Resultados para etiqueta "Origen" Publicado: 14:38 11/08/2010 · Etiquetas: Inception, Origen, Leo DiCaprio, Christopher Nolan, Cine, Critica · Categorías: Opinion Personal : FagoCineTosis
Tu mente es el escenario del crímen
Crítica libre de spoilers, como es habitual. El cine a día de hoy, es un compendio de historias vistas, manchadas, ultrajadas y repetidas o copiadas hasta la saciedad. La industria, sin ningún tapujo, nos vende una y otra vez la misma idea, el mismo producto. Y no se cortan, pues la taquilla y el público, la mayoría de las veces, responde. Basta que sea una secuela bien promocionada o el enésimo fenómeno fan con actores de postín, para que la actualidad cinematográfica se vea copada a todos los niveles, por semejantes cintas. Es muy difícil encontrar películas buenas, duras o complejas dentro del circuito más comercial o del canal más directo. El espectador o el aficionado ávido de ideas y películas interesantes debe bucear en los complejos mares del cine independiente o de fuera de las corrientes del mainstream de Hollywood, adentrándose en una vorágine de variada calidad, donde no siempre por ser indie, una pelúcula es buena a la fuerza. Cierto es, no obstante, que la mayoría de dichas obras comerciales (o blockbusters) buscan el entretenimiento más fácil y sencillo. Y a veces, se consigue. Pero entendiendo el cine como arte, como modo de expresión y de vehículo para transportar ideas y sueños, se puede hacer algo más. Se puede ir más allá. Inception, es el ejemplo perfecto. Aparte de ser un gran producto comercial y de puro entretenimiento, es la muestra de lo que se puede hacer con una persona de talento (ya incuestionable) tras las cámaras. Entretenimiento llevado a unas cuotas de perfección casi absoluta. Inception es el resultado de un director de la vieja escuela, Christopher Nolan, obsesionado con el control de todos los aspectos creativos de cualquier película en la que trabaje. Aunque las comparaciones son odiosas, Christopher Nolan (director entre otras, de El Caballero Oscuro o Memento) es uno de esos cineastas que pueden compararse en estilo y forma de ser a grandes personajes del panorama del celuloide, como John Ford y Stanley Kubrick. Ambos eran personas muy reservadas, inteligentes en el máximo sentido de la palabra, y orfebres artesanales en el arte de hacer películas. Kubrick o Ford, Nolan solo tiene buenas películas (y quizás una obra maestra), en su haber. Y esto, en una muy corta carrera cinematográfica. Por eso, y aunque aún queda lejos de la trayectoria de ambos genios ya pasados a mejor vida (trístemente para todo aquél aficionado al cine con mayúsculas), lo que nos ha dejado con Inception, es una buena muestra de que el camino que está tomando el jóven director, es digno de ser reconocido. Permanente rector en todas aquellas tareas que por costumbre, son derivadas o depositadas en otros profesionales, Nolan ha guardado en su mente durante años, el guión de Inception. Un guión complejo, bien estructurado y completo. Dejando un lado el despiece informativo y conceptual que en gran parte ha sufrido esta película por el bombardeo masivo de la Warner Bros. a la hora de promocionarla (y que, aún así, no destroza en absoluto la experiencia), Inception nos traslada a un futuro incierto aunque cercano, donde ladrones entrenados y preparados se internan en mundos oníricos creados por ellos mismos y por las personas secuestradas, para así sacar nuestros más ocultos secretos e informaciones sin que el captor se entere de ello. Cobb (Leo DiCaprio) es un experto "extractor" o ladrón, que tras una extración de información fallida a un importante hombre de negocios conocido como Saito (Ken Watanabe) se verá envuelto junto a su grupo de operaciones una peligrosa y tortuosa aventura a través de los sueños para hacer el encargo más difícil de sus vidas: inculcar una idea. La premisa, original como pocas veces se ha visto en una pantalla de cine (Inception maneja con soltura varios géneros, como el noir o cine negro, y lo adereza con pizcas de acción del thriller más actual), sirve de hilo conductor a una trama compleja, que se desarrolla a varios niveles, y que envuelve al espectador como un sueño del que no quiere despertar. Inception es una obra al estilo de Nolan. Desgajada a nivel de guión en varias capas, con momentos confusos a priori, y que pueden dejar al espectador en la estacada, pero que luego cobran un sentido único y justificado una vez se obtiene una visión global del conjunto de la película. En Inception no hay momentos gratuítos, no hay descanso en falso, y no nos encontramos con situaciones forzadas o creadas para el lucimiento de cualquiera de los grandes actores (que como suele ser habitual en el director, cuenta con un reparto de lujo, donde destacan Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Ellen Page o el siempre eficiente por poco que aparezca Michael Caine), aunque hay que reconocer que conforme la película va desvelándose y mostrándose por completo al espectador, el impacto inicial de la original premisa, pierde fuelle y casi acaba desviándose de no ser por unos minutos finales espectaculares y bien realizados, que vuelven al cauce de lo que la cinta prometía en su principio. Y es que, en el centro de su planteamiento, en el nudo visible de Inception, Christopher Nolan coquetea con elementos filosóficos y oníricos, relacionando los recuerdos, sueños y aspiraciones de los personajes principales, en unos momentos que casi hacen recordar al mejor Kubrick. Es ese mensaje central de Inception, el que abordará al espectador y lo sacudirá desde dentro, otorgándole un nivel más (y nunca mejor dicho dada la temática y el uso de la palabra en la presente cinta) a la experiencia de verla. Aunque se podría criticar la falta de ritmo en los pasajes finales, o lo gratuito de algunas secuencias de acción, sería absurdo negar la mayor, y es que Inception es una película que está hecha como si de una obra artesanal hablásemos, con pasión por los detalles y los elementos más sencillos y ocultos de su representación. Los actores, como ya hemos citado, están a gran nivel para ser una película absolutamente cortal: Leonardo DiCaprio (que hace un trabajo más fino y creíble que en la flojísima y sobrevalorada por algunos Shutter Island), que consigue encajar a la perfección con el típico antihéroe del cine de Nolan, y el grandísimo Gordon-Levitt que se pasea con clase y dignidad por todas y cada una de sus secuencias (incluyendo aquellas que cuentan con más acción y físico), demostrando su pericia a la hora de lidiar con producciones grandes y pequeñas en el complicado mundo del cine. Hay secuencias realmente maravillosas y asombrosas, donde el juego del director con lo "irreal" de los sueños creados, así como con sus reglas físicas, dejan al espectador extasiado ante lo bien realizado y conjugado de las mismas, ofreciéndole una vez más, una experiencia única dentro del cine de ciencia ficción. Y no solo es buena a nivel argumental. La complejidad de Inception es tal, que todos los niveles creativos y artísticos de esta película, convergen y se unen en su apartado visual. Al estar tan trabajada y redondeada en este punto, escribir sobre su excelente fotografía (en la línea de El Caballero Oscuro, con tonos azules y grises apagados intercalados con naranjas y amarillos bastante más iluminados), su maravillosa infografía digital (por primera vez en mucho tiempo, veo unos efectos especiales que están supeditados a la historia y no al contrario) o su ingenioso uso de las perspectivas en los decorados y construcciones en el mundo de los sueños, es casi imposible. Y más si le sumamos la partitura de Hans Zimmer, que en su tercera colaboración con el director, nos ofrece una banda sonora compleja, con referencias a películas anteriores y con una fuerte predisposición al uso de elementos sonoros eléctricos, pesados y constantes, que mutan conforme los sueños en los que se desenvuelven los protagonistas, se vuelven más peligrosos o inestables. Espero que el léctor, así como el espectador que haya tenido la suerte de verla, entienda que describir con palabras justas el espectáculo y la experiencia cinematográfica que propone Inception, es harto díficil. Podríamos perdernos en interpretaciones vacías o vacuas (pues al contrario de lo que mucha gente cree que el sentido de la película y su significado está bastante claro pese a cierta escena final muy del gusto del director), deleitarnos una y otra vez con determinadas secuencias o deshacernos en el talento que está atesorando Leonardo DiCaprio (tras su protectorado con Martin Scorsese), en papales de padre y enamorado atormentado por el pasado, pero sería inútil. Sería perder el tiempo (en el buen sentido de la palabra), y eso es algo que no podemos permitir. Inception es una obra que trasgrede lo cinematográfico, que vas más allá, acercándose peligrosamente a la frontera de la experiencia extrasensorial para el espectador, que verá como en sus dos horas y media larga de metraje, se le acumulan las preguntas, se le colapsan los sentidos y se le solapan las enseñanzas que Nolan ha cocinado convenientemente para el mayor gozo y disfrute. Inception es una película que rompe la barrera de los sueños, se adentra en ellos y nos trae lo mejor del mundo onírico con el que muchos nos deleitamos y sumimos cada noche. Al fin y al cabo, cuando entramos en la sala de cine y se apagan las luces, comienza el sueño. Inception no es solo eso. Es mucho más. Alberto González Inception (OST, Hans Zimmer) Vía Spotify open.spotify.com/album/2qvA7HmSg1iM6XMiFF76dp |
Blogs en Vandal · Contacto · Denunciar Contenido