Castlevania: Lords of Shadows, o como saber renovarse [Impresiones Personales]

Cuando una saga tan consolidada en la industria necesita una segunda primavera prácticamente cualquier opción puede ser un movimiento arriesgado al intentar darle una vuelta de tuerca a la ya gastada fórmula jugable, pero más aún cuando es una saga tan querida y  con tanto fans a sus espaldas.

No siempre puede contentarse a todos, y más aun teniendo en cuenta que una saga como Castlevania se divide en dos ramas bien diferenciadas (Clásica y Castletroid/Metroidvania). Konami sabía que tenía que hacer algo y pronto para volver a encumbrar la saga a un estatus como el de antes en la generación actual, y de todo esto surge “Lords of Shadows”. Es curioso como LOS consigue ser un Castlevania alejándose totalmente de lo visto hasta ahora, con una perspectiva completamente diferente y personal de lo que puede ser la saga esde otro punto de vista. De todos modos, el juego está repleto de homenajes a toda la saga, y los fans tendrán alguna que otra sonrisilla mientras avanzan.



Si en algo destaca el juego de Mercury Steam es en romper una de las premisas que siempre ha habido: El castillo. No en vano la saga se llama “Castlevania”, y pese a que el desarrollo de varias entregas no siempre ha girado plenamente en torno castillo, también en un corto camino previo. Lords of Shadows se pregunta a sí mismo “¿Qué hay más allá del castillo vampírico?”, y consigue responder a la pregunta de forma bastante satisfactoria. La epopeya de Gabriel Belmont se produce en diversas localizaciones de lo más variopintas, pasando desde una abadía rodeada de páramos helados a los restos de una otrora próspera civilización.



Saber renovarse sin tener que tirar de lo ya existente en la saga, pese a que en cierto modo rescata la “esencia” de un clásico como Super Castlevania IV, puede ofrecer un resultado que guste más o menos, pero si algo funciona, hay que tirar adelante con ello. No se puede contentar completamente a los fans de una saga dividida en dos, por lo que no es tan fácil saber que camino llevar a la hora de crear una renovación como es esta, algo que hace apreciar más aún el esfuerzo puesto por Mercury Steam para crear algo nunca visto en la saga. Pese a que lo pongo como un punto a destacar, muchos son los que han entrado en comparaciones con otros juegos del género Hack’n Slash, no obstante para desacreditarlo. Es cierto que Lords of Shadows puede recordar vagamente a otros juegos como God of War III por la similitud de la Cruz de Combate con las Espadas-Cadena de Kratos, o incluso a Shadow of the Colossus en algunos tramos concretos de escalada, pero si nos pusiésemos en ese plan podríamos entrar en comparaciones con prácticamente cualquier juego que hay en el mercado. Castlevania LOS, en cambio, no tiene miedo a ofrecer parte de su contenido esté visto o no, ajeno a cualquier comparación, y eso precisamente es lo que lo hace en cierto modo a este título más especial aún, que pese a no ser la revolución jugable de los Hack’n Slash, ofrece acción con un sistema de combate de lo más fluido basado primordialmente en el bloqueo y en una progresión real en las habilidades de nuestro personaje a lo largo de la aventura, plataformeo en forma de tramos de escalada con un empleo de la cadena a modo de rapel o de balanceo, ascendiendo por cornisas en entornos preciosos y de lo más naturales, amén de unos puzles de los más variados y en los que habrá que darle a la sesera, y con todo aún ofrece una “personalización” (en cualquier momento del juego puedes ajustar la dificultad de los combates o desbloquear la solución a puzles si no te ves capaz de resolverlos) que se amoldará a cada tipo de jugador, por lo que cualquiera puede completar el juego de forma satisfactoria a su gusto, convirtiéndolo en un producto con personalidad propia. Este conjunto global proporciona una experiencia más que sólida, con un desarrollo que, francamente, empieza flojo en su primer capítulo, pero a cada nivel que pasa, la calidad de estos aumenta exponencialmente hasta el infinito. No te encontrarás con un nivel peor que el anterior, eso no pasa en este juego.



Pero si en algo destaca de forma abismal este reinicio de la saga, es en un apartado artístico que quita el hipo a cualquiera. No es algo que se pueda expresar plenamente con palabras, simplemente hay que verlo. Técnicamente no alcanza el poderío técnico de otros juegos de la generación, pero el modo en el que sabe disimular sus carencias es del todo loable. Posiblemente, Lord of Shadows tiene algunas de las vistas y paisajes  más bellos ya no solo de esta generación, si no de la historia de los videojuegos. Es admirable como cada paraje, personaje y monstruo esté hecho con un detalle y mimo sobrehumano que excede a muchas cosas vistas en la industria, con una ambientación europea que le viene como anillo al dedo a la saga.



Otro de los aspectos fundamentales es que el juego se centra plenamente en la evolución como personaje de Gabriel, retratando su descenso a un infierno personal por el que poco a poco cometerá actos que cuestionarán sus propios objetivos e irán minando tanto su humanidad como su propia fe. El juego se centra en todo momento en este miembro de la Hermandad de la Luz y lo que pasa por su interior en cada momento, unas veces de forma directa y otras, más numerosas, con bastante sutileza y elegancia. Esto concede un plano totalmente nuevo al juego que va más allá de sus posibilidades jugables o artísticas, es una belleza interior que lo convierten en un producto muy personal y cercano de cara al público.

De todos modos, no es oro todo lo que reluce, y pese al buen hacer en general, el juego contiene algún que otros fallo. Si hay algo que criticar a nivel de diseño en este Castlevania, seguramente son la subdivisión de capítulos en pequeñas fases. Cada capítulo podría ir conectado entre sí perfectamente sin tener que cortar la acción, y aunque la narración antes de empezar cada fase es genial, en ocasiones se echa en falta un mundo algo más conexo entre si, al menos en cada capítulo, ya que puede llegar a cortar un poco el rollo al jugador. Otro aspecto “criticable” consiste en el apartado técnico del juego, en el que podemos ver un framemate que en ocasiones baja y sube un poco, aunque de todos modos es un error casi inapreciable, donde solo nos daremos cuenta en unos pocos tramos en los que el juego corre a unos 60 fps en vez de 30.



En resumen, Lords of shadows ofrece una experiencia bastante sólida en conjunto, de menos a más en todo momento, suponiendo el reinicio de una saga clásica desde cero que podrá contentar a unos y desagradar a todos, pero que realmente sabe jugar bien sus cartas. Da gusto ver como un equipo español ha sido el encargado de desarrollar un juego tan único y personal al mismo tiempo tan disfrutable.