Publicado: 19:38 28/06/2010 · Etiquetas: · Categorías: Crónicas de un ama de casa
Ahí está. Me está mirando fijamente. Yo la miro, la miro con una sonrisa. Ella empieza a sudar, un sudor caliente que emana de todos los poros de su piel. Quiere que la use, quiere que con mi mano acaricie su piel, y quiere que su piel acaricie el tejido suave de la tabla en la que duerme. Ella no tiene gran cosa, sólo su tabla, y su agua.

Yo sudo. Es mi primera vez. No sé si estaré a la altura. Ella… se la nota tan segura de sí misma que hasta me da miedo. Procuro ser bueno. Empiezo despacito, me acostumbro a ella y dejo que ella se acostumbre a mí. Siento el roce de su cuerpo contra mi mano, el roce de su cuerpo contra el tejido, y el sudor que desprende, que nos empapa.

Voy cogiendo confianza. Creo que es porque se nota que ella sabe del tema. Voy cada vez más rápido, acompasando mi cuerpo a la posición idónea para el acto. Ella suda cada vez más, mojándome a mí también. Una gota de sudor se pasea, coqueta, por mi frente. Con un último impulso, terminamos…

Doblo la camiseta y la arrojo al cesto, ella se duerme y yo la guardo.

Nadie me había dicho que planchar fuese tan difícil.

Publicado: 21:19 01/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Genial, otro día. Otro día monótono y ridículo en el que me han ocurrido las mismas cosas que ayer, que anteayer y que me ocurrirán mañana. Voy a fumar. Je, las 9 de la noche, siempre fumo a la misma hora. Estoy sentado aquí, haciéndome viejo, asqueado con mi reflejo en el espejo, un espejo que no refleja lo que soy. Yo no soy ese tío con barba de tres días. A ese tío no lo conozco. Joder, me muero por algo de acción… Creo que llamaré a mis colegas, nos iremos a tomar algo y a bailar en la oscuridad con alguna chica mona. O no, esta noche no quiero chicas monas, no quiero bailar con nadie si aún no he encontrado el tipo de baile que me gusta. Quizás esta noche sólo necesite esas cervezas. Tal vez necesite crear lazos que me den una ilusión de variedad a mi vida, porque el intentar escribir un libro con las mismas palabras una y otra y otra vez… no sé, nadie lo leería, es absurdo.

Recuerdo que hará unas semanas me presentaron a una chica, era mona ella… se veía en sus ojos la alegría y la valentía de una juventud inocente, pura. Una juventud por la que mataría ahora mismo. Ella, al parecer no buscaba bailar con muchos tíos distintos cada noche. Por lo poco que me dijeron los que me la presentaron, era rara. Pero por lo poco que vi, era la única chica auténtica de todo ese pub. Era la única que sabía lo que quería en todo ese lugar, y la que tendría las agallas suficientes para conseguirlo. No le importaba lo que esos opinaban. Quizá ella me ayude a escribir la siguiente página. Por lo que me dijeron, se llamaba Miriam. No es un nombre feo, le pega. Lo que no sé es si se acordará de mí. Probablemente no. Pero qué coño, si quiero tener su valentía, tendré que empezar por atreverme a llamarla para quedar.

Quizá la lleve a tomar un refresco y luego a algún parque, para preguntarle por qué conserva esa alegría…

Publicado: 23:50 09/03/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Esta noche no he podido dormir. Me asaltaban los recuerdos de tiempos mejores. Contigo. Conmigo. Creí que te había olvidado, que no eras más que un borrón en este libro, una cicatriz de una herida lejana. Ahora esa herida se ha abierto de golpe.

Esta noche llovía. El agua empapaba los callejones de la ciudad, donde se reúnen los comerciantes de vidas, de sueños y de esperanzas. Donde se hacen tratos secretos a la luz de una farola y se comercia con el toque humano. Esta ciudad, donde encontrar una rosa entre tanto cardo venenoso no es fácil.

Me he puesto la chaqueta y he salido a la calle, dejando que la lluvia me empapase, participando del burdo ritual nocturno, intentando no pensar en que una vez tú y yo tocamos en el mismo grupo de rock. Sin darme cuenta, he llegado a aquel bar, donde solíamos beber cerveza y escuchar el son de la ciudad. El bar estaba deteriorado, vacío, a oscuras. He pasado de largo, no quería recordar que fui yo el que te echó de el. Pero tu encontraste otros bares. Yo no. Yo me quedé fuera y fui apaleado como un perro salvaje. Abandonado a la lluvia.

Lo he perdido todo. No soy ni la mitad de hombre que una vez fui. Se han llevado mis agallas. Esta ciudad no guarda piedad alguna en sus calles ni clemencia en sus gentes. Esta ciudad me ha dado el golpe de gracia, me ha linchado.

Ayer te vi, al salir de aquel club. Ibas sola, y me paré a saludarte. Te conté mi historia, te dije que lo sentía, que quería volver a tocar contigo. Tú solo dijiste que yo necesitaba una chica fantástica. Yo quise decirte que las chicas fantásticas son inventos de algún gilipollas que no sabe nada de la vida. Que yo solo te quería a ti, tal como eras. Tu no dijiste nada más, te diste la vuelta y te marchaste a tu casa. Yo amanecí borracho.

Sé que si quiero, hay bares abiertos para mí. Siempre hay algún bar abierto para los buscavidas. También sé que estos bares no tienen la cerveza del bar que ahora dejo atrás. Sé que las puertas de ese bar están cerradas. A ese bar ya no va nadie. De todos modos, aporreé las puertas. No contestaron. Ya no.

He llegado a casa de madrugada, completamente empapado, empapado y vacío.

Porque sé que no volveré a entrar a tu bar.

Porque sé que lo único que puedo hacer es desvanecerme.

Porque... no te veré más en mi carretera...

Joder, ¿hay alguien vivo ahí fuera?

Publicado: 16:18 22/02/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Esta mañana me he despertado, he encendido un cigarro y he ido al lavabo, a ver si saco algo en claro de este vertedero en el que vivo. Me he mirado en el espejo. Estaba empañado, no podía reconocerme. Alegórico, mi vida últimamente es un espejo empañado… y no me reconozco. Me pregunto, si será todo tan fácil como extender la mano y limpiar el vaho para poder ver mi reflejo en el espejo. Si será todo tan fácil como darle una pasada y limpiar mi vida.

He recibido tu llamada. Por eso estoy aquí. Dices que es importante, que sólo yo puedo ayudarte. Que te sientes sola, que me necesitas. Lo siento nena, esta noche está cerrado. Esta noche estamos yo y mi espejo. Mi maldito espejo. ¿Cómo pretendes que te ayude a salir de ese pozo en el que te han metido si yo mismo vivo en un espejo empañado? Te lo dije en aquellos buenos tiempos. No soy un héroe, ni un príncipe azul. Soy un simple mendigo de sueños, vivo de las esperanzas y de los sueños de otros. No tengo sueños propios, ya no. Me fueron arrebatados hace años, por la misma ciudad que una vez fingió acogerme. Tú aún eres joven, joven y guapa. Puedes huir ahora que no has perdido la esperanza. Yo ya no. Yo ahora lo único que puedo hacer es fumar y mirar mi espejo. Todos los días amanece empañado, por muchas pasadas que le haya dado con la mano. Tú aún puedes huir, antes de que el tuyo amanezca empañado. No sabes lo que es levantarse y observar, impotente, que no eres capaz de reconocerte.

Ojalá todo se viera tan claro a la luz de un cigarrillo…

Publicado: 15:38 11/02/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Ya le tengo. Le tengo justo donde quería. A mis pies, desangrándose. Él ha gastado todas sus balas, y una me dio, pero no me hirió de gravedad. Me fabriqué una coraza hecha a prueba de sus balas. Míralo, tirado como un perro. Se lo merece. Merece que le haga sufrir tanto como él me hizo sufrir a mí. La cara que puso cuando agarró mi mano y le dejé caer ha sido deliciosa. Y sus ojos. Je, sus ojos me están suplicando que le pegue un tiro y acabe. Iluso. No tengo intención. Aquella vez sobreviví yo sola. No voy a dispararle aún. Voy a esperar a que venga él y me lo diga. Quiero ver su cara antes de volarle los sesos. Quiero que vea que encontré a alguien que me extrajo las balas que él me disparó. Y quiero que sufra el doble al verlo.

Oigo sus pasos detrás de mí. Me susurra algo al oído. Sonrío.

Adiós, perro.

Bang…

Publicado: 22:41 08/02/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Llevo demasiado tiempo en esta carretera. Me dejaron tirado ahí sin querer, pero cuando el conductor se dio cuenta, fue demasiado tarde. Llevo un mes vagando por la misma zona, y cada vez que llamo a mis colegas para que me indiquen como salir, me dicen lo mismo: “hey tío, no sé, pero ya verás como encuentras la salida, recuerdo una vez cuando me perdí, y tarde o temprano la encontrarás, ya lo verás, simplemente…”.


Sí bueno, eso está muy bien, pero lo que yo quiero es alguna dirección que me saque, porque está empezando a escasear la poca comida que llevaba para el viaje. He llamado a todos mis amigos y colegas, y todos me han dicho lo mismo, que ya saldré, que no me preocupe… idiotas, eso ya lo sé, lo que quiero es salir cuanto antes para poder encontrar a mi acompañante en la carretera. Aún no lo conozco, pero sé que está ahí, esperando en algún lugar lejos de aquí.

Así que cogeré el petate y a echar kilómetros. No sé por dónde se sale, así que consistirá en andar, supongo. A mis lados veo las señales de gente conocida que estuvo en este mismo sitio y tomó otros desvíos, que a ellos les hacían felices, y a mi no. Pero yo sonrío, con la esperanza puesta en que dentro de poco algún coche parará y me recogerá… o que llegaré a algún motel donde pasar la noche hasta encontrar un coche que me guste.

De repente, oigo un pitido a mis espaldas. Es increíble, pero el mismo conductor que me abandonó sin querer me está haciendo señas para que suba. Entonces comprendí que quizá no iba a compartir el resto del camino con él, o quizá sí. Entonces dejé de querer ser su copiloto a no ser que él quisiese, y acepté la ayuda que me brindó. Entonces me di cuenta de que me ayudaría a salir de esa maldita carretera vacía…

Publicado: 20:33 02/02/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Se acabó, ya he disparado todas mis balas sin dar en el blanco. He malgastado algunas, lo sé,  pero no me arrepiento de haberlo hecho. Ahora estoy tirado en el suelo, a su merced. A ella aun le queda una bala, y me ha disparado a quemarropa, mientras pensé que podríamos habernos reconciliado. Ella ha jugado conmigo, y aun lo sigue haciendo, mientras me apunta a la cabeza. Solo pido que dispare, que ambos sabemos que es lo que tiene que hacer, porque me estoy desangrando. Y duele, noto como la vida me abandona, gota a gota. No quiero sufrir más, y ella está empeñada en seguir apuntando. Está jugando conmigo, puesto que sus anteriores cuatro balas han ido a mis brazos y piernas. Pero antes de dispararme, me dio esperanza. Casi entreví como enfundaba su arma y me tendía la mano. Y yo, iluso, la agarre para intentar levantarme. Ella la soltó, y me dejo caer. ¿Por qué? ¿Por qué no dispara de una vez? ¿Por qué se empeña en jugar conmigo y no me dispara de una vez? Este juego macabro ya ha durado demasiado. Al fin comprendo… ella no tiene intención de apretar ese gatillo… quien va a apretar ese gatillo no es ella, sino él.  Ya le veo acercándose, le susurra algo al oído…

Entonces ella, con una sonrisa, dispara.

Bang…

Publicado: 17:23 29/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Ya está, está acabado. No queda nada, hemos alargado artificialmente algo muerto desde hace demasiado tiempo. Y ha sido injusto para ambos. Y el precio que hemos pagado tampoco ha sido justo. Lo único que puedo hacer es luchar por algo. Pero ya no tengo nada por lo que luchar. Lo único que me queda por hacer, es construir algo por lo que luchar, o como mínimo encontrarlo.

Cuando has cortado, uno a uno, los lazos que nos unieron una vez, no sabes donde construir algo por lo que luchar, ni si valdrá la pena conservarlo…

Publicado: 21:10 25/01/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Esta ciudad nos ha matado. Es su especialidad, matar a los viejos rockeros. Matar a los románticos, a los idealistas. A los que aun creen que el amor está escondido bajo los carteles de neón. Como otras  tantas cosas. Esta ciudad mata ahogando, ahogando en gas neón, gasolina, ruido y alcohol. Y la culpa no es de la ciudad. La culpa es nuestra. Nosotros erigimos en dioses a los carteles relucientes de neón, e hicimos negocio de las esperanzas y los sueños de la gente para construirlos.

Esta ciudad es demasiado poderosa. No es un poder directo. No le hace falta. Se basta con oprimir y ahogar a cualquier idiota que aun crea que es posible encontrar el amor o la confianza entre el ruido y los carteles relucientes. Ahí solo puede encontrar su perdición. Ahí solo puede encontrar a alguien dispuesto a comprar, una vez más, sus sueños y esperanzas. Ahí solo puede encontrar otro postor que quiera utilizarle.

Pero tú y yo sabemos que es inútil pelear. A lo mucho que podremos aspirar es a molestarla, pero al final, la lucha será en vano. Acabaremos muertos. Y si conseguimos sobrevivir, no podremos hacernos oír en medio de tanto ruido. Porque los perros que ladran solos son ahogados por la manada. Solo podemos mirar, y compadecer a la ciudad, aunque tengamos que vivir en ella. Da igual, nos tenemos los unos a los otros. Tenemos a la gente que odia el neón, el alcohol y la gasolina. Detestamos esta ciudad, y nos asquea tener que vivir en ella. Por ello vivimos en los suburbios de esta ciudad. El gas neón aun no ha llegado a ellos. Aun no hemos sido asfixiados por él.

Todo lo que podemos hacer, es intentar sobrevivir. Pero sus ataques vienen desde todos los lados, y siempre tendremos un cartel reluciente sobre nuestras cabezas, amenazando con caer sobre nosotros. Lo único que podemos hacer es atarlo con más cuerdas.

Podríamos empezar con los lazos que nos unen…

Publicado: 17:33 22/01/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
¿Así que quieres jugar a un juego conmigo?  Bueno, debes saber que soy una tragaperras, y tienes que pagar un precio. Si quieres seguir jugando, tendrás que seguir pagando. Es así de fácil. El precio que has de pagar no puedo decirlo, porque lo decides tú. Tú eliges si quieres pagar más o menos, y que moneda usas. Has de saber que no soy un juego fácil de ganar, y que si te arriesgas y apuestas más de la cuenta puedes perderlo todo. Pero si ganas descubrirás que lo ganaras todo. Además, si decides parar de jugar, puedes destrozar la maquina, y dejarla inservible durante un tiempo.

Asimismo, tu también eres una tragaperras, si decides jugar te convertirás en mi tragaperras. Serás mía para jugar, y claro, deberé apostar para poder seguir jugando. Si apuesto mas de la cuenta puedes sobrecalentarte y dejar de funcionar, y si apuesto menos, puedes no aceptar la apuesta y apagarte. Es un juego peligroso, pero claro, quien no arriesga no gana.

Las tragaperras funcionan a base de monedas y suerte. Las nuestras no funcionan así, funcionan con esperanzas y con sueños. Funcionan también con los horarios del bus que debería coger para llegar a tu bar y que podamos jugar con las tragaperras. No es un juego sencillo, ya te lo he dicho. Es un juego dedicado, en el que si pagas demasiado todo se puede ir al carajo en cuestión de segundos.

Ya te he dicho lo que hay. Si aun sabiendo esto, quieres empezar una partida, estaré en la avenida esta tarde, a la puesta de sol… porque… yo también quiero jugar a este juego contigo.

Siguientes mensajes


Posts destacados por el autor:
· La noche de la esperanza y los sueños (28/7/09)


Últimos comentarios:
xesca
xesca hace semanas
Koto
Koto hace semanas
Nosferatum
Nosferatum hace semanas
_Nada_ hace semanas
viki
viki hace semanas


Blogs amigos:
Aldobrando
BrightEyes
De-mon
FuKuy
Guardeja
Jimmytrius
Koto
markomaroDELUXE
Mister Timor
Okashira-sama
Shoot Gunner
Sr.A
Toboe-tan


Categorías:
Colecciones
Crónicas de un ama de casa
El rincón del humor... o no
Fede-rewiews
Filosofía.
Mis empanadas mentales
Mis escritos
Música
Música (de videojuegos)
Sitios web interesantes


Archivo:
Septiembre 2011
Agosto 2011
Noviembre 2010
Octubre 2010
Agosto 2010
Julio 2010
Junio 2010
Mayo 2010
Marzo 2010
Febrero 2010
Enero 2010
Septiembre 2009
Julio 2009
Junio 2009


Vandal Online:
Portada
Blogs
Foro

Blogs en Vandal · Contacto · Denunciar Contenido