Agatha Christie... Asesinato en el Orient Express

Parecen que están decididos a explotar el enorme filón que suponen las historias de Agatha Christie. Empezaron con Y No Quedó Ninguno, continuaron con Asesinato en el Orient Express y ya están preparando la adaptación de Maldad bajo el Sol. Así ya van tres de cinco que planean desarrollar. Y espero que esa tercera parte mejore en lo mucho que tiene que mejorar la segunda parte de la que vengo a hablar hoy.

Un tren parte de Turquía hacia París con un popurrí de pasajeros de distintas nacionalidades que no parecen tener nada en común entre sí a primera vista. Entre ellos se encuentra el grandioso detective belga Hércules Poirot. Un tren repleto de gente entre los que se encuentra Poirot no parece el lugar más adecuado para cometer un crimen, pero aún así, uno de los pasajeros aparece con la nada desdeñable cifra de doce puñaladas en el pecho. Pero, ¡oh calamidad!, Poirot se ha lesionado y no puede moverse. ¿Entonces quién resolverá el caso? Pues una empleada de la empresa de ferrocarriles cuya ocupación es preservar el bienestar ya la comodidad de los pasajeros. Y es aquí donde encuentro el mayor error de la adaptación. Estoy harto de que los protagonistas últimamente no sean más que peleles que no han visto el carisma ni en pintura. Aseguraría que si Poirot hubiese protagonizado este título, otro gallo cantaría, pero su personaje ha sido totalmente echado a perder.

El aspecto jugable sigue siendo igual de tosco, rozando el tedio en la recolección de pistas y declaraciones a lo largo de los cinco vagones del tren, de arriba abajo hablando y volviendo a hablar con todos los pasajeros para ver si estos tienen algo nuevo que decirnos. Y así será el 90% del tiempo. El resto se dedica en resolver los escasos puzzles que nos vamos a encontrar para los cuales no se nos proporciona ninguna ayuda ni pista. No me quejaría de esto último si no fuera porque casi hay que ser experto en física y química para resolver uno de ellos. Quien haya jugado sabrá a que puzzle me refiero si le digo que es en el cual debemos reparar la radio, totalmente absurdo y desproporcionado a mi modo de ver.

Se salva el aspecto técnico, que es correcto sin más para los tiempos que corren a pesar de seguir manteniendo los fondos prerrenderizados y la ambientación musical intermitente. De todos modos, debo reconocer que la mansión me gustó muchísimo más que este tren tan repetitivo y carente de detalle. El punto fuerte es el doblaje, que cuenta con David Suchet entre el reparto, actor que ha dado vida a lo largo de casi veinte años al personaje más famoso de Agatha Christie, todo un lujo.

Lee Sheldon hace bien su trabajo en la adaptación de la historia y en los diálogos, pero el resto de su equipo aún tienen mucho en lo que esforzarse. Dicen que a la tercera va a la vencida. Porque una aventura gráfica como Cruise for a Corpse les da un soberano repaso a las dos primeras partes de esta pentalogía en el ámbito detectivesco a pesar de tener a sus espaldas 16 añitos, que se dice pronto; y yo me sigo sintiendo más viejo si cabe.