Publicado: 13:34 05/04/2010 · Etiquetas: Final Fantasy XII · Categorías:
Breve análisis de Final Fantasy XIII, libre de spoilers.
1. Gráficos: Gráficamente, creo que poca cosa se le puede reprochar. El diseño artístico es realmente bueno, así como la fluidez del motor. Ciertos parajes y panorámicas están especialmente logrados, así como los efectos de los combates. En cuanto a cinemáticas, realmente se han gastado un pastón malayo en ellas. 2. Sonido: Una de cal y otra de arena. Las voces inglesas son buenas, aunque existe más de un momento en el que los subtítulos dicen cosas totalmente distintas a lo que se habla. Y resulta extrañísimo. Musicalmente, Masashi Hamauzu hace, en general, un buen trabajo, con grandes temas, en especial los de batalla (Saber's Edge, el tema normal de batalla, y otros más, en especial, Born Anew, que suena totalmente a Carmina Burana). Sin embargo, en cuanto a las zonas, peca de excesiva repetición de temas y se le ve excesivamente centrado en el tema principal. En mi opinión, emplea demasiado temas vocales cuando no vienen a cuento, lo que crea una sensación extrañísima de pasteleo y azucaramiento. My Hands, en el momento en el que suena, viene menos a cuento que Kiss Me Good Bye. Lo cual ya es decir. Y ahora, vamos con lo importante. 3. Jugabilidad: Por un lado, tenemos los combates, en el que no hay demasiado que objetar. Se vuelve a la dinámica clásica de la saga, con combates en escenario aparte (en mi opinión, un retroceso), pero están bien planteados y resultan divertidos. La "poca" importancia de perder un combate hace afrontarlos de una forma más tranquila, pudiendo plantearnos estrategias más arriesgadas en primera aproximación, para luego ir corrigiendo segun veamos. Son, más o menos, las mismas sensaciones que en FF X-2 (rapidez de actuación y velocidad), pero con otra filosofía El crecimiento del personaje está condicionado por la historia. Es decir, el propio juego te invita a que no se levelee hasta el capítulo 10, porque hay combates de sobra. En este punto se puede discutir, pero por la propia estructura del juego no lo veo problemático. Llegado el "momento en el que se abre el cristarium", puedes tirarte días para levelear. Literalmente. El desarrollo de armas y accesorios es correcto, aunque a poco que se experimente, te darás cuenta de que necesitas apenas tres objetos para maximizar las armas. Aparte de una ingente cantidad de guiles. Tanto el crecimiento del personaje como las armas realmente parecen destinados a premiar la cantidad de combates que pueda hacer el jugador más que otra cosa, ya que el dinero escasea y experiencia no la regalan en cada esquina. El punto más negativo es la estructura del mapa del juego. Obviando los capítulos 1-10 y 12-13 por su completa linealidad, el capítulo 11 se presenta como un gran mundo libre que explorar, que es una verdad a medias. Una gran zona central, eso sí, muy grande, pero fuera de ella, totalmente trufada de pasillos hasta en las sidequests. Es horroroso ir sin guía, perdido por los pasillos para darte cuenta de que te mandan a hacer una misión en la otra punta del mapa y los teletranportadores están inactivos, por lo que estarás una hora de camino hasta allá. Es imposible hacer ciertos retos sin levelear (incluso en la historia principal), ya que si un combate dura mucho, el enemigo te echará condena y acabará contigo. Conclusión: Una gran superproducción gráfica y sonora, al que el paupérrimo diseño del mundo y de las fases hace bajar muchísimo lo que sería un grandísimo Final Fantasy, que queda, simplemente, en entretenido. Panzer Dragoon Saga, un juego de 1998, o Final Fantasy XII tienen más de RPG next-gen que esta entrega. 3,5/5 |
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