Seguramente en alguna visita al Mercadona una curiosa sonrisa sobre un fondo brillante te haya llamado la atención. Aunque es cierto que existen otros productos bajo el mismo nombre comercial, "Rellenos con leche" es la versión definitiva de 'Harrisons', pudiendo dejar de lado a cualquier otra cosa que lleve este nombre en la parte superior de la caja (en la que anteriormente lucía el logo de 'Hacendado').
· A feeling so complicated Su jugabilidad no puede ser más sencilla: Abres la bolsa, los añades a la leche o bien a palo seco y los masticas hasta tragarlos. Donde reside la verdadera magia de los Harrisons es en su sabor, la sensación que dejan una vez han pasado por tu boca: Un punto dulzón y al mismo tiempo ligeramente salado, con una crema de leche que tiene de todo menos leche seguido de una satisfacción asombrosa conforme caen al estómago. "¿Son los Harrisons algo jugable o una mera experiencia?" se preguntarán las señoras que compran en el súper mientras meten una caja en la cesta, aunque en realidad todos sabemos que la respuesta se halla en la comunión de ambos aspectos. La energía que proporcionan es un arma de doble filo, ya que dan la potencia equivalente a dos jodidas locomotoras propulsadas por carbón proveniente del mismo infierno mientras los maquinistas tocan solos épicos de guitarra durante todo el día, pero por otra parte puede llegar a ser excesiva, acumulándose si no se usa como debe; Estos cereales exigen consumirse con la responsabilidad que conlleva tal poder, ya que se puede caer facilmente en un bucle infinito en el que no pararemos de tragar hasta que el tiempo del desayuno termine Todo esto hace de los Harrisosn un producto ligeramente superior a la media que cautivará a más de uno por las sensaciones contradictorias que forman un caos ciertamente hermoso, con un riesgo que supondrá un desafío a los más exigentes. Los que teneis una vida ajetreada y no podeis pararos a desayunar estáis de suerte, ya que Harrisons cuenta tanto con versión de sobremesa, for Breakfast®, como portátil, for Lunch® · Sonrisas y lágrimas Su aspecto es realmente plano, de un color reminiscente al cacao que se ha espolvoreado por encima de la base y con un interior soso a la vista. El apartado artístico global puede dejar que desear, aunque la sonrisa en el boxart es ciertamente inspiradora ¿qué hace ahí una boca gigante? ¿representa el deseo de comer Harrisons uno tras otro hasta que nuestro machacado estómago diga basta? Sea como sea, este es un caso en el que los gráficos no importan al tener una calidad más que notable en lo que de verdad cuenta. No puedo evitar remarcar de nuevo esa sonrisa en primer plano: Su contorno curvado, sus labios etéreos con esa parte inferior tan carnosa como incorpórea, esa dentadura perfecta y esa lengua rojiza que se unen en una expresión de felicidad pura con unas hendiduras en cada extremo que no hacen más que remarcar esta sensación. · 'Grugrugru, crunch crunch crunch' En el apartado sonoro no hay mucho que decir, ya que cae en los mismos tópicos que otros cereales para bien o para mal. Aunque no puede proporcionar una experiencia nueva, nunca sienta mal escuchar el glorioso sonido de unos cereales subiendo conforme se vierte la leche sobre ellos o bien el estallido crujiente al morderlos. También es posible escuchar el entrechocar de miles de Harrisons si sacudimos la caja con moderada violencia, cosa que ayuda a sopesar qué cantidad queda tras cada uso sin necesidad de abrirla y evitando parte de la tristeza que provoca el estar quedándose sin provisiones. · Valoración final Nos encontramos ante algo que sin duda es especial. Es triste que tal vez haya intentado enfocarse desde fuera a un público generalizado, pero pocos serán los que de verdad sepan apreciar lo que proporcionan los Harrisons, resultando incluso repugnantes para más de uno. Sus contrapuntos extremos plantean reflexiones sobre qué es lo correcto y qué no, sobre si debemos seguir tragando algo con la energía de mil soles que puede convertirnos en dioses o en bolas de sebo, sobre si la unión de puntos completamente opuestos puede dar lugar a algo maravilloso. Definitivamente, los Harrisons son un producto a tener en cuenta, pero no sin armarse de valor y conocimiento antes de tomar una sabrosa cucharada que puede ser tan placentera como letal a largo plazo. |
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