Cuando el arte se hace juego: Braid

Hace escasas horas he terminado por fin esta maravilla de juego: Braid. Lo compré cuando lo sacaron para el Steam, jugué un par de niveles y lo dejé para más adelante. El sábado me apetecía terminar algún juego de los miles que tengo a medias y me pues con éste. No me arrepiento para nada.

Si te gustan los plataformas y te gustan los puzzles, hay una alta posibilidad de que te encante esta obra de arte. Desde la deliciosa música, hasta los preciosos gráficos, pasando por un logrado modo de juego.
Si te lo terminas por encima, pasando de romperte la cabeza para conseguir las piezas de puzzles, te durará escasos 10 minutos y te parecerá una forma tonta de perder el tiempo. Pero si te dejas absorber, descubrirás un juego precioso del que sólo te salen bonitas palabras.

Estoy orgulloso de haber conseguido completar todos los niveles sin utilizar guía alguna, hacía mucho tiempo que un juego no me proponía un reto complicado de tener que pensar al menos un par de minutos. A la habilidad saltando y esquivando hay que sumarle otro factor en el juego: el tiempo. Podremos volver hacia atrás hasta que empezamos el nivel sin ningún problema. De hecho, si nos matan, tendremos que retroceder hasta antes del fatídico suceso e intentarlo de otra forma. También podremos ir hacia delante, quedarnos quietos en él mientras todo se desplaza hacia delante o detrás...

Los puzzles que propone me han parecido bastante ingeniosos y dar con su solución hace que en tu boca luzca una sonrisa de satisfacción. Los gráficos preciosos, con fondos de acuarelas y unos sprites bastante bien animados. La música está compuesta por viejos temas bastantes conocidos con cierto toque celta. Y mientras nos rompemos la cabeza, nos van dibujando una tímida historia de amor y desamor que se ha quedado con mi corazón.

Ojalá un juego me vuelva a enamorar de esta manera, hacía tiempo que no me pasaba.