Grandes juegazos olvidados (I): Dynamite Heady

Pese a que tuvo bastante repercusión en su tiempo (hubo anuncios de TV en españa, cosa rara), no deja de ser un juego olvidado, primero, por Treasure y Sega, que hasta hace bien poco no lo habían reeditado

Se anunció como "la nueva mascota de Sega", y quizás eso le pesó como una losa, ya que Sonic tenía una legión de seguidores (y por aquella época Sonic 3 pisaba fuerte), y el aspecto supuestamente infantil del personaje y los gráficos engañaban mucho. Dynamite Heady, como la mayoría de juegos de Treasure, es puro arcade, dificilisimo (mucho más que la media, por lo menos) y totalmente friki japonés (basta ver su estética).

Al contrario que los clásicos plataformas de la época, con unas fases largas ambientadas en un bosque (o algo así), Dynamite Heady es casi una sucesión de jefes uno tras otro, todos ENORMES, complicados y carismáticos (las pocas vidas y continuaciones del juego son una tortura, aunque también lo que le da tanta gracia al juego). Salvando un pequeño puñado de fases más o menos tradicionales, con sus plataformas y gadgets para superar a los enemigos, el resto eran esos enfrentamientos míticos, desde cabezas enormes a extraños combates en pseudo-3D. A destacar una fase estilo naves espaciales de scroll lateral (que tanta fama han dado a Treasure).

La forma de atacar era a base de cabezazos, es decir, golpear a los enemigos a corta distancia. Ningún otro movimiento más (a parte del salto), pero es más de lo necesario para hacer un juego adictivo. Con la cabeza nos colgamos de objetos, abrimos nuevos items (para cambiar la cabeza por otras cosas mejores e incluso peores) y golpeamos a los enemigos. El marcador de vida era un foco siguado en la parte superior que cambiaba de colores (con el rojo podías ir temblando), era bastante impreciso y nunca sabías cuantos golpes más podrías recibir (como pasa normalmente con los Resident Evil clásicos y su marcador de latidos del corazón), pero podías estar seguro que frente a un final boss no durarías mucho.

Como detalle, había una fase extra después de terminar el juego, si habías completado unos minijuegos de baloncesto repartidos en algunas fases.


La historia del juego aquí nos llegó basante recortada. En Japón había muchos diálogos, además de algunos cambios en final bosses, y más o menos nos llegó un resumen: Dynamite Heady es un muñeco roto que intenta salvar su ciudad de los enemigos. Una trama tópica pero que esconde un juego nada tópico. A destacar el enemigo personal de Dynamite Heady, el gato que nos persigue durante todo el juego en varios combates, transformando su cuerpo en varios robots y artefactos.

Los gráficos son sencillos pero bastante sorprendentes en su tiempo. Algunos efectos 3D, mucho colorido y escenarios variados (cada fase podía ser pasada en pocos minutos, pero a cambio hay un montón de sitios diferentes). Sin embargo, otra cosa a destacar es la música, brutal, muy cañera y de lo mejor que se pudo oir en 16 bits. Incluso hay una versión de un tema de música clásica entre tanta música techno (también había alguna tranquilita, por supuesto).

En fin, un juego redondo que sin embargo no tuvo continuación. He visto secuelas de juegos peores e incluso con menos repercusión, como Rocket Knight (Sparkster), y me sorprende cómo Treasure no sacó en MegaDrive una secuela, o en Saturn, o incluso una versión en pseudo 3D para la generación pasada. Quizás las 3D no le sentarían bien, todos conocemos sagas destozadas como Metal Slug que fuera de las 2D no valen nada, pero hoy día las portátiles siguen aprovechándose del género y este juego sería todo un desafío.

En fin, si teneis la oportunidad, jugadlo, ya sea en emulador o en el reciente recopilatorio que salió a la venta. O desempolvando vuestra vieja consola.

PD: también hubo una versión para GameGear, era adaptada y tenía algunas diferencias, no era un port directo, pero también fue un juegazo.