FÚTBOL AFRICANO

La verdad es que se esperaba mucho de las selecciones del “África negra” en este mundial –como siempre, vamos-. Después del buen papel de equipos como Camerún en 1990, Nigeria en 1994 o Senegal en el 2002, algunos creían que era el momento de la verdad. Después de ver a Costa de Marfil (2 partidos) y Ghana (1) -no he visto a Togo, ni a Angola-, pienso que nos encontramos ante lo de siempre: muy buenos jugadores en lo individual, físicamente insuperables, pero fallan en rigor táctico, y sobre todo en defensa y en la portería (¿¿alguien recuerda un portero de alguna selección africana bueno, además de espectacular??). Lo de los defensas es más difícil de explicar, ya que la mayoría juegan en equipos europeos de nivel (Kuffour, Toure, Eboue).

Costa de Marfil era la gran esperanza, apoyada en el prestigio y la imagen de Drogba, y en la solidez del 50% de la defensa del subcampeón de Europa. Mucho nivel en la media, con Zokora (pedazo de medio centro) y Yaya Toure (elegante y técnicamente muy bueno, ¿os acordáis del Olimpiakos-Real Madrid en Champions este año?), y mucha movilidad y calidad arriba (Dindane, los 2 Kone, Drogba, Akale, etc), pero mucho individualismo y escasa pegada.



En cambio, Ghana mostró ante la Republica Checa todo lo que le faltó a los “Elefantes” para sacar algo más de sus choques ante Argentina y Holanda: fluidez de balón, velocidad en el juego, buena basculación colectiva en defensa-ataque y seguridad en defensa y portería. El portero se marcó un par de buenas paradas (acompañadas como es tradición por alguna cantadilla), la defensa estuvo segura, con subidas constantes de los laterales. La delantera (Amoah y Asamoah) se compenetró a la perfección, combinando, intercambiando posiciones, cayendo a banda...un espectáculo. Los hombres de banda brillaron también, especialmente Muntari, el zurdo del Udinese.
Pero la principal baza de los Black Stars se sustentó, en mi opinión, en el trabajo colosal de Appiah y Essien, que se multiplicaron en defensa, y acompañaron –al menos 1 de los 2- casi todas las jugadas de ataque. Y lo que es más importante, dieron velocidad al balón, no abusaron de la conducción del balón (algo que hacen constantemente Zokora y Toure), y se pegaron una paliza tremenda ofreciendo una opción de pase todo el partido a sus compañeros. Todo ello regado con un juego sencillo, en ocasiones simple –¿el buen fútbol no es simple?- y mostrando lo que un buen mediocentro debe ser, un motor para su equipo y un catalizador `para mejorar a sus compañeros.

En resumen, me gustó mucho Ghana, y confío en que pase a octavos (seguramente con un empate ante EEUU sea suficiente). A Costa de Marfil la veremos, si hay suerte, en el próximo mundial, con el equipo actual todavía en edad de hacer un gran torneo.