerte segura.

- Adiós, Simon Belmont – se limitó a articular el vampiro mientras la oscuridad comenzaba a ocultarlo.

Pero no hubo adiós, nada más lejos de ello, Simon atravesó la mortal muralla recibiendo apenas unos pocos cortes, esquivando la vorágine de tajos de un modo preciso y eficaz, con el aire silbando en sus oídos.

Su mirada había cambiado por completo en ese momento, y su cuerpo emitía un tímido destello blanco.

- HOLY PUUUUUUUUUUUNCH

Inmediatamente descargó sobre su enemigo la sacra tormenta de golpes; como en el pasado, éste no se movió e incluso lo contemplaba sonriente.

- Niño ingenuo… – profirió - ¡Que hayas tenido la suerte de sobrevivir no significa que seas capaz de alcanzarme!

Pero se equivocaba, nada más acabar su frase sintió un leve roce en su mejilla, después un golpe débil en el abdomen, uno más fuerte en el esternón y, al final, un potente puñetazo en la cara que lo hizo volar unos metros hacia atrás, cayendo con fuerza en el frío y duro suelo, con sus gafas al lado.

El muchacho se detuvo al verlo caer, simplemente desenrolló su arma y lo observó atentamente.

Orlox tardó unos segundos en reaccionar, aparentemente sorprendido por haber sido golpeado, tanteó en la oscuridad hasta encontrar sus lentes y se las colocó, ocultando de nuevo sus ojos, después de levantó y, poniendo sus manos a la espalda, recuperó su pose recta, mirando fijamente al Belmont.

El silencio de hizo en aquel momento, Simon se preparó para recibir un impacto invisible en cualquier momento, pero nada llegaba, el vampiro sólo permanecía ahí, observándole.

Aún tuvo que pasar un largo minuto antes de que abriera la boca.

- Tu novia se encuentra bien – articuló de repente.

Aquello relajó levemente al cazador.

- ¿Cómo?

- Desde que llegó a nuestro escondite me he asegurado de que no le falte de nada – continuó – conseguí negociar para que le dieran una alcoba en lugar del calabozo donde iba a permanecer encerrada, tiene a una sierva humana a su cargo y no le falta ningún lujo, de modo que, dentro de su cautiverio, está bien.

Ahora desconcertado, el joven adoptó una posición relajada, pero con su arma aún fuertemente empuñada.

- ¿Has hecho todo eso por ella? ¿Tú? – preguntó incrédulo - ¿Por qué?

- Un pajarillo ya sufre bastante en su jaula – contestó – no hay necesidad de torturarlo, no merece la pena…

- Así pues, la estás cuidando…

- Sólo es una jaula de oro – comentó – su destino sigue siendo el mismo, y contra eso ya no se puede luchar…

La voz del chupasangres había adquirido cierto cariz de tristeza en esta última frase.

- Esto es – concluyó – todo lo que puedo decirte por ahora, en efecto ella está bajo mi custodia, de modo que puedo asegurarte su seguridad a partir de ahora.

- ¿A… partir de…?

La boca de Orlox dibujó una sonrisa, pero era diferente a las anteriores, la dirigía a Simon en lo que parecía ser una muestra de respeto.

- Puedo darte mi palabra de que la cuidaré hasta tu llegada, Simon, siempre contando con que llegues a encontrarnos, claro…

Acabadas estas palabras, el conde comenzó a ser tragado por la oscuridad.

- ¡Eh, espera! – exclamó en vano el muchacho en un intento de obtener algo más.

- Ándate con cuidado – avisó la voz del vampiro ya desde la nada – si miras a la luna, te darás cuenta de que hoy la perspectiva no es nada halagüeña…

Y sin más, desapareció, llevándose con él su aura opresiva, la oscuridad cerrada, la presencia amenazante y dejando a Simon sumido en un mar de dudas…

Mientras, Erik y Luis continuaban su ronda, los dos jóvenes habían permanecido callados todo el rato, atentos a su entorno tras haber sido emboscados en un par de ocasiones – de hecho, ya habían recibido algunas heridas leves por el camino -. Caminaban sin rumbo hasta que divisaron la biblioteca y, sin pensárselo dos veces, se dirigieron hacia ella conducidos por el Fernández.

- Así que esta es la famosa biblioteca de París… - comentó éste como si nada.

- Sí – respondió el Belmont con hastío – y voy a acabar aborreciéndola… mañana tengo que volver.

Luis lo interrogó con la mirada, a lo que el pelirrojo contestó explicándole lo sucedido el día anterior, con aquel libro.

- …de modo que mañana por la mañana me meteré ahí y no saldré sin que me lo den.

El chico del pelo pajizo sonrió enigmáticamente ante esto y clavó su mirada en el edificio.

- ¿Mañana? – preguntó - ¿Y por qué no entrar y cogerlo ahora?
2 comentarios :: Enlace permanente
Compartir Compartir
FacebookCompartir
TuentiCompartir en Tuenti
MenéameMenéame Enviar
Comentarios: (del primero al último)
17:35 09/06/2008
Buen capitulo.
Eso si, me molesta esto de que un vampiro este "ayudando" a los cazadores... espero que no se transforme en un cliche mas del malo que por x motivo termina ayudando a los protas, termine siendo bueno, y finalmente muere. Bueno, confio en ti, y se que me sorprenderas con lo que realmente ocurre.

Saludos
18:04 09/06/2008
Por desgracia, si hablo se jode la sorpresa pero adelanto que no, Orlox no pasará a ser otro Vegeta u otro Ikki, tranquilo ;)
Participa con tu Comentario:

No puedes poner comentarios. Necesitas estar registrado en Vandal Online. Regístrate aquí o Haz Login.

Prelude of Twilight

Osaka_no_Kotatsu
Blog de Osaka_no_Kotatsu
Blog de Osaka no Kotatsu

Posts destacados por el autor:
· Script para el Mando Clásico normal de Wii en GlovePie
· Análisis Xenoblade Chronicles
· Mi baremo de calidad con 3DS
· Paso Twilight Rhapsodia a otro blog
· Tengamos la fiesta en paz
· ¡Al rico Pikachu oiga!
· Descarga Directa: Pokémon Stadium 2: Gold and Silver Original Soundtrack
· GREATEST-REMIX-EVER
· (Re-subida) [CastleVania: Twilight Rhapsodia <El juego>] Prueba de efectos V1
· [Pikmin] Ai no uta (Canción de amor)
· Petición online: Winter
· Avance Castlevania Judgment
· De vuelta al online (Todos mis Codigos Hamijo aquí)
· 10 años de Twilight Rhapsodia
· Impresiones de Smash Bros Brawl [FC Incluido]
· [Indice] La Muerte del Toro Dorado
· Avance CastleVania: Portrait of Ruin
· [CastleVania: Twilight Rhapsodia (El juego)] Schneider Beta: Control Test
· Mi primer articulo en Vandal
· Por qué Osaka?
· ¿Quien sooy?






Blogs amigos:
AHG
AlberKomatsu
alw
ASTURmatr
Baharroth
Bronco
Buitrako
D4RK0
De-mon
Dmonk
EASMO
Eikichi Onizuka
Gel-chan
GenG
hannibal smith
HeinzCube
Ikkitousen-Hideki
In the Flesh
Isnard
Jimmytrius
Jirachi
jma21
JoseDek
Kanevsky
Keiishi Viciat
Kurayami
MaNrAy
MiwE
MuteCity
Nahar
NeoYoshimitsu
Nosferatum
Nosgoroth
Peluchonazo
pgrandio
pirucho
Quistis Trepe
rma_rafagas
Rod Aran
RojoRedRouge
santimz
Sargon
shikamaru252
ShintaKun
Shoot Gunner
Sinnay_Sanolym
sojiro seta
Sonny Chiba
Space_Pirate Ridley
THE UDAMASTER
Thomas Light
Toshiro Mifune
Vikutoru
Wyxan
Xoalde
Yunita
Zebes
Zeroshcr
ZZGRST
[EklipticO]
_-Sheik-_


Categorías:
CastleVania: Twilight Rhapsodia
Delirios y Cabreos Pikmin
Otras obras
PC Gaming
Reflexiones de un friki
Saga CastleVania
Twilight Rhapsodia: The Game
Índices


Archivo:
Octubre 2018
Septiembre 2018
Enero 2016
Diciembre 2015
Octubre 2015
Febrero 2013
Diciembre 2012
Septiembre 2012
Agosto 2012
Julio 2012
Junio 2012
Mayo 2012
Abril 2012
Marzo 2012
Febrero 2012
Diciembre 2011
Noviembre 2011
Octubre 2011
Septiembre 2011
Agosto 2011
Julio 2011
Junio 2011
Mayo 2011
Marzo 2011
Enero 2011
Diciembre 2010
Noviembre 2010
Octubre 2010
Septiembre 2010
Agosto 2010
Julio 2010
Junio 2010
Mayo 2010
Abril 2010
Marzo 2010
Febrero 2010
Enero 2010
Diciembre 2009
Noviembre 2009
Octubre 2009
Septiembre 2009
Agosto 2009
Julio 2009
Junio 2009
Mayo 2009
Abril 2009
Marzo 2009
Febrero 2009
Enero 2009
Diciembre 2008
Noviembre 2008
Octubre 2008
Septiembre 2008
Agosto 2008
Julio 2008
Junio 2008
Mayo 2008
Abril 2008
Marzo 2008
Febrero 2008
Enero 2008
Diciembre 2007
Noviembre 2007
Octubre 2007
Septiembre 2007
Agosto 2007
Julio 2007
Junio 2007
Mayo 2007
Abril 2007
Marzo 2007
Febrero 2007
Enero 2007
Diciembre 2006
Noviembre 2006
Octubre 2006
Septiembre 2006
Agosto 2006
Julio 2006
Junio 2006
Mayo 2006


Vandal Online:
Portada
Blogs
Foro

Blogs en Vandal · Contacto · Denunciar Contenido