Aqui teneis el prologo de mi novela

Muy buenas manos.

Pues de toda la vida me ha gustado escribir aunque sin mucho exito.

Cuando tendria 11 años o asi empecé a escribir una historia con la intención que con el tiempo se publicara. Lo escribia a mano, porque por aquel entonces no tenia ordenador y al final lo dejé, a pesar de llevar sobre unas 30 paginas...

Ahora, con 21 años, la vena literaria me ha vuelto y hace 1 mes empecé de nuevo a escribir, esta vez una historia totalmente diferente a lo que escribi hace 10 años.

Aqui teneis lo que seria el prologo. Quiza he de repasar mas cosas o profundizar en otras, pero eso con el tiempo ya lo veré. Tengo muchas ideas en la cabeza pero la cosa mas o menos la tengo encaminada.

Sin mas, os lo dejo. Quisiera saber vuestra opinión

"Prologo: Todo empieza

- Manuuu!!! ¡¡¡Que tenemos hambre!!!
- Ya vaaa!!! ¡¡¡Tened un poco de paciencia!!!

Eso es lo que se escuchaba a través de la puerta de la cocina del restaurante. Solamente eran las 12:45 y la gente, normalmente marineros, venia en busca de algo que ponerse a la boca para saciar el apetito. Y, como era normal, había mucho trabajo.

Era un día caluroso de Julio, y las calles de la ciudad costera de Palua estaban desiertas, cosa nada extraña por la época.

Era un pueblo de tradición costera, en que la gente se dedicaba a la pesca y salía a faenar a tempranas horas de la mañana. Muchos incluso se quedaban todo el día, pero pocos solamente iban a pescar por la mañana.

Este era el caso de los marineros del barco Femer, que salía cada mañana a las 5:00 y volvían a las 11:30 con la captura del día. Y mas tarde, iban al restaurante Menaba a comer.

En cambio mucha gente trabajaba, y este era el caso de Manu, cocinero del restaurante Menaba, de Palua. Era un restaurante pequeño, solamente podían tomar asiento unas 30 personas.

- ¿Manu, como llevas la comida? – dijo Cost, el jefe del restaurante Menaba.
- Bien bien, ya queda poco…

En ese instante se volvieron a escuchar los gritos de los marineros:

- ¡¡¡Hemos de ir a ayudarte o que!!!
- Veo que se impacientan – dijo Cost.
- Si, se nota la ausencia de Armando… - contestó Manu

2 minutos después, ya estaba hecha la ración de los marineros:

- Bueno ya esta, ya podemos ir sirviendo.

Cuando Manu fue al comedor con platos para repartir, vio que solamente estaban los marineros en el restaurante, sentados en 4 mesas juntadas para la ocasión para que pudieran sentarse todos juntos.

- ¿Manu que te ha pasado hoy?, normalmente haces la comida a la hora – dijo Loire, el capitán del barco Femer.
- Nada, solamente que no está Armando…
- Entiendo… - contestó.
- Volverá mañana, hoy se ha tenido que quedar a cuidar de su madre – dijo Manu.

Mientras tanto, Cost iba trayendo más platos para los demás. Solamente vinieron los marineros y dos personas mas, no hubo mucha faena, cosa que Manu agradeció.

Al terminar, los marineros se despedían para ir a sus casas con sus familias u otros iban en dirección la tasca para tener un poco de vida social, llamando vida social a hablar con otra gente mientras tomaban unas copas hasta tarde.

Mientras tanto, Manu seguía en el restaurante hasta las 21:00, hora en que el modesto restaurante cerraba las puertas hasta la jornada siguiente. No es que sea un restaurante con grandes ingresos, si no fuera por la hora de la comida con los marineros y alguna que otra pareja que va de visita al pueblo.

Al terminar, a no ser que fuera por algún compromiso, no hacia otra cosa que irse a casa a descansar, pues no era muy dado a las relaciones amistosas por culpa de su trabajo, y por consecuente falta de tiempo, cosa que le gustaría tener.

Vivía con su madre, Sophie, una mujer de 43 años. De ella heredó el sentido de la responsabilidad y del saber estar, pues fue ella la que más tiempo estuvo con Manu. Por desgracia su padre no. Sophie es viuda desde los 39.

El padre de Manu, Christopher, murió a consecuencia de un naufragio del barco en el que iba. Era pescador y se encontraron en mitad de una tormenta. Fallecieron todos los tripulantes y no hubo restos del barco naufragado en la orilla. La mar se los tragó literalmente.

Por aquel entonces, Manu tenía solo 9 años. A partir de entonces, se crió con su madre. Ella le educó, le enseñó los valores de la vida y todo lo que había aprendido fue gracias a ella.

Lo de su padre fue una tragedia. Desde aquel entonces, Manu siempre ha sentido algo de respeto a la hora de embarcar ya sea por cualquier compromiso. Y es por este motivo el porque Manu no es marinero, ya que es tradición en el pueblo que los hijos de marineros sigan la faena de su progenitor.

- ¿Que tal el trabajo? – dijo Sophie.
- Muy bien mama, aunque hoy se ha notado la ausencia de Armando - dijo Manu, con aspecto cansado.
- No te preocupes por eso hijo, ya llegarán tiempos mejores – dijo Sophie.

Manu asintió levemente, aunque no tenía muchas ganas de sonreír.

- Tranquilo hijo, ves a descansar, mañana estarás mejor…

Tras esto Manu salió del comedor y fue, con un paso más bien lento, pensando ya en la cama.

La casa no era muy grande, nada mas entrar en casa hay un pasillo y la primera puerta a la derecha es el comedor, con la televisión y una mesa. Enfrente de esta puerta está la cocina. Siguiendo el pasillo, la segunda puerta a la derecha está el dormitorio de Manu, pintada en blanco, con su cama, su radio y un armario. Y enfrente está la habitación de Sophie. Al final del pasillo se encuentra el lavabo.

Manu dio un beso en la mejilla de Sophie y se fue directo a su habitación. Cuando entra y enciende la luz, tiene por costumbre encender un poco la radio y escuchar un poco de música, pues le ayuda a relajarse. Pero esta vez no, optó por acostarse sin encender la radio. Había sido un día muy agotador y eso se notó.

- No se por qué pero estoy preocupado por la madre de Armando… ¿tan grave está para que Armando se tuviera que quedar a cuidar de ella?

Tras estas palabras, Manu cerró los ojos…"

Saludos