Monkey Island 2

¿De qué va esto?

Para los que no conozcan este juego... ¡Largo de mi blog!. Todo el mundo debería conocer este juego, y si no lo conoces deberías jugarlo ahora mismo, ya que aunque tiene 16 añazos es la mejor aventura gráfica que ha existido, que existe y que existirá. A continuación te daré algunas razones de por qué es mejor jugar o rejugar este juego que cualquier aventura súper moderna con dibujos en alta resolución, personajes con carisma cero, puzzles que consisten en empujar cajas y con un toque de humor... no, sin ningún toque de humor.

Venga va, hagamos que te escucho, ¿Qué  tiene esta aventura que no tengan otras?

Monkey Island 2 tiene tantas cosas que aunque intentara nombrarlas todas me dejaría muchas por decir, así que me limitaré a describir las más importantes, las que deberían tener todas las aventuras gráficas modernas y que no tienen.

Soy Guybrush Treepwood, un gran pirata.

El rosa te sienta fenomenal, Guybrush

El protagonista del juego, el antihéroe de todas las novelas de piratas. Un personaje sin ninguna habilidad especial más que aguantar la respiración durante 10 minutos.  Presume constantemente ante toda persona que se le cruce de haber derrotado al más temible de los piratas, el malvado pirata fantasma Lechuck, su eterno enemigo desde el primer juego en el que intentó casarse con Elaine Marley, el amor platónico de Guybrush. Estos son sólo los principales personajes de un plantel rebosante de carisma, originalidad y sentido del humor, cosa que por lo visto ya no se lleva en las aventuras modernas.

¿Cuantos robles roería un roedor si los roedores royeran robles?

La aventura comienza con Guybrush Treepwood totalmente decidido a encontrar un tesoro. La pega es que está en una isla en la que no hay ninguno, y lo tiene difícil para salir de ella. El magnífico sentido del humor que impregna está aventura constantemente desde su inicio hasta que lo terminamos y apagamos el ordenador es otro de los detalles que hacen que ame a este juego y que odie las aventuras modernas de empujar cajas (lo siento, pero es que tengo un trauma con el Broken Sword 3 y las malditas cajas). El humor es muy importante en este juego, está presente en todos los personajes, como Stan, vendedor de barcos de segunda mano y ahora de ataúdes; en los escenarios (¡Es la segunda cabeza de mono más grande que he visto!) y sobretodo en los diálogos, la cantidad de contestaciones delirantes y absurdas que puedes responder hace que grabes la partida para probarlas todas, aunque ninguna te hace perder la partida pero lo haces igualmente para no perderte la reacción de los personajes al elegir la otra contestación. La discusión de enamorados entre Guybrush y Elaine es un buen ejemplo. Esta es una de las mayores pérdidas en las aventuras actuales, donde al protagonista nunca le toca responder, ya que se limita a acribillar a los personajes con  preguntas obvias y previsibles.

Algo de tela, algo de la cabeza,  algo del cuerpo y algo de sus muertos.

¡Hey! Estos tios son buenos

Otra de las cosas que hacen grande a esta aventura es la resolución de los puzzles, y el ritmo constante que tiene la aventura. Quizás el punto más flojo de esta segunda parte es la falta de lógica en alguno de sus enrevesados acertijos, pero nada que no se pueda resolver consultándolo con la almohada. Sientes una gran satisfacción al superar los puzzles y encaminarte enseguida al siguiente, y eso es algo muy importante en una aventura gráfica, ya que te mantiene enganchado hasta que la acabas. Durante el desarrollo surgen bastantes cameos a otras producciones famosas de Lucas Arts, como Indiana Jones o Star Wars. ¡Incluso puedes llamar al servicio técnico de Lucas para pedir pistas!

Un ticket a un parque infernal.

El misterioso final del juego solo hace más grande la leyenda. ¿Todo ha ocurrido de verdad? Eso parece querer decirnos al final del juego Elaine cuando se pregunta “ ¿Por qué tarda tanto Guybrush? Espero que LeChuck no le haya echado ninguna MALDICIÓN”. Pero también existe la posibilidad de que todo haya sido la delirante fantasía de un niño que soñaba con ser un pirata. La aventura está plagada de anacronismos y de detalles propios de parques de atracciones que parecen querer decirnos algo, o quizás sólo fuesen toques de humor. En cualquier caso, sólo Ron Gilbert lo sabe, y me temo que es un misterio que nunca sabremos, y eso es algo que lo hace aun más atractivo.

Podría seguir hablando de esta aventura, pero no me apetece, así que mejor te la juegas y comentas lo que te ha parecido.