Si no estás enfermo… Respeto

Ayer tuve que ir al hospital debido a que dentro de unos días me van a operar (no voy a entrar en detalles, debido a que no es un tema relacionado con la temática de este blog) y me ha ocurrido algo bastante curioso.

Mientras aguardaba mi turno en la sala de espera para que me atendiesen, veo aparecer a un tío de melenas, que entra en la sala, la cual estaba respetuosamente en silencio, silbando como si en medio de una verbena se encontrara. Lo más increíble, es que no se trataba de un paciente, sino que, como pude comprobar más tarde, era un trabajador del hospital. Además, un cuarto de hora después (yo seguía esperando, por supuesto), reaparece el mismo hombre en la sala mucho mas animado que antes cantando una “dulce melodía” (la canción se debía a que una enfermera le había comentado algo de que tenía que esperar, por lo que se puso a cantar… “Esperar, esperar…” repetidas veces) lo que me dejo altamente “impresionado”. Aun así, no acabarían aquí las curiosidades.

Más tarde, cuando aun estaba en la sala de espera (a ver si adivináis lo que estaba haciendo…) entra una de las enfermeras en una de las salas donde estaban atendiendo a un paciente. Cual es mi sorpresa, cuando sin cerrar la puerta y casi sin mediar palabra, se pone a bailar delante del médico que estaba atendiendo al paciente y del propio paciente (al que no se le salía la cara de sorpresa).

Por otro lado, mientras estuve esperando (que no fue poco rato), siempre que salían las enfermeras a avisar a quien le tocaba entrar, las mismas mascaban con saña amplios chicles, que hacían que más que oír los nombres, los que allí estábamos esperando, teníamos que adivinar a quien le correspondía el turno. Aun así, se lo agradezco, me entretenía prediciendo si en algún momento se les saldría o no el chicle de la boca.

Sabéis lo más curioso, cuando entre en la sala para que me atendieran pude ver un póster cuyo letrero ponía:

Si no estás enfermo… Respeto.