Publicado: 22:30 23/02/2007 · Etiquetas: · Categorías: Videojuegos
Si hay algo por el que todos los usuarios de Vandal estan (o deberían estar) unidos, es por su afición a los videojuegos. No importa que tenga en mente comprar una Play Station 3, que tenga en casa una flamante Nintendo Wii, disfrute desde hace tiempo de una XBOX 360, o sea un PCero de toda la vida a lo Fukuy style, ya que esto no trata de gustos, trata de videojuegos, y puede que no le interese a nadie, porque habla particularmente sobre mi, y sobre esas etapas que se pasan en la vida como jugador. Cualquiera que reconozca tener una afición, seguro que si hace un acto de reflexión y mira al pasado, verá como en ese ámbito han cambiado mucho las cosas, no tanto la evolución que ha sufrido dicho entretenimiento, si no la forma que tiene cada persona de verlo.
Una breve biografia videojugadora: A los (creo) 5 años tuve la oportunidad de jugar a una Game Boy con el Tetris, creo que era la primera vez que jugaba a un videojuego. Recuerdo compartir la consola con mi hermano mayor, hasta que tuvimos una Mega Drive en casa, a lo que le siguió un ordenador, allá por 1996, con aquellos maravillosos PC Futbol y esos emuladores que había que conseguirlo pagando abusivas tasas en los cybers de la época a una velocidad irrisoria. Y me quiero cenrar, especialmente, desde después de esos años, exactamente, desde la llegada de Dreamcast. Anteriormente, era un niño, y como tal, tampoco era muy consciente de lo que hacía, ni me preguntaba "¿por qué juego a este y no al otro?", lo hacía, porque quería, porque mi madre me dejaba, y punto. Pero ya con Dreamcast, con una edad en la que ya debes empezar a pensar un poco sobre cualquier tema, ya empiezas a ver, a distinguir, a no hacer las cosas "porque si". Aún seguía con pocos medios para comprar algún juego, creo que fue Crazy Taxi, tras un tiempo de ahorro considerable, el primer título que pagué enteramente de mi bolsillo. Sin embargo, esos tiempos dieron paso a una temporada (demasiado larga) de la que no me puedo mostrar muy orgulloso. No hace falta dar detalles: pero "gracias" a mi hermano y su ADSL de 256 kbps (qué tiempos aquellos) empezó aquello de tener... ¿demasiados? juegos, todos los que quisieramos (no es necesario explicar explícitamente de lo que hablo, ¿no?). Entonces, tenemos cientos de juegos, y piensas... ¿y qué co**nes hago yo con esto? Ya no es (era) el método de conseguirlos, era el hecho de tener tanto para vete tu a saber qué, un sinsentido absoluto. Podías tener una colección inmensa, y al final, ni disfrutabas los juegos, y probablemente los que realmente te gustaban los dejabas apartados por ser "uno mas". Con Play Station 2 y XBOX la historia es similar, exceptuando algunos como los sucesivos Pro Evolution Soccer, y Grand Theft Auto, tenías a tu "disposición" tanto que no sabías que hacer. Y ahora me doy cuenta, ¡semejante IDIOTEZ!. No valoraba lo que tenía, no aprovechaba una máquina que tenía para, supuestamente, divertirme. No digo que no jugara, no digo que no me lo pasara bien, pero ahora echo la vista atrás, y digo, "no, no quiero volver a eso". Es dificil de explicar si no lo has vivido, si no has pasado por las 2 fases probablemente sea dificil de entender. Esa saturación tan peligrosa, además de suponer un gasto inutil, casi te prohibía disfrutar de muchas cosas. La cantidad de buenos juegos que me habré perdido, y que a estas alturas se que no voy a recuperar, debe ser enorme. La guía de cada jugador debería ser, creo yo, algo así: 1º- Me informo 2º- Decido 3º- Juego 4º- Me gusta / no me gusta 5º- Lo completo / no lo completo ¿Es realmente posible hacer eso en ciertas circunstancias? ¿Acaso te molestas en probar todo lo que tienes, si dispones de todo lo que quieras? Y ampliando un poco el tema, no hablo solo de tener miles de CDs y DVDs de dudosa procedencia legal, lo mismo ocurriría, estoy seguro, con cualquier derrochador con mucho dinero en las manos. No creo que sea tanta cuestión de pagar 60€ o 50 céntimos por cada juego, no lo creo, si no de tener, ya no una cantidad adecuada, si no de saber seleccionar qué es lo que quieres probar, y disfrutarlo al máximo. El tiempo es eterno (que no infinito), pero la vida de alguien, no, un día, no, nuestro rato de tiempo libre, tampoco. Si a alguien le debo un cambio radical en mi forma de entender esta maravillosa afición, esa es a Microsoft, a su XBOX 360, y a su sistema de juego Online XBOX Live. Ha sido esa consola, pero podía haber sido cualquiera, de eso soy consciente, está claro que además hubo una predisposición por parte del sujeto implicado (lease: "yo") de cambiar el chip. Jamás, en la vida, me había completado, había disfrutado, me había entretenido tanto con los juegos que he tenido. ¿Por qué? Porque seguro, segurísimo, me juego una pierna, a que si me dan todos los juegos de XBOX 360 en su salida, las novedades de PS2, de XBOX, y una Game Cube de paso, no hubiera podido disfrutar durante mas de un mes, solo de Project Gotham Racing 3. Tener un juego nuevo en todo un mes era algo para mi impensable antes, pero... joder, que en ese mes he disfrutado mas a fondo de un juego de lo que probablemente lo haya hecho de cualquier otro desde hace 6 o 7 años. No es cuestión de que sea PGR3, podía haber hablado de Kameo, de Perfect Dark, de cualquier otro, simplemente elegí ese, y no me arrepentí. Pero igual si llego a elegir otro, tampoco me hubiera ocurrido nada malo, sin embargo, que me den todo, y quizá algún juego lo completo al 10%, con suerte. Tom Clancy's Ghost Recon Advanced Warfighter, Table Tennis, Call of Duty 2, Tony Hawk Project 8... son juegos que hace 3 años no les hubiera prestado ni un 5% de la atención que les he dado o estoy dando. La grandeza de un juego es poder disfrutarlo bien, de exprimirlo, porque si juegas 30 minutos y no te gusta, lo puedes dejar, y vas a por otro. El problema es que encima de la mesa tengas otro, y otro, y otro, y otro, y otro, y que nunca se acaben. Así lo que yo conseguía era ser la persona que más intros, tutoriales y comienzos de juegos ha visto en la vida. Estando así 6 años, al final puedes acabar pensando... "Vale... ¿Y?" Salvo Oblivion, única compra de la que me he arrepentido, puedo decir que los juegos que tengo, los he disfrutado, y disfrutaré. Pero si me vuelve a ocurrir eso de que algo no me gusta, ahora, no pasa nada, se vende, y pista. El problema es que si volviera a las andadas, eso me ocurriría con todos los juegos, y al final me perdería juegos que, sean buenos, malos, mediocres, obras de arte o chapuzas, seguro me iban a encantar, y jamás iba a poder recuperar. No puedo pretender disfrutar a tope de Call of Duty 3 jugando una misión, ni de Tony Hawk American Wasteland completando el tutorial. Porque, como lo hacía antes, apenas distinguía juegos que me merecía la pena seguir, y juegos que iban a coger polvo en la balda, porque al fin y al cabo, podía decir... "tengo aquí unos cuantos para probar". Probar. Eso era lo que hacía antes. Ahora juego. Que para eso existen los videojuegos. Ahora disfruto jugando, que es lo que debería haber hecho desde hace mucho tiempo. |
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