Dos eran los motivos por los que no me esperaba mucho de esta aventura gráfica. El primer motivo es la decepción que supuso para mí su sucesor, que si bien no es malo, no llega al grado de excelencia de la primera parte. Y el segundo motivo es el salto a las tres dimensiones, que normalmente no suelen casar muy bien en este género. Pero así es la vida, que cuanto menos te esperas, más recibes. Y digo esto porque me he encontrado sin duda con algo excepcional. Hacia tiempo que una aventura gráfica no me enganchaba al monitor durante dos días sin descanso hasta finiquitarla. He disfrutado como un enano, y la culpa la tiene todos y cada uno de los elementos que conforman Gabriel Knight 3: El Testamento del Diablo.

Jane Jensen se ha lucido de nuevo en la historia. Dan Brown debería aprender a escribir una buena historia donde se mezclen el Priorato de Sión, los Caballeros Templarios, el Santo Grial y demás y aún así salir airoso en el intento. Me ha encantado ese aspecto de darle más importancia a la investigación que en las otras entregas y con la inclusión de buenos puzzles pero que no llegan a ser un coñazo (¿alguien ha nombrado el último puzzle de la segunda parte?).

Los personajes están muy cuidados. Me he alegrado muchísimo de la vuelta de Mosely, al que eché mucho de menos en la anterior entrega. Grace ha dejado de ser la histérica celosa de la segunda parte y ha vuelto a ser esa chica irónica e inteligente que se hacía cargo de la librería. Y qué decir de Gabriel... Éste es el Gabriel Knight que a mí me fascina, el Gabriel Knight marrullero, sarcástico, mujeriego y cabronazo. Un Gabriel Knight con una Harley Davidson, como debe ser, no con una chufa de Volkswagen.

Donde me esperaba lo peor era en el tema de los gráficos. Pero me han dejado buen sabor de boca a pesar de no ser nada del otro mundo. De todos modos, es muy desigual en este aspecto. Los interiores son preciosos y tienen unas texturas estupendas, pero los exteriores están hechos con un puñado de polígonos. Y en los personajes pasa algo parecido, las cabezas están perfectas mientras que el resto del cuerpo podría haber estado mucho mejor.

Del sonido, hay muy poco que discutir. Un doblaje excepcional y una música a una altura igual o superior a la de Gabriel Knight: Sins of the Fathers. Y no, no voy a decir nada de Tim Curry que luego me llaman pesado.

Pero no hay nada perfecto y debo decir que algunas cosas no me han terminado de gustar. Por ejemplo, la traducción de los subtítulos es muy deficiente y se han tomado muchas libertades, a veces se oye claramente como dicen una cosa pero en los subtítulos dicen otra totalmente distinta, como por ejemplo el hecho de que un personaje se llame Jean pero lo subtitulen como Pierre. Tampoco me ha terminado por convencer el sistema de control. La mezcla de teclado para mover la cámara y ratón para mover el personaje al principio es un poco tediosa, aunque por suerte pronto me he hecho con el sistema.

En conclusión, si me pidieran una valoración sobre Gabriel Knight 3: El Testamento del Diablo, sólo podría decir sobresaliente. Lo recomiendo a todo el mundo, tanto a amantes del género como a aquellos que no han tocado una aventura gráfica en su vida. En fin, como ahora está tan de moda resucitar viejas glorias, espero que algún día me den una sorpresa y se anuncie la cuarta parte de mi saga favorita, con permiso de Simon the Sorcerer.