Pues nada, he estado mirando mi viejo ordenador y he encontrado algún texto que escribí hace varios años, el que se aburra mucho que los lea, me comente y me diga lo que cree que debería mejorar ( supongo que muchísimo xd ):

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Deja su sucia mochila en el suelo. Se quita sus polvorientos zapatos y allí la ve.
En su cama de seda, durmiendo, sonriendo, soñando.
Soñando con mágicos mundos, con felices hadas y un apuesto príncipe.

Él, pobre caminante. Con un viejo reloj, y una campana que robó a un soñador muerto, mira la hora y, poco a poco, como quien teme romper un tesoro, comienza a hacer ruido. Abre un ojillo y todo se desvanece. El polvo de hadas, el canto de sirenas y la luz de los tres soles que iluminan su alma.

Entonces lo ve. Con las manos llenas de heridas, la cara de arrugas, el alma de espinas y el corazón de ilusiones. Harapiento, dolorido, pero con una última luz de esperanza en su mirada.

-"¿Qué es lo que puedo ofrecerte? Bueno, no soy demasiado apuesto, pero juro protegerte con mi vida.
Mi mundo no es demasiado mágico, pero puedo hacerte llorar de emoción en cualquier instante.
Y, de corazón te lo digo, nunca he sido demasiado bueno volando, pero cada noche te llevaré de la mano a lugares que ni siquiera los ángeles pueden llegar."

Pensativa, dudas durante unos instantes.

-"Suena divertido, incluso ilusionante, pero también muy costoso. Me pides que abandone mi seguro mundo y me aventure a algo tan arriesgado para mi corazón? Me es mucho más fácil seguir durmiendo, soy feliz así.
Pero, si te sirve de consuelo, puedes venir de vez en cuando y contarme alguna de tus historias."

El caminante suspira y sonríe. No de alegría. No de pena. Supone que era de esperar. Sin mediar una palabra, da media vuelta y se va.

Tal vez no sea lo suficientemente bueno despertando a la gente. Tal vez no sea la persona a la que le toque despertar.
Tal vez...tal vez deba dormir también. Pero esa idea se va rápidamente de su cabeza.
Vuelve a calzarse, se sacude el polvo y reanuda su caminar. Mira a su brújula y la deja ahí, por si algún día le hace falta a ella.
Y sabe que se perderá. Y que llorará. Pero ese nuevo camino lo quiere hacer sin guía.
Como tantas veces le dijo a ella, ahora se lo dice a él mismo.

"Mi destino...lo decidirá el viento..."

Pues nada, me ha dejado un colega el juego diciendo que fue una mala compra en su día y como yo soy rarito, seguro que me gustaría. Y lo peor es que el condenado tiene razón, me está gustando bastante.

Mi "sorpresa" viene cuando me meto al foro y hay un tema con poquísimas respuestas de las cuales la gran mayoría son de opinión negativa.

Hombre, sé que el juego tiene bastantes trompicones, le cuesta cargar las zonas, los personajes van a tirones, pero...no sé, tiene cierto encanto que está haciendo que me enganche de mala manera.

La historia está currada, al menos la parte que acabo de terminar, la de Micenas, está bastante bien doblado y además no se basa todo en las peleas, te puedes pasar largos ratos buscando información, hablando con la gente, eligiendo tus respuestas...

En resumen, a nadie le ha gustado este juego??? Estoy loco??
Me hace gordo este traje??

Érase una vez que se era…el cuento de nunca acabar.

De un piojoso príncipe que, cada cierto tiempo rescataba a su princesa y, cuando la tenía en su lecho, la volvía a dejar en su cárcel de oro.
De las veces que pensaba que no merecía la pena y confiaba en que el dragón la mantuviera intacta hasta que él se decidiera.
De las veces que, mientras él se embarcaba en absurdas aventuras sinsentido, otro príncipe, menos apuesto pero con más interés, la rescataba.
De las veces que, cuando él volvía desengañado de falsas princesas y huecos corazones, solo hallaba el cuarto donde ella le esperó durante tanto tiempo.

Con miles de marcas en cada rincón de sus paredes. Cada azulejo, un mes que le esperó con paciencia.
Cada marca de cada azulejo, un día que perdió ansiando su regreso.

Y no hay final feliz; tan solo un cuarto vacío. De lo que pudo ser y no fue.
El tiempo que él ahora sufre, un pequeño ejemplo del infierno que ella sufrió cada hora, cada minuto, cada segundo. Merecido castigo, merecida recompensa, merecido…merecido.

Y, con su espada rota y su escudo hecho añicos, solo espera que ella sea feliz. Y no dudará en volverlos a usar si su objetivo, la felicidad de su amada, no se ve cumplido.
Guardará armas si es lo que ella desea. Se humillará si ella es feliz. Durante todos los instantes de su vida, bendecirá su error si ello ha servido para su felicidad, aunque le cueste su propia desdicha. Porque…al fin y al cabo…de un modo u otro…logrará conseguir su cometido…que ella sea feliz…

Espero que os guste, aunque sea un poco largo

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"Sólo hay una cosa que no te perdonaría: que dejases de soñar"

 

Despertó; esa frase de nuevo. Durante noches, semanas, meses…años! Había dejado de soñar. Sólo esa frase en su cabeza una y otra vez. No recordaba nada de lo dormido, salvo despertarse con esas palabras; aquellas que la dulce voz de aquella mujer le dijo hace ya tiempo.

 

Frustrado por no ver cumplidos sus sueños (¡Qué demonios! Se le había olvidado soñar, así que no podía cumplir nada! ) y , soportando la vergüenza que le causaba no poder hacer algo tan común, fue a pedirle consejo a su amigo.

-“Hola camarada, vengo a pedirte consejo, algo que no sé hacer. No sé soñar. ¿Qué puedo hacer? “.

Soltó una carcajada, como si estuviera oyendo una broma, y se encogió de hombros.

 

-Eso es algo que todos sabemos. Seguramente lo hagas pero no te acuerdes.

 

Esa respuesta no le convencía. Él recordaba haber soñado durante toda la vida hasta hacía unos pocos años, sabía perfectamente que ya no soñaba!

 

Emprendió camino hacia el bosque, y le preguntó a un viejo árbol. Su respuesta fue clara:

-Te voy a ser sincero. Yo nunca he soñado. Las plantas no podemos soñar , estamos atadas a la tierra. Para soñar hay que tener un espíritu libre, ver mucho mundo. Y como comprenderás, yo no me muevo demasiado. Pregúntale al águila. Ella, que surca diariamente los cielos y ha visto mil paisajes,  sabrá la respuesta.

 

 

Puedo ver al águila posada encima del árbol más alto del bosque. Empezó a escalarlo, pero cuando llegó a cierta altura comenzó a tener miedo. ¿ Y si se caía? Tal vez era mejor seguir sin soñar, pero al menos viviendo. Si se mataba se acabaría todo. Dispuesto a bajar, la voz de aquella mujer volvió a su mente:

 

 

"Sólo hay una cosa que no te perdonaría: que dejases de soñar"

 

Una lágrima hizo amago de caer por su mejilla, pero frotándose, comenzó a escalarlo. La altura le causaba vértigo, pero una gran satisfacción se apoderaba de el a medida que llegaba a la copa. Por fin llegó y comenzó a hablar con el águila.

 

-Acudo en tu ayuda amiga, tú que surcas los cielos y has visto todas las partes de este mundo…cómo se sueña?

 

El águila se sorprendió: no todos los días un humano escalaba un árbol tan alto para hacer ese tipo de preguntas.

 

-Verás-le respondió- no todo es tener libertad y ver mundo; tienes que tener tiempos de pausa y concentración. Eso es algo de lo que no dispongo. Duermo mientras vuelo, y siempre he de estar al acecho ante los peligros de la naturaleza. Lo siento, pero no te sirvo. Tal vez el viento….

 

Al oír la respuesta se decepcionó, pero tenía sentido. El viento veía mundo, pero no siempre estaba corriendo, había veces que se paraba. Él sabría lo que debía hacer.

 

-Gracias amiga! Dónde puedo encontrarlo?

- Bueno, no es demasiado difícil de encontrar, sobre todo en el valle. Allí estará seguro.

 

 

Bajó el árbol con cuidado y se dirigió hacia el valle. Todo estaba en silencio, y no se movía ni una sola hoja. Pero ya empezaba a estar desesperado, así que empezó a gritar al Viento:

 

-¡VIENTOOOOOO!!! ESTÁS AHÍ??? TE NECESITO!!!

 

Una suave brisa comenzó a mover la hierba, y de repente oyó una voz cavernosa que venía de todas partes.

 

-¡Vaya! Es la primera vez en siglos que alguien me llama. Pareces un chico interesante, dime qué quieres y te ayudaré en medida de lo posible.

 

-Viento…quiero soñar. Se lo he consultado a todo el que he podido. Humano, planta, animal…y entre todos me han guiado hacia ti. Eres libre, has visto mundo, y tienes tiempo para reposar tu mente y descansar. Tú has de saber a la fuerza cómo se sueña. Dímelo, por favor.

 

-Lo siento, pero te han guiado mal. Tengo eso que tú dices, pero me falta algo…constancia.

 

-Constancia?

 

-Claro. Uno sueña para poder cumplir sus sueños. Y cumplir un sueño no es cosa de un día. Cuesta semanas, meses…a veces incluso años! Pero es muy difícil tener esa constancia para aguantar el dolor y seguir manteniendo el objetivo a la vista. Y mírame a mí. Cada día, cada hora, voy hacia un lado. Puede que con toda la fuerza del mundo, pero a los pocos segundos cambio de dirección. No te sirvo. Para poder soñar un sueño y cumplirlo debes saber sufrir. Soportar el dolor que haga falta, manteniendolo siempre al frente. Estate seguro que tarde o temprano llegará. Pero amigo, es difícil mantener esa fuerza.  Esta es toda la ayuda que puedo ofrecerte.

 

 

De repente, y totalmente desalentado por la respuesta, comenzó a llorar. Empezaba a anochecer, y vio como todos sus esfuerzos no habían merecido la pena. Habría conseguido lo mismo quedándose en casa llorando. Entonces se hizo la noche.La luz desapareció y el viento se desvaneció.

 

-¿Por qué lloras, amigo?- pudo oir

 

Miró a su alrededor y no encontraba a nadie, y no se trataba del viento, pues ya  no sentía su presencia. Entonces miró hacia arriba. La luna!!!

 

-No sé soñar, Luna. He preguntado a todo el mundo, y nadie sabe. He perdido la esperanza.

 

-         Pues no debes perderla, yo sí sé soñar.

 

-De veras??? Cómo???Cómo???

 

 

-Pues verás….siempre estoy en el mismo sitio, manteniendo mis principios. Pero ello no me evita poder ver toda la Tierra a la vez, verdad? Y si hay una cosa que no me puedes llamar es inconstante!!! Desde hace millones de años, aunque no me veáis siempre, acudo fiel a mi cita con la noche. Y lo más importante…y lo que te falta para aprender a soñar.

 

-¿Qué es?

 

-Mantengo mi brillo. Nunca me apago. Por muy deprimida que esté, o aunque una sombra haga que no puedan verme, yo sigo brillando. Sin que me importe estar en la oscuridad, pues sé que tarde o temprano saldré a la luz. Ahí está lo que te faltaba. Brilla. Sonríe siempre. Ten esperanza… y lucha por no decepcionar a esa mujer. Recuerda siempre esa frase

 

 

"Sólo hay una cosa que no te perdonaría: que dejases de soñar"

 

 

 

Entonces despertó. Recordaba el sueño. El primero que había tenido en años. Se levantó con una sonrisa y miró al cielo. Ya no veía la luna, pero no significaba que no estuviera ahí…

Ala, ya tengo vuestra atención, que no me visita nadie el blog cojones. Pues eso, sigo a lo mío con mis textos, a ver si os gusta este
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              EL HÉROE

El sol iluminó la habitación y dio de lleno en los ojos del Héroe, pero no rompió su sueño, ya que durante toda la noche había huído de él. Era el preludio de una batalla, había oído decir que posiblemente sería la batalla más dura de su vida.
Recordó aquella lucha de 3 días contra todo un ejército, y cómo a lomos de su brava yegua había conseguido internarse hasta el jefe enemigo y provocar así su derrota.
También tenía en la retina aquella imagen de su siempre fiel espada atravesando la garganta de aquél pueblo que invadió su territorio y acabó con toda su familia, quedando solo en compáñía de sus pesares y maldiciones.

Pero esto iba a ser distinto, muy distinto, así que tuvo que prepararse a fondo durante meses. Según le dijo aquél anciano, esta guerra sería totalmente diferente y debería tener listos sus seis sentidos, quién sabe si más, si no quería perecer en el intento.
Atrás quedaban sus meses de soledad en el bosque entrenándose, durmiendo, luchando, conviviendo con y contra la naturaleza. En ocasiones alzaba la vista y veía la luna llena, tan blanca, tan esplendorosa, tan soberbia y tan indiferente. Hablaba mucho con ella, con un vago intento de no sentirse solo, pero simplemente obtenía como respuesta el aullido de algún lobo. Con el tiempo se convenció de que él era otro solitario lobo.

Se levantó de su posición arrodillada, había previsualizado cualquier tipo de batalla durante toda la noche, se había concentrado al máximo y ya solo quedaba rezar a sus antepasados para que le dieran fuerza. Se puso las mallas, su viejo traje, ató fuertemente sus cordones, y con espada en mano izquierda y escudo en mano derecha, salió afuera.

No lo podía creer: no había ningún tipo de ejército, ni siquiera un fiero dragón que derrotar ni una bella princesa que rescatar.Era algo mucho peor. Se encontró la indiferencia de la gente, personas corrompidas por el poder, la vanidad, el odio sin sentido y el afán de ser más que el de al lado.

En ese momento, y sin haber comenzado la batalla, se echó a llorar y se dio por vencido...

Y dime, si es que me estás leyendo.
¿Te sientes bien? ¿Te sientes orgullosa?

Viviendo tu falsa vida anestesiada, con todo lo que te dijeron que debías tener.
Que debías hacerte mayor. Tus ojos perdían su brillo a medida que escuchabas los sermones.

"¿Sabes por qué los niños piden deseos imposibles? Porque desconocen la verdadera dificultad, no les da miedo nada. Y no les avergüenza. Aprende a vivir, acomódate y deja los sueños para cuando duermas".

Es bastante triste. Sobre todo cuando te ofrecen un sueño difícil de soñar, pero increíble cuando lo haces. Y lo rechazas. Porque se te ha olvidado mirar la vida como lo hiciste cuando eras una niña. Y estás segura de que no vendrá un príncipe a llevarte a volar. Te quedas despierta, con preocupaciones que en tu lecho de muerte considerarás absurdas. Pero no hay tiempo para dormir. Debo ser adulta.

El coche, la hipoteca, la luz, el gas, el trabajo.

Seamos sinceros. No se puede ser ya como un niño. No se puede soñar cada minuto que pasa y pedir imposibles.No te culpo por eso.

Te culpo. Por no dedicarte a soñar ni un minuto al día.
Te culpo. Por cambiar la ternura por fruncir el ceño.
Te culpo. Por conformarte.

"Y tú...estarás sola, con todos tus secretos y arrepentimientos..."

Pues eso, unas nuevas líneas con alguna que otra frase Zeldística, espero que os guste:

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Deja su sucia mochila en el suelo. Se quita sus polvorientos zapatos y allí la ve.
En su cama de seda, durmiendo, sonriendo, soñando.
Soñando con mágicos mundos, con felices hadas y un apuesto príncipe.

Él, pobre caminante. Con un viejo reloj, y una campana que robó a un soñador muerto, mira la hora y, poco a poco, como quien teme romper un tesoro, comienza a hacer ruido. Abre un ojillo y todo se desvanece. El polvo de hadas, el canto de sirenas y la luz de los tres soles que iluminan su alma.

Entonces lo ve. Con las manos llenas de heridas, la cara de arrugas, el alma de espinas y el corazón de ilusiones. Harapiento, dolorido, pero con una última luz de esperanza en su mirada.

-"¿Qué es lo que puedo ofrecerte? Bueno, no soy demasiado apuesto, pero juro protegerte con mi vida.
Mi mundo no es demasiado mágico, pero puedo hacerte llorar de emoción en cualquier instante.
Y, de corazón te lo digo, nunca he sido demasiado bueno volando, pero cada noche te llevaré de la mano a lugares que ni siquiera los ángeles pueden llegar."

Pensativa, dudas durante unos instantes.

-"Suena divertido, incluso ilusionante, pero también muy costoso. Me pides que abandone mi seguro mundo y me aventure a algo tan arriesgado para mi corazón? Me es mucho más fácil seguir durmiendo, soy feliz así.
Pero, si te sirve de consuelo, puedes venir de vez en cuando y contarme alguna de tus historias."

El caminante suspira y sonríe. No de alegría. No de pena. Supone que era de esperar. Sin mediar una palabra, da media vuelta y se va.

Tal vez no sea lo suficientemente bueno despertando a la gente. Tal vez no sea la persona a la que le toque despertar.
Tal vez...tal vez deba dormir también. Pero esa idea se va rápidamente de su cabeza.
Vuelve a calzarse, se sacude el polvo y reanuda su caminar. Mira a su brújula y la deja ahí, por si algún día le hace falta a ella.
Y sabe que se perderá. Y que llorará. Pero ese nuevo camino lo quiere hacer sin guía.
Como tantas veces le dijo a ella, ahora se lo dice a él mismo.

"Mi destino...lo decidirá el viento..."

A perder la esperanza de que algún día volverá a ser como antes.
A perder las agallas para levantarme un día más.

Me niego.

A pensar que toda nuestra historia se perderá en el olvido.
A pensar que no sirvió para nada.
A pensar que sólo nos trajo dolor.

Me niego.

A olvidar aquellas noches comiéndose poco a poco las tardes.
A olvidar tu aroma, que me hacía pensar que tal vez el mundo no era tan malo.
A olvidar tu piel, que me hacía cuestionar si las nubes eran tan suaves.
A olvidar tu voz, que me guiaba en aquél paraíso.

Me niego. Una y otra vez.

Llorando como un niño chico, que se negaba a ir al colegio, pero fue.

Probando esta cosa, nunca me ha llamado la atención esto de los blogs de vandal, pero algo hay que hacer. Estudiar? Inventar algo para el bien de la humanidad? Nah, hacemos un blog, perdemos 5 minutos y nos distraemos. Pues nada, os dejo un escritable que escribí el otro día, a ver si os gusta, últimamente me dedico bastante a escribir con más o menos acierto.

igues durmiendo. En otra cama, entre otros brazos, con otros besos.
Y yo aquí, en vela. Con un ojillo, mirando al frente.
Con el otro, intentando no perderte.

Salgo a la calle rodeado entre demonios susurrándome al oído:
"mira qué sólo estás", "no fuiste nada para ella".
Al principio se lo discuto, les grito, les golpeo.
Al final me lo creo, les asiento, les sonrío.

"Tal vez debieras buscarte otra cama, otros brazos, otros besos".
La luna se me esconde, las estrellas me huyen, el viento me mata.
Otra solitaria noche sin rumbo, con el frío como único amigo.

"Ya no sabes soñar, tal vez seas tú el sueño"

Se desvanece la noche, me desvanezco yo.
Despiertas: en otra cama, entre otros brazos, con otros besos.
Comienza a salir el sol y una última esperanza aparece antes de apagarse la noche.