Categoría: Mis escritos

Publicado: 14:27 11/08/2011 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
La tercera copa ya, es lo único que tengo seguro al final. Que soy un borracho y adicto a la nicotina. El resto es tan estable como las volutas de humo que despiden mis cigarros al ser exhaladas. Todo se derrumba a mi alrededor, parece que es culpa mía y yo no sé qué puedo hacer para evitarlo, no sé cómo sujetar los retazos de una vida que se desploma a trozos y quedan de tal forma que son incapaces de volver a erigirse.

Miré a la chica guapa que está sentada un poco más a mi izquierda. Lleva lanzándome miradas furtivas desde que entré y haciéndome falsas promesas de seguridad y estabilidad. Pedí otra copa y encendí otro cigarrillo. Ella se acercó y me pidió un baile, que yo rehusé. Preguntó por qué y yo le dije que para qué quería bailar conmigo, si no me conocía ni sabía por qué estaba emborrachándome en un bar sin nombre. Ella me dijo que pudo ver que me llenaron el alma, una vez llena de Dios, de demonios, demonios y polvo, que ella también la tenía así, y que quería compartir ese dolor conmigo.

Le ofrecí una copa, pagué yo y me volví a casa. Brindamos por nuestra destrucción.

Publicado: 21:21 08/11/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Lo siento, pero te dejo. No hay más, ni vuelta atrás, ni súplicas absurdas. Llevas meses matándome, llevas meses destrozándome. Y tú me prometiste que no, que ibas a ser buena conmigo. Prometiste que siempre serías tangible, pero me he dado cuenta estos mese que no eres más que una voluta de humo, que una respiración apagada. Y eso me mata. Ya no soy la envidia de todos mis amigos, sólo el hazmerreír. Ahora se ríen al verme contigo, a ver que aún sigo contigo. Me prometiste que te convertirías en adicta a mí, pero la realidad es que soy yo el adicto a ti. Te lo has montado muy bien. Tú y tus amigos, los que nos presentaron.
Pero te dejo, he encontrado a otra. Otra que me hace olvidar tu sabor, y por un instante, me hace sentir que ya no tienes ningún poder sobre mí.
Hola glucosa, adiós nicotina.

Publicado: 21:50 02/11/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
No quería decirlo expresamente antes de saberlo con certeza, pero este jueves me publican algunos de los relatos que teneis aquí en el blog. Para los manitos toledanos es a las 7 y media en el círculo de arte, y la revista en la que los publican se llama "Hermes" (es a nivel de Toledo nada más, pero que algo es algo XD)

Lo dicho, me apetecía compartirlo.

Publicado: 20:20 27/10/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Y te diste la vuelta, y te fuiste. Y yo me quedé, embobado, viendo cómo cogías el tren y te ibas de la ciudad. Y paseé por las grandes avenidas, pensando en el lugar hacia el que te dirigías. Me habías dicho que no te siguiese, que ese tren no tenía espacio para mí. Que me seguías queriendo, pero que esta parte de tu camino habías de recorrerla sola, que yo no sabría recorrerla contigo. ¿Pero acaso no te sujeté cuando caías, y tú hacías lo mismo conmigo?

Me miré en los escaparates de las tiendas que solíamos visitar y pensé en el motivo de tu partida. Nada. No se me ocurrió nada por lo que tú quisieses seguir sin mí. También recorrí esos bares, donde tú y yo nos sentábamos y escuchábamos a los cantautores que cantaban a la soledad, el alcohol y la decadencia, pensando que no nos alcanzaría. Los cantautores tenían razón. No podemos vencerlas, como mucho huir. También tenían razón: es difícil ser santos en las ciudades, conservar nuestra inocencia. Quizá por ello te fuiste. Porque querías recuperarla.

Llegué a casa, me duché, y me metí en la cama. Sonó el móvil. Lo cogí, y una voz (tu voz) resonó dentro de mí: “me he equivocado, he llegado a nuestro antiguo pueblo y lo he encontrado igual que la ciudad. No puedo vivir así. Quiero recorrer todo el camino junto a ti.”

Al oír eso, me puse mi chaqueta y fui a abrir la puerta para coger el mismo tren que el tuyo, pero al abrir la puerta ya estabas en el umbral, con lágrimas en los ojos.

Y juramos recorrer juntos todos los callejones de la ciudad.

Publicado: 23:19 13/08/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Se suponía que iba a ser su día más feliz, ¿sabes? El día de su boda. Todos, de alguna u otra forma hemos soñado con él. Rosas, flores, el vestido blanco de la novia mientras camina hacia el altar, derramando su gracia y belleza a través de la iglesia. La sonrisa del novio, que espera nervioso a su rosa de Mayo como si fuera el único rayo de esperanza en todo este mundo de barro y suciedad. La cabeza de todos los presentes se gira hacia la puerta de la Iglesia cuando ella entra, y las amigas rompen a llorar, no sabemos si de alegría o de celos.
Ese día en el que al fin los dos pasan a ser uno, y en el que por fin, se fundirán en el beso. El único beso puro que se puede dar en una Iglesia. Y esa noche donde los dos sellarán su amor.
Él esperaba ese día, tío. Lo que no sabía es que por esa puerta no entraría ella, sino un tío con sombrero, porra y pistola. Vestido de azul, con una mancha roja en sus muñecas. Silencio sepulcral, roto por los pasos de aquel hombre al acercarse. “¿Es usted el novio?”, preguntó, “Tengo que hacerle unas preguntas”. Él y el novio hablaron fuera de la Iglesia. Y el silencio, antes sagrado, se convirtió en un silencio maldito. El sacerdote dijo: “Posponemos la celebración”. Todos se quedaron en el sitio, como si esperaran que Jesucristo bajase de la cruz a aclararlo todo.
Llanto. El novio avanzó por el pasillo, no podía contener las lágrimas. Se acerca al altar y dice lo que nadie quiere oír: “La han asesinado, era un ladrón. Había matado a un dependiente al negarse a darle el dinero, y necesitaba un coche para huir”.
Todos se quedaron paralizados. El sacerdote dijo: “Dios perdone al ladrón”. El novio dijo: “Si Dios es misericordioso, que me mate a mí también, no es justo que me la robe el día de mi boda”.
Al poco tiempo, detuvieron al ladrón. Eso no le satisfizo, no le iba a devolver a su amor. A las dos semanas, tomó una decisión. Llamó a todos aquellos a quien quería y se despidió. Dijo que se mudaba, que se iba de esta ciudad.
Lo encontraron en su bañera, con el agua teñida de rojo.

Publicado: 16:54 18/07/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Nosotros no tenemos esperanza. Somos los abandonados, los que vivimos en los suburbios, los que no tienen nombre. El nombre nos lo arrebató la ciudad, para ella somos una cifra, un dato estadístico más con los que engrosar las listas. No somos nadie. Somos los restos, los desesperanzados, los vagabundos, los tahúres y los drogadictos. Ellos nos desterraron aquí, después de aprovecharse de nosotros. Pero tú y yo… tú y yo somos distintos. No pertenecemos al mundo del lujo ni de la opulencia, ni pertenecemos completamente a estos suburbios. Sí, se han aprovechado de nosotros, y nos han arrojado a esta pocilga.

A mí me robaron los sueños, los ideales y la fuerza de la juventud. Yo antes era otro de esos que intentaban hacer de este lugar algo digno de la presencia humana. Me despojaron todo eso. Lo ahogaron con su dinero, sus estadísticas, su alcohol. Me arrebataron lo que les hacía falta y a cambio me dieron un billete de autobús y una palmada en la espalda. El billete era de ida. Estaba claro, no querían a alguien como yo entre ellos. Ellos aprendieron a vivir a costa de las esperanzas ajenas. Ellos son como vampiros en la noche, que se presentan en tu vida sin avisar, y te chupan la sangre. Y una vez te dejan seco, te tiran al pozo que ellos construyen para sus presas.

A ti te robaron la belleza, la alegría y el amor. Te hacían regalos y te decían todas esas cosas bonitas con un único propósito. Ambos sabemos cuál era. Para cuando te quisiste dar cuenta, era demasiado tarde. Estabas con poco más que una maleta en la estación de buses, llorando, porque lo que te habían arrebatado era difícil de recuperar. Estabas rezando para que algún ángel bajase del Cielo y te ayudase. Pero no bajó ningún ángel ni vino ningún salvador. Entonces te mudaste a los suburbios.

Allí tú y yo nos conocimos. Al verte, sentí lástima. No sabía como una chica tan bonita podía haber acabado ahí. Te ofrecí la redención. No me refería a la redención que sólo viene de arriba. Esa no es la que andábamos buscando. Estabas rota, herida y dolorida, pero yo no conozco a nadie que no esté así en este lugar. Aún así, te decidiste a salir. Ese fue mi rayo de esperanza, el estímulo que necesitaba para intentar escapar al dominio de esta ciudad. Decidimos luchar contra aquellos que nos robaron todo, que nos quitaron la vida poco a poco. Que nos hicieron renegar del amor, la esperanza y de los sueños, y nos convirtieron en buscavidas.

Entonces nos labramos nuestra redención. Tú sabías que yo no era el ángel por el que habías rezado en la estación, yo sabía que tú no tenías los sueños que a mí me habían quitado. Pero nos dio igual. Hicimos el juramento de matar o morir. De salir de este pozo, o morir en el intento, pero en ningún caso quedarnos ahí.

Y peleamos, peleamos contra los ejecutivos y hombres de negocios, los traficantes de almas y sueños. Porque tú y yo teníamos la fuerza para derrotarlos… A los tres meses, encontraron dos cuerpos con un disparo en la cabeza, tirados en una cuneta. Nuestros dos cuerpos. Nadie los reconoció. Y a nadie le importó.

Publicado: 17:39 11/07/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
-Hubo una vez una bonita ciudad. Las casas no eran muy grandes, pero tampoco muy pequeñas. No había grandes monumentos, pero tenía parques. Muchos parques donde los amantes echaban la tarde. Esa ciudad me encantaba tío.
-¿Sí? Llega el verano, ¿irás a visitarla o algo?
-Hace mucho tiempo que está en ruinas.
-No jodas. ¿Qué le pasó? ¿Alguna catástrofe natural o algo?
-No, nada de eso. Un tío decidió tirarla abajo.
-¿Toda ella? Venga ya, pero necesitaría ayuda, ¿no?
-Claro que tuvo ayuda, esa ciudad no se destruye sola.
-¿Y, qué vas a hacer?
Reflexioné. ¿Que qué iba a hacer? Joder, olvidarme de ella. O eso, o intentar reconstruirla. Imposible. Esa ciudad la levantaron dos personas. Dos personas. Un hombre, y una mujer. Construyeron un sitio apacible, donde se podía vivir. Donde no había muerte, ni dolor. Ellos construyeron una ciudad, que aunque estuvo a punto de venirse abajo en una ocasión, consiguieron impedir que se derrumbase. Consiguieron. Mentira, la salvó la mujer. Él estuvo a punto de irse de esa ciudad, y dejarla en manos de ella. Y una ciudad como esa es cosa de dos. No contesté a mi amigo. En lugar de eso, viajé a las ruinas de la ciudad.
Vi los parques, arrasados. Las casas, completamente demolidas, y paseé entre los edificios, una vez majestuosos. Ahora en ruinas. Fui a los bares donde la gente se tomaba sus copas antes de salir de noche, y también vi el ayuntamiento. Ese ayuntamiento no era el mejor, tenía sus fallos, pero era un buen lugar. Aún así, no pudo evitar el derrumbe de aquella ciudad. Muchos os preguntareis como una ciudad tan bonita, tan espléndida, pudo haber caído. Como alguien pudo haber ordenado su demolición. Quien sería ese alguien. Ese alguien, diréis, es un cabronazo. No pensó en la ilusión de los que la levantaron, ni de los que vivían en ella.

Sonreí. Encendí un pitillo. Me di la vuelta. Ya había paseado antes por esas ruinas. Pensé en que tiempo después de su demolición, intentaron reconstruirla. El chico. Se lo dijo a la chica, y ella, tras asuntos que ahora no vienen al caso, decidió no hacerlo. El chico se quedó destrozado. Aún se pasea por esas ruinas, fumando. Sí amigos, el chico que construyó la ciudad, junto a la chica, fui yo. El nombre de la chica… os da igual. Quienes me conocen saben cómo se llama.
¿Cómo permití que demoliesen mi ciudad? Es simple. Yo la demolí. Supongo que me cansé, me cansé de vivir ahí. Y la demolí sin preguntarle siquiera a la chica. Bang, adiós ciudad.
Me consta que la chica construyó otros pueblos, efímeros. También me consta que esta ciudad está muerta, es una ciudad fantasma. ¿Por qué quiero reconstruirla, si ella no quiere?
La esperanza es una hija de puta…

Publicado: 16:18 22/02/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Esta mañana me he despertado, he encendido un cigarro y he ido al lavabo, a ver si saco algo en claro de este vertedero en el que vivo. Me he mirado en el espejo. Estaba empañado, no podía reconocerme. Alegórico, mi vida últimamente es un espejo empañado… y no me reconozco. Me pregunto, si será todo tan fácil como extender la mano y limpiar el vaho para poder ver mi reflejo en el espejo. Si será todo tan fácil como darle una pasada y limpiar mi vida.

He recibido tu llamada. Por eso estoy aquí. Dices que es importante, que sólo yo puedo ayudarte. Que te sientes sola, que me necesitas. Lo siento nena, esta noche está cerrado. Esta noche estamos yo y mi espejo. Mi maldito espejo. ¿Cómo pretendes que te ayude a salir de ese pozo en el que te han metido si yo mismo vivo en un espejo empañado? Te lo dije en aquellos buenos tiempos. No soy un héroe, ni un príncipe azul. Soy un simple mendigo de sueños, vivo de las esperanzas y de los sueños de otros. No tengo sueños propios, ya no. Me fueron arrebatados hace años, por la misma ciudad que una vez fingió acogerme. Tú aún eres joven, joven y guapa. Puedes huir ahora que no has perdido la esperanza. Yo ya no. Yo ahora lo único que puedo hacer es fumar y mirar mi espejo. Todos los días amanece empañado, por muchas pasadas que le haya dado con la mano. Tú aún puedes huir, antes de que el tuyo amanezca empañado. No sabes lo que es levantarse y observar, impotente, que no eres capaz de reconocerte.

Ojalá todo se viera tan claro a la luz de un cigarrillo…

Publicado: 15:38 11/02/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Ya le tengo. Le tengo justo donde quería. A mis pies, desangrándose. Él ha gastado todas sus balas, y una me dio, pero no me hirió de gravedad. Me fabriqué una coraza hecha a prueba de sus balas. Míralo, tirado como un perro. Se lo merece. Merece que le haga sufrir tanto como él me hizo sufrir a mí. La cara que puso cuando agarró mi mano y le dejé caer ha sido deliciosa. Y sus ojos. Je, sus ojos me están suplicando que le pegue un tiro y acabe. Iluso. No tengo intención. Aquella vez sobreviví yo sola. No voy a dispararle aún. Voy a esperar a que venga él y me lo diga. Quiero ver su cara antes de volarle los sesos. Quiero que vea que encontré a alguien que me extrajo las balas que él me disparó. Y quiero que sufra el doble al verlo.

Oigo sus pasos detrás de mí. Me susurra algo al oído. Sonrío.

Adiós, perro.

Bang…

Publicado: 22:41 08/02/2010 · Etiquetas: · Categorías: Mis escritos
Llevo demasiado tiempo en esta carretera. Me dejaron tirado ahí sin querer, pero cuando el conductor se dio cuenta, fue demasiado tarde. Llevo un mes vagando por la misma zona, y cada vez que llamo a mis colegas para que me indiquen como salir, me dicen lo mismo: “hey tío, no sé, pero ya verás como encuentras la salida, recuerdo una vez cuando me perdí, y tarde o temprano la encontrarás, ya lo verás, simplemente…”.


Sí bueno, eso está muy bien, pero lo que yo quiero es alguna dirección que me saque, porque está empezando a escasear la poca comida que llevaba para el viaje. He llamado a todos mis amigos y colegas, y todos me han dicho lo mismo, que ya saldré, que no me preocupe… idiotas, eso ya lo sé, lo que quiero es salir cuanto antes para poder encontrar a mi acompañante en la carretera. Aún no lo conozco, pero sé que está ahí, esperando en algún lugar lejos de aquí.

Así que cogeré el petate y a echar kilómetros. No sé por dónde se sale, así que consistirá en andar, supongo. A mis lados veo las señales de gente conocida que estuvo en este mismo sitio y tomó otros desvíos, que a ellos les hacían felices, y a mi no. Pero yo sonrío, con la esperanza puesta en que dentro de poco algún coche parará y me recogerá… o que llegaré a algún motel donde pasar la noche hasta encontrar un coche que me guste.

De repente, oigo un pitido a mis espaldas. Es increíble, pero el mismo conductor que me abandonó sin querer me está haciendo señas para que suba. Entonces comprendí que quizá no iba a compartir el resto del camino con él, o quizá sí. Entonces dejé de querer ser su copiloto a no ser que él quisiese, y acepté la ayuda que me brindó. Entonces me di cuenta de que me ayudaría a salir de esa maldita carretera vacía…


Posts destacados por el autor:
· La noche de la esperanza y los sueños (28/7/09)


Últimos comentarios:
xesca
xesca hace semanas
Koto
Koto hace semanas
Nosferatum
Nosferatum hace semanas
_Nada_ hace semanas
viki
viki hace semanas


Blogs amigos:
Aldobrando
BrightEyes
De-mon
FuKuy
Guardeja
Jimmytrius
Koto
markomaroDELUXE
Mister Timor
Okashira-sama
Shoot Gunner
Sr.A
Toboe-tan


Categorías:
Colecciones
Crónicas de un ama de casa
El rincón del humor... o no
Fede-rewiews
Filosofía.
Mis empanadas mentales
Mis escritos
Música
Música (de videojuegos)
Sitios web interesantes


Archivo:
Septiembre 2011
Agosto 2011
Noviembre 2010
Octubre 2010
Agosto 2010
Julio 2010
Junio 2010
Mayo 2010
Marzo 2010
Febrero 2010
Enero 2010
Septiembre 2009
Julio 2009
Junio 2009


Vandal Online:
Portada
Blogs
Foro

Blogs en Vandal · Contacto · Denunciar Contenido