Hay veces en las que monto en el coche y me pongo a conducir sin rumbo alguno. No tengo en mente ningún lugar en concreto. Tiro carretera para arriba, carretera para abajo, tomando salidas al azar que a veces me llevan a sitios conocidos y otras no. Pero no me importa, el destino no es lo importante.
Esos momentos en los que somos sólo mi coche y yo, acompañados de buena música mientras atravesamos el inerte asfalto sin rumbo alguno, me dan una tranquilidad y una paz placenteras. En los momentos que el ruido de la ciudad no ayuda y la calma del campo no cura, sólo el viaje sin rumbo ayuda a pensar y ordenarse por dentro.
Y no importa que fuera haga frío o calor, que diluvie o haga un sol de mil demonios, sea de día o de noche. Esos tres ingredientes forman una receta que me cura muchos males y me da alguna que otra respuesta. Aunque a veces sólo es tranquilidad. En esos momentos no miro el reloj, no voy con prisa a ningún lado, no tengo que aparentar nada a nadie. En esos kilómetros de paz soy libre un rato.
11:50 30/11/2010 El sentido del viaje como trayecto iniciático; porque a veces es más importante lo que vives en el viaje que en llegar a tu destino. Grandes Poets of The Fall, su aportación a la BSO de AW es brutal.
Participa con tu Comentario:
No puedes poner comentarios. Necesitas estar registrado en Vandal Online. Regístrate aquí o Haz Login.