Tiempo al tiempo

Usticia tenemos. Justicia queremos.

Thu, 13 Mar 2008 17:48:00

Mariano se va a las fallas a comer bu�uelos y otros dulces zalameros preparados con esmero por su seguidor, Camps y ofrecidos con gracejo por una Rita Barber� rejuvenecida por razones que aqu� no vienen al caso contar. De esto iba a hablar en este texto. Hacia donde van las fuerzas internas del PP, como se van dilucidando apoyos, donde y porqu� se acude a tal o cual ciudad. Pretend�a manifestar lo llamativo de ese primer punto de contacto y comentar sobre como Esteban Gonz�lez Pons se perfila como futuro hombre fuerte en Madrid de la mano del presidente de la Comunitat Valenciana. No obstante mantendr� el tema de fondo, las Fallas, pero cambiar� a sus protagonistas. Sustituir� a los ninots quemados, como Zaplana o Acebes y alg�n que otro que lucha por ser el indultado, como Esperanza Aguirre, por algo que me parece m�s trascendente y tr�gico: la pira en la que se ha convertido la justicia en Espa�a.

No voy a tratar el tema desde un punto de vista pol�tico, ni tan siquiera jur�dico. No tiene ni qu� el hacerlo a estas alturas. Simplemente pretendo denunciar el circo en el que nuestra justicia, la espa�ola, se ha convertido por la languidez de las fuerzas pol�ticas y, por qu� no decirlo, el af�n de poder de unos y otros. �Qu� sentido tiene la politizaci�n ad nauseam de la justicia? �Acaso hemos abandonado la separaci�n de poderes? Seg�n parece s�, aunque no es novedad, pues hace ya mucho que este problema subyace.

Los funcionarios p�blicos contin�an su huelga en Castilla y Le�n, no por sueldos, si no por la alarmante si no por la alarmante falta de medios, t�cnicos y humanos, que les faltan. Y tienen raz�n en sus peticiones, seamos claros. No es de recibo que la justicia est� bajo m�nimos y que se destinen grandes partidas presupuestarias a temas menores o al beneficio de los amigos del poder de turno.

Si bien esto es alarmante, podr�a excusarse apelando a la mala gesti�n de los distintos gobiernos por una parte y el sistema burocratizado en el que estamos enterrados, copiando en este sentido lo peor de los franceses, esa rectitud en las formas tan absurda que llega a hacer que se pierda de vista el fondo. La justicia debe servir a la Justicia, no a quienes viven de impartirla.

M�s grave me parece cuando las ideolog�as pol�ticas penetran de plano en tribunales y magistrados. Un claro ejemplo es que el Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional haya anulado el juicio en el que dos independentistas catalanes fueron condenados por quemar una fotograf�a del Rey. �El motivo? Cuando los acusados iniciaron su �ltima intervenci�n, el magistrado les interrumpi� diciendo que al contestar en catal�n interpretaba que renunciaban a su derecho.

No entremos en cuestiones lig��sticas o pol�ticas. No valoremos si fue algo acertado o no. Pero de acuerdo con derecho el anular el juicio no se sostiene de ninguna manera. Si hay una lengua oficial y se habla en otra distinta que no es oficial, a no ser que se use traductor, el testimonio no ser� v�lido. M�xime conforme a la Constituci�n Espa�ola, en la que se habla de que el castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los espa�oles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla" y se a�ade Las dem�s lenguas espa�olas ser�n tambi�n oficiales en las respectivas Comunidades Aut�nomas de acuerdo con sus respectivos Estatutos.. Al celebrarse el juicio en Madrid el juez no tiene la obligaci�n de conocer el catal�n. As� pues si los acusados quieren usar esa lengua, ha de ser mediante un traductor que no solicitaron. Es decir, renunciaron a su derecho de intervenci�n al negarse a que tradujesen al castellano sus palabras cuando el juez no ten�a obligaci�n alguna de comprender la lengua que hablaban.

�Esto es justo? �Hay que modificar el procedimiento jur�dico? �Hay que reformar la Constituci�n para que las lenguas regionales habladas en Espa�a sean tan oficiales como el castellano en cualquier parte del territorio nacional? Sin duda estas preguntas abren campos de debate muy interesantes. No obstante no estamos hablando de eso. Conforme a derecho, el juez actu� correctamente. �Qu� clase de justicia puede existir si depende de las ideas de los jueces y no de las propias leyes?

De todas maneras lo que me produce aut�ntico pavor es leer que el Tribunal Constitucional retira a dos magistrados del debate sobre la reforma de esta instituci�n. Y me aterra porque es un claro ejemplo de c�mo funciona nuestro sistema judicial, por tendencias pol�ticas: conservadores y progresistas. �De qu� estamos hablando? �De qu� los cargos se designan en funci�n de las posiciones ideol�gicas y no de la val�a? �De qu� los altos magistrados son marionetas que se mueven al son de hilos de pensamiento movidos por las manos que all� les pusieron?

No es ninguna novedad que la politizaci�n de la justicia atenta directamente contra lo que es la democracia en s�. Y de esta no se libra partido pol�tico alguno en cuanto tienen en la mano poner a uno de sus afines en temas de justicia.

Lo m�s triste de todo es que tan s�lo se quejan los partidos en la oposici�n, pero tan pronto como llegan al poder, olvidan sus cr�ticas y prorrogan un sistema a todas luces absurdo, pues se subyuga uno de los tres poderes a los otros.

Hemos de exigir un cambio. Hemos de gritar a todo pulm�n que queremos una Justicia escrita as�, con la inicial en may�scula y no sin la j, que nos hace pensar en el uste, palabra poco conocida pero mucho m�s parecida por su significado a lo que tenemos actualmente. Hemos de exigir a los pol�ticos que se dejen de zarandajas y que separen completamente los tres poderes, que abandonen ese empe�o de controlarlo todo y que acepten, ellos mismos, ser controlados. Porque cada gobierno todav�a envenena m�s el sistema que el anterior.

Las fallas valencianas simbolizan la necesidad de regeneraci�n. El acabar con todo, pasto de las llamas y volver a comenzar de nuevo. El huir del pasado y mirar al presente. El fuero renovador, el f�nix. D�as como hoy, en los que uno no puede sino entristecerse por el funcionamiento de la justicia en Espa�a, uno desear�a que ocurriese como la noche del 19 de marzo a medianoche: ardiese la justicia y renaciese gracias al fuego intenso de la democracia.

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John Locke: Padre del liberalismo moderno

Wed, 12 Mar 2008 19:21:00

BIOGRAF�A

OBRAS

Ensayo sobre el gobierno civil (1660-1662)

Ensayo sobre la ley de la naturaleza (1664)

Ensayo sobre la tolerancia (1667)

Carta sobre la tolerancia (1689)

Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)

Tratados sobre el gobierno civil (1689)

Pensamientos sobre la educaci�n (1693)

Racionabilidad del cristianismo (1695)

Dos tratados sobre el gobierno civil (1690)

V�DEO*

(V�deo)

* En portugu�s. Mala calidad de sonido.

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�Qu� es Tiempo al tiempo?

Tue, 11 Mar 2008 21:44:00

�Qu� es Tiempo al tiempo? Evidentemente, un blog. �Cual es su funci�n? �Para que ha sido creado? �Qu� intenci�n oculta?

Simplemente exponer tanto mis puntos de vista en temas pol�ticos, sociales y econ�micos como los de todos aquellos que quieran colaborar.

Se trata de realizar una suerte de diario-blog liberal, en el que se respeten las posturas de todos, se debatan las ideas y se rechace de plano la tensi�n y la crispaci�n.

Todas las semanas escribir� sobre un tema de reflexi�n e, intermitentemente, a�adir� an�lisis de otras personas, recortes de prensa, enlaces a direcciones de inter�s, etc.

Si quieres, mandame un mensaje y colabora. Aunque simplemente con que leas, para mi, ya es satisfacci�n suficiente.

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Timonel en mar embravecido

Tue, 11 Mar 2008 18:00:00

El 9 de marzo los espa�oles acudieron a las urnas y decidieron en manos de quien dejar�an el mando de ese barco llamado Espa�a. Es Jos� Luis Rodriguez Zapatero el designado gracias a los votos al PSOE. El timonel de un barco que puede zozobrar ante el mar embravecido de tiempos adversos. Y depender� de como maniobre nuestro timonel para que arribemos a buen puerto.

No obstante, no hablar� de ello en este momento. Hablar� de otro barco y de otro timonel que tambi�n ha de lidiar con la tormenta que se vislumbra en el horizonte. Hablar� del PP y de Mariano Rajoy. Dos elecciones perdidas desgastan a cualquier l�der pol�tico, a pesar de no significar forzosamente su nulidad para conseguir ser presidente del gobierno present�ndose en unas terceras elecciones.

Por este motivo se comienza a cuestionar a un candidato que, no nos enga�emos, fue impuesto. Con el tiempo ha sabido ganarse las simpat�as y el respeto de los militantes y cercanos a la �rbita ideol�gica del Partido Popular y se ha aparcado la disputa enterna sobre si era la persona id�nea para dirigir el PP. Ahora, con las elecciones decididas, vuelven a sacar las u�as tanto propios como extra�os.

Extra�os los adversarios pol�ticos, fundamentalmente el PSOE, que observa a quien beneficiar�a una guerra interna en el PP que los desgastar�a y les permitir�a gobernar con mayor comodidad. De hecho durante la pasada legislatura ya trataron de dinamitar a Mariano Rajoy proclamando sus medios afines la superioridad de Gallard�n o metiendo en la liza pol�tica a Esperanza Aguirre.

Ya sea por anhelos propios o por la tentaci�n a la que los grupos mediaticos de izquierda sometieron, lo cierto es que ese af�n de poder de Esperanza Aguirre y de Alberto Ruiz-Gallard�n es algo casi sustancial y palpable. Y no son los �nicos que sustituir�an gustosos a Rajoy en el sill�n presidencial de G�nova 13. Muchos otros esperan su turno pacientes. Si el actual presidente del Partido Popular dimitiese, a d�a de hoy, se producir�a una batalla fraticida entre los cantidatables que aspirasen a esa posici�n de poder.

El mar est� embravecido. Desde la izquierda, de manera muy inteligente, se aviva la necesidad de un cambio, mientras que desde el propio partido, porque las ansias personales cada d�a son m�s complicadas de esconder.

Afilan garras y preparan sus posiciones. Gallard�n, Esperanza, los liberales, el ala conservadora, los medios de comunicaci�n afines y cr�ticos. Todos planean sobre el cad�ver pol�tico que es Mariano Rajoy como buitres. Y eso el dirigente popular lo sabe y lo transmiti� perfectamente la noche electoral, con esa mirada distante y la nostalgia, morri�a gallega, que desprend�a.

Pero Mariano Rajoy, si algo sabe, es resistir. Defensa numantina y obcecada, a pesar de no tener m�s que apoyos convenencieros m�s preocupados por los otros no consigan hacerse con el tim�n del barco llamado PP que de apoyar realmente a ese antes llamado Mariano (como amigo) y ahora Rajoy (como presa). As� que Mariano (o Rajoy, como prefir�is), s�lo y meditabundo, lucha por salir de aguas turbulentas.

Toma el tim�n con fuerza, sin que vire, sin que le tiemble el pulso y anuncia que sigue. �Qu� gran trabajo! �Qu� insigne labor! le dicen muchos con palmadas en la espalda dadas con el filo romo de los pu�ales que afilan para el congreso.

Pero Rajoy ha sacado el barco de las aguas turbulentas. No ha dimitido, se mantiene. Va a ser muy cuestionado, s�, pero muchos le presentar�n su apoyo. La mayor�a con la otra mano preparada para asestar el golpe, con cabeza y unos pocos con coraz�n. �Qu� suceder�? Normalmente Mariano Rajoy aprovechar� este tiempo extra, estos minutos de descuento para ir seleccionando a sus afines reales. Para observar quienes est�n con �l realmente y quienes se relamen pensando en el fest�n pol�tico que ser� su cad�ver.

Mirar� y conformar� su equipo. El que �l quiere realmente, no lo impuesto que es con lo que ha contado ocho a�os sin poder tener libertad real para poner rumbo donde ha querido. Un equipo en el que dudo mucho que est�n Zaplana, Acebes o Aguirre. Un equipo con sus ideas, mucho m�s liberales de lo que ha podido demostrar por tener las manos atadas tanto tiempo pero lleno de rigor, buen hacer y ganas de trabajar. Y se presentar�.

Tal vez gane. El poder le permitir� enterarse de buena parte de los movimientos de sus rivales y maniobrar con cierta soltura. Guardar� sus armas. Y las sacar� s�lo en el momento adecuado. Posiblemente gane. Si lo hace tendr� 4 a�os por delante para cambiar su imagen. O no. Dadas la circunstancias lo natural ser�a eliminar a los adversarios en el congreso y algo m�s adelante, al a�o aproximadamente, dejar un sucesor, una cara nueva, alguien que pueda tomar las riendas del partido con autoridad. Y quit�ndose las r�moras de tiempos pasados, muchos grandes pol�ticos, pero quemados en su imagen e incendiarias sus presencias.

Mariano Rajoy ha hecho lo que deb�a al no bajar al camarote con la tormenta y tomar el tim�n. Y de momento ha conducido al PP a un tiempo de calma chicha, consciente de que la gran tormenta ser� antes de verano. La diferencia es que ahora ser� �l y s�lo �l quien marcara su carta de navegaci�n y tratar� de cruzar la tempestad por el sitio menos peligroso, aunque el viento no cese de azotar las velas. Y si no puede salvar el barco, tiene preparado un bote para salvar a su tripulaci�n.

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