Reflexiones en una estrella

Publicado: 22:00 28/04/2014 · Etiquetas: shinobi · Categorías: Opinión
Prometo no hacer más entradas sobre Shinobi en una larga temporada (bueno, quizás una sobre Shinobi III: Return of the Ninja Master...), pero tras hacer todo esto para la primera página del hilo oficial me apetecía ponerlo aquí también para que quede visible para todo el mundo y es que todos sabemos que casi nadie se lee la primera página de los hilos oficiales:  








En su gran debut, Joe Musashi debe partir en busca de los niños desaparecidos de su clan ninja, que al parecer han sido secuestrados por una malvada organización que responde al nombre de Zeed y se halla liderada por un misterioso ninja enmascarado.

La mecánica jugable de este juego (fuertemente inspirada por arcades como Rolling Thunder) se basa en superar una serie de niveles que (salvo el primero) constan de tres fases y un jefe y en los cuales deberemos rescatar a los niños secuestrados (que nos recompensan con puntos extra e incluso mejoras de armamento) antes de poder acceder a la salida y dar la fase por terminada.

Esta primera entrega ya hacía gala de lo que sería una constante en la saga: los ataques a dos distancias y las magias. Joe puede atacar a distancia utilizando shurikens, pero al acercarse a un enemigo lo golpeará contundentemente. También, cuando la situación se pone especialmente peliaguda, puede recurrir a una poderosa magia ninja que acaba con todos los enemigos en pantalla, si bien esto supone perder una bonificación de puntos especial.

Otro elemento clave de la jugabilidad (que terminaría perdiéndose en la saga) es la habilidad de alternar entre dos planos de altura o profundidad según la fase, lo que le será de gran ayuda para sortear ciertos obstáculos. Después de cada fase (y siempre y cuando se cumplan los requisitos) puede accederse a un minijuego en el que dispararemos shurikens a unos ninjas que van acercándose rápidamente a nosotros, obteniendo interesantes recompensas si conseguimos superarla.

Su éxito fue tal que el juego contó con adaptaciones directas a ordenadores personales y PC Engine, que se desmarcó como la versión más cercana al arcade en lo que a calidad visual y sonora se refiere pero al mismo tiempo es la más incompleta, careciendo de niveles de bonus y power-ups y teniendo un nivel menos que el resto de versiones.

A día de hoy es un juego cuyo interés principal es conocer los orígenes de la saga y su alta dificultad (morimos de un solo golpe, no hay checkpoints y en la pantalla final no se puede continuar aunque se tengan créditos) puede echar para atrás a más de un jugador, pero su jugabilidad sigue siendo sólida como una roca y puede ofrecer un buen rato.




Hay un par de motivos por los cuales se debe mencionar a la versión de Master System de forma separada del resto de conversiones arcade. El primero es que supuso el debut de la saga en consolas y el segundo es que ofrece un par de modificaciones importantes a nivel jugable, como es el eliminar las muertes de un golpe y en su lugar incorporar una barra de energía, así como permitir acumular más magias y tener acceso a nuevas mejoras de vida y armamento.

Todo esto perfila a la versión de Master System como la más equilibrada a nivel jugable, aunque pese a ello el juego sigue siendo todo un desafío y (al contrario que en otras versiones) acabárselo sólo sirve para presenciar una insultante pantalla en negro con el texto "Game Over". También cabe destacar que existió una versión de esta entrega en NES (desarrollada por Tengen), considerablemente más fácil y con su ración de cambios, entre los que cabe destacar una escena de final de juego, la desaparición de los power-ups y la inexistencia de fases con scroll vertical, que son reemplazadas por simples niveles de avance lateral.




Dos años después del éxito del Shinobi original, llega a las recreativas una nueva aventura protagonizada por Hayate Musashi (hijo de Joe Musashi) y su fiel perro Yamato, que supone la principal novedad del juego junto al impresionante salto gráfico y unos niveles mucho más complejos. Con la ayuda de Yamato podemos mantener ocupados a los enemigos y acto seguido darles el golpe de gracia con Hayate, pero esta técnica no es infalible y si mandamos atacar a nuestro amigo peludo y éste es repelido, se convertirá en un cachorrito y pasará un buen rato hasta que pueda ser utilizado de nuevo.

La mecánica de rescatar niños es reemplazada (aunque a efectos jugables es exactamente lo mismo) por la de localizar y desactivar las bombas que el grupo Asian Dawn ha colocado en diferentes partes de la ciudad. Nuevamente nos tocará recorrer una serie de fases y acabar con algún que otro jefe en el proceso, valiéndonos de los mismos recursos que en el juego original. Las muertes a un golpe y la ausencia de checkpoints permanecen pero ya no se nos impide usar continuaciones en la fase final y el simple hecho de meter una moneda en la máquina nos da acceso a una magia adicional.

Los niveles de bonus basados en disparar sobre ninjas enemigos antes de que se acercasen mucho volvieron, con toda la mala leche del original pero esta vez desde una perspectiva que los hacía incluso más espectaculares.




El mismo año en el que Sega Mega Drive llegaba a tierras estadounidenses bajo el nombre de Sega Genesis se lanzaba una de las mejores y más queridas entregas de la saga. The Revenge of Shinobi redefinía la mecánica de anteriores títulos y la llevaba a un nuevo nivel, limitando el uso de proyectiles (ahora kunais en lugar de shurikens), introduciendo nuevos movimientos como el valioso doble salto y dándole a las magias mayor protagonismo al poder usarlas no sólo como medio de destrucción, sino también como sistema de defensa, potenciador de salto e incluso sacrificio.

Este mayor abanico de posibilidades jugables, junto a una mayor variedad de enemigos (entre los cuales destacan los jefes) y situaciones, un diseño de niveles encomiable, una dificultad muy ajustada y una potentísima banda sonora a cargo de Yuzo Koshiro convirtieron a este juego en uno de los primeros clásicos de la consola y aún a día de hoy es considerado por muchos el mejor Shinobi de todos.

La trama nos trae de vuelta a Joe Musashi, quien (haciendo honor al título del juego) buscará la venganza por el secuestro de su prometida (a quien podemos salvar o no en función de lo que tardemos en derrotar al jefe final) asesinato de su maestro a manos de un viejo enemigo que resurge de las cenizas: la organización Neo Zeed.

También cabe destacar que se trata del primer juego de la saga en el que se prescinde de los niveles de bonus.




En lugar de conformarse con ser una mera conversión de la máquina recreativa, la versión de Mega Drive ofrece un desarrollo totalmente nuevo, ciñéndose únicamente al concepto jugable del perro como personaje ayudante. Esta vez el enemigo es la banda Union Lizard, que mantiene cautivos a los supervivientes (que por supuesto nos tocará liberar) de su ataque a gran escala y para llegar hasta su líder deberemos de atravesar gran variedad de parajes repletos de peligros.

Jugablemente esta versión resulta mucho más interesante que la original al contar con un protagonista mucho más ágil y unos niveles más variados y mejor diseñados. Otro detalle interesante (y sin duda heredado de The Revenge of Shinobi) es que nos ofrece la posibilidad de no poder utilizar shurikens y limitar nuestros medios ofensivos al cuerpo a cuerpo para una experiencia radicalmente distinta y mucho más exigente. Las fases de bonus también volvieron en esta ocasión, con un planteamiento algo diferente al de arcade que nos propone abatir a ninjas enemigos mientras descendemos en caída libre.




Pese a no ser un juego de la saga Shinobi como tal (si bien nació con la intención de serlo y acabó siendo usado para promocionar a Alex Kidd) tiene la suficiente conexión con la misma como para merecerse figurar en esta lista. Pese a ser un plataformas (bastante divertido, pero quizás demasiado corto y simplón) con su propia mecánica, los primeros niveles son un glorioso homenaje al Shinobi original y reinventan de forma muy interesante fases y enemigos que todo fan de la saga podrá reconocer, haciendo del juego una experiencia ciertamente simpática.

La razón de que el bueno de Alex acabe en este mundo se debe a que un malvado ninja oscuro rapta a su novia y se la lleva allí, pero afortunadamente contamos con la ayuda del espíritu de un ninja milenario que nos convertirá en un maestro Shinobi con sus poderes y nos llevará al mundo al que se han llevado a su amada.




Intentando llevar la mecánica de la saga por un camino distinto al de Shadow Dancer y The Revenge of Shinobi nace este peculiar juego. Ambientado en el futuro y con un descendiente de Joe Musashi como protagonista, The Cyber Shinobi nos propone enfrentarnos una vez más a las fuerzas de Zeed, que vuelven a hacer de las suyas.

La jugabilidad (y una interfaz que se come media pantalla) es el principal problema de este título, de controles duros, scroll lentísimo y extrañas decisiones jugables como no permitirnos avanzar hasta haber eliminado a todos los enemigos de la pantalla o limitarnos excesivamente el uso de proyectiles. A esto hay que sumarle algunos de los jefes más surrealistas de la saga, como bulldozers y osos furiosos... si bien no es 100% injugable, es una de esas entregas que se pueden obviar perfectamente, pues no aporta nada realmente.




Siguiendo la tradición de adaptar los juegos de arcade a todas las consolas posibles se perpetró esta desastrosa conversión, cuyo cuidado apartado visual (que se paga a precio de petardeos constantes y una escasez de elementos en pantalla deprimente) oculta un desarrollo infernal y terriblemente descompensado. Los lamentables controles se alían con unos saltos tosquísimos, las muertes a un golpe y la ausencia de continuaciones para dar lugar a un juego difícil y frustrante como pocos... y por si fuera poco, cada nivel ha sido reducido a una simple (simplísima, de hecho) fase más el jefe, con lo que si eres capaz de superar el juego verás que apenas te ha llevado diez o quince minutos.

Firme candidato a Peor Shinobi de la Historia y juego a evitar a toda costa.




Shinobi llega por primera vez a consolas portátiles y lo hace con un juego que puede contarse fácilmente entre los mejores de la saga y es que las limitaciones técnicas no son nada frente a un buen diseño de niveles, una excelente banda sonora (Yuzo Koshiro vuelve a la carga) y un sistema jugable de fuerte inspiración "megamanesca" que nos permite alternar entre el control de varios ninjas (a los que hay que rescatar primero superando la fase en la que se les retiene), cada uno con sus armas y habilidades propias, las cuales les permiten afrontar cada fase de formas muy distintas.

Pese a su carácter experimental los resultados son excelentes y una vez llegamos a la fase final (que dura más que las cuatro fases principales juntas y dispara la dificultad enormemente) tenemos que sacar el máximo provecho a los talentos de cada ninja para hacer frente con éxito a los innumerables obstáculos que se nos presentarán.

La trama del juego es tan simple como que Joe Musashi debe rescatar a sus compañeros ninja para atacar juntos Neo City y acabar con el mal que allí se oculta, pero tampoco es que el juego necesite mucho más para triunfar.




Game Gear tuvo la suerte de recibir una secuela de uno de sus mejores juegos tan solo un año después y lo mejor de todo es que no tenía nada que envidiarle a la primera en calidad jugable, Koshiro repitió como compositor y visualmente se cuenta entre los títulos más punteros de la consola. Si acaso se le podría achacar el ser exageradamente continuista e introducir un cierto elemento de backtracking poco apropiado, pues además de tener que pasarnos las fases para rescatar una vez más a los compañeros de Joe, deberemos volver a ellas para encontrar unos orbes especiales (accesibles únicamente mediante las habilidades de cada ninja) que nos permitan el acceso a la fase final, mucho más variada e interesante que la del primer juego, todo sea dicho.

La trama vuelve a superarse en materia de simpleza y ahora simplemente se trata de ir a por un malvado ninja oscuro que aguarda en su fortaleza. Nuevamente, no es que esto importe mucho, pero no deja de ser curioso.




Cuatro largos años tuvieron que pasar hasta que saliese un título capaz de hacer olvidar al legendario The Revenge of Shinobi, pero al final se consiguió. The Return of the Ninja Master no es únicamente un impresionante alarde de recursos técnicos y una banda sonora en la que cada tema es mejor que el anterior (esta vez a cargo de Masayuki Nagao, Hirofumi Murasaki y Morihiko Akiyama), es que además su desarrollo es el más variado de toda la saga (niveles de scroll automático, plataformeo, acción pura y dura...) y nos trae a un Joe Musashi (que vuelve a su eterno conflicto con Zeed) más veloz, ágil y letal que nunca que se mueve por los niveles como un torbellino (atacando en carrera, rebotando entre paredes, agarrándose a techos...) gracias a unos intuitivos controles que permiten hacer de todo con sólo tres botones.

A nivel de dificultad es la entrega más accesible de todas, lo que la hace ideal para una primera toma de contacto pero al mismo tiempo puede saber a poco los seguidores más entusiastas de la saga, que siempre se ha caracterizado por ofrecer un nivel de reto considerable . Por lo demás, aún está por salir una entrega que pueda mirar de tú a tú a esta bestia, sin duda uno de los juegos más increíbles de su generación.




Con la llegada del CD a las compañías les dio por experimentar para conseguir dotar a sus juegos de un aspecto más espectacular: melodías de mayor calidad, voces, secuencias animadas, etc... Sega no quiso ser menos y tomó la (discutible) decisión de que los gráficos de su nuevo Shinobi fuesen pregrabados a partir de actores de carne y hueso y que entre nivel y nivel se introdujesen secuencias de vídeo que parecen tomas falsas de los Power Rangers que narran las desventuras de un ninja llamado Sho (primer protagonista de la saga no perteneciente a la familia de Musashi) que persigue a su hermano Kazuma para rescatar a Aya, la hija de su difunto maestro y pieza clave en el plan de Kazuma para obtener el poder absoluto.

Todo esto crea una importante barrera entre el jugador y el juego, pero aquellos que la superen verán que el juego no es malo ni mucho menos y cuenta con buenos controles y un sistema de juego divertido y retante. La peor parte se la llevan el diseño de niveles (que abusa de crear una nueva situación y repetirla una y otra vez durante toda la fase) y los jefes, que salvo el último resultan todos bastante lamentables... por lo demás, el sistema de control se ve beneficiado por un mayor número de botones que permiten (entre otras cosas) elegir cuándo usar la katana y cuándo los kunais o protegerse instantáneamente de los ataques, algo clave durante todo el desarrollo, dicho sea de paso.

Pese a mantenerse en la línea de Shinobi III, el paso atrás está ahí y se deja notar, pero sigue siendo un título disfrutable y que los amantes de la saga sabrán valorar en su justa medida. Otro dato a destacar es que la versión europea del juego sustituyó la banda sonora original por otra compuesta por el eminente Richard Jacques y de corte más cercano al de las entregas clásicas.




Los mercenarios contratados por Sega para realizar este bodrio no podrían haber escogido un nombre más sacrílego para su juego, el cual tiene más bien poco que ver con el resto de entregas de la saga a nivel de estética, música, diseños y jugabilidad. En esta entrega nos encontramos con un desarrollo basado en recorrer largos niveles en busca de interruptores y llaves mientras derrotamos a los enemigos que nos salen al paso y tratamos de aguantar una cámara de visibilidad terriblemente reducida y una detección de impactos bastante problemática.

El juego presenta ideas interesantes como la adquisición de nuevas habilidades de manera gradual o la evolución de las magias mediante pergaminos ocultos, pero ahí se queda la cosa, el resto es una experiencia anodina y poco interesante. la historia es sosa, la música (oriental genérica) acaba volviéndose soporífera, dando lugar a otro título a evitar a toda costa.




Tras un lapso de tiempo demasiado largo sin recibir títulos relevantes, la saga se atrevió por fin a cruzar la frontera de las tres dimensiones y lo hizo con un juego de acción pura y dura bastante innovador en todos los aspectos (jugabilidad, diseño, enfoque...) que además respetaba ciertos aspectos tradicionales de la franquicia (el doble salto, la tormenta de kunais, las magias, etc), dando una interesante sensación de producto clásico pero renovado al mismo tiempo.

La historia nos pone en la piel de Hotsuma, líder del casi desaparecido clan Oboro y portador de la Akujiki, una espada maldita que debe alimentarse de la vida de otros seres de manera constante o empezará a absorber la de su propio portador. En torno a esta premisa gira toda la jugabilidad del juego, basada en recorrer niveles más o menos lineales matando a todo lo que nos salga al paso para seguir con vida, pero no de cualquier manera, sino encadenando muertes en un reducido margen de tiempo para así dar el golpe de gracia (Tate) a todos al mismo tiempo, generando más alimento para nuestra espada y dando lugar a escenas de desmembramiento múltiple bastante espectaculares.

Por desgracia, esto es lo único que haremos durante todo el juego: matar, matar, matar y matar... pese a que los excelentes controles de Hotsuma nos permiten hacer toda clase de virgerías como correr por las paredes lo cierto es que no podemos permitirnos perder ni un segundo y lo mejor es no parar de avanzar. Esto hace al juego muy intenso y frenético, pero también algo tedioso y repetitivo.... el pésimo diseño niveles tampoco ayuda a mejorar la impresión, pues da la sensación de que recorremos las mismas salas una y otra vez y visualmente no es un juego que entre por los ojos.

La historia (centrada en la aparición de un hechicero que retira un antiguo sello y libera a un ejército de demonios en su propio beneficio) anima a seguir jugando pero tampoco es nada del otro mundo y contiene todos los clichés habidos y por haber, regala algún que otro momento interesante y el personaje de Hotsuma derrocha carisma, pero nada más. Musicalmente se apuesta por un estilo electrónico que ambienta lo suyo pero queda lejos de las grandes composiciones de la saga.

En conjunto es una experiencia interesante, pero no está tan bien llevada como podría estarlo y se le nota el bajo presupuesto.




Un año después del lanzamiento de Shinobi en PS2 nos llegaba su secuela inmediata (en la que manejamos a una kunoichi llamada Hibana, la primera fémina protagonista de la saga), que retomaba su mecánica jugable (salvo por el hecho de que esta vez nuestra espada no nos drenaba la vida, un detalle aparentemente tonto que cambia la experiencia por completo) e intentaba llevarla un poco más allá mediante niveles más vistosos y algo mejor diseñados, un mayor énfasis en el plataformeo y combates más complicados. Pero todos esos detalles quedan contrarrestados por un desarrollo mucho menos intenso y emocionante y una trama y personajes muy por debajo de los de su predecesor.

Sin ser mal juego en absoluto, Nightshade no aporta nada con respecto al Shinobi lanzado en 2002 y resulta demasiado frívolo en comparación el susodicho, siendo una entrega que solamente debería interesar a los fans más acérrimos de la vertiente 3D de la saga.




Salir a la venta en una época en la que el nombre Shinobi ya no era tan respetado como antaño, con un aspecto visual totalmente desfasado y poco atractivo y de la mano de una desarrolladora prácticamente desconocida jugó en contra del recibimiento de esta entrega de la saga, injustamente ignorada por los jugadores y vilipendiada hasta niveles absurdos por la prensa especializada, demasiado cegada por la imagen de los clásicos como para poder apreciar lo que tenían entre manos.

Shinobi 3DS compensa cualquier carencia técnica con una jugabilidad increíblemente ágil que recupera lo mejor de Shinobi III y le da un giro de tuerca para ofrecer una experiencia fresquísima y terriblemente divertida que destaca por su nivel de reto y gran variedad de situaciones, así como por unos controles muy fiables e intuitivos. La historia nos pone en el pellejo de Jiro Musashi, antepasado de Joe Musashi que se ve transportado desde el Japón feudal hasta el futuro, donde deberá hacer frente a las siempre recurrentes fuerzas de Zeed.

Publicado: 23:13 26/04/2014 · Etiquetas: shinobi · Categorías: Opinión
Por fin le ha dado carpetazo a la saga Shinobi y estas son mis impresiones a grandes rasgos:



NOTA: He obviado intencionalmente las demás versiones del Shinobi original y Shadow Dancer porque considero que no son especialmente relevantes estando ya las de arcade y Master System.

Ahora que ya puedo hablar de la saga en condiciones, la semana que viene me aseguraré de transformar el "hilo cutre y sin ambición para hablar de Shinobi" en un hilo oficial como Dios manda que sirva de referencia para aquellos que estén interesados en esta legendaria saga y también para darla a conocer al resto.

Publicado: 22:37 23/04/2014 · Etiquetas: 3DS, Shinobi · Categorías: Opinión




Juego acabado ahora mismo (la 3DS me marca algo más de 6 horas en total, aunque ciertas fases he tenido que repetirlas bastantes veces), me reafirmo en que es un juego digno del nombre Shinobi y que es de las experiencias más satisfactorias que he tenido el placer de disfrutar en 3DS, no es un título sobresaliente pero sí muy bueno, especialmente en los aspectos que de verdad importan: diversión y capacidad para mantenerte enganchado y no querer dejar de jugar pese a sufrir la derrota.

Visualmente parece un juego puntero de DS con mayor resolución, lo que implica texturas muy simplonas y modelados de bajo poligonado, pero eso no significa que no tenga algún que otro momento llamativo, unas escenas animadas muy chulas y un 3D bastante satisfactorio. Su banda sonora es cañera y te mete de lleno en la acción y aunque quizás no es tan memorable como la de otras entregas sí que tiene un par de temas que se hacen notar y terminan quedándose grabados en la cabeza.



Jugablemente es una delicia, sus controles son fáciles de asimilar y responden con gran precisión a nuestros comandos (mejor con cruceta... y ya que estamos, desactivad la visualización de puntos en pantalla, porque distrae muchísimo), los escenarios (para bien o para mal, larguísimos) resultan muy variados en cuanto a situaciones y combinan a la perfección plataformeo del bueno (hacia el final hay algunos tramos increíbles... y exigentes) y acción, con unos enemigos de habilidades muy bien diferenciadas que hay que abordar de formas muy concretas (los hay que te hacen counters si les lanzas kunai, otros que te bloquean automáticamente si les atacas por el aire, otros que explotan al morir...) y que según cómo y cuándo aparezcan pueden ser muy fastidiosos, así como jefes (no demasiado complicados en general, pero tampoco fáciles) muy del estilo habitual de la saga y de mecánicas muy interesantes.

El conjunto de todos estos elementos da lugar a una experiencia eminentemente retro que recuerda a los grandes arcades de acción y plataformeo de antaño, redondeado con un enfoque orientado a la obtención de mejores rangos en función de nuestra puntuación y varios niveles de dificultad muy diferenciados entre sí que ofrecen un reto (y recalco lo de reto, este juego dista de ser un paseo) adaptado a cualquier tipo de jugador con un mínimo de paciencia y ganas de superarse a sí mismo. En ningún momento nos sentiremos tratados como novatos ni nos acosarán con tutoriales constantes (al principio del juego te explican los controles y el resto del juego tienes que buscarte la vida tú mismo), los items curativos, power-ups y checkpoints están bastante bien repartidos y hemos de actuar con cabeza, pues avanzar a lo loco implica la muerte.



Con respecto al legado de la saga, opino que habría que tener una idea demasiado cerrada de lo que es Shinobi para no estar contento con el planteamiento de esta entrega, que sigue la línea más dinámica de Shinobi III: Return of the Ninja Master (de hecho podemos efectuar prácticamente todos los movimientos característicos de este juego y algunos nuevos) y añade algunos detallitos como comandos contextuales (no muy frecuentes) al tiempo que cambia otros, como el convertir los kunais en un recurso infinito (pero con tiempos de recarga), poder hacer pequeños combos con la espada, sustituir la opción de caminar agachado por un deslizamiento a ras de suelo, exigir timing en los bloqueos, poder agarrarnos a cornisas o lanzar un gancho hacia el techo para aferrarnos al mismo... el juego se muestra increíblemente respetuoso con la serie Shinobi (quien conozca mínimamente la saga presenciará numerosos detalles que lo pondrán nostálgico perdido o bien le arrancarán una enorme sonrisa) y no se conforma con mantener el estilo clásico, sino que se atreve a llevarlo más allá y darle un toque diferenciador al mismo tiempo.

Y bueno, si a nivel jugable resulta genial, a nivel de contenidos no se queda corto tampoco: además de un modo historia intenso y de duración más que aceptable contamos con elementos desbloqueables mediante logros (bastante bien pensados, además) que van desde ilustraciones (menos de las que me gustaría, pero igualmente fabulosas) hasta la música y vídeos que vemos durante la aventura, pasando por cheats (bloqueo automático, magias ilimitadas, regeneración...), armas, trajes y accesorios que podemos usar en el modo Desafío por Puntos, que nos permite rejugar cualquier fase superada por diversión o con la intención de mejorar nuestro rango. A eso hay que sumarle misiones desbloqueables mediante las monedas de Streetpass que nos proponen superar intensísimas fases cortas en las que morimos al más mínimo roce y en las cuales debemos hacer gala de habilidades casi sobrehumanas. A poco que os guste el juego os garantizo que tendréis horas y horas de pique y entretenimiento, a lo que hay que sumarle un factor rejugabilidad bastante alto.



Poco más puede decirse de esta joyita, que pasó sin pena ni gloria entre prensa y usuarios durante los primeros meses de vida de la handheld de Nintendo debido a su pobre apartado visual y a llevar un nombre que (tristemente) no significa demasiado para la mayoría de jugadores a día de hoy. Un título la mar de recomendable que solamente debería echar para atrás a los jugadores menos experimentados o con fobia a las propuestas más clasiconas y que hará las delicias de aquellos en busca de un buen reto a la antigua usanza. Si añoras los viejos tiempos y estás harto de juegos que te lleven de la mano constantemente y experiencias cinematográficas sin demasiadas chicha, plantéate darle una oportunidad a Shinobi 3DS y más teniendo en cuenta lo fácil que es encontrarlo tirado de precio.

Publicado: 14:51 18/04/2014 · Etiquetas: epic, nazo no murasamejou, smash, takamaru · Categorías: Opinión
Necesita volver, ya sea con juego propio o en forma de personaje jugable de Smash Bros...



¿QUIÉN ES ESTE TIPEJO?

Este señor es Takamaru, protagonista de Nazo no Murasamejou, un juego de Nintendo publicado solamente en Japón para Famicom Disk System en 1986 del que solamente hemos vuelto a oir hablar por unos ports directos (también japan-only) para GBA y la Consola Virtual de Wii, un cameo en Captain Rainbow y Samurai Warriors 3 y un inesperado minijuego de Nintendoland inspirado en la aventura de este olvidado samurai.



Dada su trayectoria no sorprende que su popularidad en Occidente sea más bien modesta y que poca gente hable de este juego, pero tristemente se trata de otra de esas joyitas que merecería estar en boca de todos y ser recordada con cariño como si de cualquier otro gran título de Nintendo se tratase, pues el juego tiene todos los elementos que dan forma a un clásico, empezando por una mecánica jugable absurdamente adictiva, pasando por un elenco de enemigos y potenciadores con mucha clase y terminando con unas melodías de gran presencia que se graban a fuego en nuestra mente de manera inevitable:



Lo más interesante de todo es, sin duda, su mecánica jugable: simple, dinámica y divertida. Dos botones y una cruceta es todo lo que necesitamos para disfrutar de una experiencia en la que el ritmo no decae ni un solo segundo y nos sentimos como un maestro de la espada que bloquea proyectiles con su arma y parte en dos a sus enemigos de un tajo mientras sortea toda clase de peligros con gran agilidad. Un sistema de juego que pide a gritos ser llevado a un nuevo nivel y que no desentonaría para nada en los tiempos que corren.

Personalmente (y aunque se trate de juegos posteriores) creo que la mejor forma de definirlo es como una mezcla de Shinobi (el sistema de ataque a dos distancias, la función de las magias e incluso la posibilidad de bloquear disparos con el arma) y The Binding of Isaac, dada su forma de progresar a través de laberintos desde una perspectiva casi cenital y la importancia de los potenciadores para llevar nuestra empresa a buen puerto. Sea como sea, el resultado es inmejorable.



Durante años (y debido a una toma de contacto bastante superficial con el juego) he considerado a este título un producto de segunda y sin demasiado atractivo, pero tras haberme puesto en serio con él y logrado finalizarlo (tarea nada fácil, dicho sea de paso) mi indiferencia se ha transformado en admiración y no puedo sino arrepentirme de haberlo menospreciado durante tantísimo tiempo. Por eso, quiero pedir disculpas públicamente por haber hecho gala de una actitud tan injusta hacia este grandísimo juego:



Tras esto, sólo me queda recomendar a quienes no lo hayan jugado y no tengan miedo a lo retro que le den un tiento, pues podrían llevarse una muy grata sorpresa. Hay vida en Nintendo más allá de Mario y Zelda y juegos como éste son la mejor prueba de ello.

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