30:12 GY2: Informe mes 07

Al fin me quito la espinita clavada. Ya no soy el bicho raro que no ha jugado al Ocarina. Ahora soy el bicho raro al que no le ha parecido una maravilla intocable. La fama le ha hecho un flaco favor a este juego. Me lo he pasado tan bien como con el Wind Waker y con el Twilight Princess. Es una pena jugar al que ha generado las bases de los Zelda 3D el último, pues ya nada te sorprende y uno no puede apreciar las maravillas que heredaron los demás. Quizá con una segunda partida al Master Quest y ponerle más ganas me hagan cambiar de opinión. Y para evitar malos entendido, el juego no me ha parecido una mierda (tengo poco criterio, pocos me lo parecen) pero el mimo con el que ha sido creado no me ha llegado. En cuanto a lo técnico, el sensor de movimiento lo terminé quitando porque hacía cosas raras y las 3D a veces mareaban más que impresionaba. Además, después de llevar mucho tiempo jugando, el efecto deja de "notarse" hasta que lo quitas, lo vuelves a poner y dices "ah, es verdad, era ésto". Espero no levantar muchos odios

Oye, pues menuda sorpresa. Kona me habló muy por encima de este juego y me entró el gusanillo. Al poco Steam lo puso de oferta y se vino a la colección. Me ha gustado y mucho. Viendo otras opiniones en el foro, leo que tiene cachitos de otros juegos y no sorprende (como el Darksiders). Gracias al cielo, todavía hay juegos que me faltan por jugar y todo lo que ofrece me parece original. Buen shooter no muy difícil, con una historia chachi (contada a lo Half-Life) y novedades jugables (para mi) como controlar el tiempo y puzles con ese elemento. Yo lo recomiendo si no eres un esquisito de este tipo de juegos. Además, es cortito, variado y está muy bien doblado al castellano.

Bueno, bueno, bueno. ¿Qué tenemos aquí? Soy un gran fan de la primera entrega. Pese a las advertencias de lo repetitivo que era, me terminó encantando. Con la segunda parte he flipado en colores porque amplía todo hasta saturar. Sí, he de reconocer que al principio estaba saturadísimo de información. Muchas cosas nuevas (movimientos, bases de datos, objetivos, secretos, misiones, gestión de ciudad) a las que poco a poco me fui adaptando. Yo tenía una forma de jugar con Altaïr e intentaba hacer lo mismo con Ezio, pero me era imposible. Este es un juego diferente y se nota. Por cierto, Ezio, qué tío más grande. Altaïr me gustó mucho también (después de esta entrega, le tengo puesto en un alta(ï)r gracias a las páginas del códice), pero Ezio es muy carismático. Aunque me costó un poco asimilar que había pasado de un frío asesino obediente a un chulo putas mujeriego busca broncas. En serio, me ha gustado mucho. Pero dejaré tiempo hasta La Hermandad. Quiero descansar un poco de tanto asesino. Por cierto, tiene uno de los mejores créditos jugables que jamás he probado.