Aviso, soy yo dando vueltas 18 minutos entre la entrepierna de un dragón podrido, estas luchas son largas y costosas con nivel y equipo limitado, ahí está la gracia, pero obviamente habemus coñazo, yo solo lo digo.

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Lo que más llama la atención de Soul sacrifice además de sus relativas peculiaridades y gimmicks - imprescindibles para vender una idea a día de hoy- es su presentación, muy de manga “adulto” de los 80. Entendiendo “adulto” como crudo (pero hasta unos niveles hilarantes) gratuitamente gore, lleno de personajes extremos, y con un sentido de la tragedia teatral y revolucionado hasta el estúpido que no se cree ni su madre. En las formas recuerda tanto a Golgo 13, como a Vampire hunter D (la viejuna) El truño de la estrella del norte, Los caballeros del zodiaco, Doomed megalopolis...etc, etc, etc, etc, etc.

También hay que reconocer que no es un estilo carente de cierto magnetismo...así como muy pasional, no deja de ser como un culebrón Venezolano pero en bizarro y gore, y hay que saber admitir que a veces tiene algo muy auténtico. En este caso concreto, solo el mundo que presenta Soul sacrifice es suficiente para sustentar el juego como un producto como mínimo atrayente, acompañado de un diseño de menús totalmente encantador, y con una narrativa capaz de colarte toneladas de texto sin que te des cuenta, ya que toda la parte jugable es accesible desde un libro, y esta pequeña tontería hace que los relatos parezcan algo necesario y natural.

La propuesta nos deja tirados en una celda de huesos, siendo prisioneros de Magusar, el hechicero MALO MALO MALO MALO MALO MALO DE LA MUERTE que va consumiendo las almas de sus cautivos sin pestañear. Nosotros no salimos de ahí en ningún momento, al menos físicamente, en vez de eso, nuestra esperanza de escape recae en el diario de un hechicero (que tiene personalidad propia, siendo un cruce entre la mano de Vampire hunter D y la pistola de Garcia Hotspur) el cual tendremos que leer, leer, y leer sin descanso, hasta aprender lo bastante de magia como para poder escapar por nuestra cuenta.

En la historia del diario somos el misterioso compañero de emo-penurias de Magusar, aprenderemos a luchar y a la vez será una excusa para entender por qué acabó así de loco y qué fue de su compadre.

Quitando la parte narrativa lo que hacemos es meternos en quest tipo Monster Hunter de “encontrar y destruir” solo que aquí no hay granja ni otros factores de farmeo y exploración tal vez superficiales. Con todo, no me parece una mejora sólida de la fórmula original y resumir un juego entero a un VS contra jefes me resulta un poco limitado.

La mecánica de combate en sí da una sensación algo caótica, con todo sucediendo muy deprisa; enemigos saltando sobre ti desde fuera del ángulo de cámara, proyectiles por todas partes, fuego amigo...En cuanto a ti empleas unas “ofrendas” que no son más que magias con un número limitado de castings rellenables sacrificando enemigos. Podemos asignar 6 a la vez, cada uno con sus atributos, en todos los aspectos; elemento, alcance, velocidad...si queréis haceros una idea MUY cercana, pensad en Folklore.

De momento, con la demo, hasta aquí puedo llegar. El juego está muy lejos de ofrecer una experiencia de combate tan científica y precisa como MH, pero por otro lado sentimentalmente hablando está más cerca de transmitir algo que 100 títulos genéricos de sobremesa juntos. Con el tiempo habrá que ver qué acaba teniendo más peso.