Aparcas como un gilipollas

¿Dos  actualizaciones el mismo día en La Puerta de Tannhauser?. Pues sí, ávido lector. El caso es que dando vueltas por ahí me he encontrado con una cosa muy graciosa que no podía esperar a mañana (principalmente, porque había muchas posibilidades de que se me olvidase).

¿Cuántas veces habéis sacado la llave de vuestro coche con intención de rayar el del prójimo cuando éste estaba aparcado en segunda fila impidiéndoos salir?
¿Hasta que punto estáis hasta los cojones de los iluminados que, cuando estás en batería, aparcan tan cerca de ti que te es imposible entrar por la puerta del conductor?
¿Con cuánto ahinco habríais embestido a los seres de destreza subnormal que ocupan dos plazas con sus ineptos aparcamientos?

Dependiendo de vuestras respuestas, puede que haya encontrado vuestra solución. Si sois unos seres comedidos, equilibrados y mesurados, como servidor, puede que la propuesta de esta web (traducida al castellano por este blog) os resulte interesante. Se trata de dejar una nota (aquí la podéis descargar en PDF) en el parabrisas de esos desalmados. No servirá de mucho, pero sigue siendo gracioso.

Sí, tú también