No han pasado ni 24 horas del fatídico momento en que se hacía público el reparto final de escaños, y ya han sido dos las víctimas que se ha cobrado este macabro escenario de bipartidismo y miedo escénico y borreguil.

Si anoche caía el único que realmente intentó explicar su programa político, Gaspar Llamazares, esta mañana el republicano Joan Puigcercós ha asumido -relativamente- su culpa y ha dejado el gobierno catalán para dedicarse a otros menesteres políticos. Llámese dedicación al partido, llámese hacerle la cama a Carod en el próximo congreso.

No en vano, el PSOE-PSC ha sabido jugar sus cartas mejor que nadie. Al ya desgastado (pero efectivo) voto útil hemos de sumarle el miedo al coco. El miedo a un españolizador Rajoy a lomos de su corcel Acebes, cabalgando las catalanas tierras a su uso y disfrute. Reconozcamos que da miedo; grima, si se quiere; pero tampoco nos pasemos.

Por una parte el gran afectado es IU-EUiA-ICVerds. El pobre Gaspi (y el magnífico Joan Herrera como auténtica víctima de todo este desaguisado) ha sido incapaz de seguir la estela del Califa, y no ha podido obrar el milagro. Hacer llegar un mensaje algo más complicado que "ETA ETA ETA homosexual ETA iglesia ETA precio del pollo ETA tú malo ETA ETA tú más ETA ETA ETA ilegalización" a raíz de unos pocos minutos (que más no le han dejado) televisivos y radiofónicos, es cuanto menos complicado. Cuanto más, un insulto a la democracia.

Si además le sumamos el susodicho voto útil, al que apela inteligentemente el PSOE-PSC (y gracias a la inconmensurable ayuda del radicalismo popular) hace que la situación de IU, no por más dramática, sea menos esperada.

Lo de ERC era de esperar. El miedo escénico en sus votantes más volátiles (catalanistas a efectos prácticos) y la suavidad que gastan los republicanos últimamente, han hecho que la transición de su voto al PSC fuera poco menos que anecdótica. Eso sumado al desencanto (desencís) del lado más duro del independentismo (para que luego los llamen radicales) que creyó necesario un castigo ejemplar a los domesticados líderes del partido, han hecho padecer a este partido la derrota, quizás, más humillante de estos comicios.

PD: Mientras algunos cantaban ayer el ya famoso "Es socialista, la niña de Rajoy", yo no podía por menos que sentir pena del actual estado de democracia en que nos hayamos. Salimos de Guatemala para ir a Guatepeor, que dicen.