Kingdom & Glory

Publicado: 21:10 13/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
Una vez estuvo al aire libre, Altrae se ajustó la capa y se colocó el sombrero con el fin de evitar el frío y la lluvia.

Sintiendo que no hallaría respuesta a ninguna de sus preguntas en aquel lugar, comenzó a andar sin una idea fija sobre a donde ir. Visitar el pueblo, pensó, le entretendría, aunque no le tomaría más de unos pocos minutos.

Pequeño, con poco más de una veintena de cabañas y algunos acres de tierra destinada a la siembra, el pueblo se situaba a la ladera de una montaña. Era allí, en la roca desnuda, donde habían construido un santuario al que los campesinos iban a rezar. El edificio en el que había pasado el día hacía las veces de posada, y era el centro de la vida popular.

Mientras andaba, Altrae levantó la vista y dirigió sus ojos hacia la escarpada cumbre de la montaña, el pico nevado que dominaba el valle sobre el que se asentaba la villa. Cuando su mirada descendía por la ladera, sintió un fuerte golpe en el hombro que le empujó súbitamente hasta el suelo. Una vez hubo caído, recuperó la orientación y buscó aquello con lo que había chocado.

La figura, afilada como un cuchillo, se erigía frente a él, dominándole. Ataviada con gruesas ropas negras, era una larga sombra que nunca debía haber sido vista.

Entonces los vio.

Unos penetrantes ojos verdes le observaban al tiempo que una sucia cabellera castaña se agitaba con el viento.

Altrae fijo su mirada en aquellos ojos y se hundió un tiempo infinito en ellos.

Cuando despertó, estaba atado de manos y pies. Los lugareños se situaban a su alrededor y proferían insultos y gritos de rabia mientras los guardias levantaban su cuerpo de la tierra y lo arrastraban hasta un carromato.

–¿Qué está pasando? –preguntó Altrae con toda la paciencia del mundo.
–No te hagas el loco conmigo, chaval –dijo el guardia que le tenía sujetos los brazos–. Te conviene decirnos donde has escondido la reliquia.
–¿Qué estáis diciendo? ¿Qué reliquia? –Altrae no daba crédito a lo que oía.
–¡Haced hablar al ladrón! –gritó un grupo de mujeres.
–¡Están locos! Yo no he robado nada.
–¡Mentiroso! ¡Abusas de nuestra hospitalidad y encima nos robas! ¡Ahorcadle! –ese ultimo gritó rebotó dentro de la cabeza de Altrae, mareándole.
–Tranquilizaos –dijo el otro guardia sosegadamente–. Hablará o le haremos arrepentirse.


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Con esta entrada termina el prólogo. A partir del lunes comienza la historia en sí y poco a poco iré introduciendo a los personajes principales.

Me gustaría saber vuestra opinión para saber si os gusta, si debería cambiar algo, etc. No tengo ni idea de la acogida que ésto está teniendo :S.

Sin más, adiós. Espero vuestros comentarios, gracias!


Publicado: 16:03 12/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
En cuanto hubo cruzado el umbral de la puerta, el silencio se hizo en toda la sala. Un centenar de ojos se fijaron en el extraño que había aparecido la noche anterior y mantuvieron el aliento, esperando algún movimiento o palabra.

Altrae miró a todos y cada uno de los presentes, haciendo especial hincapié al llegar a sus ojos. La tensión era tal que los pocos niños presentes, aún a riesgo de no cenar, empezaron a revolverse intranquilos. Fue entonces cuando alguien terminó con la quietud.

–¿En este pueblo no trabaja nadie? –dijo Altrae.

Otro silencio.

–¿Además de desagradecido eres idiota? –escupió un hombre de mediana edad, de cara chata y complexión nervuda–. Estamos reunidos en asamblea.
–Ya veo. De hecho estoy seguro de que los niños están aportando montones de ideas –concluyó. Se acercó a aquel que parecía el dueño de la posada–. Vino y pan –girándose entonces, prosiguió–. ¿Y cuál es la razón de la asamblea?
–No eres tú el que hace aquí las preguntas –continuó el mismo hombre, que se había erigido en portavoz–. ¿Qué te trae aquí? Nadie viene nunca a nuestro pueblo. ¿Vienes a robar? ¿Estás huyendo?
–Si quisiera  robar solo tendría que haber entrado en vuestras casas, vacías todas ellas, por cierto –sonrío–. Estoy de paso, simplemente. Me quedé sin provisiones –bebió un trago de su recién servida taza–. Por ello, y viendo lo alegre de vuestra expresión al recibir invitados, abusaré un poco más de vuestra hospitalidad hasta conseguir algo con lo que abastecerme.

La gente se miró entre ellos, consternados por la desfachatez del recién llegado.

–Ahora que he contestado a tus preguntas, espero que se me explique el porqué de esta reunión –Altrae miró a los ojos del hombre, fijamente.
–Hasta tú habrás notado –contestó haciendo gestos de evidente molestia– los cambios en el tiempo. Nos hemos reunido para decidir que hacer.
–Entiendo, aunque poco creo que podáis decidir sobre el devenir de los cambios en el tiempo.
–Precisamente. Creemos que debe haber más gente en nuestra situación. Cuanto tú entraste votábamos sobre si dirigirnos al Consejo o no.
–Entonces continuad. Por mi parte, pasaré la noche bajo vuestro acogedor techo y mañana partiré.

Un hombre rechoncho, ataviado con armadura, dio un paso y le habló sin titubear, lo cual agradó sobremanera a Altrae.

–La guardia te acogerá durante esta noche bajo su techo. Además, en virtud de tu condición de huésped, el pueblo atenderá a tus… modestas necesidades.
–Os lo agradezco. Una vez haya terminado este opíparo desayuno me gustaría ser testigo de vuestra asamblea. Prometo de antemano no molestar.

El decidir presenciar aquella reunión no fue una gran idea. La mente de los habitantes de aquel inhóspito lugar se hallaba obnibulada por el peligro en que se encontraban sus cosechas y animales, limitándose todos ellos a repetir una retahíla de experiencias personales, en lugar de proponer soluciones.

Cuando no pudo aguantar más, Altrae se levantó y fue directo a la puerta.

–¡Espere! –dijo el posadero– ¡Págueme lo que me debe!
–Posadero –comenzó Altrae con tranquilidad–, ¿he de hacerle una lista detallada de lo que considero “necesidades”?

Abrió la puerta y cruzó el umbral hacia una tormenta sin fin.


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Primera vez que incluyo diálogos en la historia. Espero que os guste y animáos a comentar!

Publicado: 16:39 11/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
Camien tocó con cierto temor el cuerpo yaciente. Al descubrir que se trataba de un joven viajero, lo movió con cierto brío intentando despertarlo pero, al darse cuenta del estado de inconsciencia del mismo, procedió a izar al extraño. Realizando un importante esfuerzo, comenzó a moverlo. El frío, la lluvia, el barro y el cansancio convertían esta tarea en prácticamente imposible, pero Camien tenía todo el tiempo del mundo y estaba muy aburrido.

Se dirigió con paso lento y firme a la cabaña destinada al cuerpo de guardia, donde esperaba encontrar a alguien que se hiciera cargo del viajero. Tras varios minutos consiguió llegar a la puerta de la misma y, apoyando el cuerpo en uno de los muros, llamó y pidió ayuda.

Altrae despertó en un catre de paja, envuelto en mantas hechas de un tejido basto. Aún contando con la austeridad del lugar de descanso que se le había asignado, estaba envuelto en calidez y se encontraba totalmente reparado. Saltó de la cama y se vistió con las escasas prendas con las que contaba. No pudo evitar darse cuenta de que habían sido secadas.

Una vez se hubo vestido, salió de la habitación y recorrió la estancia con la mirada. Todo lo que alcanzaba a ver era madera destartalada, algunas armas y piezas de armaduras desperdigadas.

Ni rastro de seres vivos ni de una explicación sobre como había llegado hasta allí.

Abrió la puerta de la pequeña cabaña y se sorprendió por el ardiente sol que lucía en lo alto del cielo. ¿No es raro un cambio tan brusco en el tiempo?, pensó. Se puso la capa a pesar del agobiante calor reinante y se dispuso a andar. Los escasos campos con los que contaba la villa se encontraba vacíos, los puestos del minúsculo mercado estaban desiertos, el silencio reinante era casi total. El pueblo estaría muerto sino fuera por los gritos provenientes de un edificio situado a unas 3 yardas a su derecha, el cual parecía dominar el camino de acceso a la villa encima de una pequeña colina.

Extrañado, comenzó a acercarse a esta construcción, dadas las evidentes señales de presencia humana en la misma. Una vez estuvo ante la puerta, abrió con cuidado y accedió a la estancia.


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Sexta entrada, penúltima parte del prólogo. Es la entrada más larga hasta ahora, así que espero que no os aburra.

Disfrutad con ella y comentad lo que queráis!


Publicado: 10:39 10/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
Camien miró al cielo con desánimo y pateó el suelo, salpicando barro por doquier. El pequeño guardia, calado hasta los huesos y extenuado tras varias horas de pie, habría dado cualquier cosa por una taza de vino caliente con la que olvidar las rachas heladas y el goteo incesante. El sopor y el cansancio hacían mella en su estado de ánimo, llevándole a refunfuñar sobre lo injusto de la vida y lo a gusto que estaría el capitán en su catre en aquellos momentos.

La guardia, ya de por sí dura, se había agravado debido a las condiciones meteorológicas. El camino frente a la villa, atestado de piedras y arena, había sido convertido por la lluvia en un lodazal intransitable, resbaladizo y traicionero, y, en parte debido a esto, en parte debido a la inteligencia propiamente atribuida a los viajeros, Camien no había visto un alma en toda la noche.

Continuó con sus quejas y cerró los ojos, buscando un sueño con el que acortar la pesada tarea que le había sido asignada. En aquel momento, por encima de los ruidos generados por la lluvia y el viento, durante apenas un segundo, un ruido similar a un chapoteo fue audible. Camien abrió los ojos de improviso y distinguió una serie de movimientos entre las sombras del camino. Sin mucha motivación, comenzó, lenta y cautelosamente, a recorrer el camino en busca del causante del inesperado alboroto.

Hundiéndose a cada paso que daba, a punto estuvo de caer cuando tropezó con algo a sus pies, cerca de un recodo. Asustado, recuperó la verticalidad y la compostura y se dispuso a examinar el extraño objeto.

Aunque lo más extraño fue averiguar que se trataba de un hombre.


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Quinta entrada, primera escrita desde hace meses. Espero que la disfrutéis y comentéis!


Publicado: 12:48 09/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
Llovía.

La noche se cerraba en torno a sus ojos de manera abrumadora, asfixiando la visión y los reflejos de Altrae. La oscuridad, acompañada del infinito goteo, envolvía el mundo en una frescura más propia de un invierno desolador que del caluroso verano en el que se encontraban.

Sentía que su estómago reclamaba atención a cada minuto, cuidados indispensables que hasta entonces le había sido imposible suministrarle. Era tarde ya y ni un alma respiraba en aquel camino, largo y sinuoso. Subiendo una pendiente, giró un recodo y encontró ante sí más camino por recorrer, que parecía no tener fin. Su capa y su sombrero, empapados, hacían pensar a Altrae que debía encontrar pronto un sitio donde guarecerse, o de lo contrario el frío y el agua le harían enfermar.

El miedo nublaba sus pensamientos al sentir que se le escapaba la vida en aquel lugar, lejos de cualquier ser vivo, y le hacía pensar en su existencia y en la posibilidad de su fin. Pensaba en el destino y en como había guardado para él un desarrollo homogéneo: siempre lejos del calor, de la vida. Tenía miedo de morir sin haber podido derrotar a su destino, lo que habría de significar que nunca llegaría a cumplir aquello que había prometido: proteger a aquellos que le habían sido encomendados.

Negó para si mismo y avanzó con paso inseguro, hundiendo los pies en el barro arcilloso que se había formado con el aguacero, con la única ayuda de una vara de roble que había arrancado del árbol original. Un metro, dos, aquello parecía interminable, pensó, deseando morir cada vez que un escalofrío le recorría la espalda.

Entonces fue cuando cayó. Girando el cuerpo, impotente, amortiguó el golpe con su espalda, y salpicando barro por doquier se encontró de bruces contra un mar de nubes negras, ante las que sonrío con ironía. ¿Será necesario mirar al cielo antes de ir al infierno, pensó? ¿Es éste mi castigo, observar como el paraiso se tiñe azabache y me rechaza?

Bien, si así es, seguiré la norma que ha predominado en mi vida y huiré.

Cerró los ojos, y esperó.


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Cuarta entrada, última que tenía ya escrita. Mañana escribiré la primera parte nueva desde hace... meses.

Comentad y disfrutad!


Publicado: 09:59 08/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
No podía avanzar ni un palmo más.

El ascenso por la cara norte de la montaña estaba resultando extenuante para sus músculos, que habían iniciado la jornada llenos de energía pero que, en ese momento y tras más de cinco horas de marcha y escalada, estaban llegando a los límites que su cuerpo le permitía. Sentía su ser cercano al desfallecimiento, por lo que comenzaba a asimilar la posibilidad de resbalar y caer desde el precipicio.

No era un buen momento para tener pensamientos acerca de morir en un sendero alejado de cualquier forma de vida que no quisiera actuar como un depredador para con él por lo que, haciendo un esfuerzo sobrehumano y sintiendo como su piel ardía al apoyar las manos en la piedra desnuda, se izó con la escasa fuerza que sus brazos le proporcionaban y aseguró sus pies en las rocas que sobresalían de la maciza pared.

Su ciclópeo enemigo no se daba por vencido, irguiéndose frente a él de manera imponente y dominando todo el territorio desde la altura que sus rocosas piernas le conferían. Lo que este gigante de piedra desconocía es que se enfrentaba al más primitivo de los impulsos humanos, capaz de convertir a un hombre común en una bestia embravecida, implacable y tenaz: el deseo de conocer el porqué de nuestra existencia.

Asiendo este ímpetu con ambas manos, aferrándose a una vida que bien podía escapársele en cualquier momento, levantó la cabeza y decidió sobrevivir para ver la luz del Sol un día más.

No podía avanzar ni un palmo más, pero avanzó.


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Tercera entrada ya, con cuatro escritas por el momento. Comentad!


Publicado: 13:27 07/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
El sol se encontraba muy bajo ya en el horizonte. Los animales presentes en el adusto bosque habían pasado las horas de luz buscando cobijo allí donde pudieran garantizarse una sombra, temiendo salir de sus escondrijos ahora que se acercaba la oscuridad; los árboles, por su parte, se mecían al ritmo que la asfixiante brisa marcaba: un clima disonante con respecto a la época del año en que se encontraban presagiaba una noche como no se recordaba otra.

Altrae miro en derredor preguntándose si podría existir algún depósito o surtidor natural de agua en la zona. Tras unos instantes de laboriosa búsqueda durante los cuales anduvo visitando los lugares donde sus oídos le indicaban que existía un curso de agua, se dió por vencido y comenzó a desatar su hatillo buscando el pellejo de vino que había sustraído de las cocinas poco antes de partir. No sobreviviría mucho con la cantidad de comida de la que disponía, se dijo, por lo que pronto tendría que cazar o robar y, como pesarosamente recordaba, se hallaba apartado de cualquier ciudad o pueblo importante.

Pensativo, se apoyó en un árbol que parecía a punto de desplomarse encarado hacia las montañas. Comenzaba a sentir el aliento del descanso en la piel cuando comprendió que desde lo alto de los montes podría contar con una mejor visión de los parajes que le rodeaban. Subiría hasta allí, pensó, decidiendo entonces que haría en siguiente término.

Pudo descansar, por fin, más no de manera tranquila. Sueños de muerte y venganza poblaron su psique; traición y confusión plasmadas en rostros desconocidos que le rodeaban y zarandeaban. Huyó de los alaridos que le perseguían internándose en bosques de una negrura tal que no alcanzaba a vislumbrar lo que se encontraba a sus pies; gritó, más nadie le auxilió; corrió, pero no lo suficiente.

Cuando despertó empapado en sudor no pudo más que maldecir el calor reinante. Sobresaltado, observó con detenimiento la oscuridad que le rodeaba, impregnada de motas luminosas de un sol en nacimiento, buscando formas furtivas: solo estaban su cuchillo y él, a cual más deplorable.


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Una entrada más, ya van dos con esta. Espero vuestros comentarios!


Publicado: 12:51 06/11/2008 · Etiquetas: · Categorías: Kingdom & Glory
Altrae miró al cielo y no vio nada. Vagas sombras recorrían sus ojos cegados por el sol dando pistas sobre su verdadera naturaleza al acompañar sus vuelos de suaves trinos. El mundo que le rodeaba era muy distinto a como lo recordaba, tras un año encerrado entre los gruesos muros del castillo. Los tonos verdes y dorados del follaje arbóreo embotaban su cerebro, suscitando en él sensaciones cercanas a la belleza y el asombro que nunca antes había sentido; el marrón de los troncos de los árboles, adornado con níveas pinceladas de musgo antiguo, le hacía imaginarse frente a millares de hombres salidos de los más grotescos sueños que jamás pudiere haber tenido.

Su señor había muerto. No había sido generoso ni compasivo, mucho menos paternal, habiendo actuado rara vez como si le hubiera visto siquiera, más había matado por él. Una muerte cruel y despiadada, como la que solo un hombre de su calaña podría llevar a cabo, que ahora le acosaba y atormentaba. Había matado y no sabía bien por que motivo. Extrañado por la impunidad de sus actos, no podía sino recordar la garganta de aquel hombre seccionada por su romo cuchillo, el cual había penetrado la carne de un modo muy poco profesional, cuando se le informó de que podía marchar a donde quisiera.

Altrae se frotó los ojos empapados en lágrimas y en sudor preguntándose si marchaba por bravo o por vil y, tras echar un vistazo atrás y convencerse de que nada así volvería a ocurrir, sintiéndose libre pero atado para siempre al yugo de la culpa, comenzó a caminar.


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Primera de las múltiples entregas que espero poder escribir en este blog (que ha sido creado con el único propósito de difundir mi "obra").

Espero que disfrutéis con esta historia y que comentéis todo lo que os guste y os disguste.

Gracias!

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