Voy ha hacer un poco más multimedia este comentario. Si os apetece escuchar uno de los temas de FFXII mientras lo leeis, pulsad play en el reproductor. A partir de ahora intentaré poner cosas así para hacer más atractivo el asunto.
Esta es la entrega que cierra su andadura por la ya, poco a poco, anterior generación. ¿Cumple las espectativas?
Este juego fue el motivo por el que me quería hacer una PS2. En un principio me compraría ambas cosas a la vez, pero un cúmulo de casualidades han hecho que primero fuera el sistema y luego el juego. La espera ha sido larga y desde luego ha valido la pena. Final Fantasy XII nos traslada a Ivalice (país que ha hecho ya aparición en anteriores juegos de la compañía como Vagran Story y la rama Tactics de Final Fantasy) y nos narra la dura guerra que hay entre el Imperio Arcadiano y su rival Rozaria. En su expansión, el Imperio invade un pequeño país llamado Dalmasca, nación perteneciente a nuestros protagonistas.
Ahora las ciudades estarán más vivas que antes sacrificando el poder hablar con todo el mundo
El personaje principal es Vaan, un jóven huérfano que desea ser un pirata del aire para ver mundo y salir de su invadida tierra. Penelo es la amiga de toda la vida que intentará por todos los medios que este intranquilo muchacho no se meta en problemas. Ambos están bajo la tutela de Miguelo, un Bangaa comerciante con una gran reputación. Cuando paseémos por Rabanasta, veremos que han conseguido hacer una ciudad viva. Gente paseando, charlando, comprando e incluso espiando. Así se consigue evitar que los pueblos y ciudades en este tipo de juegos sea tan minúsculo. Tan sólo se pueden hablar con unos pocos, que tienen una carita dentro de un bocadillo encima de la cabeza. De esta manera seguimos teniendo a los reducidos NPC de los pueblos/cuidades adornado por una multitud que está de figurante.
El modelado de personajes me gusta mucho siendo ahora más "artístico"
La principal novedad es el sistema de batallas. Se acabaron las peleas aleatorias con deformación de pantalla, cambio de escenario e incorporación de los demás personajes del equipo. Ahora iremos por las mazmorras/mundo con nuestros compañeros, las armas y escudos equipados y los monstruos pululando con nosotros. Mientras peleemos, nos podremos mover alrededor del enemigo escogiendo la acción a realizar y cuando su barra se llene, será ejecutada. Para no volvernos locos, existe la opción (predeterminada) de detener todo mientras navegamos por los menús. Siguen siendo peleas por turnos pero adornado (de nuevo esta palabra) de tal manera que parezca más interactivo. Cuando el grupo crezca, el resto de personajes será manejado por la IA progamable del juego o, dicho de otra manera, el sistema Gambit. Mediante unos sencillos enlaces de órdenes, podremos configurar cada personaje para que haga lo que queramos. Puedes hacer que Fran esté robando al enemigo más débil y a Balthier cure a cualquiera del equipo que tenga menos de la mitad de su vitalidad, por ejemplo. Nosotros manejaremos mientras al líder del grupo, que puede ser cualquiera. Incluso existe la posibilidad de hacer que todos los personajes tengan su Gambit activado y nosotros sólo nos encarguemos del movimiento. También podemos manejar las acciones del grupo desactivando el sistema.
El mapa nos va a ser muy útil para situarnos en el amplio Ivalice
Para el desarrollo de personajes, esta vez se ha elegido el sistema de licencias. Con él podremos configurar a cada uno de la forma que queramos, haciéndolos todos iguales o mejor especializándolos en ciertas armas o magias. Cada vez que un enemigo muere, además de puntos de experiencia, se nos da puntos de licencia. Estos puntos luego los canjeamos en el tablero desbloqueando el uso de espadas, escudos, magias, etc... Podemos hacer que Vaan se especialice en espadas, armaduras ligeras y técnicas de combate o que utilice arco para atacar, lleve ropas de mago y sea un experto en magia negra. También podemos hacer que se obtenga todo el tablero haciendo su crecimiento más lento y menos poderoso. La forma de conseguir dinero también ha cambiado. Los enemigos no sueltan guiles y no tenemos pagas. Lo que dejan caer los monstruos son botines que luego podemos vender para así conseguir que nuestro poder adquisitivo crezca. Por eso, en este FF más que en ninguno, es importante el comando robar (no paro de utilizarlo) ya que no siempre sueltan objetos las fieras.
El nuevo sistema de batalla es todo un acierto haciendo las peleas más interactivas
La música me está gustando muchísimo. Las melodias me recuerdan a las del Tactics Advance haciendo que piense realmente que sigo en Ivalice. Al menos por ahora, no hecho tanto de menos a Nobueo Uematsu como pensaba en un principio. También estoy contento con el doblaje que tiene, cuando quieren demuestran que pueden. Si habéis pulsado play en el reproductor de arriba, podréis apreciar de lo que os hablo.
Esta entrega tiene, bajo mi punto de vista, los chocobos más bonitos.
Gráficamente me parece muy artístico. Me explico: Con la textura que le han dado a las pieles, me da la sensación de que han sido dibujados en un lienzo a base de pinceladas y eso me ha gustado mucho. Claro que también las ciudades y naves son preciosas, la mejor combinación de tecnología y "ambiente medievo" que he visto. Los modelados de personajes se ven más repartidos poligonalmente, no estando todo concentrado en la cara.
¿Puede ser este un homenaje a FFVII? ¿No os recuerda a Caith Shit?
Tan sólo llevo 11 horas de juego y me está encantado. Veo un mundo vivo, el sistema de batallas me parece acertado (aunque soy de los que no le importaba el sistema clásico), agradable al oído y gráficamente es muy bonito. Aunque haya leído mucho sobre cierto bajón que pega el juego sobre la mitad de la historia, espero que me siga gustando igual que ahora e incluso cuando lleve 50 horas. Por cierto, si al FFIX lo llamaba cariñosamente Dragon Ball IX; esta entrega se merece, por muchos detalles, que se le nombre, otra vez cariñosamente, Star Wars XII. Parece que las despedidas de generación están dedicadas a homenajear en cierta manera a grandes obras (siempre según para quien).