Si, tras un frío invierno en las esquinas, estorsionadores proxenetas y tras mil y una discursiones sobre el alto precio de las tarifas (sigo manteniendo que no pedía tanto, pero tras mis nulas ganancias, mi limitaré al axioma del cliente siempre tiene la razón)por fin tengo mi deseada PSP (una preciosa Slim Ice Silver)

Y es que se ve que mis horas de soledad bajo el gris de los cielos una alegre,poética e inteligente señorita que desde la lejanía divisaba mis penurias, descubrió mis motivos y sin más razón se acercó con la preciada portátil.

¿Cómo se puede agradecer tal gesto? Yo como es normal ofrecí mis servicios, pero como es coherente y lógico fueron rechazados de buena gana. Lo único que me pidió es que no me convierta en un nuevo asesino todo iría bien.

Mi cara de asombro en esos momentos creo que es indescriptible, pero sólo tenía que volver a mirar las noticias para poder encontrar sentido a tal petición.

Unos minutos, para volver a escucha el nombre de Jack Thompson demonizando a los videjuegos y culpándolos, nuevamente, de una nueva masacre estudiantil. La causada en Illinois por un ex alumno que resulta ser jugador de Counter Strike.

Y como todos sabemos, este generoso Mod de Half Life, tiene un argumento capaz de incitar a cualquiera de sus escasos jugadores a las matanzas  más cruentas. Escasos jugadores que conviertieron un simple Team Deathmatch estratégico en todo un juego por el mismo con millones de jugadores a diario que según tengo entendido todavía no han asesinado a nadie.

No importa que este personajillo antes de aumentar  la infame lista de College Shooters abandonará el tratamiento de antidepresivos a pesar de las recomendaciones de su médico u que la ley de posesión de armas en un país educado bajo el miedo  no sea más que un chiste de mal gusto. Seguirán existiendo personajillos que se sigan tragando tal discurso. Todo para seguir dibujando el busto de la ignoracia, el desconocimiento y la hipocresía.

Y sin embargo, el voto sigue valiendo lo mismo seas la persona que seas...

Si la primera temporada de Dexter ya demostraba que hay algunas series en donde la maestría se reparte en semanalmente en dósis de algo menos que una hora, la segunda temporada lo corrobora con superación.

¿Tiene más calidad esta segunda temporada que la primera? Digamos que no me atreveré a afirmar tal cosa cuando la primera temporada rozaba la perfección. Sin embargo, si hay algo que la hace sumamente especial, es la sublime evolución que ha sufrido la serie en estos nuevos doce episodios.

Y es que si la primera temporada nos mostraba el ir más allá del psique de un curioso psicópata, esta segunda temporada enseña el lado más humano de la serie.

Todo gracias a la aparición de un secundario digno de ser encumbrado a lo más alto de la televisión, Lila. Hipocresía, engaño, dulzura, belleza, inteligencia... Un personaje cuyo interés no es más que el suyo propio. Un personaje que no es más que un reflejo de la propia humanidad.

Serie que viene a golpearnos con la realidad, con toda la sinceridad que pocas veces se atreven a ensañarnos. Con crudeza y sin ningún tipo de compasión. La serie te mira a la cara y te escupe todo el positivismo hipócrita la sociedad.

Cuando sabes que a pesar de buscar oro, siempre acabas comiendo barro. Cuando sabes que todo es efímero. Cuando no te queda más remedio que ser golpeado...Dexter