Con caballo y sin caballo
Publicado: 19:13 10/05/2016 · Etiquetas: · Categorías:
Marios por aquí, Marios por allá

Una de las quejas más comunes contra Nintendo en la actualidad es que hace "demasiados Marios", pero de hecho la sobreexplotación de esta saga ha sido la punta de lanza de la compañía nipona en todas sus generaciones, especialmente a partir de los 16 bits. Según la Wikipedia, en SNES salieron 19 juegos de Mario, sin contar las referencias en otros títulos, ni el Wario Woods ni los 4 juegos de Yoshi (que pertenecen al mismo universo). En NES el fontanero había aparecido en 18 juegos (más 13 de Famicom Disk), pero esos fueron esparcidos a lo largo de más de una década, por lo cual Super NES presenta una mayor concentración de Marios en menos tiempo de vida en el mercado.

La clave para que esta saturación no fuera vista como un exceso en su época, fue el extenso catálogo que mantuvo a los usuarios conformes ofreciendo muchas alternativas a las mismas caras de siempre (lo que hoy no es posible para Nintendo debido al abandono de las thirds), y sumado a eso, jugar a la consola era un entretenimiento que el gran público todavía asociaba con los más jóvenes de la casa. No importaban uno, dos o 19 Marios más en medio de un mar de juegos thirds, porque eso era "lo que le gustaba a los peques" y se suponía que era lo normal.

Independientemente de sus valoraciones, el resto de los juegos más importantes desarrollados por Nintendo para su máquina también siguieron en su mayoría una política continuista, es decir, mantenerse en las mismas sagas de 8 bits (Mario, Metroid, Zelda, Kirby) y en los mismos géneros, pero con los recursos gráficos de la generación nueva. Una estrategia muy apartada de la de SEGA, que en lugar de ordeñar sus sagas provenientes de Master System decidió dotar a la Megadrive de nuevas propiedades intelectuales. Por eso vimos el nacimiento de Sonic en vez del reciclaje de Alex Kidd. Por igual, PC Engine labró su propio camino de juegos first gracias a que fue la primeriza de su empresa. El hecho es que, mientras el desarrollo first-party de las otras dos influenció firmemente en su generación, el de Nintendo apenas lo hizo porque se contentó con vivir de las sagas conocidas (con la posible salvedad de los juegos basados en modo 7). Incluso en esas licencias tradicionales se colaron juegos de dudosa calidad, como Mario is Missing.

En otro ámbito, los juegos first de sagas nuevas para Super NES presentan una indudable inspiración en ideas que ya habían sido desarrolladas por SEGA. En Hyperzone se nota la influencia de Space Harrier, y el aclamado Mario Kart parece ser un intento modesto de replicar el Power Drift de recreativa, aunque a velocidad más baja debido a las limitaciones del hardware (lo que propició que se eligiera el tema de karts como pretexto).

Como Nintendo no cubría ciertos géneros en su consola, las third parties se encargaron de producir los juegos para rellenar ese espacio y satisfacer esa demanda de su público. Pero en cuanto a MD, que contaba con menos apoyo third a causa de las políticas de Nintendo con sus licenciatarias, todos esos géneros que hacían falta en la máquina fueron cubiertos por la propia SEGA. La compañía del erizo abarcó un amplio abanico de géneros con resultados más que satisfactorios, por ejemplo las conversiones de su potente división de recreativas (de las cuales SNES no olió ninguna), los plataformeros fuera del universo Sonic (como Ristar), y la serie SEGA Sports. Por este motivo, el catálogo first-party de Super Nintendo es bastante menos sólido y meritorio que el de Megadrive, pues se trata de tres o cuatro sagas tradicionales contra una parafernalia de juegos de todos los géneros, entre ellos shooters y arcades de conducción, apartados en los que flojea la Super NES.

Finalmente, los fans de Super Nintendo tienen la costumbre de usar su catálogo entero para argumentar a favor de su fortaleza. Sin duda, gracias a las thirds, el repertorio de SNES es amplio y variado, pero en el plano local muchos de sus juegos, en especial de rol (incluyendo a Earthbound) no llegaron a España, y otros principales como Super Mario World 2 y Donkey Kong Country 2 llegaron tarde, cuando ya estaba entrada la generación de 32 bits. Esto deja su catálogo local en una mera fracción de todo lo que los nintenderos citan para defenderla, que resultan ser juegos que no jugaron en su tiempo.

Próxima parte: Muchas thirds y pocas nueces.
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