Publicado: 21:19 01/05/2010 · Etiquetas: · Categorías:
Genial, otro día. Otro día monótono y ridículo en el que me han ocurrido las mismas cosas que ayer, que anteayer y que me ocurrirán mañana. Voy a fumar. Je, las 9 de la noche, siempre fumo a la misma hora. Estoy sentado aquí, haciéndome viejo, asqueado con mi reflejo en el espejo, un espejo que no refleja lo que soy. Yo no soy ese tío con barba de tres días. A ese tío no lo conozco. Joder, me muero por algo de acción… Creo que llamaré a mis colegas, nos iremos a tomar algo y a bailar en la oscuridad con alguna chica mona. O no, esta noche no quiero chicas monas, no quiero bailar con nadie si aún no he encontrado el tipo de baile que me gusta. Quizás esta noche sólo necesite esas cervezas. Tal vez necesite crear lazos que me den una ilusión de variedad a mi vida, porque el intentar escribir un libro con las mismas palabras una y otra y otra vez… no sé, nadie lo leería, es absurdo.
Recuerdo que hará unas semanas me presentaron a una chica, era mona ella… se veía en sus ojos la alegría y la valentía de una juventud inocente, pura. Una juventud por la que mataría ahora mismo. Ella, al parecer no buscaba bailar con muchos tíos distintos cada noche. Por lo poco que me dijeron los que me la presentaron, era rara. Pero por lo poco que vi, era la única chica auténtica de todo ese pub. Era la única que sabía lo que quería en todo ese lugar, y la que tendría las agallas suficientes para conseguirlo. No le importaba lo que esos opinaban. Quizá ella me ayude a escribir la siguiente página. Por lo que me dijeron, se llamaba Miriam. No es un nombre feo, le pega. Lo que no sé es si se acordará de mí. Probablemente no. Pero qué coño, si quiero tener su valentía, tendré que empezar por atreverme a llamarla para quedar. Quizá la lleve a tomar un refresco y luego a algún parque, para preguntarle por qué conserva esa alegría… |
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