Publicado: 23:17 12/06/2012 · Etiquetas: pikmin · Categorías: Videojuegos
1 día desde el impacto.
2 días desde el impacto Al despertarme, me pregunté si todo lo ocurrido el día anterior no había sido más que una pesadilla debido a la sopa de cebollas y zanahorias pikpik que me había preparado mi mujer y que la nave estaría cruzando el espacio como estaba previsto. Los rayos de sol que empezaban a colarse por las ventanillas de mi nave me indicaban, para mi desgracia, que todo lo sucedido ayer era real y que seguía estando en peligro. En aquel momento supe que tendría que aprovechar el máximo las horas de sol para recuperar las piezas de mi nave. No tenía tiempo que perder, así que activé la secuencia de aterrizaje de mi nave para tomar tierra en el Bosque de la Esperanza. Como supuse, la cebolla siguió a la nave en su descenso y aterrizó a su lado. Al igual que ayer, los Pikmin reaccionaron a mi silbato con una fidelidad marcial y bastaron unos pocos segundos para amasar un batallón de 25 leales Pikmins. Dos grandes paredes de diferentes materiales se encontraban bloqueando las salidas del área del aterrizaje. La acometida de los Pikmin hacía efecto sobre la más endeble, pero apenas hacían rasguños a la otra, parecía estar hecha de un mineral muy denso. Preferí no seguir insistiendo e ignoré aquella pared. A través de la polvareda que el derrumbamiento de la otra pared había causado, pude discernir las siluetas de unas criaturas completamente diferentes a los Pikmin. Estas eran más grandes que yo o los Pikmin, con un cuerpo redondo rojo moteado, dos patas, ojos saltones y colmillos. El aspecto intimidaba, aunque en ese momento no se habían percatado de nuestra presencia. De haberme encontrado en otra situación, una más favorable, seguramente habría tomado las medidas adecuadas para asegurarme de que aquellas bestias eran dóciles, pero no estaba en un safari. Si una idea no me hacía particular gracia en aquel momento era la de acabar como desayuno de una criatura en un planeta recóndito, así que no dudé más. Di la orden de ataque a los Pikmin, y las bestias, distraídas, no tuvieron tiempo para responder. Segundos más tarde, yacían inmóviles. Definitivamente tendría que despojarme de cualquier sentimiento de respeto hacia cualquier forma de vida autóctona si quería sobrevivir: En este planeta impera la ley del más fuerte. Descubrí que, al igual que las píldoras, los cadáveres contenían nutrientes que las cebollas Pikmin podían transformar en nuevas semillas. Un poco más adelante me topé con una criatura idéntica a las que hacía un momento habíamos diezmado, pero esta vez, ¡era enorme! Por suerte para mí, todavía dormía, así que cruzamos a su lado sin hacer ruido y nos colocamos a su espalda. No tenía mucho tiempo para pensármelo, así que empecé a lanzar Pikmin rápidamente a su lomo. La bestia se levantó sobresaltada e intentó librarse de los Pikmin a sacudidas, pero eran demasiados. Un grito de dolor marcó el rápido final de la contienda y procedí a reclamar su cuerpo inerte como trofeo. En todos mis años como viajero jamás se me pasó por la cabeza la idea de liderar un escuadrón de vegetales andantes contra temibles criaturas gigantes. Aunque algo me decía que mis batallas en este planeta apenas acababan de comenzar. En esta zona encontré la dinamo, una pieza indispensable que le proporciona energía ilimitada a la nave. ¡Ahora podré dejar las luces encendidas hasta tarde! Tras una pared, hice otro gran hallazgo inesperado: ¡Otra cebolla! Esta era de color amarillo, y al acercarme se incorporó y escupió una semilla que produjo un pikmin amarillo. A primera vista este Pikmin amarillo parecía idéntico a los rojos, pero en una inspección más pormenorizada me di cuenta de que tenía orejas muy largas y era más ligero que el resto de Pikmin, lo que le permite llegar más alto en los lanzamientos. Además, esto Pikmin puede cargar y lanzar unas enigmáticas rocas explosivas capaces de tumbar hasta la pared más sólida y que también me sirven contra las criaturas de por aquí. Mientras trabajaba en aumentar la población Pikmin, me di cuenta de que dejan de salir semillas una vez hay 100 Pikmin sobre el terreno. Deduzco que sólo puedo llevar 100 Pikmin conmigo al mismo tiempo, así que debo de tener esta cifra presente de cara a futuras estrategias. Otra cosa a la que tendré que estar pendiente de ahora en adelante es la hora. Como los depredadores de este planeta salen a cazar durante la noche, los últimos rayos de sol me avisan de que he de regresar a la atmósfera hasta el día siguiente. Debo recoger a todos los Pikmin que estén trabajando lejos de las cebollas en ese momento. Si no, no sé qué será de ellos. Muchas piezas han caído en esta zona. Si pudiera recuperar el radar, encontrar el resto sería pan comido. Tengo en mi poder 2 piezas. Con 3 más, podría ampliar la capacidad de la nave. 8 comentarios :: Enlace permanente
Comentarios: (del primero al último) 23:26 12/06/2012
Ya me veo rejugando el Pikmin en breve :___) 00:25 13/06/2012
Yo una semana antes del E3 me puse con el Pikmin y lo acabé en 2 días. Juegasoaso 01:28 13/06/2012
Qué poco me gustaban los Pikmins amarillos. Siempre fueron minoritarios en mis batallones :___( 02:39 13/06/2012
Pero si ninguno de vosotros ha jugao al Pikmin. Seguro que Geng lo está copipasteando de algun lao... 03:11 13/06/2012
Lo estoy copipasteando de mi corazón :) 12:50 13/06/2012
Buena reacción, si xD 14:26 13/06/2012
Hay que hacer una versión narrada por Iwata y hablando de los usuarios de Wii. Oh, que ya existe, se llama "Iwata Responde". 15:21 13/06/2012
Digo... "Iwata Pregunta". Participa con tu Comentario:
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