Mis peripecias con Fire Emblem. Inicio Sacred Stones:

Como aquel que conozca mis últimas andanzas foriles sabrá, Fire Emblem es una saga que recién descubrí.

La gente se preguntará... ¿Cómo es que Flario_Chang no conocía esta saga, siendo una de las más importantes de Nintendo? Pues es cierto, querido/a lector/a... Pero ello tiene fácil explicación. Mi primera incursión con consolas de Nintendo fue en el año 200X (no recuerdo exactamente), con la Gamecube. Y más tarde, cayó la DS de lanzamiento.

Por tanto, nunca he sido un Nintendero de pro, ni mucho menos. Y por ello es que únicamente conocía las sagas más, por así decirlo, "famosetas" de Nintendo, como pueden ser, Zelda, Metroid y los Marios.

Por supuesto, mi desconocimiento del mundo Nintenderil por aquel entonces hizo que me perdiese el Fire Emblem de Gamecube y por supuestísimo el de Wii. Ahora estoy segurísimo de que son juegos que hubiese disfrutado como un cerdo enano en las consolas.

En DS tampoco jugué ningún FE. Hace poco, supe que hay dos entregas, pero que si no me equivoco, son sendos remakes. Tengo que buscarlos y jugarlos en 3DS, palabra.

Pues bien, como andaba contando, descubrí la saga en Vandal gracias a la sugerencia de un forero (Sega_TR_2), que hizo que me pasase por el Post Oficial de FE:Awakening a echar un ojo... lo que ví me sorprendió muy gratamente, hasta el punto de que ahora mismo este juegazo se está convirtiendo por méritos propios, en el más esperado por mí de toda la lista de lanzamientos de este primer semestre de 2013, por encima de Castlevania o Monster Hunter incluso.

Para aguantar la espera y para hacerme una idea de qué es lo que me encontraría cuando por fín lo jugase, he aprovechado mi título de embajador de 3DS (ser timado tiene sus ventajas, a veces...), para descargar el FE:Sacred Stones.



Hablemos del juego:

Si bien no es un juego para nada destacable en lo técnico, pues tiene un apartado gráfico bastante feucho y tosco, de seguida pasa a un segundo plano si el jugador se sumerge en la dinámica de los combates y en la narración de sucesos.



Las animaciones de combate son agradables, con algunas animaciones muy bonitas, como la del paladín.

La banda sonora tiene cosas destacables, aun sabiendo que es de GBA, tiene algunas partituras bonitas.

El argumento, visto hasta el momento, es bastante genérico. El típico de cualquier JRPG Japonés. Es el enésimo mundo de espada y brujería, adornado con imaginería fantástica-medieval de la Europa clásica (ambientación que parece encantarle a los Japoneses), con diseños de personajes y vestuarios que en lo personal me recuerdan a la gran "Lodoss War".

No obstante, junto al argumento, nos encontramos con los inevitables topicazos del género que se traducen en arquetipos de personalidad típicos de cualquier obra narrativa que se sabe Japonesa: asistimos a la personalidad de la chica protagonista Eirika, de personalidad decidida y fuerte, aunque dependiente en extremo de su hermano.

El típico hombre curtido y ex-general (García) con un hijo inexperto pero con gran espíritu de lucha...

El paladín (Seth) de personalidad fría y distante que sirve a la protagonista con una fidelidad de relojero.

Y mil etcéteras más.

No se confunda el lector, si se piensa que esto viene siendo una crítica negativa de este aspecto del juego. La cosa no va por ahí. Únicamente es que me hace gracia ver cómo los Japoneses caen una y otra y otra vez en los mismos arquetipos. No es para nada malo, y es más, uno debe esperar todas estas cosas cuando juega a un JRPG o un RTS Japonés. Sería absurdo esperar otra cosa...

Supongo que con los juegos Americanos y Europeos pasa exactamente lo mismo. Solo que no queremos verlo... Por ejemplo, ¿quién no ve la personalidad de Nathan Drake como el típico arquetipo de héroe de Hollywood?



En cuanto a la mecánica de juego, aquí es donde Sacred Stones brilla. Combates muy tácticos, con una dificultad muy medida y un sistema de trinidad (a lo piedra, papel, tijeras) de armas y hechizos que resulta muy interesante.



El hecho de que los personajes secundarios puedan morir y jamás regresar, le otorga ese toque trágico que hace que uno juegue considerando todas las posibilidades estratégicas y materiales de las que dispone para asegurarse el éxito. En mi opinión, esto es lo que hace grande a FE como juego táctico por encima de otros tantos, ya que el jugador realmente tiene esa presión encima de proceder con cautela o de lo contrario, perderá su preciada unidad para siempre.

De este modo, no es para nada extraño resetear la partida o el capítulo cuando asistimos incrédulos al asesinato de alguna unidad que descuidamos con algún movimiento en falso...

En fin, que sin quererlo, me he visto jugando el juego, me he visto inmerso en la mecánica y disfruto enormemente del reto estratégico que supone (aunque haya personajes hiper dopados...). He perdido algunas unidades, cosa que algunas veces parece inevitable. He tenido que resetear varios capítulos por haberme matado alguna unidad que yo tenía como favorita. Y he visto varios "Fin del juego"...

Como desconocedor de la saga, ignoro cuán bueno es este Sacred Stones dentro del universo Fire Emblem, aunque lo cierto es que me está resultando un juego muy entretenido.

Imagino que llegaré a completarlo mientras espero la llegada del portentoso Awakening, el cual resulta ser el decimotercer Fire Emblem. Curioso es que el número Trece siempre me de buena suerte, esta es la decimotercera entrega, que sale en 2013, año en el que 3DS tendrá un catálogo de aúpa... ¿No os parece curioso?

En fin...

Deseando estoy de tener el nuevo Fire Emblem, al que me dedicaré en cuerpo y alma. Aunque no estará exento de crítica ya que contine alguna dosis de Manga arquetípico contemporáneo, lo que se traduce en MOE... El odiado MOE.

Especialmente depositado en este personaje:



¡Nos leemos!