Resultados para etiqueta "coche" El día de hoy ha sido el último. Ya me puedo despedir de una cantidad que me ha acompañado durante seis largos años. Una cantidad que me sabía de memoria y era capaz de decirla sin pensar mucho. Hoy, por fin, termino de pagar a mi querido coche. Adiós muy buenas. A partir de julio podré ahorrar realmente. Aunque, claro, nunca está de más pegarse un par de meses "sabáticos"
Publicado: 22:12 26/10/2010 · Etiquetas: coche, desconocido, ¿secuestro? · Categorías: The other side
Normalmente, cuando voy en el coche, no suelo hacer caso a las llamadas de personas en el exterior. Aunque siempre hay excepciones... Hace unos cuantos meses, al principio del verano, salía alegremente de desayunar un viernes para empezar el reparto. Al principio del trayecto, un chaval me hizo señas de fumar y le dije que no, pero deceleré un poco el coche y vino a paso rápido pensando que le había hecho caso. Me dio penilla y por un momento pensé "Si algún día me quedo tirado, nadie me va a hacer ni puto caso. Vamos a cuidar el karma."
El tipo no tenía mala pinta. No iba andrajoso ni nada. Bajé la ventanilla y me dijo "¿No te importa echarme una mano? Me he quedado tirado con el golfito por la batería. Sólo hay que conectarlo con tu coche para que pueda arrancar, que ya me ha pasado más veces". Señaló a un coche a pocos metros que resultó ser un Golf y pensé "Venga, la buena acción del día". Avancé y él hizo amago de entrar, pero el seguro se lo impidió. "¿No es ese coche?", le pregunté. "No, está a la vuelta de la calle. Con el coche vamos más rápido". Dudé pero le abrí la puerta. Segundo error. Ahí empecé a sospechar, porque en la calle que él se refería no hay plazas de aparcamiento y si un coche está en medio, se nota por el atasco que ocasiona. "Es después de la rotonda", "Es en el parque", "No, al final del parque". Cada vez el coche estaba más lejos y yo me empezaba a mosquear. "Mira tío", le empecé a decir, "Yo estoy currando y me tengo que desviar aquí. Lo siento pero te vas a tener que bajar." El tipo, tan majete que parecía, le cambió la cara. "¡¿Que me vas a dejar aquí tirado?! ¡¿Después de recogerme?! ¡Haberlo pensado antes que no te cuesta trabajo llevarme! Dale voz a la radio que me quiero enterar de las fiestas". Y el temblequeo se apoderó de mi cuerpo. Estaba acojonado. ¿Qué hago? ¿Cruzo el coche en mitad de la calle y me piro corriendo con la llave mientras llamo a la policía? ¿Le meto un codazo a ver si tengo suerte y le dejo sin sentido? ¿Me empotro contra algo? "Mira tío, lo siento mucho pero te tengo que dejar aquí", le dije ya acojonado. "Que no hombre, que no. Que me vas a llevar al Alcampo que tengo que comprar unas cosas" "¿Al Alcampo?" Ahí estaba flipando y ya veía la imagen. A esas horas, el centro comercial apenas está abierto. Seguro que me esperaban tres o cuatro maromos para darme dos hostias y quitarme el coche. "¡Venga comprade, ve por la vía rápida!", me decía mientras intentaba mover el volante a la izquierda. "Que vamos al Alcampo, no a los Santos de la Humosa". Recé para que no me hubiese dicho el próximo destino. Mientras íbamos al Alcampo, le daba vueltas a más formas de deshacerme del tipo tan majo en un principio. Cuando parábamos en algún semáforo, le pedía un cigarro al de al lado. Yo le pedía ayuda con los ojos. A medida que llegábamos al centro comercial, el tío se movía más y se ponía más nervioso. Él subía el volumen de la radio y yo lo bajaba. Sólo repetía "Ahora llegamos, me dejas que tengo que comprar unas cosas y fuera". Quería creerle, pero... En fin, llegamos. Yo miraba para todos lados a ver si era capaz de ver a la jauría de chorizos que me iban a dar mi primera paliza. "Déjame aquí", me dijo. "Aquí", era la parada del autobús y no había nadie. Empecé a tranquilizarme. "Ahora me bajo, das la vuelta por ahí y ya está. ¿A que no ha sido para tanto?". Yo ya empezaba a flipar. "Perdóname por haberme puesto así", se empezó a disculpar, "Pero si te hubiese dicho desde un principio que me trajeras al Alcampo, me ibas a decir que no. ¿A que sí?" Del acojone que tenía, se me ocurrió la mayor tontería del universo: "Perdóname a mi por dudar, hombre". ¡¡¡PERO QUÉ COÑO DE RESPUESTA ES ESA, GILIPICHISSSSSSSS!!! Paré el coche, se bajó, me dió la mano con una sonrisa y se piró tan feliz. Bueno, antes me pidió dos eurillos para tabaco. No se los dí y soltó "Bueno, ya has hecho bastante". Yo aún seguía temblando, sin creerme lo que me había pasado y dando gracias porque no había sido nada más. Se lo conté a los amigos y a los pocos días, uno me lo describió perfectamente. Le contó la misma historia: coche roto, muy majete y educado... Aunque esta vez llevaba los papeles para disimular, digo yo. Mi amigo ya sabía de que era la historia y le dijo que no podía, tenía prisa. El tipo, super educado y con una sonrisa enorme le dijo que no pasaba nada. Desconozco si en algún sitio sigue haciendo lo mismo o ya le han arreglado el coche. Yo no le he vuelto a ver. Por desgracia, ésto me ha enseñado una lección un poco mala: No subas a ningún desconocido en el coche. Espero que mi desconfianza no deje a nadie que necesite ayuda de verdad tirado en la calle... |
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