Mi review: Tomodachi Life

Tomodachi
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Tomodachi cruza las fronteras niponas para enseñarnos un juego absurdo y repetitivo donde cuidar de nuestros Miis es una isla con alocadas situaciones.

Gráficos

Un juego protagonizado por Miis no da para mucho la verdad. El juego destila simpleza en todo, desde la interfaz hasta las miles de fotografías en imagen real para representar paisajes o comidas.



Los propios Miis también son bastante mejorables a pesar de ser algo más versátiles que los originales de la consola al poder vestirlos o ponerle animaciones.



En general es un juego que no destaca nada en este apartado pese a ser correcto para el objetivo que tiene.

Sonido

Lo más destacable son las voces en Castellano, moldeables a cada Mii con diferentes tonos de voz, aunque más bien parece sacado del programa loquendo.

Sobre la música es bastante simple llegando a ser tremendamente repetitiva en momentos de ayudar a los Miis en sus apartamentos. Además de la poca variedad.

Duración

En este apartado es difícil de catalogar un tiempo medio ya que no tiene finalidad. Aunque tenemos miles de coleccionables como ropa, comida o teseros. Si es así y tienes ganas de completarlo todo te espera infinidad de horas ayudando a Miis y ganando dinero, así como vaciar día a día las novedades de las tiendas, pero es más probable que a las pocas horas acabas cansado de su mecánica.



Jugabilidad y Diversión

Entender un juego como Tomodachi Life es bastante complicado, por su concepto tan japonés y tan bizarro.
Mucha de las cosas no tienen sentido, pero para hacerse una idea es un Tamagochi de Miis con más variables además de darles de comer y cumplir con sus exigencias. Estos se enamoran, se pelean e incluso se casan y tienen hijos.



Para que el juego funcione lo primero que tienes que hacer es poner de tu parte y armarte de paciencia para ir introduciendo Miis en los apartamentos para que el juego vaya tomando forma, por suerte podemos importar Miis desde la plaza de nuestra consola, escanear códigos QR o a partir de una foto por lo que al menos no tendremos que crearlos de cero a pesar de que se nos da dicha opción.

Lo mejor es crear personajes de nuestro entorno ya sean familiares o personajes de cine, series, etc.
Tras esto hay que establecer varios parámetros como la voz o personalidad del personaje que marcará su comportamiento y afinidad con otros compañeros en el futuro.
Tras crearlo se mudará a un piso de soltero y empezaremos nuestro cometido de cuidar al Mii que nos pedirá comida, ropa, se pondrá enfermo, nos propondrá juegos, en definitiva un tamagochi. Pero además estos se relacionan entre si, querrán hacerse amigos de alguien, se acaban enamorando o casándose.

Nuestra única labor es ayudarles, ver las situaciones en las que se meten e ir ganando dinero para comprar en tiendas todo tipo de ropa, accesorios, interiores para el apartamento, etc.
Los Miis nos recompensan con objetos o tesoros para completar nuestro álbum.

Los personajes suben de nivel si completamos sus mandatos y como recompensa le podemos regalar muletillas, canciones para cantar u objetos cotidianos para que los usen, pero lo interesante es subirlos al nivel 20 o superior, que es donde nos darán mejores recompensas. Del mismo modo también se ponen tristes si están enfermos, se pelean y no son perdonados o sufren un desengaño amoroso.



El repertorio de cosas que hacer en la isla, a parte de lo comentado, es bastante limitado.
La sala de conciertos es una muy divertida donde crear nuestro propio musical, pero deja de tener gracia pronto. Las otras zonas son casi como floreros ya que no podremos hacer mucho más que mirar si se juntan varios Mii y hay algún evento como el mercado vespertino, el mercado matutino o el gran tomodachi quest en el parque de atracciones.

Luego hay opciones de galería de fotos si sacamos o guardamos algunas o el campamento para el uso de la función streetpass y nos topamos con algún viajero de otra isla que nos hará una breve visita. Lástima que sea tan complicado cruzarse con alguien y este juego activado.

La mecánica es siempre la misma y una vez probemos todas las posibilidades empezaremos a notar una repetitividad alarmante lo que llevará a dejar el juego paulatinamente.
Es un juego curioso, sin duda, y ciertas ideas o situaciones son bastante bizarras, pero el grueso jugable es demasiado simple como para contentar a todo tipo de jugadores.

NOTA: 6.5