Una aburrida tarde de miércoles me lleva a la que es mi primera descarga de la Consola Virtual de Wii.

Descartados de antemano los juegos de Nintendo, pues la mayoría de títulos interesantes ya los poseo físicamente, me dirigo al catálogo de Mega Drive con la idea de bajarme algún juego de Sonic, gran icono del mundo del cuál aun no he probado nunca un juego suyo. Antes de llegar a él me seduce otro nombre, me envuelve la nostalgia y me dejo llevar por el afán irrefrenable de volver a mi niñez delante de un gran clásico. Sí, me descargo el Golden Axe.

Temo que los magníficos momentos que estoy recordando, sobretodo en el modo multijugador, no me enganchen irremediablemente a la Consola Virtual, pues esto sería muy bueno para estas tardes muertas como la de hoy, pero terminaría siendo muy contraproducente para un bolsillo que uno intenta controlar racionalmente.

P.D: Me acabo de bajar el Sonic The Hedgehog. Tengo miedo.

A nadie se le escapa que las operadoras de telefonía móvil no son almas de la caridad precisamente. Pero el caso que nos ocupa a día de hoy es vergonzoso.

El 1 de marzo de 2007 será recordado como el día en que las compañías telefónicas españolas se rieron a la cara de sus usuarios y escupieron a nuestros derechos como consumidores. El pasado 21 de diciembre se aprobó en el congreso de los diputados una ley mal llamada (por lo visto) de Mejora de la Protección de los Consumidores y Usuarios, en la cual se obliga a las operadoras a tarificar por segundos en lugar de por minutos, como antaño. Su respuesta inmediata, subir las tarifas, por lo que el establecimiento de llamada (que en mayor parte de países vecinos no se cobra) sube un 25% y el precio de las llamadas entre un 15 y un 20%.

¿De que sirve aprobar una ley si luego las compañías ponen los precios que se les antoja? Ridículo. Lo que nos debería favorecer, la múltiple competencia en este campo, no es nada más que una farsa de la cuál las tres empresas líderes van cogidas de la mano chupando todas del bote. Me reconcome las entrañas reconocer que actualmente mucha gente no puede vivir sin sus celulares y que harán lo que les digan sus operadoras sin oponer resistencia. Me gustaría saber que manera hay para que los usuarios podamos hacernos oir frente a este mezquino robo. Yo por mi parte me uno a la iniciativa de la huelga de móviles; ojalá mucha gente hiciera lo mismo y sirivera como piedra de toque, aunque mucho lamento que de nada servirá.

Por desgracia, del país que vivimos ya no me espero nada de bueno, pues la gente de a pie somos los últimos tontos, nos tratan como un simple rebaño, y no podemos hacer mucho ni aunque nos suban unos cénTIMOS.