La soledad.

Siempre que no escribo algún texto relativamente largo durante un tiempo significa que han pasado muchas cosas y/o que he estado muy ocupado. Estas últimas semanas han sido un poco caóticas, y las cuales me han traído a la mente un sentimiento al que mi cerebro acude con intermitencia cada cierto tiempo: soledad.

La última semana de Agosto, en mi día libre, me llamó uno de mis encargados para decirme que en unos 10 días tenían que cerrar el combini para reformarlo y re-abrir con otra marca “Family Mart”, (hace un año aproximadamente la empresa Family Mart compró AM/PM, que es donde trabajaba, en un intento de hacerse con el primer puesto en el negocio de los combinis). Con lo cual estaria desde el día 11 hasta el 30 sin poder trabajar, aunque nos pagaban el 60% del sueldo, además de tener que hacer un curso de formación a riesgo de que “si no le gustamos” a la nueva empresa nos pueden bajar el sueldo o echarnos. Algo que o considero un poco injusto.



Hoy comenzó el curso de formación. Ya nos habían avisado de que la nueva empresa es MUY exigente. Parece más una cárcel que un trabajo, sobretodo si lo comparamos con la otra empresa. A eso le tenemos que sumar que la tienda en la que yo trabajo es “la central”, con lo que tenemos que ser los mejores por obligación, ser más simpáticos que nadie, gritar más que nadie, hacer más reverencias que nadie... y con la miseria que nos pagan no nos parece a justo a nadie. Hoy ya ha habido una pelea con el nuevo supervisor por ello.

… y ahí estaba yo... leyendo parte el “Welcome Book” de la empresa con mis compañeros en voz alta cuando me tocaba, escrito en perfecto japonés, o entonando el “Irasshaimaseeeee, konnichi wa!” y “Arigatou Gozaimashita, mata okoshi kudasaimase!” a grito pelado (literalmente, nos han evaluado hasta eso...) mientras hacemos una reverencia de 30 grados y cosas por el estilo... yo solo. Un Español con 7 japoneses más. Totalmente desubicado... me sentía solo... y nadie puede ni suponer lo que estoy sufriendo. No es mi idioma, ni mi cultura... incluso las cosas que les parecen de buena educación a mí me parecen cosas “mega-exageradas”. Para ellos todo es relativamente normal. Una putada pero normal.



Suerte tengo de que me tienen demasiado bien considerado y me dicen que no hace falta que practique tal o cual porque ya lo sé, o porque “el Nacho siempre lo hace bien”. De hecho el día de cierre del combini me venían muchísimos clientes a preguntar si iba a continuar en la tienda aunque cambiase de marca. Una señora de unos 50 años se acercó con una media sonrisa y me dijo: “Mis 2 hijas están todo el día preguntándose si el Nacho va a seguir o no...” o cuando respondía que seguramente sí que continuaba, replicaban con un “entonces cuando reabran volveré a venir aquí a comprar”.

Me sentía muy arropado y aliviado.“Igual no lo estoy haciendo tan mal”, pienso muchas veces. Pero lo que no se alivia es el sentimiento de soledad. Por supuesto, con casi todos mis compañeros me llevo bien, hablo mucho e incluso con Keiko hemos ido a cenar un par de veces con uno... pero por mucho que les diga que estoy muy cansado o que a veces el cerebro no me da para más u otro tipo de cosas... asienten con la cabeza pero no lo entienden, o no con la magnitud con la que las siento yo. Por supuesto es lo que yo he elegido con total libertad y con ello apechugo, porque como ya he dicho muchas veces, después de todo esto sólo tiene que haber algo muy bueno.



Mañana continúa el “curso de formación”... otra vez a marcar con una cruz o un círculo si nos hemos afeitado, si los pantalones son correctos, si la camisa no sobresale de la chaqueta de trabajo y la chaqueta está abrochada completamente, si tenemos las uñas perfectamente cortadas... y volver a gritar... y volver a sentirse solo... rodeado de gente pero completamente solo con mis pensamientos.

Un saludo

P.D.: Siento la pésima calidad de las fotos de hoy...