Pues nada, antes de que fuera demasiado tarde, he decidido hacer este post (que lo suyo me ha costado, para lo poquito que actualizo) Si veis algún fallo en los enlaces, avisadme, por favor.

Se irá actualizando

Diciembre 2008
Momentos deportivos del año (II): Usain Bolt es Bob Beamon
Momentos deportivos del año (I): Bekele, en busca de un lugar solitario en lo más alto

Octubre 2008

La mejor delantera de la historia, por Segurola

Agosto 2008

Póster de "W.", lo nuevo de Oliver Stone

Julio 2008

JJOO (III). Isinbayeva, haciendo rutina de lo extraordinario
JJOO (II). De repente, Bolt
JJOO (I) . Phelps, la gloria como destino inevitable

Junio 2008

Traedla a casa

Mayo 2008

Mini (de verdad, no de esas de 8 párrafos) opinión sobre Indy 4 (Spoilers: avisados estais)
Real Madrid, Campeón de Liga

Marzo 2008

Temporal golpea la cornisa cantábrica (imagen impactante inside)
¿Cómo sería el Congreso con un sistema electoral justo?

Febrero 2008

Indulto de avatares
Hasta el 31 de febrero no te quites el sayo... o algo así
Buena (por lo general) noche de Oscars
Tres  blogs de Vandal que molan (III)

Enero 2008

Justicia semidivina (nominaciones al Oscar)

Diciembre 2007

Mass Effect: impresiones
Esto es una crítica y lo demás son tonterías
Loeb, el mejor de la Historia
Mass Effect: larger than life

Noviembre 2007

Inglaterra, fuera de la Eurocopa
Los crímenes de Oxford
Contaminación en Madrid: fotos
Tres blogs de Vandal que molan (II)
Aparcas como un gilipollas
Tres blogs de Vandal que molan (I)
Mis aventuras gráficas favoritas (y III)

Octubre 2007

Mis aventuras gráficas favoritas (II)
Mis aventuras gráficas favoritas (I)
Música que le pega a mi tarde-noche de resaca frente al ordenador
Soy Leyenda
El mejor disco que he escuchado en castellano: Honestidad Brutal
Coppola pone a caer de un burro a Pacino, De Niro y Nicholson
Cinco discos del Siglo XXI que debes escuchar
'In rainbows', lo nuevo de Radiohead
Cuatro adquisiciones y una espera
Youth without youth

Septiembre 2007

¿Tan insignificantes somos?
La última pregunta
La Saga de las Fundaciones (I)
Coming soon…

Agosto 2007

¿Os gusta este fondo?
Hijos de los Hombres
Crónicas Marcianas
De bien nacidos…
Blade Runner - Edición Especial 25 Aniversario
Empezamos

Los crímenes de Oxford es una novela policíaca escrita por el argentino Guillermo Martínez, que narra la historia de un joven matemático argentino que llega a Oxford para acabar resolviendo una serie de asesinatos. El libro es de 2004, ganó el premio Planeta de Argentina y cuando lo leí, poco después de su publicación, me pareció una magnífica novela de intriga con toques matemáticos.

El caso es que su versión cinematográfica se va a estrenar en España el 18 de enero, y ya podemos ver el trailer completo y en español de la cinta. A mí este trailer, para qué nos vamos a engañar, no me llama demasiado la atención, me parece demasiado convencional y que no explota muy bien las virtudes del producto; además no me convencen muchas de las voces del doblaje.

Por qué decir Elijah Wood cuando quieres decir Frodo

Sin embargo, la película cuenta con muchas buenas razones para ir a verla. Para empezar, está basada, como decía arriba, en una excelente novela de intriga. Para seguir, está dirigida por Álex de la Iglesia, uno de los directores españoles con más personalidad y talento del panorama actual (a mí El día de la Bestia me sigue pareciendo una de las mejores películas españolas que he visto). Y para acabar, cuenta con un elenco de actores muy interesante, con Elijah Wood en el papel protagonista y gente como John Hurt o mi amada Leonor Watling acompañando.

En resumen, una película muy a tener en cuenta. Veremos en qué queda todo.

Me he dado cuenta de que el título de esta entrada me ha quedado una versión muy cutre del título de aquella película de Hugh Grant, pero no lo cambio, ¡hala!

No sé vosotros, pero yo soy de esos que cuando ven una librería, tienen la necesidad de entrar y, las más de las veces, llevarse algo. Esta mañana, tras cortarme el pelo, he entrado en una librería pequeñaja y mal organizada de la que he salido con 40 euros menos en el bolsillo y una compra de los más ecléctica:

- Historias de Nueva York, de Enric González. Había oído hablar mucho y muy bien de él. Además trata de una ciudad que me entusiasmó, lo que es un plus de comprabilidad. Si me gusta, caerán la Historias de Londres e Historias del Calcio.

- Brevísima Historia del Tiempo, de Stephen Hawking. Considero que tengo una formación científica aceptable, pero a la hora de leer a este tío, y más habiendo leído tan poca divulgación, el respeto está ahí. Siempre hay tiempo de leer Historia del Tiempo en un futuro.

- Los justos, de Albert Camus. El extranjero sigue siendo uno de los libros que más me han marcado. Ésto es teatro y le tengo muchas ganas.

- Moby Dick, de Herman Melville. Sí, ya lo sé. Es una vergüenza que no haya leído este clásico entre los clásicos, uno de los poquísimos libros de los que todo el mundo (es un decir) conoce su primera frase...

Pues esas son las adquisiciones.

La espera es la de un juego. Hacía años que no tenía tantas ganas de que saliera a un juego. Ese título es Mass Effect y ni Bioshock ni Halo 3 me lo sacan de la cabeza. Hype a raudales.

Hay un relato corto de Asimov que me desasosiega particularmente. Se llama La última pregunta y trata, a grandes rasgos, de lo que pasará con nuestro universo al final del tiempo. Es muy cortito, muy interesante y muy fácil de leer, pero aviso: si estáis medianamente sensibilizados con los temas del infinito, la eternidad y la creación del universo, os podéis estar comiendo la cabeza durante días tras leerlo.

Ya metidos en faena, os dejo un artículo de la Wikipedia con diferentes teorías sobre el final del universo. Muy interesante, también.

Próximamente, la segunda parte de La Saga de las Fundaciones.

Vaya por delante que para mí la Saga de las Fundaciones es el “Ciclo de Trántor”, ésto es:  Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación. No hablaré aquí, pues, de las precuelas y secuelas de la saga, más allá de meras anotaciones para orientar a quien esté interesado. Pero eso será al final del artículo.

Vaya por delante, también, que considero al Profesor Asimov un literato bastante limitado, por lo que no me pararé a hablar de las virtudes literarias de esta obra suya, ya que son bastante escasas.

Sin embargo, la trilogía de la Fundación es, entendida como un todo, una de las obras más emblemáticas de la ciencia ficción del siglo pasado, y como tal merece que le dedique un pequeño espacio en mi blog. Dedicaré tres artículos a la trilogía, uno por cada libro que la compone.

Empiezo, pues, hablando sobre el primer libro de la trilogía: Fundación.

Fundación está ambientada en un futuro lejanísimo, en el cual la Humanidad se ha dispersado por toda la Galaxia. Los miles de planetas habitados por más de mil billones de personas forman un gigantesco Imperio Galáctico, cuya capital está en Trántor, un inmenso planeta-ciudad que está dedicado únicamente a la administración de todos los territorios. Este planeta inspiró años después a George Lucas para crear el celebérrimo Coruscant, de “Star Wars”. En Trántor vive también el Emperador, en un enorme palacio construido dentro de un “oasis” botánico  en medio de las moles de cemento y cristal.

En este contexto conocemos a Hari Seldon, un psicohistoriador. La psicohistoria es una ciencia (“creada” por Asimov para sus novelas) que podemos considerar una mezcla de estadística, historia y psicología y que sirve para predecir con gran exactitud el comportamiento de grandes núcleos de población, teniendo en cuenta multitud de factores. Algo así como la Teoría cinética de los gases, pero aplicada a masas humanas en vez de gaseosas. Pues bien, Hari Seldon y su equipo de psicohistoriadores han previsto la caída del Imperio Galáctico y el consecuente periodo de barbarie para la Humanidad, que según ellos habrá de durar treinta mil años.

Una Galaxia al azar, poner la portada del libro como con CM es muy cutre

Como el desmantelamiento de Imperio es causa de una gran cantidad de factores que llevan produciéndose durante miles de años, es imposible evitarlo; sin embargo, sí que es posible reducir el periodo posterior de barbarie a mil años, y eso es lo que se proponen Hari Seldon. Para ello, se las ingenia para establecer dos Fundaciones, en ambos extremos de la Galaxia, para que preserven toda la cultura y los conocimientos del Imperio y sean el germen de un Segundo Imperio, que se formará tras esos mil años. De estas Fundaciones sólo conocemos una, cuya función primigenia es elaborar una gigantesca Enciclopedia Galáctica que contenga todo el saber que la Humanidad ha ido adquiriendo a lo largo de su historia.

He ahí el punto de partida, desarrollado en la primera parte del libro. De hecho, Fundación está dividido en cinco partes, cuatro de las cuales fueron publicadas inicialmente en forma de relatos cortos entre 1942 y 1944 y posteriormente unidas, en 1951, con el añadido de la quinta, para dar forma a la novela a la que nos estamos refiriendo.

Las cuatro partes siguientes tratan sobre la vida del pequeño planeta Términus, en el borde exterior de la Galaxia, en el cual se ha establecido la primera Fundación. Seguimos así los avatares de la clase dirigente de la Fundación, y vemos cómo ésta se relaciona con los planetas vecinos, primero en un plano de clara inferioridad y más tarde invirtiéndose los roles, casi siempre guiada por grande hombres y, sobre todo por la “mano invisible” de Hari Seldon, que capaz de prever el futuro, ideó un plan de acción, desconocido tanto para el lector como para los habitantes de la Fundación, pero que va desarrollándose hacia el supuesto y ansiado Segundo Imperio.

No destriparé aquí más cosas acerca de la trama. Sólo quiero decir que cada parte del libro acaba convirtiéndose en un relato de intriga en el que Asimov, tramposo, nos oculta muchos datos, pero con el que disfrutaremos ampliamente.

Aunque el libro es hasta cierto punto autoconclusivo (al igual que cada relato por sí mismo), nos deja una gran puerta abierta y muchas incógnitas. Para resolverlas tendremos que leer los otros dos libros de la trilogía, a los cuales dedicaré próximamente sendos artículos.

Dicen que Ray Bradbury es el Poeta de la ciencia-ficción. No lo dudo, pero pocas veces un poeta ha conseguido producirme tanto desasosiego, tanta desazón, tanta melancolía como la que sentí al leer, ya hace unos años, esa obra maestra incontestable llamada “Crónicas Marcianas”.

Las “Crónicas Marcianas” de Bradbury no son una novela al uso, sino una serie de relatos publicados independientemente a lo largo de la década de 1940 y posteriormente editados, en 1950, con el título que ya conocemos.

El primero de los 27 relatos está ambientado en un 1999 que resultaba muy lejano en el tiempo para el autor. El último transcurre en 2026, todavía futuro para nosotros. Habremos, pues, de abstraernos del anacronismo, aunque una vez sumergidos en la historia la fecha será lo de menos.

Las “Crónicas Marcianas” narran la colonización de Marte por parte de los hombres: sus primeros escollos,  su asentamiento, su relación con los marcianos nativos… No seré yo quien vaya más allá en la explicación de la trama, pues me parecería imperdonable reventarle a alguien una lectura tan grande como es ésta. Sólo diré que las “Crónicas” hablan del egoísmo y la ignorancia de las personas, de nuestra capacidad destructiva, de nuestro miedo a lo desconocido: hablan, en definitiva, de todas las miserias del hombre.

También se deja ver, en medio de la oscuridad, alguna luz rebelde que lucha por extinguirse pero que irremediablemente acaba sucumbiendo.

Edición 50 Aniversario del libro, publicada por Minotauro

Todo el libro está escrito en un tono elegíaco que desprende desasosiego y tristeza. Siendo, como lo es, uno de los más grandes escritores del género, Bradbury escribe sobre el futuro para hablarnos del presente y ponernos sobre aviso: no sigamos por ciertos caminos, o éstos nos llevarán a la autodestrucción.

La edición española, al menos la que yo tengo, que es la edición 50 Aniversario que publicó Minotauro, está cuidadísima y cuenta con un magistral prólogo de un tal Jorge Luis Borges. No se me ocurre ningún motivo para que dejéis de tener este libro en vuestra biblioteca.