(Ser o no ser de) Culto: de "rara avis" a Freak show

Culto: Según la RAE:

7. m. Admiración afectuosa de que son objeto algunas cosas. Rendir culto a la belleza.

Cuando yo era pequeñito (jodó, suena como a era de la glaciación o algo así…) se usaba el término de culto para definir a aquellas cosas (más que nada se usaba a la hora de catalogar alguna serie o película –o algo mediático-) que, gozando de una calidad evidente, no obtenían la atención esperada (por parte del espectador, consumidor o espectro al que fuesen dirigidos). Eran como productos minoritarios. Excelentes, pero minoritarios.

Gozaban de un grupo de seguidores (no muy elevado, por regla general) que llegaban a elevar al producto a altares inalcanzables para el resto de propuestas. Estos seguidores eran muy devotos. Fieles, sacrificados y que defenderían la existencia y calidad del producto en cuestión hasta sus últimas consecuencias.

Nos encontramos series como El gran héroe americano, El halcón callejero… o películas como Blade Runner (ahora de culto generalizado, película que ha ganado seguidores en los últimos años a ritmo apabullante, pero que en el momento de su estreno fue catalogada poco menos que de “rara” y que, sin llegar a pasar totalmente desapercibida, sí que no recibió el bombo mediático del que goza actualmente).







Existían casos (aunque menos frecuentes) en los que una serie alcanzaba la categoría de culto rodeada al mismo tiempo de un seguimiento abrumador. Series que eran tocadas por algún tipo de varita mágica y que gozaban de popularidad y prestigio. Series como V, El coche fantástico, o la “serie-culto” por excelencia Star Trek y películas como Star Wars o E.T.











Vamos, que en mi opinión (porque esto no deja de ser un blog de opinión, no nos olvidemos), se usaba la categoría de culto como un sinónimo de calidad. Por muy rara que fuese la propuesta, al llevar la etiqueta de producto de culto, sabías que, por lo menos, el producto en cuestión tendría un mínimo de “pedigrí”, de interés, algo por lo que mereciese la pena emplear tu tiempo.

Aplicado al mundo de los videojuegos nos encontramos con creaciones tan preciadas como Snatcher, Chrono Trigger, Guardian Heroes (bueno, casi cualquier cosa de Treasure, incluso el más reciente Ikaruga) o Super Metroid. Juegos que, en su momento no es que gozasen de muchas ventas (no por lo menos al nivel que deberían de tener todos estos productos –llegando en casos a no salir en todos los mercados… Incomprensible-, dada su calidad –sangrante en el caso de todas las creaciones de Treasure-), pero que estaba (y está) claro que calidad tenían (y tienen). Calidad para dar y tomar. Les sobraba por los cuatro costados. Y el tiempo, sabio él, ha ido poniendo cada cosa en su lugar y estos títulos (y muchos otros) han ido ocupando el lugar en el mundo y la historia de los videojuegos que han merecido desde el mismo momento en el que vieron la luz.









Lo que pasa es que creo que, con el paso del tiempo, la expresión de culto ha ido perdiendo su significado (o por lo menos el significado que tenía para mí).

Hoy en día, para ganarte la categoría de producto de culto, simplemente tienes que contar con el factor freak. Tienes que tener algo lo suficientemente extraño y que llame la atención del público. No necesitas que ese algo (o el producto en sí mismo) sea bueno. No necesitas un mínimo de calidad. Simplemente necesitas llamar la atención.

Es por eso que, hoy por hoy, nos podemos encontrar con que se le catalogan como de culto series como The O.C. (¡!), One Tree Hill (¿?) o incluso Verónica Mars; películas como Donnie Darko (lo siento, pero esta “película” no me ha gustado una mierda) o El proyecto de la bruja de Blair (aborto que cualquiera en su sano juicio no verá nunca –si es que aún está a tiempo-) O juegos como Superman 64 o Escape from bug island / Necronesia  (juego que tiene un culto encima que me deja alucinado; culto que se le profesa incluso aquí, en este foro, y es que no hay más que pasarse por el post oficial del mismo para leer auténticas barbaridades…)















Y no me gusta nada de nada todo esto.

Más que nada por cabezonería y empecinamiento a la hora de creer (porque siempre lo he hecho) que la coletilla de culto significa algo más que Atención, lo que te vas a encontrar aquí es raro de cojones y te va a sorprender (ahora bien, puede que te sorprenda por ser un cagarro de agárrate y no te menees, nos da igual el tiempo y el dinero que hayas empleado para su disfrute).

Y es que me niego a que, cada vez que se hable de series de culto, me vaya a encontrar en una lista aberraciones de la talla de The O.C. al lado de joyas (minoritarias e incomprendidas, como los productos de culto de antaño) como A dos metros bajo Tierra, Tan muertos como yo o The Shield. Películas como Jeepers Creepers al lado de obras como Alien, El viaje de Chihiro o El padrino.  Y juegos como The Bouncer o Nintendogs (supusiese lo que supusiese para la industria) al lado de joyazas del calibre de Shadow of the Colossus, Okami u Ouendan (los tres joyas donde las haya y de calidad más que de sobra para repartir a media industria)



















Desconfiad del culto a algo, porque hoy en día puede encerrar algo bueno, o puede ser que contener la caja del Pandora del panorama actual.

Enhorabuena al que se haya leído el tochazo entero (me gustaría haber escrito mucho más, pero no quería aburrir). Y es que hoy no me apetecía ironizar, si no despotricar. Y vaya si me he quedado a gusto!

Aprovecho para volver a cagarme en lamadrequeparióaJ.J.Abrahms, que me inspiró este relato y sin el cual nada de todo esto habría sido posible.

Os dejo con unos colegas, para que recordemos tiempos (en cuanto a la calidad española de animación) mejores:







P.D. En mi ordenata no se ven ni las imágenes ni los vídeos. Espero que en los vuestros sí. De no ser así, avisadme e intentaré ver qué mierda pasa...