Espere un segundito

Uno de los principales objetivos de mi blog es denunciar muchas de las injusticias que tienen lugar en esta sociedad. Ahora quiero mostrar un caso que me ha pasado esta misma mañana.

Soy estudiante de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, y como tal, para este segundo cuatrimestrre tenemos que pirngar con un trabajo en grupo analizando la estructura urbana y las comunicaciones, entre otras cosas, de un núcleo urbano de Galicia.

Bien, somos cuatro en el grupo, y para empezar con el trabajo necesitamos un montón de mapas. La mayoría de ellos, nos dice el profesor, podemos conseguirlos en la biblioteca de la propia escuela, estos mapas se prestan y se pueden fotocopiar (otro día hablaré del estado de estos mapas, muchos de ellos con más de 30 años de antigüedad).

Teníamos ya la mayoría de los mapas, pero un compañero se dió cuenta de que nos faltaba una parte de uno de ellos. Subimos a la biblioteca y le pedimos a la bibliotecaria que nos saque otros 4 que queríamos comprobar, además de ese. La chica nos los busca, y nos los va sacando de uno en uno, sin prisa.

Pues bien, cuando iba a sacar el último la llama una tal "Maruchi" por teléfono, y ella contesta, muy amablemente, invitandola a tomar un café, a ir al cine por la tarde y demás planes. Nosotros la mirábamos estupefactos, pensando si se habría olvidado de nosotros.

Pues no, coge, se vuelve hacia nosotros, y con toda la jeta del mundo dice: "el último mapa tardaré un ratito en encontrarlo"

Y yo me pregunto: esta gente, que supuestamente está desempeñando su trabajo, ¿por qué puede hacer lo que le salga de las narices en su puesto, mientras muchos otros están deseando trabajar de verdad?

¿Por qué hay esa estaticidad en las plazas de los funcionarios? Evidentemente no tengo nada en contra de ellos, pero sí de quienes permiten que se queden ahí haciendo lo que les dé la gana.

¿Y la otra bibliotecaria que está siempre con ella? Palabras textuales suyas: "tomando un café"

Un saludo