Publicado: 17:23 29/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Ya está, está acabado. No queda nada, hemos alargado artificialmente algo muerto desde hace demasiado tiempo. Y ha sido injusto para ambos. Y el precio que hemos pagado tampoco ha sido justo. Lo único que puedo hacer es luchar por algo. Pero ya no tengo nada por lo que luchar. Lo único que me queda por hacer, es construir algo por lo que luchar, o como mínimo encontrarlo.

Cuando has cortado, uno a uno, los lazos que nos unieron una vez, no sabes donde construir algo por lo que luchar, ni si valdrá la pena conservarlo…

Publicado: 21:10 25/01/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Esta ciudad nos ha matado. Es su especialidad, matar a los viejos rockeros. Matar a los románticos, a los idealistas. A los que aun creen que el amor está escondido bajo los carteles de neón. Como otras  tantas cosas. Esta ciudad mata ahogando, ahogando en gas neón, gasolina, ruido y alcohol. Y la culpa no es de la ciudad. La culpa es nuestra. Nosotros erigimos en dioses a los carteles relucientes de neón, e hicimos negocio de las esperanzas y los sueños de la gente para construirlos.

Esta ciudad es demasiado poderosa. No es un poder directo. No le hace falta. Se basta con oprimir y ahogar a cualquier idiota que aun crea que es posible encontrar el amor o la confianza entre el ruido y los carteles relucientes. Ahí solo puede encontrar su perdición. Ahí solo puede encontrar a alguien dispuesto a comprar, una vez más, sus sueños y esperanzas. Ahí solo puede encontrar otro postor que quiera utilizarle.

Pero tú y yo sabemos que es inútil pelear. A lo mucho que podremos aspirar es a molestarla, pero al final, la lucha será en vano. Acabaremos muertos. Y si conseguimos sobrevivir, no podremos hacernos oír en medio de tanto ruido. Porque los perros que ladran solos son ahogados por la manada. Solo podemos mirar, y compadecer a la ciudad, aunque tengamos que vivir en ella. Da igual, nos tenemos los unos a los otros. Tenemos a la gente que odia el neón, el alcohol y la gasolina. Detestamos esta ciudad, y nos asquea tener que vivir en ella. Por ello vivimos en los suburbios de esta ciudad. El gas neón aun no ha llegado a ellos. Aun no hemos sido asfixiados por él.

Todo lo que podemos hacer, es intentar sobrevivir. Pero sus ataques vienen desde todos los lados, y siempre tendremos un cartel reluciente sobre nuestras cabezas, amenazando con caer sobre nosotros. Lo único que podemos hacer es atarlo con más cuerdas.

Podríamos empezar con los lazos que nos unen…

Publicado: 17:33 22/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
¿Así que quieres jugar a un juego conmigo?  Bueno, debes saber que soy una tragaperras, y tienes que pagar un precio. Si quieres seguir jugando, tendrás que seguir pagando. Es así de fácil. El precio que has de pagar no puedo decirlo, porque lo decides tú. Tú eliges si quieres pagar más o menos, y que moneda usas. Has de saber que no soy un juego fácil de ganar, y que si te arriesgas y apuestas más de la cuenta puedes perderlo todo. Pero si ganas descubrirás que lo ganaras todo. Además, si decides parar de jugar, puedes destrozar la maquina, y dejarla inservible durante un tiempo.

Asimismo, tu también eres una tragaperras, si decides jugar te convertirás en mi tragaperras. Serás mía para jugar, y claro, deberé apostar para poder seguir jugando. Si apuesto mas de la cuenta puedes sobrecalentarte y dejar de funcionar, y si apuesto menos, puedes no aceptar la apuesta y apagarte. Es un juego peligroso, pero claro, quien no arriesga no gana.

Las tragaperras funcionan a base de monedas y suerte. Las nuestras no funcionan así, funcionan con esperanzas y con sueños. Funcionan también con los horarios del bus que debería coger para llegar a tu bar y que podamos jugar con las tragaperras. No es un juego sencillo, ya te lo he dicho. Es un juego dedicado, en el que si pagas demasiado todo se puede ir al carajo en cuestión de segundos.

Ya te he dicho lo que hay. Si aun sabiendo esto, quieres empezar una partida, estaré en la avenida esta tarde, a la puesta de sol… porque… yo también quiero jugar a este juego contigo.

Publicado: 22:58 19/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
¿Qué te hable de ella?  ¿Quieres que te la describa? Bueno, si la conoces. No es una belleza, eso tenlo por seguro. No es una chica que te tire para atrás. Y aun así, es una chica increíblemente más guapa que cualquier belleza que puedas encontrarte en cualquier bar, o discoteca que encuentres en una carrera de medianoche. Porque ella sabe que poco importa lo que piense cualquier chico que quiera pasar un rato alegre con ella. Ella sabe que esos pensamientos son de usar y de tirar.

¿Qué por que me vuelve loco? Porque la veo caminar por la avenida, sola, tan indefensa, pero a la vez tan segura de sí misma. Quizá tenga esa confianza que a mí me falte, quizá simplemente sea que soy demasiado idiota para ver la realidad, que se yo.  Lo único que se, es que ella lleva una vida que no quiere llevar. Ella no elige al chico que quiere. No soporta ser elegida por chicos que solo la ven como una belleza más que anotar a su lista de conquistas. Por eso me vuelve loco, chico, y  cada vez que la veo, aun sabiendo que no, me pregunto si a ella le vuelvo loco.

Y esas miradas que echa, como si dijera “estoy esperando a mi príncipe azul, tú no eres ese príncipe”. Esas miradas vacías, esas miradas de querer gritarle al mundo “hey, príncipe, estoy aquí, rodeada de caballeros y tú no apareces”, esas miradas de vana desesperación porque sabe que el príncipe azul dejo de ser azul con los 15 años. Se entero de que este mundo no guarda príncipes. Se entero de la peor manera posible. Ella creía haber encontrado a su príncipe azul, y zas, en apenas cinco minutos, ese príncipe se volvió negro. Dicen que un buen golpe te devuelve a la tierra. Lo que no dicen es que ese golpe puede tardar en curarse.

Ella… ella nunca se fijaría en alguien como yo. Ella es, simplemente demasiado inteligente como para estar conmigo. Ella no quiere otro príncipe, y yo no tengo nada que ofrecerle, no soy un héroe. Solo soy un perro abandonado y apaleado, que, pese a las palizas, espera a una princesa, aun sabiendo que no existen. Ella busca un príncipe, que no sea azul, porque no existen, pero un príncipe al fin y al cabo…

Ella… joder, es demasiado guapa…

Publicado: 22:10 17/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Estabas en aquel campo de amapolas, esperando que yo llegara. Como todos los días. Pero ese día sabíamos que era distinto al resto. Ese día no guardaba promesas de amor, ni de paseos por las avenidas. Ese día lo único que escondía eran palabras vanas de invierno. La primavera de aquel campo de amapolas había terminado. Pero el verano se haría esperar. Lo que llegaba era el invierno.

“Chico, he de irme,  ya no tenemos lo que tuvimos una vez. Los campos de amapolas ya no nos pertenecen. Se han marchitado, ya no volverán a renacer.”

Te diste la vuelta y empezaste a caminar. Estabas tan guapa. Yo lo único que fui capaz de hacer fue quedarme quieto, impasible. Fingí  que no me importaba, que tu te lo perdías, pero sabía que lo único que hacía era engañarme. Aun no te habías ido, cuando caí hacia las amapolas marchitas y empecé a llorar. Quería regarlas con mis lagrimas, pretendía resucitarlas con mi llanto. Tu te diste la vuelta y me gritaste. No oí lo que decías, pero pude imaginármelo.

Después de todo, es imposible resucitar amapolas llorando.

Ahora viajo en este tren sin conductor, mirando por las ventanas. Ahora, de vez en cuando, veo los campos de amapolas que no me pertenecen. Ahora, lo único que veo es la via ferroviaria. Lo que no veo es el destino de esta vía.

Bueno, el otro día te vi, en un campo de amapolas. No era el mismo campo que una vez se marchito, era otro campo distinto. Aquel día decidí no bajarme jamás de este tren. Decidí no volver a pisar los campos de amapolas…

Publicado: 21:50 10/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
No tenemos por que fingir. Ambos sabemos que la culpa no es nuestra. Simplemente nos llenaron la cabeza con viejas historias de héroes y princesas. Tu creíste que eras la princesa y yo creía que era el héroe. Pero no nos dijeron que en las viejas historias los buenos simplemente cumplen su papel. Claro, es muy fácil cumplir un papel que te dan escrito. Nuestro papel no fue ni el del héroe ni el de la princesa. A nosotros no nos han dado el papel. No nos han dicho que no éramos ni héroes ni princesas. No nos han dicho que el amor puede acabar. Nadie tiene la culpa.

Ahora echo la vista atrás y veo cuán ciegos hemos estado. El héroe y la princesa son personajes de un cuento que alguien escribió para que los ilusos lo creyeran. Lo único que tienen de verdad es que se acaban. Y el “comieron perdices” que una vez nos inculcaron se diluye ante la negrura del abismo, allá donde nunca debió de haber salido. Allá dónde los sueños se forjan y quieren escapar.

Por ello la culpa no es nuestra, la culpa de que todo acabara fue de aquel que un día nos hizo creer que los héroes y las princesas de verdad existen. Porque ni tu eres una princesa, ni yo soy un héroe.

Publicado: 13:49 10/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos

NACIDOS PARA CORRER.

Sí nena, hemos nacido para correr. Díselo a todo aquel que te mire por encima del hombro. Díselo a todo aquel que te escupa en la cara. Diles que te importa un bledo lo que hagan, diles que te importa un bledo lo que sientan. Porque tú has nacido para correr. Libre. Sin preocupaciones. ¿A dónde? Eso no importa, a donde te lleven las carreteras. ¿Y sabes por qué, nena? Porque cuando todo el mundo te ha estado dando de lado poco te importa lo que hiciste ayer o lo que harás mañana, porque tus únicas esperanzas están en que el motor pueda seguir rugiendo para llevarte a otro sitio un día más. Tú y yo sabemos que la carretera acabará algún día o que el motor de nuestro Chevrolet terminará de rugir. Es inevitable.
Ahora míralos a ellos, a los que nos miran como si fuésemos dos perros abandonados, sin otro dueño que nosotros. Ellos nos odian, nena. Ellos nos odian desde el primer momento que vieron que somos como dos perros abandonados por elección propia. Ellos nos odian porque detestamos tener que llevar la correa que ellos llevan. Nos odian porque la correa que llevamos arrastra el suelo.
Por eso acabaremos mal, nena. Porque los perros abandonados nunca se llevaron bien con los perros amaestrados. Porque los perros amaestrados son más. Poco importa que estemos más curtidos que ellos, porque son más. Acabaremos mal porque lo único que nos importa es que nuestro Chevrolet siga rugiendo un día más. Acabaremos mal porque ellos no viajan en Chevrolets. Ellos viajan en limusinas lujosas rodeadas de opulencia.

Pero, ¿qué coño? Nosotros nacimos para correr…


Publicado: 13:49 10/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
-¿Insinúas que yo no soy libre?

-No, no lo insinúo, lo afirmo. No eres libre.

-Eso es mentira, posiblemente sea más libre que tu.

-¿Ah, sí? Yo no creo eso, tú no has visto lo que hay más allá de la carretera, tu simplemente la recorres.

-No es cierto, yo elijo cuando quiero parar, yo elijo cuando quiero continuar, y cuando dar la vuelta.

-No, tu paras en todos los hostales, continúas cuando ya no puedes seguir en el hostal. Y nunca has dado la vuelta, la carretera sólo tiene un sentido. Y aunque creas que eliges el camino que quieres en cada desvío, no sabes que vas por una carretera predeterminada.

-¿En serio opinas eso? Entonces, ilústrame, dime qué es la libertad.

-La libertad es rechazar el calor de una mujer que se te ofrece, es ir a la sombra de los grandes árboles que a todos nos quieren dar cobijo. Es descubrir que te da igual que lo que te ata sea una cadena mugrienta o un hilo de oro, ya que de todos modos estás atada. Es ir más allá de esa carretera, hacia los campos que están semivacíos. Es huir de lo que te ofrecen los autostopistas y trazar tu propia carretera. No puedo decirte que tu carretera es fácil de trazar. Primero has de salir de la carretera y sortear la valla de seguridad hecha para que nadie salga. Y luego, forjar tu carretera. No puedo decirte dónde acabarás, pero te puedo decir que serás feliz. Te puedo decir que el camino que llevas acaba en un callejón sin salida, donde el resto de coches se han estrellado.

No te puedo decir cómo acabara tu camino, pero te puedo decir cómo empieza.

Publicado: 15:10 04/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Colecciones
El pasado 20 (error xD) de Diciembre logré hacerme con esta edición del Assassins Creed II en un Worten. Era la última que quedaba para PS3. Definitivamente, Dios me ama.

La calidad de las fotos es mierda, ya lo se.



Ábreme, que lo estás deseando.





Venga, deja de mirarme el culo y ábreme, coño.





Hola, papá.





Saludad al gran Ezio Auditore Da Firenze.





Miradle el culo al gran Ezio Auditore Da Firenze.



Y ya, ahora a esperar a los Reyes Majos xD


Publicado: 14:56 04/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis empanadas mentales
Por reactivarme el blog. En breve subiré alguna Fede-rewiew.


Posts destacados por el autor:
· La noche de la esperanza y los sueños (28/7/09)


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