¿Te lo dije o no te lo dije, pony de colores parlante? ¡Ja,ja,ja! ¡JUAJUAJUAJUA! :_D Para muchos, el día de lanzamiento de The Last Story, para mí, un recordatorio de que soy un año más viejo:
En fin, me voy a la cama, que aunque sea mi cumpleaños hay que madrugar igual para ir a trabajar Opción A:
Primero tendría que comprarlo, eso sí --------------------------------------------------------- OPCIÓN B: Magia cubera en estado puro --------------------------------------------------------- Qué dilema... lo meditaré con la almohada >_< PD: No es un puente oficial, pero el lunes y el martes no tengo que currar Las leyendas sobre este bastardo eran ciertas Antes de proceder a deshacerme en halagos de nuevo hacia este curioso título, quiero dejar claro que Doshin the Giant dista de ser un juegazo, o al menos si lo medimos en base a los valores habituales. El motivo de esta aclaración es que me da la impresión de que alguna gente puede estar haciéndose una idea equivocada de lo que pueden encontrarse en este título. Siendo franco, el juego tiene carencias bastante considerables, como pueda ser la escasez de contenido o algunas peculiaridades jugables que empañan la experiencia: los leeeeeentooooos andares de Doshin, lo picajosos que pueden ser los isleños con respecto a la altura a la que quieren que dejes el terreno... son cosas que pueden minar la moral del jugador con relativa facilidad. ¿Por qué tanto bombo con Doshin the Giant, entonces? Pues porque, pese a que analizado fríamente podría quedarse tranquilamente como un juego de 6, lo cierto es que sabe ofrecer cosas fantásticas que no se pueden medir ni puntuar de ninguna forma: Lo primero que hay que elogiar del juego es lo original y fascinante de su mecánica. Como ya comenté en la entrada anterior, en Doshin the Giant encarnamos a la deidad protectora de la isla Barudo, un gigante que nace con la salida del sol y muere cuando éste se pone, creciendo a medida que recibe amor u odio por parte de los isleños. Básicamente, lo que haremos cada día es observar el desarrollo de la civilización de los isleños e interferir en el mismo si así lo deseamos. Supuestamente, el objetivo del juego es conseguir que los isleños construyan (mediante intercambios culturales entre tribus) 16 tipos de templos distintos, para lo cual hace falta cumplir ciertos requisitos, pero lo cierto es que nadie nos obliga a hacerlo, pudiendo dedicarnos a cosas como: --------------------------------------------------------- - Relajarnos paseando por la isla y sus alrededores: Creedme, el juego invita a ello, con opción de sentarnos a observar el paisaje, rotar y acerca/alejar la cámara, sacar fotos... no hay mayor placer que darse un garbeo mientras escuchamos el romper de las olas o los ruidos de los animales. - Ayudar a los isleños: Podemos trasplantar árboles que doten de vida a los suelos yermos, ajustar la altura del terreno a sus necesidades, protegerles de catástrofes naturales, etc. Todas estas acciones generarán amor, el cual nos hará crecer, permitiéndonos desplazarnos más rápidamente y cargar con objetos más pesados. - Fastidiar a los isleños: Si en algún momento no estamos contentos con nuestros isleños o simplemente estamos hartos de hacer el bien, podemos transformarnos en Jashin (la versión malvada de Doshin) y dedicarnos a destruir sus casas a base de pisotones y bolas de fuego, desatender sus necesidades o incluso acabar con sus vidas aplastándolos como insectos. Por supuesto, estas acciones generarán odio, que también nos alimenta y nos hace crecer. - Modelar la isla a nuestro antojo: Doshin puede elevar o hundir el terreno, lo que nos permite crear montañas, valles, ríos, lagos... puede parecer que su única finalidad es decorar, pero lo cierto es que todo tiene su razón de ser: una montaña elevada puede proteger el poblado del paso de un huracán, mientras que un caudal de agua hace que los árboles que haya plantados cerca duren más tiempo, lo cual es toda una ventaja. --------------------------------------------------------- En definitiva, que aunque tiene un objetivo, podemos disfrutar del juego como nos parezca. Todos estos detalles hacen de Doshin the Giant algo muy original y diferente a la mayoría de juegos convencionales, siendo un juego muy accesible, nada complejo (aunque eso no quiere decir que construir los 16 templos sea tarea sencilla, ni mucho menos) y con un ritmo que nos marcamos nosotros mismos en todo momento. Sin duda es una experiencia peculiar que puede no gustar a todo el mundo, pero en ningún caso deja indiferente. Pero (y esto ya es a título más personal), lo que de verdad hace grande al juego es que de verdad transmite la sensación de ser un dios. Creo que la mejor forma de explicar esto es ejemplificándolo con situaciones a nivel jugable: --------------------------------------------------------- El juego empieza con un par de isleños en tierra de nadie, a los que ayudaremos haciendo fértil la tierra para que puedan construir casas y prosperar. Antes de que nos demos cuenta, estaremos observando atentamente sus actividades e intentaremos que no les falte de nada, ganándonos su amor y creciendo más y más. Un detalle genial es que podemos desplazarnos lenta y cuidadosamente para evitar pisar a los isleños y destruir sus edificaciones, demostrando así que nos importa su bienestar. Pero, a medida que progresamos, llegará un punto en el que nos hayamos hecho tan grandes (y la civilización haya prosperado tanto) que caminar por los poblados sin desatar el caos será virtualmente imposible. Dado que no podemos encoger voluntariamente, nos vemos obligados a alejarnos de aquellos a los que tanto empeño pusimos en apoyar... es ciertamente irónico y, en cierto modo, triste. También puede ocurrir que los isleños se muestren caprichosos o se enfaden con nosotros sin venir demasiado a cuento, momentos en los que la tentación de convertirse en Jashin y acabar con todo es poderosa. Saber que en todo momento tenemos el poder de crear y destruir puede llevarnos a plantearnos serios dilemas (para lo que viene siendo el juego, se entiende), y creo que ahí está la gracia del asunto: podemos intentar hacer gala de mucha paciencia (la cual será puesta a prueba en numerosas ocasiones) y pasar por alto ciertas cosas molestas o directamente tomar el camino fácil y que después tengamos que arrepentirnos. --------------------------------------------------------- Soy consciente de que todo esto último es mi forma personal de interpretar las cosas y puede que otros no le vean nada de especial a lo que comento, pero desde luego son las sensaciones que a mí me transmite, y las considero del todo impagables. No es un gran juego, pero sí un título muy especial. Dada su mecánica, claramente pensada para jugar partidas cortas (no es casualidad que te devuelvan a la pantalla de título tras cada puesta de sol), me he propuesto jugar un día virtual (cada uno de los cuales abarca una media hora real de duración) a diario hasta que me canse de él. Al contrario de lo que esperaba, cuanto más juego más me gusta. Y para terminar, diré que la secuencia de la puesta de sol al final de cada día es de lo más mágico que he visto en cualquier videojuego: la lapidaria y solemne frase del narrador (que nos recuerda que la vida del gigante llega a su fin) hasta la forma en la que Doshin va perdiendo movilidad poco a poco, pasando por los pensamientos de los isleños acerca de éste. Todo ello con este temazo de fondo: Grandísima banda sonora, por cierto Mi reacción tras jugarlo por primera vez:
O lo amas o lo odias. Yo lo amo: "Un gigante feliz que emerge del océano con el sol y crece alimentándose de los sentimientos de la gente y que vuelve a su letargo al caer la noche. Genial" "Una preciosa isla por la que da gusto pasear: Escuchar el romper de las olas al pasar junto a la costa, sentarse a contemplar la puesta de sol, oír los cantos de los pájaros... relajante a más no poder" "¡Incluso cuentas con el Personaje Más Cutre de la Historia para darte consejos inútiles con su monocorde y carente de sentimiento doblaje al Español by Loquendo!" "¡Tu deber como deidad es proteger a los aldeanos y garantizar su bienestar!" "¡O también puedes corregir a esos pobres mortales sembrando la destrucción a tu paso!" "¡Es su ombligo, malpensados!" ------------------------------------------------ Tiene un porrón de cosas criticables, pero da igual. Da gusto descubrir juegos así PD: Gamecube DIOS Hoy me he hecho con un suculento pack de juegos de Gamecube y entre ellos se encontraba Wave Race Blue Storm, juego que llevaba años queriendo jugar (nunca he jugado en serio a nada de esta saga) y por unos motivos u otros, no me decidía a comprarlo
He estado probándolo un poco por encima y me ha transmitido muy buenas sensaciones, pero vayamos al grano... aparte de flipar con la logradísima recreación del agua, me he enamorado de sus tiempos de carga, los cuales se me antojan una absoluta genialidad Podéis verlos al comienzo de cada uno de estos tres vídeos: El relajante sonido de fondo, la elegancia que desprenden y el detallito de dejarte trastear con la bolita esa mientras ves cómo va dejando ondas a su paso me parece una pasada. Lo he estado pensando y la verdad es que no recuerdo unos tiempos de carga que me hayan gustado tanto en toda mi vida Por cierto, los otros juegos del pack eran Doshin the Giant (siempre me quedé con las ganas de jugarlo), Pikmin (lo vendí en su día y últimamente he estado pensando que a lo mejor no debí haberlo hecho, así que así salgo de dudas) y Viewtiful Joe, juego del que espero muchísimo |
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