Publicado: 17:57 18/08/2007 · Etiquetas: · Categorías:
La infancia, que tierna edad. Los papis, los profes e incluso la tele se preocupaban de que el tierno infante no supiera del maloso mundo exterior,(al menos antes de la era de los programas del corazón vespertinos conducidos por presentadores creados con BASIC) concentrando gran cantidad de azucar en productos que años más tarde rozarían la cota de la toxicomanía como los ya machacados Teletubbies nos mostraron.
Pero ¡ah! los 70, 80 y principios de los 90 nos dejaron una etapa televisiva tan llenita de familias estructuralmente felices, gente sonriendo tanto, taaanto que la sonrisa les iba a dar un calambre en la nuca y de momentos entrañables que en el pequeño espectador en edad de pasar a cosas mayores generaba una terrible duda: ¿Harán cosas malas? Es decir, se llegaba a tal extremo de bondad y perfección moral que terminabas deseando que les pasara algo malo, que se cabrearan, que ejercieran el noble arte humano de putearse conjuntamente, pero eso era como imaginarse a Ramón García diciendo: "¡mierda!", imposible. Por eso inauguro esta nueva sección: Gente que Mira una Pared de Ladrillo (no se me cabreen los fabricantes del noble adobe) en donde homenajearemos esas series tan idílicas, con esos personajes tan nobles que sus protagonistas tenían permiso del Vaticano para escupir en el ojo al cura que se les antojase. Hasta la asistenta sonríe. Si es que, aunque seas pocero, en casa de los Brady te lo pasas del carajo La tribu de los Brady ("The Brady Bunch" en el idioma de Billy el Niño)está denominada como una sitcom estrenada en 1969, lo cual resulta paradójico, pues ni hacían gracia, ni tenían situaciones dignas de enmarcar en ningún género (a pesar de el desaprovechado aura psicópata que desprendía la asistenta). Según Sherwood Schwartz, de cuyo retorcido ingenio surgió la serie, creó el producto a partir de leer una estadistica sobre los hijos concebidos antes del matrimonio, o dicho de otro modo, de cómo la gente pasaba del preservativo en los 70. Está bien la ocurrencia de hacer series a partir de estadísticas, y daría el ávatar de Udamaster por ver una serie surgida de nuestras recientes y esclarecedoras investigaciones actuales (en ello todo unos maestros los alemanes, con estudios tales como el número de gente que usa ropa interior oscura o los parpadeos al año de la población media). Ya en lo referente al reparto actoril tampoco tiene desperdicio: Mike Brady, un arquitecto viudo, tiene tres hijos varones, Greg, Peter y Bobby (¿así debería llamarse el perro? pues no) y se casa con una ¿ama de casa? ¿espía para el KGB? llamada Carol Martin, que tiene sus respectivas tres hijas en tres edades de mayor a menor: Marcia, Jan y Cindy. Así pues, y dudando que dicha planificación familiar no sea producto de algún reality-show en decadencia, los Brady se instalaron en una casa que había diseñado el propio cabeza de familia (así es, si tu padre es físico nuclear, tendrá cabezas nucleares en su habitación, yo me lo guiso yo me lo como), con estudio aparte incluido. El elenco familiar lo completaban un chucho llamado Tigre (habiendo tantos nombres en la madre naturaleza, ¿para que inventárselos?) y la asistenta con ecos de haber luchado en Vietnam y después haber pasado por una terapia demasiado intensiva. Con estampas como esta, ¿quien no se apunta a defender la sagrada institución familiar? (destacar el estilismo a lo Jose Luis Moreno) Pero centrémonos en el argumento (eso que viene detrás de los libros o las pelis y que no tiene absolutamente nada que ver con el contenido). Los Brady era la típica familia americana, con los seis típicos hijos en edad de hacerse las típicas preguntas que daban lugar a las típicas escenas de sofoco cuando les preguntaban porqué las cigüeñas vienen de París. ¿Quien no recuerda aquel mítico episodio en el que se pierden en mitad de una reserva india y terminan haciéndose amigo de los navajos, llegando incluso la mujer a ponerse el gorro con plumas del jefe (todos sabemos que la paridad de sexos e igualdad de la mujer comenzó allá con los pieles rojas)? Estaba bien el episodio, en tanto que los "sonrisacalambre" de los Brady ridiculizaban las tradiciones de unos indios que ya no viven así (en los 70 la mayoría incluso sabía lo que era un coche, porque a pesar de la creencia popular, eran indios, no imbéciles), pero oye, por tópicos que no quede, son los 70. Dejando a un lado las excitantes aventuras en un mundo exterior que parece haber sido creado por el redactor jefe de las noticias de Antena 3, los problemas seguían en la urbe, faltaría más. Los chavales se hacían mayores y las chicas, en este caso la mayor, claro; comenzaba a ver que en este mundo no había igualdad, dando rienda suelta a un capítulo digno de ser comprado por el peor torturador Guantanameño: desde las primeras frustraciones de la joven Marcia en voz alta (¿porqué hay guerras en el mundo?,¿porque hay gente mala?,¿porqué habré terminado en semejante serie?) hasta el final poniendo en evidencia la neandearthalidad del adolescente de la familia y su posterior y después muy frecuentada cara de resignación con subida de chepa incluida. Otras variedades incluyen momentos tan dramáticos como "mi hijo mayor sacándose el carnet de conducir", en donde el registro caraderesignación-subidadechepa del chaval alcanza su cumbre en una sobreactuación tal que ni Jim Carrey en una peli sobre ezquizofrénicos(si si, como estás pensando ahora mismo, el motivo de tal decisión comienza con un "-Papá,¿puedo coger el coche para llevarme a la chica-florero a una colina donde tirármela? -No hijo, no tienes el carnet. -Jo, papá... -No hijo, sacátelo, lucha por ello y yo...etc etc.) Las peleas conyugales formaban extraños equipos, incluso más que el Real Madrid, con o bien mamá Brady y las chicas a un lado y lo correspondiente con papá Brady y los encogechepa de sus hijos. Pero claro, la cosa cambiaba cuando aparecía la segunda esencia de la serie: dejar en ridículo. Este arte (muy en uso gracias a Manuel Ruiz de Lopera, actual presidente, mayoritaria o mafiosete del Betis) desborda la mayoría de los capítulos, siendo las chicas las que muestran la obviedad de unos chavales merecedores de haberse metido todo lo metible en los drogables 70, siendo la mamá quien con ayuda de sus inestimables hijas (ya curtidas con los monos de feria de sus hermanastros) comienza ocasionalmente otra guerra ganada de antemano contra el arquitecto y sus vástagos inutiles. Al final todo termina con un tono musical de dentista (ya saben, un oboe suave, una ligera nota de trompeta) y con la familia descojonándose al completo, para variar (habría que verlos en los funerales familiares) Charles Manson, Jack el Destripador y Alice Nelson. Todos quieren lo mismo. Sin duda alguna, Alice Nelson dió vida a la secundaría que podría haber animado un poco la cosa, pero no, no lo hizo. La chacha (¡no hispana!) de la familia tenía cierto aire al coronel Hartman, de la Chaqueta Metálica, solo que tras atiborrarse de anfetas e incrustarse de nuevo en la sociedad dentro de una familia ideal para superar traumas de guerra. A pesar de su aspecto casto, puro y honesto, se cepillaba al tendero de la esquina, con quien terminaba casándose en una posterior película. Donante de consejos tan sabios que podían incluso haber sacado de la degeneración a primate que los hijos varones experimentaron, era el personaje a recurrir cuando alguien tenía problemas, llegando a convertirse en pariente-psicoanalista familiar-chacha-guarda de seguridad nocturno, todo eso sin haberse terminado el bachillerato. El reparto de secundarios se completaba con el ya mencionado perro Tigre (a saber si tendrían un gato que llamasen "Ratón", muy de experimento sádico nazi sin duda) y con el primo Oliver, un personaje añadido ante el imparable crecimiento de los actores y la nostagia de tener un niño que resultara realista y no que tuviera acné yendo a primaria. La historia de Oliver (identificado por su pelo-seta) es tan confusa como la de cualquier personaje Marvel en sus últimas etapas: añadido en la temporada final (1974), su padre, el hermano de la ¿ama de casa?,¿espía de la KGB?, como era ingeniero se va a la jungla de Sudamerica y como allí no hay guarderías se lo encasqueta a los Brady durante 6 meses. Y no, no me lo he inventado, ocurría así, aunque parezca dificil de creer (¿un ingeniero en mitad del Amazonas?,¿que pasa, va a colaborar con la guerrilla panameña?,¿es el nuevo científico chiflado de Metal Gear?) Con la conclusión de la serie en 1974-75, no acababa la franquicia, faltaría más. No faltaron películas y breves apariciones en televisión, en las que se continuaba la vida de susodicha familia, desde casamientos en "The Brady Girls Get Married/The Brady Brides" hasta documentales, reunión del reparto y especiales navideños para dar y regalar, haciendo que Papa Noel no fuese más que un obeso asalta cunas. En 1994 se estrenaba una pelicula que pretendía revivir el espíritu de los "sonrisacalambre", pero quedó en una mera curiosidad para las tardes de Antena 3 (la mierda siempre tira pal monte). No se yo si el incesto está permitido en algún estado norteamericano. Si, eso que les sale por las orejas son los dientes. Durante los años de emisión surgieron las viles y crueles polémicas: ¿la señora Brady era una viuda de la que compadecerse o una maldita divorciada a la que linchar?,¿Era normal tener tres hijos y tres hijas de edades idénticas en dos matrimonios diferentes?,¿Como había diseñado el arquitecto-padre-progenitor de los chepas la aerodinámica de semejante escalera de madera que resistía el peso de tantas personas? Y bueno, se les acabó el chollo, y tras los packs, los recuerdos y los re-reintentos de remakes, cada actor tiró para donde pudo, terminando la mayoría dando tumbos por capítulos sueltos de series mas o menos conocidas y casándose como meta final profesional, eso si, generalmente sin divorciarse más de dos veces (algo se tenía que aprender de la serie, faltaría más). Mencionar el triste final de Robert Reed (Mike Brady), cuyo cáncer intestinal se vio agravado al contraer el SIDA en 1992. Como dato curioso destaca que hasta el día de hoy, en Norteamérica se ha estado emitiendo un capítulo de La Tribu de los Brady cada día, ya sea en una televisión local remota, en una franja horaría digna de la loca decibélica que te pide a voces que llames para ganar 1000 euros por mostrar tu estupidez o en algún recopilatorio maratoniano. La única posibilidad de ver a Antonio Resines sin moverse de forma hiperactiva: una foto. Y claro, como buen hito televisivo, la familia Brady creó escuela (una bonita forma de denominar la "exploitation" o "producto idéntico que saco pero que a ver si no se dan cuenta"). Como orgullo patrio más reciente tenemos a Los Serrano, con estructura familiar IDÉNTICA a los Brady, pero adaptada a nuestros tiempos y por supuesto, con el toque que le hacía falta. Ahora hay conatos de incesto familiar por todos lados, muertes que pasan como el que pasa un resfriado (y eso que era tu mujer, Resinete), problemas sociales y mucho, mucho humor nacional (aun me extraña que no hayan hecho un spin-off del personaje de Jesús Bonilla, la de guiones que podrían escribir los desperdigados guionistas de Noche de Fiesta). Por último y como resumen final de lo que esta emblemática familía representaba (sea lo que sea que representasen...)les dejo la letra de la cabecera de la serie (hoy en día llamado Opening o si te las das de entendido puntilloso Opening Titles Five Season) y un vídeo digno de ser introducido en las clases de las mejores escuelas de cine del mundo. La letra ya nos introduce en el espectáculo que vamos a presenciar... "Here's the story of a lovely lady Who was bringing up three very lovely girls. All of them had hair of gold, like their mother, The youngest one in curls. Here's the store, of a man named Brady, Who was busy with three boys of his own, They were four men, living all together, Yet they were all alone. Till the one day when the lady met this fellow And they knew it was much more than a hunch, That this group would somehow form a family. That's the way we all became the Brady Bunch. The Brady Bunch, That's the way we all became the Brady Bunch. The Brady Bunch." Publicado: 22:17 14/08/2007 · Etiquetas: · Categorías:
El calor, los sustitutos incompetentes en cualquier cosa que nos fuera eficaz durante el año, Michael Bay, los augurios catastrofistas de la pretemporada futbolistica (aunque algunos prefieran la pesca con arpón)...Todo vuelve durante el verano. Bueno, quizás debería haber escrito esto antes de que empezara la recta final de la estación modorrera, pero no tenía ganas, la verdad. Y además, tenía que pasar parte del verano para que volviera una de esas cosas que vuelve también en todos lados durante el final de año. Así es, amigo que no tiene otra cosa que hacer que leerme, las Listas. Pero la siguiente lista, el siguiente top, no es otro refrito más, es LO MÁS MACHACADO DEL AÑO (o de alguno anterior), aquello que nos han contado, debatido, expuesto, torturado y masticado hasta niveles que incluso Mark Whalberg inflado de esteroides no soportaría.
De día, gafapasta con tintes emo. De noche, a cospleyarse. Los grupos urbanos Algún lumbrera se despertó por la mañana y se dio cuenta de que en ese fragmento de mundo exterior que llaman "calle" existe multitud de personajillos que tiran para lo que más le atrae como la cabra tira al monte o Kate Moss a la nieve (reto a hacer un chiste más fácil). Y lo llamó "grupo urbano", "tribu social". Y seguramente lo publicaría en internet, porque desde ahí (o aquí) comenzó la siempre encomiable labor humana de la etiquetación, clasificación y empaquetación. Ahora sales a la calle y no ves aficionados al manga u o comic japonés, ahora son Otakus. Y ves a un tio con pantalones pre-natal por las rodillas y es un rapper. Y ves a una pareja llorando al unísono y cortandose en el brazo y son emos. Y un tío vendiendo fruta y es un frutero. Hasta ahí cada cual sabía lo que era según lo que seguía ("pos yo seré jebi porque me gusta el jebi y tengo pinta jebi,nol"?) y se iba a donde quiera que se reunieran sus semejante y ya está. Sin embargo, uno de estos grupillos comenzó a proclamar a los cuatro viento su orgullo, su vena y sus ganas de que alguien les comprendiera. Y entonces comenzó la guerra de qué es quien, de las compatibilidades entre grupos, de que película, arte, afición o raza de perro pertenecía a cada cual y sobre todo, a escupir veneno sobre si los raperos son tan superficiales como un soneto de Pamela Anderson o si los gafapastas son un petardo de tomo y lomo. Y a partir de aquí pues una extraña bola que ha ido creciendo y creciendo en cualquiera de los aspectos que un ser humano sin lobotomizar pueda imaginar: Si te gustan las consolas pero no como para saberte el número de serie de tu Xbolixtation 3, CASUAL, si te mola el cine de Cocteau, GAFAPASTA, si consideras que es una tontería sofocarse por la extincion del saltamontes quechúa, HARD. Inevitable es la clasificación, pero amigo, TÚ puedes hacer que no sea un coñazo. Además, por encima de las aficiones, la gente termina haciendo grupos para el nombre fin del ser humano: follar. En cuanto un Rapper, Cani, Gafapasta, Sonyer, Freak, Jebi, etc, se echa novia, a la mierda la tribu, orden social o jerarquía de las narices. Cuando le dijeron que no se permitían comentarios racistas por la tele Andrés Montes Es comprensible que Andrés Montes se dedique a la tele y no a la radio, ya que si un aficionado medio al deporte tuviera que averiguar a través de sus comentarios qué cojones está comentando se podría cortar las venas a mordiscos. Al principio el personaje tenía su gracejo,con aquello del Tiki-Taka, las llaves del penitente Julio Salinas (posiblemente una jugarreta del destino por aquello de haberla cagado tanto en el terreno de juego) y demás espectáculo verborreico. Pero después de un año, un mundial de fútbol y otro de baloncesto, al tío se le acabó el registro y o bien le ponen compañeros nuevos o lo reprograman, porque lo que es del deporte en sí, no tiene ni zorra idea. Pobre del Iturriaga, que aún se pregunta si aquello forma parte de Inocente Inocente (aquel programa que presentaban dos mastodontes enormes como son Iturriaga y Juan y Medio, dando un complejo de inferioridad de narices a los niños en silla de ruedas) pero empieza a sospechar que no es así. Google y su búsqueda de imagenes de "Friki"... Yosoyfikismo Como ya se ha escupido, blasfemado, simposiado, defendido y vomitado tanto sobre el término "Freak" que volver a hacerlo merecía la censura de Internet, no voy a hacerlo. O sí. No sé realmente a que pertenece, pero ya no hay quien duda tras ver Kill Bill (la uno, eeh? que la dos ya sería pasarse) que es la persona más friki del mundo. O tras hacer el gilipollas por la tele en un programa del corazón llamándose Tamara, Ámbar, Estella o Ribacachete, llamarla friki. Se ha extendido tanto, que o bien aquellos seres supremos situados en pedestales del equilibrio, la verdad y la chorrería denominan friki a todo aquello que le parezca demasiado raro de asimilar (para bien o para mal) o bien, un grupo de edad indeterminada clama al cielo por que los autodenominen así a ver si alguien del sexo opuesto (o no) les comprende en su lucha y hay cacho cachete. Ahora leerse El Quijote es friki. Comer queso de cabrales es friki. Que te guste el japonés en lugar del escupitajil alemán es friki. Mear por la noche es friki. En fin, otro término quemado por quien no tenía idea de en que se basaba (y no, no es un libro de Dan Brown) Publicado: 19:21 02/08/2007 · Etiquetas: · Categorías:
Conocí a una chica que se creía cada leyenda urbana que pululaba por ahí. Y claro, tenía el placer de contarnoslas (de que te sirve una leyenda urbana si o no te toman por estúpido o no haces que otros se la crean). Una de ellas pertenecía a ese interesante género de las leyendas urbanas del espectáculo (ya saben, cine X Hard Gay Power Ranger Ultra Plus XYZ), y trataba sobre el trágico final del reparto de El Chavo del 8. Al parecer todo el reparto principal había fallecido en un accidente de coche, lo cual dicho sea de paso, es todo un milagro al mismo tiempo- (meter en un coche de los 70 a ocho actores contando con un señor con sobrepeso y un señor con gigantismo, es digno de beatificación). Al final resultó ser otra patraña muy cruel con la sensibilidad hacia nuestros personajillos infantiles.
Así es, continuamos con el repaso a aquellos genios, grandes figuras de la infancia, extraños compañeros de cama de la adolescencia y miembros honorificos de los centros de rehabilitación Betty Ford que nos llevaron de la mano hasta que esa mano la empezamos a emplear en otras cosas... Si hace dos entradas les tocaba a la brillante trayectoria de los Power Rangers (recordar con especial...¿cariño?, al Ranger negro, campeón mundial de salsa maya), es hora de recordar otro mito: El chavo del 8. En sus ratos libres el Chavo practicaba el Ataque de la Muerte El Chavo del 8, esa serie que tocaba los huevos a nuestros padres, hermanos y familiares allegados, pero que en el público infantil causaba sensación. Tanto que se llegaron a rodar 420 capítulos, sin contar cortometrajes y sketches, todo ello en siete años, lo que hace dudar a Amnistía Internacional de la abolición de la esclavitud en tierras centroamericanas. La fecha de el chavo siempre fue un misterio, quizás por la estética sesentera, quizás por la anacronía fisicocuántica del entorno (como cuando salen los turcochipriotas tan contentos con el pantalón vaquero por los sobacos y camiseta blanca metida por dentro, muy español de los 90). Finalmente algún lumbrera (probablemente universitario y todo) descubrió que se emitió desde 1973 a 1980. Pero centrémonos en los actores que daban vida a los personajes, esos personajes dignos de ser parientes directos de alguno de los zombies haitianos que corretean por los shows de Jose Luis Moreno. El Chavo (del 8): Escritor, publicista, director, compositor, actor, productor y padre de seis hijos (lo más agotador sin duda). Éste es el curriculum de Roberto Gomez Bolaños, apodado "Chespirito" debido a que comparaban la creación literaria del señor Bolaños con la de Shakespeare (alguien se remueve en su tumba una noche de verano...) De el Chavo no hay mucho que decir, es el que más lejos ha llegado profesionalmente, y personalmente terminó casandose con Florinda Meza 2004, a.k.a. Doña Florinda(pederastia en horario infantil) Proyecto Hombre no pudo hacer nada Don Ramón, el personaje más carismático (especialmente por esa pinta de barriobajero camorrista) que si siguiera actuando hoy en día sería demandado por la Asociación por la Protección del Menor, por la Agrupación Feministas con Fronteras y por alguna que otra fundación que no tenga otras cosas útiles que hacer y se dediquen a tocar los propecios. Ramón Valdés (la originalidad a la hora de seleccionar los nombres de los personajes es casi tan magistral como las poses y técnicas de Naruto) tuvo 3 esposas y 10 hijos, lo cual añade la Asociación Víctimas del Condón a la lista de denunciantes. Se dice que la actitud de su personaje no distaba mucho de como era el propio Valdés, lo cual explica mucho. Especialmente el cáncer de pulmón que acabó con su vida en 1998 (no es de extrañar: diez hijos, una hija-jaqueca en la ficción y una soberana ostia por capítulo es para fumarse dos cajetillas diarias) Ni Jess Franco en sus peores pesadillas Quico, alias Carlos Villagrán, es posiblemente el personaje que más grima da a todo aquel ser sobre la tierra que posea un aparato sensorial en condiciones (empezando por su aspecto, lo más cercano a Marlon Brando en El Padrino pero tras una sesión continua de lucha libre) Todo un mito, pues la formación de semejantes pómulos daba lugar a intensos debates sobre como lograba tal aspecto (más tarde se comprobó que era 99% natural...) En la vida le ha ido todo medianamente normal, explotando hasta la saciedad su personaje y finalmente montando un circo con el que hace giras. Esto último aplicable al resto del reparto (al parecer el circo es una buena salida para los actores, aunque viendo la mayor parte del cine español, la definición no estaría tampoco nada mal) Wii innova y el Chavo se apunta Angelines Fernandez, a.k.a. "La Bruja del 71", sigue una trayectoria similar a la de los personajillos ya presentados, acabando sin embargo como el personaje del cual estaba enamorada en la ficción "Don Ramón", falleciendo a causa de un cáncer provocado por el tabaco en 1994. (se libró del circo al menos) Dejamos atrás todo un reparto que encarnó desde personajes tan entrañables (digno de las mas profundas entrañas...) como el Señor Barriga, un cobrador de Renta cuya ineficacia al parecer le mantenía en el puesto, hasta personajes irritantes, como la Chilindrina, esa especie de prima de barrio rico que hunde nuestras miserias cuando viene a casa por navidad (si si, como el Almendro, se intenta pero no se evitan los chistes fáciles) Puede que lo más trágico de todos ellos sea haber terminado como personajes de circo, o tal vez sea algo hasta bueno, sabedores de lo que son, sin aspiraciones a ganar un EMMY intentando hacer algo que o no saben o no quieren (cosa de la que no aprenden algunos actores televisivos patrios, o ya, en último caso, Ana Obregón...¿actriz?,¿bióloga?,¿florero?) Trajes llamativos. Colores chillones. Prótesis de segunda mano. Y no es un salón del manga. |
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