El paso de la ignorancia al conocimiento es algo que suele acarrear desilusiones, y cual infante al que se le desvela la inexistencia de los Reyes Magos (espero no arruinarle la navidad a nadie) los jugadores nos quedamos a cuadros cuando descubrimos que existen juegos a los que se nos ha negado el acceso por culpa de un mal llamado límite de región.

Llegado ese momento se cae la venda que tapaba nuestros ojos y descubrimos centenares de títulos de los que jamás hemos oído hablar: algunos buenos y otros malos, algunos que agradeces no haber conocido jamás y otros que te hacen babear de la buena pinta que tienen. El juego que nos ocupa hoy pertenece a esta última clase.



Tail Concerto, ese es el original nombre de un juego muy especial desarrollado por CyberConnect2 para Bandai, el cual vió la luz en el territorio japonés y americano (distribuído por Atlus), mientras que Europa se quedó sin catarlo...pero ¿toda Europa? No, pues el pequeño reducto galo resistió ante esta injusticia y consiguió la publicación de una versión PAL Francia, siendo esta la más accesible para nosotros, los pobres PALetos.

El juego nos pone en la piel de Waffle Ryebread, un oficial de policía que reside en la pequeña aldea de Porto, situada en una de las miles de islas flotantes que componen Prairie, un mundo en el que conviven dos razas: perros y gatos, siendo los primeros los predominantes.



Nuestro perruno protagonista se dispone para disfrutar de unas relajadas vacaciones cuando recibe un aviso del cuartel general: ¡La banda de los Gatos Negros (Chat Noirs) está atacando una isla vecina! Waffle no tiene otra elección que ponerse el uniforme y acudir al lugar del conflicto a bordo de su aeronave.

Una vez allí tendremos que pararle las patas a la banda de los Gatos Negros y a sus líderes, las hermanas Pris, encabezadas por Alicia, la cual resulta ser una vieja conocida del protagonista.



NOTA: La versión PAL tiene sus textos en francés

Durante todo el juego iremos tras la pista de esta banda de mininos delincuentes al tiempo que intentamos descubrir los motivos que empujan a actuar así a la (antaño) dulce Alicia y sus hermanas y el inusitado interés que muestran por la recolección de unas piedras mágicas procedentes de una civilización desaparecida siglos atrás.

Pese a parecer simple el argumento trata subliminalmente temas como el racismo o la guerra, presenta situaciones inolvidables y combina sabiamente momentos tristes con momentos divertidos y otros más épicos. No es lo que se dice un guión de Hollywood (es simple y algo predecible en ocasiones) pero cumple con su función, tornándose de lo más interesante en ciertos puntos y presentando a personajes entrañables como el pequeño y optimista policía Panta, el soberbio caballero Cyan Garland, la impetuosa princesa Theria o el cómico trío que conforman Alicia, Stair y Flair, las hermanas que dirigen a los Gatos Negros.



NOTA: La versión PAL tiene sus textos en francés

Su desarrollo es bastante simple: podemos movernos con libertad por entornos 3D con algo de plataformeo y zonas de habilidad mientras atrapamos a los escurridizos Chatons. Para esta tarea contamos con nuestra inestimable robo-armadura, que cuenta con largos brazos con los que manternos en el aire (a base de agitarlos)y atrapar a los felinos, por no mencionar un cañón de burbujas rebotadoras que les inmovilizará y destruirá sus múltiples vehículos y máquinas.

Obviamente los Chatons no se van a quedar parados esperando a que los atrapemos, sino que por norma general estaremos corriendo detrás de ellos constantemente al tiempo que evitamos sus ataques. Cuando atrapemos a todos los de una zona se nos abrirán nuevos caminos y podremos avanzar para ir a por nuestro siguiente objetivo, jefes la mayoría de las veces.



Salvando una zona del juego en la que dispondremos de un planeador con el que sobrevolar un área llena de islotes flotantes esta será la forma habitual de progresar en el juego, pero eso no significa que el desarrollo sea monótono ni mucho menos, y observaremos con gran entusiasmo como las situaciones varían considerablemente en cada nueva isla que visitemos, presentando varios segmentos dignos de los mejores títulos de aventura/plataformas 3D.

Otra de sus bazas es su escasa linealidad, que nos permitirá superar ciertos niveles en el orden que queramos, así como dejar a un lado la historia principal para cumplir con pequeñas y sencillas sidequests, casi siempre recompensadas con cajas rojas con el dibujo de una estrella.

Dichas cajas están desperdigadas por todo el mundo y contienen trozos de fotografías, gracias a las cuales iremos desbloqueando una galería de imágenes la mar de maja. Si algo alarga mínimamente la escasa duración del título es encontrarlas todas, tarea asequible pero no por ello menos meritoria.



Visualmente está más que trabajado para tratarse de un título de 1998: personajes bien modelados y animados, entornos pequeños pero bastante sólidos y detallados y un framerate delicioso que hace que todo se mueva con gran fluidez y sin ralentización alguna. Combinado con su genial y colorista estética Steam-Punk, sus simpáticos personaje y sus bellas (y frecuentes) secuencias de anime consigue meternos de lleno en este mundo rebosante de magia.

La variedad de localizaciones es de agradecer, y tan pronto estaremos en una ciudad portuaria como cruzando una base llena de pistones y engranajes, un bosque o una isla helada. Lo peor que se podría decir de ellos es que suelen resultar demasiado pequeños....no es algo que te vaya a arruinar la experiencia jugable pero sí que te hará lamentar que no hayan sido algo más extensos.



En el apartado sonoro nos encontramos con una OST que no pasa desapercibida en ningún momento y que llega a calar hondo con algunos temas de esos que se acaban tarareando inconscientemente. Los efectos sonoros no son nada del otro mundo pero cumplen, y las voces (japonesas) son de buena calidad y animan el ambiente, especialmente en los vídeos.

El juego se puede superar tranquilamente y sin prisas en 6 horas, siendo este su mayor punto negativo, en especial porque a medida que avanzas la cosa va a más y te hace desear que no se acabe nunca. Por suerte su corta duración se suple parcialmente con un grado de rejugabilidad considerable, y es que por lo bonito y divertido que resulta querrás revivir la aventura una y otra vez.



El juego se sitúa por méritos propios en la línea del notable sin más y te deja un amargo regustillo que te hace pensar que con un poco más de duración, unos escenarios mayores y más profundización en el argumento podría haber sido uno de esos juegos que hacen leyenda, pero aún así puede presumir de formar parte de ese (escaso) colectivo de juegos que tienen un "algo" que los hace únicos, una "magia" más allá de cualquier explicación que te hace jugarlos con una sonrisa de oreja a oreja en todo momento y que hace que sus pocos fallos no te importen tanto.

Sin duda un juego más que recomendable para los fans de las aventuras 3D, quienes seguramente sabrán apreciar el carisma y la genialidad que destila en todo momento.