Publicado: 00:43 20/06/2012 · Etiquetas: pikmin · Categorías: Videojuegos
1 día desde el impacto.
2 días desde el impacto. 3 días desde el impacto. 4 días desde el impacto. 5 días desde el impacto. 6 días desde el impacto. 7 días desde el impacto. 8 días desde el impacto. 9 días desde el impacto Gracias a las mejoras que he hecho en mi nave hasta el momento, pude acceder a una nueva región de este inhóspito planeta. Debido a la gran masa de agua que albergaba, no dudé en llamarla la Gran Laguna. La laguna es tan extensa que se puede ver desde la nave como una gran mancha azul. Hubiese sido un lugar perfecto para pasar las vacaciones… lástima de mortal oxígeno y de mi condición de náufrago espacial. Durante mi primera incursión en la Gran Laguna establecí contacto con una gran variedad de criaturas nuevas y peligrosas. La primera fue una variedad flotante del (denominado por mí) verraco, la bestia escupefuego del Ombligo del Bosque. Al parecer, consigue mantenerse en el aire como si fuese un globo aerostático gracias a los gases que acumula en su cuerpo. Su patrón de ataque consistía en expulsar aire a presión, creando fuertes corrientes que hacía que los Pikmin volasen por los aires. Nada especialmente letal, pero las corrientes de aire dejaban a los Pikmin evolucionados sin flor o capullo. La segunda era una nueva especie del bulbo, el bulbo negro. Esta variedad de bulbo era más rápida y agresiva que la original que conocía. La estrategia para derrotarlos rápidamente desde su espalda seguía siendo la misma, pero el margen al cometer un fallo era mucho mayor. Debo tener mucho cuidado cuando me lo encuentre junto a otros enemigos. La tercera era un ser acuático que se movía en parejas. Resultaron ser muy molestos y resistentes y en mis encuentros con ellos no pude evitar que se comieran algunos Pikmin. La cuarta me pilló sorpresa. Mientras me disponía a echar abajo una gran pared de granito con bombas, dos insectos alados que nunca había visto antes descendieron en picado de forma coordinada, llevándose a unos pocos Pikmin de viaje por los aires. Atacarle con Pikmin hacía que perdieran el equilibrio y se desplomasen de vuelta al suelo, liberando a los Pikmin cautivos, pero la situación se complicó cuando, en un descuido, lancé a por ellos a los Pikmin amarillos armados con bombas. Los llamé de vuelta… y lo siguiente que recuerdo es encontrarme completamente solo, con los cuerpos inertes de los insectos voladores ante mí, un fuerte pitido en los oídos y el traje emitiendo una señal de daños internos. Los casi 30 Pikmin amarillos que me acompañaban acabaron volatilizados por la onda expansiva de la bomba. La quinta nueva criatura que encontré hoy en la Gran Laguna fue sin duda el ser más extraño e inquietante de cuantos he visto en este planeta. Mientras exploraba, encontré un misterioso huevo en un islote en medio de la laguna. Me quedé un rato observándolo, pensando cómo había acabado allí y qué es lo que contenía. Ordené a unos pocos Pikmin que intentaran romper el cascarón, pero no funcionó. Sin embargo, al poco tiempo el huevo comenzó a moverse de un lado a otro, abriéndose finalmente. Lo que salió de allí era una masa informe y pestilente, con dos ojos y un núcleo interno que adoptaba diferentes colores. Probé a lanzarle algunos de los Pikmin que me acompañaban, pero perecían instantáneamente al entrar en contacto con el rastro de muerte que este monstruo dejaba tras de sí. Descubrí que la sustancia tóxica era más fina alrededor del área que comprendía su cabeza, así que apunté a esa zona, rezando para que cuando se sacudiese los Pikmin de encima estos no cayeran en el rastro de pestilencia. Se dirigió hacia la zona de aterrizaje a gran velocidad y una vez allí empezó a golpear a las cebollas. No entendía muy bien que pretendía conseguir con aquello, pero aproveché que estaba distraído con las cebollas para atacarlo con los Pikmin. Tras insistir, la bestia cayó y se disolvió en una nube de vapor tóxico, dejando caer su pequeño núcleo. La sorpresa al transportar este núcleo a la cebolla fue descomunal. ¡La concentración de nutrientes en aquella pequeña esfera produjo la copiosa cantidad de 100 Pikmin! De no haber sido por esto, el balance de Pikmin de hoy habría sido pésimo: 134 bajas y 164 plantados. Cerca de la zona de aterrizaje, al final de un gran muro, yacía el Perno Reparador. Parece un perno normal y corriente, pero, en realidad, es un robot de reparación. Esta maravilla de la robótica puede arreglar casi cualquier cosa que esté rota en la nave. Está bien, porque me aburro soberanamente reparando los pequeños fallos técnicos. Parece que una buena parte de las piezas que necesito se hallan aquí. ¡Si mis cálculos son correctos, debería ser capaz de recuperar prácticamente todas las piezas de mi nave! No, todas no… Por desgracia, todavía quedan piezas sin localizar. Hoy he conseguido la pieza número 14. Si pudiera recuperar 15 piezas más, podría aumentar la capacidad de la nave y desplazarme hacia nuevas zonas. Las batallas en mi primer día en la Gran Laguna no me han permitido explorar la zona tanto como hubiera gustado. A pesar de lo sobrecogedor de su paisaje, su fauna la convierte en el área más peligrosa de todas cuantas he explorado en este planeta. Mañana regresaré a ella para seguir cartografiándo el terreno. 2 comentarios :: Enlace permanente
Comentarios: (del primero al último) 01:08 20/06/2012
Uno de los lugares más misteriosos, con una atmósfera muy particular. Recuerdo que cuando compré el juego lo dejé aparcado muchísimo tiempo en esa zona por la masacre que mis Pikmins sufrieron... a manos de una simple rana. También recuerdo la batalla contra la babosa gigante como uno de los acontecimientos más épicos y desesperados de mi vida videojueguil. 03:19 20/06/2012
Sería injusto decir que es la mejor zona del juego, pero si que me parece la más "grande" (aunque no lo és) y la más compleja según que cosas. Participa con tu Comentario:
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