Publicado: 22:36 11/06/2012 · Etiquetas: pikmin · Categorías: Videojuegos
Día 1 desde el impacto Soy el Capitán Olimar, un reputado viajero interestelar de Hocotate, mi planeta. He decidido registrar todas mis observaciones y experiencias en mi diario hasta que pueda abandonar este inhóspito planeta. No sólo para poder consultar estas anotaciones posteriormente, sino para dejar constancia de que todo lo que estoy viviendo ha sucedido de verdad. Utilizo mi nave, el Dolphin, para realizar transportes interplanetarios de pequeñas cargas y minerales de galaxias lejanas. Es un trabajo de no poca importancia, y me lo tomo muy en serio. Llevaba un tiempo trabajando demasiado, algo propio de mí, así que decidí tomarme unas vacaciones para descansar un poco. La noche anterior a mi partida mi mujer me preparó mi sopa favorita. Es un plato famoso en mi planeta que se hace con tres cebollas grandes y cientos de minúsculas zanahorias rojas, amarillas y azules. Cuando mi estómago ya no pudo más, me metí en la cama y me puse a pensar en las tranquilas vacaciones que empezarían a la mañana siguiente. Al final, caí en un sueño profundo y placentero. El viaje empezó bien. Sin un destino fijo en mente, me limité a dejar que el Dolphin hiciera su trabajo a través de los vastos dominios del espacio. Sin embargo, me invadió una sensación extraña… Y entonces tuve la premonición de que mi corto viaje se convertiría pronto en una aventura épica, aunque deseché estas ideas sin sentido producidas por mi hiperactivo cerebro. Activé el piloto automático del Dolphin y me levanté para prepararme un té. Justo en ese momento, una fuerte sacudida desestabilizó al Dolphin. Durante unos instantes mi mente intentó encontrar una explicación, pero no tuve mucho tiempo para reaccionar. Me golpeé contra el panel de control y perdí el conocimiento. Cuando recuperé la consciencia descubrí que me había estrellado contra un extraño planeta, un lugar del que no conocía ni el nombre ni la ubicación. Agradecí a las leyes del caos el que, por lo menos, estuviera vivo. Tras una breve inspección me di cuenta de que el Dolphin había sido tan maltratado durante su reentrada en la atmósfera que había perdido varias de sus piezas. Probablemente estarían esparcidas por toda la superficie del planeta. Por si esto fuera poco, los sensores de mi traje espacial indicaban que la atmósfera del planeta contenía altos niveles de oxígeno, un elemento increíblemente letal para mi raza. Por suerte, el sistema primario de supervivencia de mi traje no había sufrido ningún daño, pero yo sabía que tenía energía suficiente para funcionar sólo 30 días más. Si pudiera encontrar al menos el motor, podría desplazarme por la atmósfera del planeta para buscar el resto de las piezas… Tengo que recuperarlas todas y salir de aquí antes de que se agoten las reservas de mi traje. Si no… no quiero ni imaginármelo. Tengo que centrarme en conseguir las piezas y sobrevivir. Al explorar los alrededores de la zona en la que mi nave se había estrellado, lo primero que me llamó la atención fue el tamaño de la vegetación de este planeta. Las plantas más pequeñas eran tan grandes como una casa y las más grandes parecían no tener fin. ¿Y si este planeta está habitado por criaturas de estas dimensiones? No quiero ni pensarlo. Espero no tener que toparme jamás con ninguna. A unos pocos metros de la nave me encontré una estructura redonda asomando en la tierra que, como reaccionando a mi presencia, acabó por desenterrarse en un fugaz movimiento, se alzó sobre tres patas y soltó una semilla. Al cabo de un rato, de donde cayó la semilla surgió un brote con una hoja que se balanceaba hacia delante y hacia atrás, como invitándome a que me acercara. La curiosidad me pudo y sin dudarlo ni un instante agarré el brote y tiré de él con fuerza hasta que salió del suelo. Una extraña criatura similar a mí en tamaño y aspecto, con ojos y extremidades y de un brillante color rojo permanecía de pie, observándome atentamente. Nunca había visto nada igual. ¿Es un animal o una planta? Me recuerda a las zanahorias pikpik que comemos en Hocotate, así que lo llamaré… Pikmin. Quién lo diría: Perdido en un planeta, luchando por mi supervivencia… y pese a todo, mi lado explorador me pedía saber más acerca de la intrigante forma de vida que tenía ante mí. Este Pikmin reaccionaba a las frecuencias del silbato de mi traje y me seguía a todas partes. Di rienda suelta a mi lado más cruel al zarandearlo y lanzarlo por los aires, tras lo que volvía a mí como si nada hubiera pasado. ¿Qué es lo que quiere de mí? Es imposible saber qué está pensando. Absorto dándole vueltas a estas ideas y otras ideas, el Pikmin tomó la iniciativa y comenzó a golpear un tallo cercano, haciendo que la píldora roja de su copa cayese ante él. El Pikmin procedió a transportar la píldora roja hacia la cebolla, y tras ser absorbida por esta, produjo dos semillas más. Supuse que esas píldoras contienen sustancias que permite que la cebolla produzca más y más Pikmin, así que desenterré a ambos Pikmin del suelo y les indiqué el camino hacia nuevas píldoras. Antes de que me diera cuenta, la población de Pikmin había llegado a los 14 individuos. La capacidad de multiplicación de estas criaturas es asombrosa. Un gran obstáculo se interponía en mi camino y los 14 Pikmin pudieron moverlo sin problemas. Es increíble como trabajando en equipo pueden lograr hazañas imposibles para un solo individuo. En aquel momento tenía la impresión de estar ante un milagro y, de repente, la idea de salir con vida de aquel planeta no parecía tan descabellada. En poco tiempo, los Pikmin ya eran unos 25. Di con el motor, la pieza más importante de la nave, y le ordené a los Pikmin que lo transportasen hasta mi Dolphin. ¡La nave ya podía arrancar y alzar el vuelo una vez más! Aunque... sin el resto de las piezas, sólo podía elevarse lo suficiente como para llegar a aterrizar en áreas cercanas. Es muy pronto para darse por vencido. Al anochecer puse la nave en marcha y despegué. Los Pikmin regresaron a la cebolla, y para mi sorpresa, ésta seguía a mi nave por el cielo. ¿Será que los Pikmin no pueden sobrevivir en la superficie durante la noche? ¿Será que quieren ayudarme? En cualquier caso, parece que mañana podré volver a contar con su ayuda. Me faltan 29 piezas. Si no las recupero, puede que nunca regrese a mi planeta ni pueda volver a ver a mi familia. Los echo de menos un montón… Desde la nave puedo ver un claro en el que aterrizar. En vista a que es un lugar clave para mi supervivencia, lo llamaré el Bosque de la Esperanza. Mañana comenzaré a explorarlo con la “esperanza” de encontrar más piezas de la nave. 2 días desde el impacto. 3 días desde el impacto. 4 días desde el impacto. 5 días desde el impacto. 6 días desde el impacto. 7 días desde el impacto. 8 días desde el impacto. 9 días desde el impacto. 10 días desde el impacto. 11 días desde el impacto. 12 días desde el impacto. 13 días desde el impacto. 14 días desde el impacto. 15 días desde el impacto. 16 días desde el impacto. 17 días desde el impacto [Final]. 10 comentarios :: Enlace permanente
Comentarios: (del primero al último) 22:40 11/06/2012
Olimar hasta Brawl no tenia personalidad. 22:48 11/06/2012
Puto banner bucle, que mareo. 23:17 11/06/2012
Espero que hagas la bitácora de los 3 finales. 23:43 11/06/2012
Soshite Densetsu e... 00:10 12/06/2012
Hay que tenerlos como pelotas de baloncesto para decir que esta saga no tiene nada de especial. Más entrañable y única no puede ser. Genial entrada, espero impaciente las venideras. 01:39 12/06/2012
:'( brutal, cuando recuerdo las sensaciones de jugar al primer pikmin se me ponen los pelos de punta, grande el juego, que aunque perdio parte de su supervivencia extrema en el 2 me sigue pareciendo grandioso. 04:00 12/06/2012
Ma tocao la patatita D=: 08:03 12/06/2012
Desde luego el primer Pikmin tiene MAJIA ^^ 11:50 12/06/2012
Me encanta Olimar, siempre he defendido que es un gran personaje. Y sus descripciones de objetos en Pikmin 2 son un lolazo. 14:08 12/06/2012
El último pelotazo videojueguil de verdad de esa persona que se ha vuelto loca. Participa con tu Comentario:
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