Poeticlub (Horario comercial)

Categoría: Mujeres

Publicado: 23:38 05/06/2006 · Etiquetas: · Categorías: Mujeres
Perfeccionó un sistema infalible pues al principio se descubrió en varios renuncios aunque las situaciones no llegaron a ser hirientes, más bien rocambolescas.
Ciro salía 3 o 4 veces por semana, la noche era caliente entonces. Y no le importaban demasiado los nombres.
Así se iban sucediendo; Sofía, Victoria, Marina, Claudia, Fiona (un gran recuerdo), Leire, y algunos repetidos; Marías, Lucías, Patricias, Lauras, Vanesas, Cristinas y muchas otras que nunca recordaba.
Por eso era harto complicado acordarse de sus nombres si la cuestión se alargaba unos días, aunque nunca lo suficiente como para el "parasiempre", o simplemente no equivocarlos dando lugar a situaciones que requerían una explicación y posterior disculpa. Ciro ensayó diversos diminutivos que aplicar a sus ligues (no merecerían llamarse amores) "amor", "cielo", "turroncito", "flor", y otros que no terminaban de encajar en una mención casi diaria, durante los días que duraba. De su cerebro no podría salir un diminutivo adecuado, así que se dedicó a realizar un espionaje exhaustivo, y le descubrían extrañamente cerca en conversaciones de pareja, de repente en la cola del súper, pegaba la oreja a aquellos tortolitos, en la cola del cine idem, parecía entonces que hacer cola era opositar para el mejor amor, el resultado fue claro y conciso; "cari" diminutivo de "cariño" (un sentimiento ciertamente extraño a nuestro protagonista).

Y comenzó a utilizarlo con excelentes resultados pues ellas se mostraban más complacidas y complacientes, más cercanas, más certeras en la cama incluso, más dispuestas a toda sugerencia sexual...
"Cari esto... cari lo otro", "cari lo siento", "hasta luego cari", "cari, he pensado que...", "me gustas mucho cari" (lo más cercano que estuvo del compromiso), "ayer pensé en tí cari"... y así múltiples veces y así reafirmando la fórmula y continuando su obra.

Pasado un tiempo de buscar nombres desconocidos, de acumular encuentros y desencuentros, sin ni siquiera plantearse el motivo o los condicionantes, se decidió a dar un cambio que incluyese por fin a una mujer en la posible textura del "parasiempre", nadie le creyó por otra parte.
Pero pasados 3 o 4 nombres más, llegó ella.
Ella quizá era un cómputo de todas y de nadie.
Un "parasiempre" o un "hastanunca" todo ello en el mismo pack.
Y contenía, como diría Neruda, todas las respuestas a sus preguntas.
Y llegó el día, pues le costó más de un intento y más de dos;
"¿Me vas a decir por fin como te llamas?"
Y ella resolvió la incógnita;
"Me llamo Caridad, pero todos me llaman Cari"
En un primer momento la ecuación resultó perfecta, nunca jamás hubiera imaginado un nombre tan nombrado en su vida; era ella sin discusión alguna.
Y se enamoró irremisiblemente, ora perdido, ora omnisciente.
Tras unos días de esfuerzos y convenciones, llegó la hora del instante feliz;
"Te quiero"
Y ella consintió en irse a vivir juntos.
Los primeros días del amor revelaron la transformación.
Pero como en toda historia con moraleja, Ciro tuvo un sueño/pesadilla o terror, donde aparecieron revelados todos los nombres de su vida, y las otrora olvidadas, ahora decidieron su hora de venganza.
Al día siguiente, nada más despertar, el cambio había elaborado un nuevo subproducto dialectal, y los; "¿Ha llamado mi madre Cari?" "Cari, nunca había querido así a nadie", "¿Qué tal tu día Cari?" se convirtieron en; "¿Qué quieres de desayuno Sofía?" ...ehhh horror, la primera mirada extrañada.
"Perdona Victoria, pero no sé que me ha ocurrido"
...otra vez?...
"Joderrrrr, esto parece de broma, quiero decir Claudia y me sale Patricia"
...imposible, parecía imposible empeorar aquello.
"A ver, no saquemos las cosas de quicio María, tú sabes que nunca he querido a nadie como a tí, y las otras mujeres de mi vida no son ni meros recuerdos; ¿vale Fiona?"

No hubo ya respuesta.
Caridad recogió sus cosas, no, que coño, Ciro recogió sus cosas y se largó, no sin antes mencionar en voz baja, el nombre de la mujer más amada, mientras bajaba las escaleras y esperaba al taxi...
"Maria, Victoria, Consuelo, Dafne, Cristina, Isabel..."
Lo que él pronunciaba como: Caridad, Caridad, Caridad, Caridad, Caridad...

Publicado: 23:33 05/06/2006 · Etiquetas: · Categorías: Poesía : Mujeres
-Necesito sentir otros cuerpos, otras manos, otros labios, otros ojos clavados...
serte infiel para volver a tí.

Eso ya lo tienes conmigo, yo te lo doy todo.

-Ya lo sé, pero siento que me falta el arraigo más profundo de la tierra, la conjunción interracial, la experiencia tribal, necesito acostarme con una negra, con una china, con una india... todas ellas extrínsecas a mi vida actual.

Bueno, si quieres podemos apagar la luz y me imaginas que soy negra, china, india o noruega.

-No es lo mismo, es la sensación de acostarme con una persona completamente diferente a las mujeres que veo día tras día. No hay negras, chinas, indias o noruegas aquí, es la necesidad de lo intangible.

Tengo la solución a tus problemas. Viajemos a Noruega, África, China, India... y hazme el amor allí, entre todas ellas. Será indiscutible entonces que soy diferente y única en mi especie.

-(Mierda, me ha ganado en la metafísica) Está bien amor, ahorremos y vayámonos de viaje, tú ganas.

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