La raza humana esta completamente fuera de control, se ha convertido en una plaga insaciable que destruye y explota los recursos naturales sin compasión alguna. Hemos crecido de manera desordenada y el planeta ha tenido que pagar las consecuencias de un sistema consumista/capitalista que devora todo a su paso. Vamos con paso ágil y precipitado hacia nuestra propia destrucción y pocos parecen darse cuenta. Nos hemos olvidado de un hecho simple, habitamos este hermoso planeta porque este así lo ha permitido y en cualquier momento puede revocarnos el permiso. Los desastres naturales acontecidos en los últimos años no pueden ser coincidencia, la tierra nos manda señales de que no estamos cumpliendo con nuestra parte del trato, de que hemos demostrado ser incapaces de mantener un orden, un balance y que al contrario de nosotros, no nos necesita para existir.
La severa y constante sequía del Mar Aral en los últimos 9 años, ha llevado a este mar al punto del desvanecimiento. Decisiones tomadas hace 60 años como el desvío de agua de los río Amu Daria y Sir Daria para regar cultivos en Uzbekistán y Kazajistán, han tenido repercusiones desastrosas.
Los bosques del Mato Grosso en Brasil, han ido desapareciendo en los últimos años. La vegetación aparece en rojo y el área desalojada en beige. La agricultura mecanizada para cultivos como la soya ocupó el lugar de 30 millones de metros cuadrados de bosque en tres años.
Saddam Hussein drenó largas áreas de las marismas de Mesopotamia en la frontera con Irán como parte de un estrategia política contra los “árabes de las marismas”. Las imágenes son de 1973 al año 2000 con las marismas en café rojizo.
La reserva de Lomas Aparcio de las mariposas monarca en México ha perdido el 3.3 % de su vegetación en sólo 4 años debido a la tala indiscriminada.
En 1946 una persona fue usada como elemento de experimentación para conocer los límites de tolerancia de los humanos a las ráfagas de viento. Las pruebas se hicieron en el tubo de viento de alta velocidad del Centro de Investigación de Langley.
El límite, aparentemente, está en torno a los 700 kilómetros por hora. Es decir, si sacaras tu cabeza por la ventana en un avión comercial en velocidad crucero (que por lo general vuelan más rápido) probablemente termines destrozándote la cara.
Señoras y señores, la NASA se ha vuelto a superar a sí misma. “¿Y qué han conseguido esta vez?” Pues algo que muchos veníamos esperando desde hacía tiempo: fotografiar el cometa Hartley 2 con un nivel de detalle realmente extraordinario.
El hito se produjo ayer mismo cuando la sonda Deep Impact, tras cinco años persiguiéndolo, sobrevoló el mentado cometa a menos de 700 kilómetros de distancia y 43.000 kilómetros por hora, momento en el que apuntó sus cámaras de alta resolución hacia él (más concretamente hacia el núcleo del cuerpo) y consiguió tomar las extraordinarias imágenes que podéis ver al final del post.
Los continentes de nuestro planeta ya no se reconocen solamente por el contraste entre la tierra y el mar, también por la iluminación de nuestras ciudades, las luces en las casas, el alumbrado público en calles, carreteras, sitios públicos e inclusive la concentración de publicidad presente en la vía pública.
La foto que acompaña esta anotación es Io, una de las lunas de Jupiter y de las más curiosas de nuestro sistema solar. Se muestran los colores para que aparezca de la misma forma en que la veriamos si la tuviéramos en frente. La imagen fue realizada en 1999 por la sonda Galileo que orbitó Júpiter desde 1995 hasta 2003.
A 127 años luz de distancia se encuentra HD 10180, una estrella análoga solar que se cree que tiene entre cinco y siete planetas, descubierto por Christophe Lovis de la Universidad de Ginebra usando años de datos recogidos por los espectómetros que están en los telescopios de La Silla en Chile.
La masa y metalicidad de HD 10180 tiene entre 6% y 20% más que nuestro Sol, los cinco (o siete) planetas que orbitan a una distancia máxima similar a la de Marte, y pueden ser comparables a Urano y Neptuno con masas equivalentes a 12 y 25 veces la Tierra.
Aquello que se ve en la mitad del Sol, es un hueco coronal, grandes zonas en la región coronal que son menos densas y más frías (motivo por el que cambian de color). La estructura abierta de su campo magnético permite que flujos de plasma de alta densidad se desprendan y se liberen al espacio abierto, muchos de los cuales llegan hasta la Tierra.
La foto que ven a continuación de este texto no es un fotograma de una película de invasión extraterrestre en la costa de Los Angeles o New York (donde, por algún motivo, los aliens suelen llegar cuando la superproducción la hace Hollywood), se trata de una tormenta supercelda.
Las superceldas suelen ser capaces de producir tornados de larga duración y granizo de tamaño muy grande. Se forman en condiciones de alta inestabilidad metereológica con vientos fuertes a gran altura. La circulación interna hace que su duración sea de mucho mayor tiempo.
La fotografía en este post fue tomada en julio de 2010 en Glasgow, Montana (Estados Unidos), y afortunadamente causó daños menores.