El arte del obsesión (afán) por el coleccionismo

Dos noticias me han conmocionado últimamente:

a) Se subasta en E-bay (dónde si no!) un Chrono Trigger precintado con un precio de salida de 800 dolares.
b) Se vende por la friolera de 11.000 dólares una copia (de las 6 u 8 existentes) del Tetris de Megadrive.

Esto te hace pensar: la gente se ha vuelto loca?

Por qué pagar 800 dólares (como mínimo) por un juego antíguo, por muy mítico que éste sea (y es que no todos los días se conjugan estrellas tales como Toriyama en el diseño de personajes, Hironobu Sakaguchi y Nobuo Uematsu), cuando puedes jugarlo gratis en cualquiera de los miles de emuladores que pululan por internet? O peor aún, arriesgarte a que S-E (con el afán remakeador que la ha invadido últimamente) te saque en cualquier momento una adaptación píxel-perfect (o con las previsibles mejoras, que sería mejor aún, valga la redundancia…) para las portátiles actuales; que aparezca en la consola virtual de Wii (cosa que no sería lo mismo porque el formato físico en esto de los videojuegos aún se impone bastante, y es que hay que reconocer que mola muchísimo más tener 127 cajas apiladas en una estantería que 46 canales de una consola ocupados con roms) o que hagan un remake adecuandolo a los tiempos que corren (3D), cosa que ya no sería lo mismo ya que mataría un poco la esencia (la tan manida majia).

Y por qué pagar 11.000 dólares por una versión de un juego que puedes encontrar en cualquier sistema imaginable (alguien ha dicho Barcode Battle?). Incluso puede que la versión de Megadrive no sea la mejor, ya que dudo que supere a la mítica versión Game Boy o a la más actual versión DS (que ese es ya otro cantar y carne para otra entrada de blog, pero… por qué, en un juego de corte Tetris, con la jugabilidad tan justa que tiene, hay diferencias tan abismales entre las distintas adaptaciones? Una pregunta sin respuesta).

La respuesta corta: coleccionismo.

La respuesta larga: es el precio que hay que pagar por joyas que, supuesta y (creo que) acertadamente, poseen ese valor. Añádasele a la ecuación algo de fetichismo, obsesión y sírvase bien frío.

Y es que me encanta que exista un mercado en el que le sepan dar a este tipo de juegos el valor (precio) que se merecen. Y es que, mal que le pese a algunos, los videojuegos creo que ya se han ganado la categoría de arte, y como ya ocurre con otras artes: pintura, escultura (estos a mucha mayor medida), literatura (también juegan en otra liga superior los “incunables”) o música, hay (y habrá) títulos que con el tiempo se irán revalorizando. En el mundo de los videojuego esto es relativamente cercano, pero seguro que si miráis un poco ya podéis ver los primeros pasos de lo que será el mercado de coleccionismo del futuro:

- precios desorbitados por juegos raros precintados e incluso de segunda mano
- ediciones limitadas de coleccionista de determinados juegos
- tiradas espectacularmente limitadas de algunos juegos (esto a veces obedece más a movimientos gilipollas de compañías (Konami y sus Castlevanias) que a que a cualquier otra especulación
- tiradas limitadas (y previamente avisadas) de determinados juegos (aunque a veces salgan “rana”, como la edición especial limitada de Wind Waker. Y digo lo de rana no por su calidad, que va sobrada de eso; si no por el revuelo que se armó a la hora de reservar un ejemplar porque iban a volar cuando al final se quedaron acumulando capas de polvo en las estanterías de las tiendas…).

No quiero excederme más por no aburrir, pero quedaría debatir el asunto de la compra para especulación (que incluso llegó al terreno Hardware, punto más a favor para darse cuenta de la importancia de la industria del videojuego en la cultura actual); de lo merecido o no de los precios de determinados juegos (y es que no todos pueden presumir de tener la historia del Tetris de Megadrive) o de la impotencia que puedes llegar a sentir al ir a vender a una tienda de segunda mano algún juego (quien dice juego, dice cómic, disco de música o cualquier producto del que eres consciente del valor que tienen), el “simpático” del dependiente te ofrezca una mierda (dejándote con la duda de si es un puto ignorante o un puto listillo…).

Por desgracia, una vez más, vivimos en un país de PALetos, en el que me compré mis queridos:

- ICO edición coleccionista con sus tarjetas y en perfecto estado en una tienda de segunda mano por (creo) 10€
- Skies of Arcadia Legends de Gamecube (juegazo) por 15€ nuevo y precintado
- Ikaruga versión Gamecube (juegazo también) por otros 15€
- Y juegos como Resident Evil Remake, Baten Kaitos, Capcom vs SNK 2 por 12€ y mi querido y endiosado Shadow of the Colossus (con tarjetas) por 15€

Juegos de los que, en principio, no tengo pensado deshacerme nunca porque me encantan y porque en España los llegaría a vender por un precio muy inferior a lo que se merecen (estoy hablando de mucho tiempo en el futuro, porque si ahora ya son juegos muy buscados (bueno, algunos), más lo serán todavía en un futuro no tan lejano).

Y que cojones! Le hacen muy buena compañía a mis Terranigma, Secret of Mana, Super Metroid, The Legend of Zelda (NES), Shining Force 3, Nights, Panzer Dragoon Saga y más…

Y vosotros, que tal?